LOS SACRIFICIOS DE GRATITUD

LOS SACRIFICIOS DE GRATITUD
Por el pastor Adrián Rogers

¿Cuán a menudo oye usted a la gente hablar de “sacrificio” alrededor de la mesa en el Día de Acción de Gracias? Me atrevería decir que casi nunca. Sin embargo, la Biblia claramente enseña que si queremos transformar nuestro agradecimiento en un estilo de vida de gratitud, debemos ofrecer sacrificios de acción de gracias.

EL SACRIFICIO PERSONAL

Romanos 12:1-2 dice: “Así que, hermanos, os ruego por las misericordias de Dios, que presentéis vuestros cuerpos en sacrificio vivo, santo, agradable a Dios, que es vuestro culto racional. No os conforméis a este siglo, sino transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento, para que comprobéis cuál sea la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta.”

La mejor manera en que usted puede mostrarle a Dios que le ama, es presentando su cuerpo como sacrificio vivo. Porque Jesús voluntariamente dio su cuerpo por nosotros, solo es razonable el que nosotros, también voluntariamente, le demos nuestros cuerpos a Él (ver 1 Corintios 6:19-20).

EL SACRIFICO DE ALABANZA

Hebreos 13:15 dice: “Así que, ofrezcamos siempre a Dios, por medio de Él, sacrificio de alabanza, es decir, fruto de labios que confiesan su nombre.”

Como Pastor, se me rompe el corazón ver en una congregación rostros de personas que cantan sin ninguna expresión en su semblante. Antes de que usted abra el himnario la próxima vez, pregúntese: “¿Por qué murió Cristo por mí?”

EL SACRIFICIOS DE ORACIÓN

El Salmo 141:2 dice: “Suba mi oración delante de Ti como el incienso, el don de mis manos como la ofrenda de la tarde.” Sus oraciones y el levantar de sus manos hacia Dios son sacrificios que suben hacia Él, como lo hace el incienso.

Si usted hubiera podido entrar en el Tabernáculo, hubiera pasado primero por el altar en donde se ofrecía los sacrificios. Luego hubiera visto un candelabro. Ambos representan a Cristo como nuestro sacrificio. El sacerdote se aproximaba a Dios por medio de Cristo y quemaba incienso que subiría como olor fragante a Dios: el sacrificio de la oración.

Cuando usted viene al Señor para alabarle, debe venir basado en la sangre de Cristo. Hay una sola manera de orar, y es por medio de la sangre de Jesucristo.

EL SACRIFICIO DE POSESIONES

Hebreos 13:16 dice: “Y de hacer bien y de la ayuda mutua no os olvidéis; porque de tales sacrificios se agrada Dios.” La expresión “ayuda mutua” sencillamente significa “dar a los que tienen necesidad”.

Lo que usted no da voluntariamente, Dios ni lo necesita ni lo quiere. Segunda Corintios 9:7 dice: “Cada uno dé como propuso en su corazón: no con tristeza, ni por necesidad, porque Dios ama al dador alegre.”

¿Le da usted a Dios las sobras, o le entrega las primicias de sus trabajos?

EL SACRIFICO DE PUREZA

Salmo 51:17: “Los sacrificios de Dios son el espíritu quebrantado; al corazón contrito y humillado no despreciarás Tú, oh Dios.”

Isaías 66:1-2: “Jehová dijo así: El cielo es mi trono, y la tierra estrado de mis pies; ¿dónde está la casa que me habréis de edificar, y dónde el lugar de mi reposo? Mi mano hizo todas estas cosas, y así todas estas cosas fueron, dice Jehová; pero miraré a aquel que es pobre y humilde de espíritu, y que tiembla a mi palabra.”

¿Las cosas que quebrantan el corazón de Dios, quebrantan su corazón? Quiera Dios que eso sea verdad en cuanto a mí mismo, y que sea verdad entre sus hijos.

¿Vendrá usted hoy en arrepentimiento y fe? ¿Quisiera hacer de la siguiente oración su oración durante le Día de Acción de gracias?

“Señor, quito mis manos de este cuerpo que me diste y te lo entrego. Reconozco que es el templo del Espíritu Santo. Propongo en mi corazón ofrecerte sacrificio de alabanza que salga de mi corazón y de mis labios. Que esta oración sea como incienso que sube hasta tu trono. Rindo todo lo que tengo a Ti. Todo es tuyo para tu gloria y tu alabanza. Señor perdóname mi altivez, mi rebeldía. Con un espíritu quebrantado me ofrezco a Ti. En el nombre de Jesús. Amén.”