sábado, 17 de diciembre de 2011

UNA CARTA DE NAVIDAD

Estimado hermano(a):

Nuestra familia de Medellín, que también es su familia, le desea una temporada navideña muy gozosa. Esperamos que la celebración del nacimiento de nuestro Señor Jesucristo sea especial y significativa al lado de aquellos que usted ama, y que a la misma vez pueda sentir la mano de Dios en su vida durante esta época especial.

Verdaderamente ese es el deseo de nuestros corazones, aun cuando sabemos que algunas personas que están leyendo esta carta están pasando por momentos difíciles en sus vidas. Y sabemos que lo que más necesitan en este momento es que seamos personas compasivas.

La compasión es la capacidad de sentir lo que otra persona está sintiendo. Y esa compasión toma un verdadero significado cuando escuchamos a alguien decir: "Yo he pasado por ese mismo momento y te entiendo. No tengo una respuesta para la adversidad que estás pasando y no puedo explicarte la razón, pero no quiero que pases por esto solo(a)".

¿Conoce usted a alguien que está sufriendo en este momento? ¿Tiene usted un amigo o un familiar que ha sido asaltado por una circunstancia dolorosa? Quizás el matrimonio está en dificultades, o han perdido algo importante como la salud, un empleo o la misma esperanza de vivir. ¿Está pensando en alguien? Eso demuestra que usted tiene compasión.

Y aunque quisiéramos tener más compasión, debemos aceptar que nuestra capacidad es muy limitada, ¿no lo cree? Pero aquí es donde entra Dios. Su compasión es ilimitada e infinita. Es más, su compasión es su propio compromiso con nosotros.

El Salmo 103:4 dice: "El que rescata de la fosa tu vida, el que te corona de bondad y compasión; el que colma de bienes tus años".

La compasión es como un letrero gigantesco que Dios ha puesto sobre su vida. ¿Por qué Dios le tiene tanta compasión? Porque le ama.

Quizás este es el regalo más importante que una persona puede recibir. Me refiero a la realidad que usted es una persona amada por Dios. Este año, cuando escriba sus tarjetas de Navidad, recuérdeles a las personas esa maravillosa verdad. Lo mismo puede hacer cuando los salude con un gran abrazo navideño. Dígales que Dios les ama.

¿Y cómo puede estar seguro de ello? Porque Él vino a la tierra.

Hace más de dos siglos, durante esa primera noche de Navidad, Dios mostró su amor por nosotros. La Biblia dice: "Porque de tal manera amó Dios al mundo, que dio a su Hijo unigénito, para que todo aquel que cree en El, no se pierda, mas tenga vida eterna". Juan 3:16

El día de hoy, cuéntele a alguien esas buenas nuevas de la gran compasión de Dios y de su amor por ellos. Estoy seguro que ese mensaje motivador les fortalecerá a ambos.

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