JESÚS LE
ENSEÑA A LOS DISCÍPULOS, A LA IGLESIA,
AL MUNDO: Mateo 6:1-7: 1- 24.
UNA
GENERACIÓN DE HOMBRES QUE HONRAN, OBEDECEN Y SIRVEN A DIOS.
LA LEY DE
LOS CONTRARIOS O LEY DE LOS CONTRASTES.
1. JESÚS NOS ENSEÑA A SER JUSTOS Y COMPASIVOS: Debemos hacerlo en
silencio, sin que se note. Entre Dios y el creyente, será un secreto.
6:1 Guardaos de hacer vuestra justicia delante de los
hombres, para ser vistos de ellos,
6:2 Cuando, pues, des limosna, no hagas tocar trompeta
delante de ti,
2. JESÚS NOS ENSEÑA A ORAR: La oración del Padre nuestro es
sencilla, pero profunda, busca un lugar silencioso, tranquilo y entre Dios y tú
arregla las situaciones, también en secreto. Dios sabe lo que necesitas; mejor
dile:
– Padre mío Santo y Majestuoso.
-
El
Reino de los Cielos ya hace parte de mí vida, estoy haciendo tú voluntad, qué
más desea de mí.
-
Gracias
porque cada día recibo El Pan de Vida, Jesucristo El Señor y tú provisión
diaria, nada me falta y con esto estoy contento.
-
Quiero
recibir tú perdón, yo ya me puse en paz con mis hermanos, amigos, y los que
antes eran mis enemigos.
-
Líbrame
de tentaciones y de caer en manos del enemigo.
-
Tú
Reino, tú Poder y tú Gloria es por todos los siglos. Amén.
-
6:6
Mas tú, cuando ores, entra en tu aposento, y cerrada la puerta, ora a tu Padre
que está en secreto;
-
6:10
Venga tu reino. Hágase tu voluntad, como en el cielo, así también en la tierra.
-
3.
JESÚS NOS ENSEÑA A AYUNAR: Unge tú cabeza y lava tú rostro,
debemos disponer el corazón, si está pecando hoy, es el tiempo para pedirle perdón.
Le presento mi cuerpo como sacrificio vivo, santo y agradable, que sé, es lo
que Usted Dios quiere. Ro 12: 2.
ENTRAR EN LA PRESENCIA DE DIOS. Salmo 100: 1- 5.
100:1 Cantad alegres a Dios, habitantes de toda la tierra.
100:2 Servid a Jehová con alegría;
Venid ante su presencia con regocijo.
100:3 Reconoced que Jehová es Dios;
Él nos hizo, y no nosotros a nosotros mismos;
Pueblo suyo somos, y ovejas de su prado.
100:4 Entrad por sus puertas con acción de gracias,
Por sus atrios con alabanza;
Alabadle, bendecid su nombre.
100:5 Porque Jehová es bueno; para siempre es su misericordia,
Y su verdad por todas las generaciones.
El salmista
nos invita a las a las siguientes Acciones: Cantar, servir, dar gracias,
alabar, bendecir a Dios.
La Actitud
en cada Acción: alegría, regocijo, alabanza, gloria, gratitud.
Los motivos
para esta Acción: Él nos creó, somos su pueblo, somos ovejas de su prado, su
misericordia es para siempre, Él es Bueno, soy su hijo.
¿ Quiénes
pueden ir a su presencia, a honrarlo, alabarlo, bendecirlo y darle gracias?. Toda
la Tierra.
DIOS NO
CAMBIA SUS PROMESAS NI SUS PACTOS. SU
VERDAD PERMANECE.
Toda la
Tierra tiene motivos para dar gracias, honrar y alabar a Dios y cada uno de nosotros tiene motivos personales
para hacer lo mismo.
EN SU PRESENCIA
HAY: CONFESIÓN, ACCIÓN DE GRACIAS, ALABANZA, SÚPLICA POR MIS HERMANOS, POR MÍ Y
ADORACIÓN.
4. JESÚS NOS ENSEÑA SOBRE LAS RIQUEZAS:
Donde esté tú tesoro estará tú corazón.
Todo tesoro en la Tierra corre el peligro de ser robado y perderse; en cambio
todo tesoro en el Cielo no corre ningún peligro.
