LOS CAMBIOS
PROFUNDOS EN LA VIDA DEL CREYENTE.
EMPECEMOS
POR SER HUMILDES.
“Igualmente,
jóvenes, estad sujetos a los ancianos; y todos, sumisos unos a otros, revestíos
de humildad; porque: Dios resiste a los soberbios, y da gracia a los humildes”
(1 Pedro 5:5).
El ser
“revestidos”, en 1 Pedro 5:5, significa ponerse el delantal de un siervo, de un
esclavo. Básicamente hay que “amarrarse” el delantal del esclavo, y ser
humilde. ¿Por qué cree que Pedro utilizó esta figura idiomática? Creemos que
fue porque Jesús “se levantó de la cena, y se quitó su manto, y tomando una
toalla, se la ciñó”, y lavó los pies de los apóstoles. “Pero Pedro le dijo: No
me lavarás los pies jamás. Jesús le respondió: Si no te lavare, no tendrás
parte conmigo” (Juan 13:8).
El acto fue
simbólico del hecho que, aunque somos salvos, caminamos en un mundo
contaminado, sucio, y necesitamos venir a Jesús diariamente para que nos limpie
de nuestros pecados, nos restaure y nos refresque. Además, usted no puede mirar
con arrogancia a alguien, cuando le está lavando los pies.
USTED DEBE
LAVAR LOS PIES DE ALGUIEN, ¿ POR QUÉ NO LO HACE?.
¿Tiene usted
una familia? ¿Por qué no realizar la ceremonia del “lavado de los pies” a los
suyos, este fin de semana, para demostrar a su familia cuán en serio está
viviendo aquello de ser “revestido” de humildad delante de Dios?.
¡Alabe a
Dios porque Él hace nuevas todas las cosas!
EL AMOR ES
LA MAYOR EVIDENCIA AL MUNDO DE MI CONVERSIÓN GENUINA Y MI CAMBIO.
“Y ante
todo, tened entre vosotros ferviente amor; porque el amor cubrirá multitud de
pecados” (1 Pedro 4:8).
¿Por qué es
importante el amor? Primero, porque el amor es la más grande virtud. Primera
Corintios 13:3 dice que el amor está por encima de la fe y la esperanza.
Segundo, porque el amor es el más grande mandamiento. Jesús dijo: “Amarás al
Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente”
(Mateo 22:37). Tercero, porque el amor es el más grande testimonio. ¿Qué es lo
que realmente va a hacer que su comunidad despierte y crea que su iglesia es,
en verdad, la iglesia del Señor Jesucristo? ¿El tamaño del edificio? ¿Lo bien
mantenidos que están los jardines y el césped? ¿El gran aviso en la calle? ¡No!
Será la manera en que ama a Dios y demuestra amor por los demás. Nada puede
motivar a un pecador perdido, como el sentir el verdadero amor de Jesucristo.
Haga un
compromiso con Dios ahora mismo: que usted le amará a Él con todo su corazón,
con toda su alma, con toda su mente y con todas sus fuerzas, y que amará a su
prójimo como a usted mismo. Cualquier cosa menos que eso, es pecado. Pídale su
fortaleza para realizarlo.
ES TIEMPO DE
ORAR Y PONERNOS DE RODILLAS DELANTE DE DIOS.
Ore por su
país. Por aquellos que hacen y ponen en vigencia las leyes que nos gobiernan.
Ore por los predicadores de la Palabra de Dios. Ore por todos los que se llaman
creyentes. Ore por los perdidos. Ore la oración de 2 Crónicas 7:14: “Si se
humillare mi pueblo, sobre el cual mi nombre es invocado, y oraren, y buscaren
mi rostro, y se convirtieren de sus malos caminos; entonces Yo oiré desde los
cielos, y perdonaré sus pecados, y sanaré su tierra.”
Clame a Dios
que salve. Pida a Dios que humille a su pueblo donde necesitemos ser
humillados, a fin de que Su gloria sea conocida.
