HOY ES MUY
COMÚN EN NUESTRA SOCIEDAD LA ASOCIACIÓN ILÍCITA.
LA NECESIDAD
DE ORAR Y DE COMPARTIR EL EVANGELIO. EL EVANGELIO CAMBIA VIDAS.
“Huye el
impío sin que nadie lo persiga; mas el justo está confiado como un león”
(Proverbios 28:1).
Muchos
gobiernos han tratado, jurídicamente, de sacar a Dios de las escuelas públicas.
¿Pero sabe que eso nunca podrá lograrse? Porque usted no puede sacar el
cristianismo de las escuelas, a menos que mantenga a los cristianos afuera. Si
usted es un estudiante, le desafío a que hable valiente y confiadamente acerca
de Jesucristo. Usted es su especial mensajero de amor ante los profesores,
compañeros estudiantes, personal administrativo, personal de limpieza y muchos
más. Algunas de estas personas pueden haber ido a la iglesia el domingo, pero
lo único que encontraron fue una religión fría y muerta. No encontraron a
Jesús. ¿Será usted Jesús para ellos, esta semana? Otros nunca han entrado en
una iglesia. ¿Les invitará usted a que vayan a su congregación?.
ASOCIACIÓN
ILÍCITA.
Por el
Hermano Pablo
Koh Bak Kin,
de treinta años de edad, era un rico comerciante de Singapur. Se dedicaba a la
comercialización de madera fina para muebles, un negocio honrado a todas luces.
Gozaba de prestigio social y de solvencia económica.
Bin Fazalda,
de treinta y cuatro años, era profesor de escuela secundaria en Singapur.
Gozaba de buen nombre en su colegio, donde se le reconocían sus dotes
profesionales. Ganaba buen salario. Estaba casado y era padre de cinco hijos.
Su vida transcurría tranquilamente en medio de satisfacciones.
Un día,
estos dos hombres se unieron para realizar un negocio. Se trataba de
transportar veinte kilogramos de heroína a Roma. Adaptaron a sus maletas un
doble fondo, solicitaron visa de turismo, sacaron pasaje de avión y partieron
para la capital de Italia.
Sin embargo,
en el aeropuerto internacional Leonardo da Vinci de Roma los esperaba la
INTERPOL. Una denuncia anónima los había delatado. Koh Bak Kin y Bin Fazalda
fueron descubiertos, detenidos, requisados y encarcelados. «Asociación ilícita»
fue el cargo del que los acusaron.
¿Qué es una
asociación ilícita? Es la sociedad que realizan dos o más personas para hacer
algo que está penado por las leyes. Estos dos hombres se asociaron para
realizar un contrabando de heroína. Los dos pusieron capital. Los dos planearon
el negocio. Los dos se comprometieron a ser fieles al contrato y los dos se
estrecharon la mano como prueba de su asentimiento. Pero el negocio era
delictivo, y la asociación, ilícita.
Así pasa
también en el ámbito moral de nuestra vida. La jovencita que a espaldas de sus
padres planea una fiesta con sus amigos, y en esa fiesta se bebe licor, se usa
droga y se practica la inmoralidad sexual, está realizando una asociación
ilícita. El caballero que a espaldas de su esposa planea una salida al teatro,
o un paseo en auto en la noche con su secretaria, y esto con fines
inconfesables, está realizando una asociación ilícita.
El mal no
consiste sólo en que un hecho sea o no ilegal sino en sus consecuencias
destructivas. ¡Cómo necesitamos poner todos nuestros negocios, toda nuestra
vida, bajo el control de las leyes morales de Dios! Sólo así salvamos nuestra
vida. Sólo así nos aseguramos el parabién divino. Sólo así podemos vivir en
paz.
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