5. JESÚS NOS ENSEÑA SOBRE NUESTRO
CUERPO: Lo que alumbra el cuerpo es el ojo; si el ojo es malo, todo tú cuerpo
es oscuridad; pero si esa lámpara que es tú ojo es buena, serás todo lleno de
luz y tú luz alumbrará en todo lugar. El equilibrio Emocional y el equilibrio
espiritual está en lo que sea tú ojo.
6. JESÚS NOS ENSEÑA A ESCOGER ENTRE EL
CIELO Y LA TIERRA, ENTRE DIOS Y EL MUNDO, ENTRE LO MATERIAL Y LO ESPÍRITUAL,
ENTRE DOS SEÑORES: Entre dos Señores, dos opciones, dos caminos. La sentencia
es muy clara. Aborrecerá a uno y Amará al otro. ¿ Cuál vas a escoger?. Puede
ser una decisión difícil, pero si Amas a Dios, ya sabes que al mundo y, las
riquezas debes aborrecer.
7. JESÚS NOS ENSEÑA SOBRE EL AFÁN Y LAS
ANSIEDADES:
Remedio para la
ansiedad.
6:25 Por tanto os digo: No os afanéis por vuestra vida, qué
habéis de comer o qué habéis de beber; ni por vuestro cuerpo, qué habéis de
vestir. ¿No es la vida más que el alimento, y el cuerpo más que el vestido?
6:26 Mirad las aves del cielo, que no siembran, ni siegan, ni
recogen en graneros; y vuestro Padre celestial las alimenta. ¿No valéis
vosotros mucho más que ellas?
"Echa sobre Jehová tu carga, y él te sustentará; no
dejará para siempre caído al justo" Salmo 55:22
Según un informe de un periódico estadounidense, la ansiedad
ha superado a la depresión como el principal problema mental en los Estados
Unidos. Los medicamentos para combatirla son, hoy en día, los productos
farmacéuticos que más se venden. Aun en medio de economías florecientes y de
estabilidad política, la preocupación y la aprensión siguen formando parte de
la condición humana; estado que no puede aliviarse adecuadamente con una
píldora.
Cuando David compuso el Salmo 55, su mente estaba agitada por
las mismas situaciones con que luchamos hoy: se horrorizaba de la violencia, la
ira y el abuso que llenaban las calles de la ciudad (vv. 9-11). Experimentaba
la angustia de ser traicionado por un amigo cercano (vv. 12-14). Anhelaba irse
y escapar a un lugar tranquilo (vv. 4-8).
Como la dolorosa ansiedad de David refleja la nuestra, su
receta para aliviarla igualmente puede hacernos bien a nosotros. Él escribió:
"En cuanto a mí, a Dios clamaré; y Jehová me salvará. … Echa sobre Jehová
tu carga, y él te sustentará…" (vv. 16,22).
La ansiedad es una carga que no se supone que llevemos. En
cambio, debemos entregarle nuestras preocupaciones a Cristo, porque Él tiene
cuidado de nosotros (1 Pedro 5:7; ver también Filipenses 4:6,7). Si hoy tu
corazón pesa mucho, el Señor está listo para llevar todas las cargas que le
entregues.
Reflexión: Dios nos invita a echar sobre Él el peso que
tenemos encima.
Dios tiene el control de toda su Creación, si Él dice que no
nos preocupemos, es porque nos sustentará.
8. JESÚS NOS ENSEÑA A DEFINIR NUESTRAS
PRIORIDADES: Primero el Reino de Dios y su Justicia y todo lo demás llegará por
añadidura.
¿ CÓMO DESHACERNOS DE LA PREOCUPACIÓN?.
1. Procure liberarse
de todo lo que le impide hacer la voluntad de Dios. (Marcos 4:19) pero los
afanes de este siglo, y el engaño de las riquezas, y las codicias de otras
cosas, entran y ahogan la palabra, y se hace infructuosa.
- Admita que ha pecado y ha hecho las cosas a su manera.
(Salmos 51:4) Contra ti, contra ti solo he pecado,
Y he hecho lo malo delante de tus ojos;
Para que seas reconocido justo en tu palabra,
Y tenido por puro en tu juicio.
- Entregue a Cristo el control de su vida, permitiéndole ser
su Señor. (Marcos 8:34–36) Y llamando a la gente y a sus discípulos, les dijo:
Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, y tome su cruz, y
sígame.
