viernes, 5 de abril de 2013

EL CUMPLIMIENTO DEL TIEMPO ESTABLECIDO POR DIOS: EL ANUNCIO PROFÉTICO 5

ISAIAS 52: 13- 53: 1- 12. EL SIERVO SUFRIENTE
52:13 He aquí que mi siervo será prosperado, será engrandecido y exaltado, y será puesto muy en alto.
52:14 Como se asombraron de ti muchos, de tal manera fue desfigurado de los hombres su parecer, y su hermosura más que la de los hijos de los hombres,
52:15 así asombrará él a muchas naciones; los reyes cerrarán ante él la boca, porque verán lo que nunca les fue contado, y entenderán lo que jamás habían oído

Isaías
Capítulo 53
53:1 ¿Quién ha creído a nuestro anuncio? ¿y sobre quién se ha manifestado el brazo de Jehová?
53:2 Subirá cual renuevo delante de él, y como raíz de tierra seca; no hay parecer en él, ni hermosura; le veremos, mas sin atractivo para que le deseemos.
53:3 Despreciado y desechado entre los hombres, varón de dolores, experimentado en quebranto; y como que escondimos de él el rostro, fue menospreciado, y no lo estimamos.
53:4 Ciertamente llevó él nuestras enfermedades, y sufrió nuestros dolores; y nosotros le tuvimos por azotado, por herido de Dios y abatido.
53:5 Mas él herido fue por nuestras rebeliones, molido por nuestros pecados; el castigo de nuestra paz fue sobre él, y por su llaga fuimos nosotros curados.
53:6 Todos nosotros nos descarriamos como ovejas, cada cual se apartó por su camino; mas Jehová cargó en él el pecado de todos nosotros.
53:7 Angustiado él, y afligido, no abrió su boca; como cordero fue llevado al matadero; y como oveja delante de sus trasquiladores, enmudeció, y no abrió su boca.
53:8 Por cárcel y por juicio fue quitado; y su generación, ¿quién la contará? Porque fue cortado de la tierra de los vivientes, y por la rebelión de mi pueblo fue herido.
53:9 Y se dispuso con los impíos su sepultura, mas con los ricos fue en su muerte; aunque nunca hizo maldad, ni hubo engaño en su boca.
53:10 Con todo eso, Jehová quiso quebrantarlo, sujetándole a padecimiento. Cuando haya puesto su vida en expiación por el pecado, verá linaje, vivirá por largos días, y la voluntad de Jehová será en su mano prosperada.
53:11 Verá el fruto de la aflicción de su alma, y quedará satisfecho; por su conocimiento justificará mi siervo justo a muchos, y llevará las iniquidades de ellos.
53:12 Por tanto, yo le daré parte con los grandes, y con los fuertes repartirá despojos; por cuanto derramó su vida hasta la muerte, y fue contado con los pecadores, habiendo él llevado el pecado de muchos, y orado por los transgresores. 



Jesucristo cumple su Misión.
Misión Cumplida.
En las primeras tres horas en la cruz, con los clavos perforando Sus manos y Sus pies y el pus supurando por las abiertas inflamaciones en la espalda, las únicas palabras de Jesús revelaron preocupación por otros. Perdonó a un criminal que moría junto a Él, encargó a Su madre al cuidado de Juan, y miró a Sus asesinos con compasión: "Padre, perdónalos; porque no saben lo que hacen."

Sus palabras, sin embargo, revelaron diferentes corazones. "Veamos si este Cristo, el Rey de Israel, desciende de la cruz," se burlaron los principales sacerdotes y los escribas, "¡a fin de que veamos y podamos creer!" "Salvó a otros; no puede salvarse a sí mismo," cacarearon.

La oscuridad cubrió a Jerusalén durante las tres horas finales de la vida de Jesús. Los Evangelios no anotan absolutamente nada que se haya dicho durante ese tiempo; sino hasta el mismo fin. La oscuridad reflejaba la inimaginable agonía espiritual que Jesús atravesaba.

"Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has desamparado?" En ese momento Jesús entró en la muerte espiritual; es decir, separación del Padre. Nunca en toda la eternidad Jesús había soportado esa incomprensible separación. Pero de buen grado la abrazó, sabiendo que la pena por los pecados de toda la humanidad recibían su expiación entonces y allí.

Allí mismo empezó el nuevo pacto, el universo fue redimido, y todo pecado que jamás se ha cometido quedó pagado.

"¡Consumado es!" gritó Jesús. Se levantó apoyándose en los clavos para exhalar un último suspiro. "Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu." Incluso en la nebulosidad de Su dolor y en la agonía de la muerte espiritual, Jesús confió Su destino a la voluntad del Padre.

El cuerpo de Jesús se desmadejó, quedó inmóvil y en silencio.

En ese instante, apenas a unos como trescientos metros al oriente, el templo experimentó cualquier cosa excepto silencio. Un rasgón ensordecedor llenó los atrios mientras el velo que separaba a la humanidad del Lugar Santísimo se rasgaba en dos de alto abajo. Como el cielo que se "abrió" en el bautismo de Jesús, así la ruptura del velo reveló la aceptación del Padre de la muerte de Jesús por nosotros. Siglos de sacrificios, holocaustos enviando hacia el cielo su aroma agradable, hallaron su cumplimiento máximo en el sacrificio sin defecto de Jesús.

Véase 1 Samuel 16:7; Marcos 11:12-14, 19-22; y Lucas 16:15.
* 1 Samuel 16:7:16:7 Y Jehová respondió a Samuel: No mires a su parecer, ni a lo grande de su estatura, porque yo lo desecho; porque Jehová no mira lo que mira el hombre; pues el hombre mira lo que está delante de sus ojos, pero Jehová mira el corazón.
*  Marcos 11:12-14, 19-22;:11:12 Al día siguiente, cuando salieron de Betania, tuvo hambre.
11:13 Y viendo de lejos una higuera que tenía hojas, fue a ver si tal vez hallaba en ella algo; pero cuando llegó a ella, nada halló sino hojas, pues no era tiempo de higos.
11:14 Entonces Jesús dijo a la higuera: Nunca jamás coma nadie fruto de ti. Y lo oyeron sus discípulos.
11:19 Pero al llegar la noche, Jesús salió de la ciudad.
11:20 Y pasando por la mañana, vieron que la higuera se había secado desde las raíces.
11:21 Entonces Pedro, acordándose, le dijo: Maestro, mira, la higuera que maldijiste se ha secado.
11:22 Respondiendo Jesús, les dijo: Tened fe en Dios.
* Lucas 16:15:
16:15 Entonces les dijo: Vosotros sois los que os justificáis a vosotros mismos delante de los hombres; mas Dios conoce vuestros corazones; porque lo que los hombres tienen por sublime, delante de Dios es abominación
IGLESIA CONFRATERNIDAD CRISTIANA SANTA ROSA DE OSOS MARZO 2013
PASTOR: RIGOBERTO GÓMEZ E

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