LOS CAMBIOS
SE VEN REFLEJADOS EN NUEVOS COMPORTAMIENTOS.
“Pero los
que esperan a Jehová tendrán nuevas fuerzas; levantarán alas como las águilas;
correrán, y no se cansarán; caminarán, y no se fatigarán” - (Isaías 40:31).
¿Qué
significa “tendrán nuevas fuerzas”? Literalmente significa “cambio”. Como un
cambio de ropa, por ejemplo. Usted se quita los trapos de sus debilidades y se
viste y se pone el ropaje real de Dios de la fortaleza. Dios promete
intercambiar su fortaleza con la de Él. Verá, la vida cristiana no es
simplemente una vida cambiada, sino una vida intercambiada. Dios no nos cambia
sólo de lo que “fuimos” a algo mejor. Él intercambia su vida con nosotros. Él
toma nuestros pecados. Nosotros tomamos su santidad. Él toma nuestras
debilidades. Nosotros tomamos su fortaleza. Él toma nuestra ansiedad. Nosotros
tomamos su paz. Suena estupendo, ¿verdad? Pero, ¿cuál es el problema? Que
nosotros nos cansamos de esperar el cambio. Amigo, no se rinda. La espera nunca
es prolongada cuando Dios está a cargo de todo.
LA IGLESIA
QUE AMA, PERDONA, EXHORTA, ANIMA, SALUDA, HOSPEDA, APOYA, BENDICE Y NO JUZGA.
“No
juzguéis, para que no seáis juzgados” - (Mateo 7:1).
¿Qué cree
usted que significa “la viga” en la pregunta que hizo Jesús: “¿Y por qué miras
la paja que está en el ojo de tu hermano, y no echas de ver la viga que está en
tu propio ojo?” (Mateo 7:3). ¿Cree usted que Jesús se refería a pecados tan
horrendos como el adulterio o el asesinato? Si usted hubiera conocido a la
multitud a la cual Jesús hablaba, sabría que éstas no eran las tentaciones con
las cuales ellos luchaban. Verá, Él estaba hablando a los fariseos. “La viga”
en sus ojos era su actitud hacia “la paja” que estaba en el ojo de su hermano.
Eran arrogantes, orgullosos e hipócritas. Dios no quiera que nosotros nos
volvamos como esos fanáticos religiosos que nada sabían de la amorosa humildad
de nuestro Señor. Que Dios nos ayude a remover el aserrín de nuestros ojos
antes de pensar jamás en juzgar a otros.
¿Quiere
usted tener hacia los demás, la actitud de Cristo? Lea y obedezca Filipenses
2:1-16.
LO QUE EL
CREYENTE HACE AHORA COMO AGRADECIMIENTO A DIOS.
“Quien nos
salvó y llamó con llamamiento santo, no conforme a nuestras obras, sino según
el propósito suyo y la gracia que nos fue dada en Cristo Jesús antes de los
tiempos de los siglos” - (2 Timoteo 1:9).
Usted conocerá la gloria y el honor
que Dios ha preparado para usted, sólo cuando conozca a Jesús como su Salvador
y Señor personal. El hombre fue coronado con gloria y cargado con culpa, pero
puede ser cambiado por gracia. Cuando usted es salvo, Dios no lo pone
únicamente de regreso a lo que era antes de ser perdido. Usted ha ganado mucho
más en Jesús que lo que perdió en Adán (su vieja naturaleza). Adán fue inocente.
Ustedes positivamente justo. Adán podía perder su relación con Dios. Usted nunca
podrá perder su relación con Dios. Ni siquiera los ángeles comprenden el
extraordinario gozo de un pecador salvado por gracia. ¡Y lo mejor está aún por
venir!