8:35 Porque todo el que quiera salvar su vida, la perderá; y
todo el que pierda su vida por causa de mí y del evangelio, la salvará.
8:36 Porque ¿qué aprovechará al hombre si ganare todo el
mundo, y perdiere su alma?
2. Reconozca la presencia del Maestro en su vida. (Salmos
18:2) Jehová, roca mía y castillo mío, y mi libertador;
Dios mío, fortaleza mía, en él confiaré;
Mi escudo, y la fuerza de mi salvación, mi alto refugio.
- El Señor es nuestra Vida. (Colosenses 3:4) Cuando Cristo,
vuestra vida, se manifieste, entonces vosotros también seréis manifestados con
él en gloria.
- El Señor es nuestra Seguridad. (Romanos 8:38–39) Por lo
cual estoy seguro de que ni la muerte, ni la vida, ni ángeles, ni principados,
ni potestades, ni lo presente, ni lo por venir,
8:39 ni lo alto, ni lo profundo, ni ninguna otra cosa creada
nos podrá separar del amor de Dios, que es en Cristo Jesús Señor nuestro.
- El Señor es nuestro Proveedor. (Filipenses 4:19) Mi Dios,
pues, suplirá todo lo que os falta conforme a sus riquezas en gloria en Cristo
Jesús.
- El Señor es nuestro Protector. (Isaías 41:10) No temas,
porque yo estoy contigo; no desmayes, porque yo soy tu Dios que te esfuerzo;
siempre te ayudaré, siempre te sustentaré con la diestra de mi justicia.
3. Elimine las frases negativas “no puedo”, “no debería”,
“tengo que” y “debo”, que sólo producen preocupación (Salmos 13:2) ¿Hasta
cuándo pondré consejos en mi alma,
Con tristezas en mi corazón cada día?
¿Hasta cuándo será enaltecido mi enemigo sobre mí?
4. Cultive el contentamiento por medio de la oración. (Lucas
18:1) También les refirió Jesús una parábola sobre la necesidad de orar
siempre, y no desmayar,
5. Vea las situaciones que le producen ansiedad como
oportunidades para desarrollar su madurez. (Filipenses 1:6) estando persuadido
de esto, que el que comenzó en vosotros la buena obra, la perfeccionará hasta
el día de Jesucristo;
- Confíe en que el Señor está dirigiendo su vida aunque las
cosas no salgan como usted espera.
- Tenga la expectativa de que Dios producirá cambios
positivos a pesar de que usted fracase.
6. Cuide de su cuerpo realizando una actividad física
apropiada. (Salmos 127:2) Por demás es que os levantéis de madrugada, y vayáis
tarde a reposar,
Y que comáis pan de dolores;
Pues que a su amado dará Dios el sueño.
- Si no duerme lo suficiente, los problemas pequeños se
vuelven insuperables.
- Si no ingiere alimentos saludables, puede sentirse cansado
y decaído.
- Si no toma tiempo para ejercitarse, puede sentirse
desanimado y deprimido.
7. Alimente su mente con música espiritual. (Salmos 28:7) Jehová
es mi fortaleza y mi escudo;
En él confió mi corazón, y fui ayudado,
Por lo que se gozó mi corazón,
Y con mi cántico le alabaré.
- Medite en la letra de cada himno.
8. Comprométase a hacer lo siguiente cada día de las
siguientes cuatro semanas
- Procure vivir en el presente—no en el pasado ni en el
futuro. (Santiago 4:13–15) ¡Vamos ahora! los que decís: Hoy y mañana iremos a
tal ciudad, y estaremos allá un año, y traficaremos, y ganaremos;
4:14 cuando no sabéis lo que será mañana. Porque ¿qué es
vuestra vida? Ciertamente es neblina que se aparece por un poco de tiempo, y
luego se desvanece.
4:15 En lugar de lo cual deberíais decir: Si el Señor quiere,
viviremos y haremos esto o aquello.
- Pida a Dios que le dirija a realizar una buena obra (Mateo
7:12). Así que, todas las cosas que queráis que los hombres hagan con vosotros,
así también haced vosotros con ellos; porque esto es la ley y los profetas.
“Echando toda vuestra ansiedad sobre él, porque él tiene
cuidado de vosotros”. (1 Pedro 5:7)
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