EXISTE UN MAL
QUE CORROMPE NUESTRA SOCIEDAD: DIOS ESTÁ ALLÍ PRESENTE.
LA TRINIDAD.
5:1 Todo
aquel que cree que Jesús es el Cristo, es nacido de Dios; y todo aquel que ama
al que engendró, ama también al que ha sido engendrado por él.
5:2 En esto
conocemos que amamos a los hijos de Dios, cuando amamos a Dios, y guardamos sus
mandamientos.
5:3 Pues
este es el amor a Dios, que guardemos sus mandamientos; y sus mandamientos no
son gravosos.
5:4 Porque
todo lo que es nacido de Dios vence al mundo; y esta es la victoria que ha
vencido al mundo, nuestra fe.
5:5 ¿Quién
es el que vence al mundo, sino el que cree que Jesús es el Hijo de Dios?
5:6 Este es
Jesucristo, que vino mediante agua y sangre; no mediante agua solamente, sino
mediante agua y sangre. Y el Espíritu es el que da testimonio; porque el
Espíritu es la verdad.
5:7 Porque
tres son los que dan testimonio en el cielo: el Padre, el Verbo y el Espíritu
Santo; y estos tres son uno.
5:8 Y tres
son los que dan testimonio en la tierra: el Espíritu, el agua y la sangre; y
estos tres concuerdan.
5:9 Si
recibimos el testimonio de los hombres, mayor es el testimonio de Dios; porque
este es el testimonio con que Dios ha testificado acerca de su Hijo.
5:10 El que
cree en el Hijo de Dios, tiene el testimonio en sí mismo; el que no cree a
Dios, le ha hecho mentiroso, porque no ha creído en el testimonio que Dios ha
dado acerca de su Hijo.
5:11 Y este
es el testimonio: que Dios nos ha dado vida eterna; y esta vida está en su
Hijo.
5:12 El que
tiene al Hijo, tiene la vida; el que no tiene al Hijo de Dios no tiene la vida.
“Pero Yo os
digo la verdad: Os conviene que Yo me vaya; porque si no me fuera, el
Consolador no vendría a vosotros; mas si me fuere, os lo enviaré. Y cuando Él
venga, convencerá al mundo de pecado, de justicia y de juicio” (Juan 16:7-8).
El diablo le
acusa de pecado. El Espíritu Santo le convence de su pecado. ¿Sabe cuál es la
diferencia? El diablo le acusa para alejarle de Cristo. El Espíritu Santo le
convence para acercarle a Cristo. El diablo quiere que se sienta bajo la carga
de la culpabilidad, para que diga: “No soy bueno. No puedo vivir la vida
cristiana. Hay algo mal conmigo. Dios no escucha mis oraciones. No me hace
ningún bien ir a la iglesia.” Cuando usted cree esas mentiras, usted está
permitiendo que el diablo le aleje de Dios. El diablo le acusa para destruirle.
El Espíritu Santo le convence para recuperarlo. Él está tratando de corregirle
y traerle de regreso, para que pueda conocer la llenura del gozo. El Espíritu
Santo le acerca a Cristo para que usted pueda confesar sus pecados y ser
perdonado y limpiado.
Pídale a
Dios que le muestre si es que usted ha estado prestando oído a las acusaciones
de Satanás. Órele a Dios que silencie esas acusaciones y que le dé
discernimiento para sólo escuchar la convencedora voz del Espíritu Santo.
NEGARNOS A SEGUIR
AL MUNDO Y SUS MAQUINACIONES.
NEGARSE A
SER SEDUCIDO.
Absteneos de
toda especie de mal.
1
Tesalonicenses 5:22
El
aborrecimiento del mal lleva a la abstinencia de él. No se puede tener algún
interés en el pecado y evitar caer en él. Negándose a ser seducido por la
tentación, el justo sabe que "en la ley de Jehová está su delicia, y en su
ley medita de día y de noche" (Sal. 1:2).
No se puede
buscar la justicia y al mismo tiempo tolerar el mal. Por eso Pablo dio a
Timoteo y a todos los creyentes este mensaje: "Huye también de las
pasiones juveniles, y sigue la justicia, la fe, el amor y la paz, con los que
de corazón limpio invocan al Señor" (2 Ti. 2:22).
LOS
VERDADEROS CRISTIANOS NOS APARTAMOS DEL MAL.
LOS
CREYENTES ABORRECEN EL MAL.
Aborreced lo
malo.
Romanos 12:9
El mal es la
antítesis de la santidad y por tanto la antítesis de la piedad. Así que el hijo
de Dios aborrece lo malo porque Dios aborrece el mal (paráfrasis de Pr. 8:13).
Si
verdaderamente usted ama a Dios aborrecerá toda forma de maldad. Como amaba
tanto a Dios, David resolvió que "corazón perverso se apartará de mí; no
conoceré al malvado" (Sal. 101:4). El fiel cristiano no debe comprometerse
con lo malo.
DIOS NOS HA
DADO SU ESPÍRITU SANTO.
“Porque no
nos ha dado Dios espíritu de cobardía, sino de poder, de amor y de dominio
propio” (2 Timoteo 1:7).
Dios nos ha
dotado con su poder y nos ha enriquecido con su amor. Pero no sólo eso: Él nos
otorgado dominio propio, significa disciplina y auto-control. Y junto con eso,
está la habilidad de discernir entre lo verdadero y lo falso. Frecuentemente,
el diablo nos sorprende corriendo de las sombras. Proverbios 28:1 dice: “Huye
el impío sin que nadie lo persiga; mas el justo está confiado como un león.”
¿Ha oído
alguna vez acerca de las “fobias”? De eso está hablando este versículo. Debemos
quitar la máscara de oscuridad de las maquinaciones del diablo y exhibirlas por
lo que son, y ver las cosas que tienen valor en la eternidad. Dios le ha dado a
usted dominio propio al confiar en su Palabra, y no en las artimañas del
diablo.
¿Alguna vez
se ha puesto a la defensiva? ¿En alguna ocasión le han dicho que se disgusta
por cualquier cosa? Si su respuesta es afirmativa a una de estas preguntas, una
de las razones es que tiene temor de que la gente se aproveche de usted. Tiene
un espíritu de temor. Vuelva a leer la meditación bíblica de hoy, y pídale a
Dios que le dé la fe para creer y aplicar hoy esta verdad en su vida.
DIOS ACTUA
EN TODA SU DIMENSIÓN, MAJESTAD Y GLORIA: PADRE EL HIJO Y EL ESPÍRITU SANTO.
2 Corintios
13:14
La gracia
del Señor Jesucristo, el amor de Dios y la comunión del Espíritu Santo sean con
todos vosotros.
COMPROMÉTASE CON DIOS EN HACER SOLO LO QUE ES BUENO.
COMPROMÉTASE CON DIOS EN HACER SOLO LO QUE ES BUENO.
AFERRÁNDOSE A LO QUE ES BUENO.
Seguid lo bueno.
Romanos 12:9
Como siervo de Jesucristo, Dios quiere que usted se comprometa con todo lo bueno, con todo lo que sea justo y digno. Esa tarea requiere el uso de discernimiento. Con la ayuda de Dios y su Palabra, usted debe evaluarlo todo con cuidado y decidir qué debe rechazar y qué debe seguir (1 Ts. 5:21-22).
A medida que se aparta de las cosas del mundo y que se satura de las Escrituras, lo que es bueno irá sustituyendo lo que es malo. Entonces usted hará realidad el mensaje de Pablo a los creyentes de Roma: "No os conforméis a este siglo, sino transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento, para que comprobéis cuál sea la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta" (12:2).
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