Separe un
tiempo, ahora mismo, para meditar en por qué Dios le ha salvado. ¿Ha puesto Él
en su corazón algún ministerio especial? ¿Le ha dado algunas amistades que
necesitan conocer a Jesucristo? ¿Es usted creativo y puede utilizar sus dones
testificando, evangelizando, o ministrando? Él le ha salvado para traer gloria
para sí mismo.
PREPARENSE PARA
VIVIR UNA VIDA SANTA.
“Porque
escrito está: Sed santos, porque Yo soy Santo” - (1 Pedro 1:16).
¿Por qué
usted y yo debemos escoger el vivir una vida santa? Una razón es que
anticipamos la segunda venida de Jesucristo. Cuando estamos esperando el regreso
de Cristo en cualquier momento, debemos anhelar el ser limpios y santos, en
preparación para verle. Por ejemplo, si usted supiera que Cristo regresa esta
tarde, ¿piensa que se pondría en paz con Él? ¿Habría alguna persona con quien
usted está disgustado, y desea reconciliarse? ¿Habría algunos pecados en su
vida de los cuales debe arrepentirse?
Si su
respuesta es afirmativa a cualquiera de esas preguntas, entonces actúe en fe,
trayendo gloria a Dios por su obediencia.
LA PROMESA
DE QUE DIOS ESTÁ DE NUESTRO LADO.
“No temas,
porque Yo estoy contigo; no desmayes, porque Yo soy tu Dios que te esfuerzo;
siempre te ayudaré, siempre te sustentaré con la diestra de mi justicia”
(Isaías 41:10).
Muchas
personas quieren saber qué es la vida victoriosa. Primero le diremos lo que no
es la vida victoriosa. No es una vida sin jamás cometer un pecado. No es una
vida sin tener ningún fracaso. No es una vida sin tener nunca una duda. No es
una vida sin experimentar desánimo. Por el contrario, la vida victoriosa es una
vida que trae nuestros fracasos al Señor Jesús, permitiéndole a Él darnos un
nuevo comienzo. Día tras día debemos decirle al Señor Jesús que necesitamos un
nuevo comienzo, que necesitamos ser ungidos con aceite fresco diariamente, y
que necesitamos perdón. Agradezca a Dios que Él es un Dios de gracia, un Dios
de gloria, un Dios de segundas oportunidades. Usted probablemente estará mejor
preparado para servir a Dios después de un fracaso y restauración, que quizás
en ningún otro momento de su vida.
¿Ha fallado
usted en algo recientemente? NO hay mejor tiempo que ahora para pedir su perdón
(si es que tiene pecados no confesados) y pedirle que le dé un nuevo comienzo.
UNA IGLESIA
RESTAURADA QUE VUELVE A SU PRIMER AMOR.
JESUCRISTO
ES NUESTRO PRIMER AMOR, NO LO DEJES POR FAVOR.
“Pero tengo
contra ti, que has dejado tu primer amor. Recuerda, por tanto, de dónde has
caído, y arrepiéntete, y haz las primeras obras; pues si no, vendré pronto a
ti, y quitaré tu candelero de su lugar, si no te hubieres arrepentido” - (Apocalipsis
2:4-5).
La década de
los sesenta trajo la revolución sexual. Ahora, explíquenos una vez más, ¿cómo
el “amor libre” iba a traer paz y armonía a nuestro mundo? La gente está siendo
absorbida en turbulentas cloacas de pecado. Los cimientos de los hogares se
desmoronan. Preciosos bebecitos en el vientre son condenados a muerte. Las
enfermedades transmitidas sexualmente están fuera de control. Parece que fuera
demasiado tarde, y debemos regresar “a nuestro primer amor”. Es tiempo de amar
al Señor con todo nuestro corazón, nuestra alma, nuestra mente, y amar al
prójimo como nos amamos nosotros mismos (ver Mateo 22:36-39). Es tiempo de
hacer conocer a la gente del “amor libre” ofrecido por nuestro Salvador, cuando
Él murió para perdonar nuestros pecados y comprar nuestra salvación por la
eternidad.
