Escucha, El Príncipe De Los Pastores Está Hablando
Y cuando aparezca el Príncipe de los pastores,
vosotros recibiréis la corona incorruptible de gloria - I P. 5:4
Y cuando aparezca el Príncipe de los pastores,
vosotros recibiréis la corona incorruptible de gloria - I P. 5:4
Hno. Juan con Maria
Hay un Príncipe quien es tu Pastor. ¡Es tu mentor personal! El está vivo y no hay otro que sabe pastorear como El. No hay otro que te conoce como El.
Además, El siempre te está hablando. Lo oirás si le prestas atención. Por cierto, El habla a través de su Palabra y el Espíritu Santo aplica lo que lees a tu situación. Pero aún cuando no estás leyendo la Biblia, Jesús también te habla. Puede ser mientras que estás a bordo de un bus o estás recostado en tu recamara. Puede ser mientras que estás apurado para llegar a la iglesia o trabajando en la casa. A veces, te habla a través de tu cónyuge. Otras veces, utiliza a una amistad para hablarte. Pero las más de las veces lo oirás en tu espíritu cuando te susurra en ese “apacible silbo.” Te prometo, Jesús, tu Príncipe, le encanta conversar contigo.
Así que pon atención.
El te dirá que debes hacer cuando estás confrontando una decisión difícil.
El te guiará al estar alimentando, guiando e instruyendo el rebaño que El ha puesto bajo tu cuidado.
El te detendrá para que no utilices la venganza. Lo mismo hará para que no continúes en ese mal hábito. Te ayudará a no seguir con ese espíritu de falta de poder perdonar.
Continuamente te dirá cuán especial eres tú para El al mostrarte su perdón ilimitado. Te mostrará cuán libre estás para amar, para vivir, para disfrutar de la vida y gozar de El. Te dirá cuán valioso eres para su obra en su Reino.
Escucha que El te está hablando.
Abraham oyó a Dios hablar en una ciudad pagana (Gn. 12:1-4). Moisés lo oyó en el desierto (Ex. 3:1-22). David oyó la voz de Dios aún después de su pecado tan atroz (Sal. 51). Pablo oyó la voz en camino a matar a los cristianos (Hch. 9:1-16). Y Jesús oyó, Este es mi Hijo amado en quien tengo complacencia (Mt. 3:17). Esas son las mismas palabras que oirás a Jesús decirte a ti.
Cariñosamente te doy una sugerencia. Apaga tu teléfono móvil. Deja de mirar tanta televisión. Apaga el ruido del mundo y empieza a cultivar la disciplina del silencio. Escucha a Jesús. Al hacer esto, te enternecerás delante de El. Te dará sabiduría y pureza que nunca antes has tenido llegando a ser aún un mejor pastor del rebaño. Eso siempre ocurre cuando escuchamos la voz del Príncipe.
El está hablando. El te está hablando. Hoy.
Además, El siempre te está hablando. Lo oirás si le prestas atención. Por cierto, El habla a través de su Palabra y el Espíritu Santo aplica lo que lees a tu situación. Pero aún cuando no estás leyendo la Biblia, Jesús también te habla. Puede ser mientras que estás a bordo de un bus o estás recostado en tu recamara. Puede ser mientras que estás apurado para llegar a la iglesia o trabajando en la casa. A veces, te habla a través de tu cónyuge. Otras veces, utiliza a una amistad para hablarte. Pero las más de las veces lo oirás en tu espíritu cuando te susurra en ese “apacible silbo.” Te prometo, Jesús, tu Príncipe, le encanta conversar contigo.
Así que pon atención.
El te dirá que debes hacer cuando estás confrontando una decisión difícil.
El te guiará al estar alimentando, guiando e instruyendo el rebaño que El ha puesto bajo tu cuidado.
El te detendrá para que no utilices la venganza. Lo mismo hará para que no continúes en ese mal hábito. Te ayudará a no seguir con ese espíritu de falta de poder perdonar.
Continuamente te dirá cuán especial eres tú para El al mostrarte su perdón ilimitado. Te mostrará cuán libre estás para amar, para vivir, para disfrutar de la vida y gozar de El. Te dirá cuán valioso eres para su obra en su Reino.
Escucha que El te está hablando.
Abraham oyó a Dios hablar en una ciudad pagana (Gn. 12:1-4). Moisés lo oyó en el desierto (Ex. 3:1-22). David oyó la voz de Dios aún después de su pecado tan atroz (Sal. 51). Pablo oyó la voz en camino a matar a los cristianos (Hch. 9:1-16). Y Jesús oyó, Este es mi Hijo amado en quien tengo complacencia (Mt. 3:17). Esas son las mismas palabras que oirás a Jesús decirte a ti.
Cariñosamente te doy una sugerencia. Apaga tu teléfono móvil. Deja de mirar tanta televisión. Apaga el ruido del mundo y empieza a cultivar la disciplina del silencio. Escucha a Jesús. Al hacer esto, te enternecerás delante de El. Te dará sabiduría y pureza que nunca antes has tenido llegando a ser aún un mejor pastor del rebaño. Eso siempre ocurre cuando escuchamos la voz del Príncipe.
El está hablando. El te está hablando. Hoy.
Esta quietos y sabed que yo soy Dios (Sal. 46:10).
-- Dr. Juan Jauchen985 – Cristo Como Pastor (revisar toda la cadena)
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