¿Cómo sabe
que ha dejado “su primer amor”? Pregúntese: “¿Hay algo o alguien a lo que sirvo
más que a Dios? ¿Hay alguien o algo a lo que amo más que a Dios?” Si lo hay,
entonces confiese ese pecado, y arrepiéntase de su pecado de idolatría.
AHORA DIOS
DICE QUE SOMOS SUS SACERDOTES¿ USTED LO CREE?.
“Así que,
hermanos, teniendo libertad para entrar en el Lugar Santísimo por la sangre de
Jesucristo” (Hebreos 10:19).
Alguien una
vez le preguntó al Pastor Rogers: “Dr. Rogers, los católicos y episcopales
tiene sacerdotes. ¿Por qué los bautistas no los tienen?” El pastor Rogers
respondió: “¡Los tenemos! Usted está hablando con uno. Cada creyente es un
sacerdote.” Así lo afirma la Palabra de Dios en Apocalipsis 5:10: “Y nos has
hecho para nuestro Dios reyes y sacerdotes.” Es una extraordinaria verdad que
tenemos acceso directo al Padre. No tenemos que hablar con alguien más para
confesar nuestros pecados. Los podemos confesar directamente a Dios. ¿Sabe lo
que usted y yo debemos estar haciendo como sacerdotes? Debemos estar dando a
conocer a Dios a otros para que aprendan, crean y se arrepientan.
Lea 1 Pedro
2:1-12 para que aprenda lo que Dios quiere de usted como miembro de su
sacerdocio real.
LA PALABRA
DE VERDAD HABLA DE NUESTRO SEÑOR JESUCRISTO.
DEBEMOS ENTONCES
CREERLE A LA PALABRA. ELLA NOS HABLA DEL MENSAJE DE LA CRUZ.
Isaías 53:5
“Mas Él herido fue por nuestras rebeliones, molido por nuestros pecados; el
castigo de nuestra paz fue sobre Él, y por su llaga fuimos nosotros curados.”
El pastor
Rogers dijo: “Lo que amo acerca del Antiguo Testamento es lo mismo que amo
acerca del Nuevo Testamento. El Antiguo Testamento y el Nuevo Testamento ambos
son la Palabra inspirada de Dios.”
No piense
que el Antiguo Testamento tiene un mensaje diferente al Nuevo Testamento. Toda
la Biblia habla acerca de Jesús. Si usted lee la Biblia y no encuentra a Jesús,
es mejor que la vuelva a leer. Si alguien le pregunta si ha leído los cuatro
evangelios. Usted puede contestarles: “¡He leído todos los sesenta y seis!
Desde Génesis hasta Apocalipsis, todos tienen el mismo villano: Satanás. Tiene
el mismo héroe: Jesús. Tiene el mismo propósito: proclamar que en ningún otro
nombre podemos ser salvos, sino sólo en el nombre de JESÚS.”
Le invitamos
a leer Isaías 53. ¿Cuáles son las profecías que se cumplieron en la vida de
Cristo?
LA CRUZ TAMBIÉN ES PARA EL CREYENTE.
Gálatas
2:20: “Con Cristo estoy juntamente crucificado, y ya no vivo yo, mas vive
Cristo en mí; y lo que ahora vivo en la carne, lo vivo en la fe del Hijo de
Dios, el cual me amó y se entregó a Sí mismo por mí.”
Dios le ama
tanto que Jesucristo agonizó y derramó su sangre al ser crucificado por usted.
Usted es preciado para Dios, es el objeto de su amor. La sangre de Jesucristo
fue derramada en el Calvario por usted. Amigo, amiga, si lo sabe, entonces
podrá mantenerse firme ante toda crítica. No le molestará lo que otros digan de
usted. La cruz le libera. Aquel que murió por usted vive ahora en usted. El
Señor entregó su vida por usted, para luego poderse entregar a usted. Cuando
Jesucristo murió por usted, no solamente removió sus pecados, sino que le
removió a usted. Usted está crucificado con él. Así que, ¿quién puede hacerle
daño a un hombre o mujer muerta?
¿Ha sentido
el ardor de la crítica esta semana? Extraiga el aguijón y lave la herida con el
bálsamo del amor de Jesús. Entréguele esa crítica al Señor. Luego, pídale a
Dios que le enseñe de lo acontecido.
DECLARE
GLORIA Y VICTORIA PARA SU VIDA.
Romanos
8:30c: “A los que justificó, a éstos también glorificó.”
¿Qué
significa ser justificado? Significa ser declarado justo. La justificación no
es ser bueno, aun cuando el ser bueno glorifica a Dios. Cuando usted pone su fe
en donde Dios pone sus pecados, Dios pone el sello de “Justo” sobre su nombre
en el libro de la vida del Cordero. No es por lo que usted ha hecho o hará,
sino por haber sido justificado. Ninguna corte humana lo puede justificar. Sin
embargo, lo que Dios hace no es solamente tomar al pecador y perdonarle sus
pecados, sino que hace al culpable justo como si nunca jamás hubiera pecado.
Eso es justificación.
Si usted
viviera cada momento creyendo en la justificación que Dios le ha dado, ¿cómo se
fortalecería su fe? ¿Tendría más disposición para compartir el regalo del amor
de Dios?.
UNA IGLESIA
QUE NO SE AVERGÜENZA DEL EVANGELIO Y ALABA A DIOS CON TODO SU CORAZÓN.
Apocalipsis
7:12: “La bendición y la gloria y la sabiduría y la acción de gracias y la
honra y el poder y la fortaleza, sean a nuestro Dios por los siglos de los siglos.”
Ese cuenta
de un hombre que se emocionaba demasiado en la iglesia. Continuamente gritaba:
“¡Alabado sea el Señor!” Un día, unos miembros de su congregación vinieron a
hablarle cuando él araba sus campos. Al terminar de platicar, él inclinó su
rostro y explicó: “Sé que es verdad. He interrumpido los cultos, pero saben, me
siento ahí y pienso en todo lo que el Señor ha hecho por mí: cómo murió en
agonía y derramó su sangre en la cruz por mí... cómo Él ha perdonado todos mis
pecados... cómo me ha llenado del Espíritu Santo y hasta cuida de mi mula
mientras le alabo.”
Si ser salvo
y saber que irá al cielo no lo emociona, usted tiene callos en su alma. ¡Es
emocionante conocer al Señor Jesucristo!
¿Cuándo fue
la última vez que usted levantó sus manos y grito: “¡Alabado sea el Señor!”?
¡Quizás este instante sea el momento!
EL AMOR DE
DIOS Y EL REGALO ETERNO DE LA SALVACIÓN, NOS DEBEN IMPULSAR A CANTAR Y ALABAR A
DIOS.
Efesios 1:6:
“Para la alabanza de la gloria de su gracia, con la cual nos hizo aceptos en el
Amado.”
¿Posee usted
una salvación que “se conoce”? Lo que quiero decir es: ¿sabe usted que es salvo
y tiene la seguridad de que si usted muere en este momento, pasará a la
eternidad con el Señor en el cielo? Muchas personas no tienen esa seguridad.
Esto no es un problema espiritual. Es un problema psicológico. No pueden
aceptar el hecho que Dios les ha aceptado.
Charlotte
Elliot, una compositora, escribió estas palabras que perduran por los años en
un himno acerca de la seguridad: “Tal como soy, de pecador, sin más confianza
que tu amor, ya que me llamas, vengo a ti; Cordero de Dios, heme aquí.” Usted
es aceptado tal como es. Es todo por la gracia de Dios.
Encuentre
ese himno, “Tal como soy”, y cánteselo al Señor. Hágalo su canción durante el
transcurso del día cuando Satanás trata de hacerle dudar del amor de Dios y del
regalo eterno de la salvación.
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