«Hace unos días recibí amenazas de muerte en mi contra y de mi familia.... Mi corazón se llenó de dudas, temores y, sobre todo, confusiones, ya que no asisto a la iglesia y me he descuidado por completo de todo lo relacionado con Dios.... Estoy muy confundido con respecto a las religiones. Todos creen tener la razón y siempre terminan hablando mal del prójimo, olvidando por completo las enseñanzas bíblicas.»
Este es el consejo que le dio mi esposa:
»Estimado amigo:
»Lamentamos mucho que su vida corra peligro, al igual que la de los miembros de su familia. Esperamos que haya informado a la policía acerca de esas amenazas y que esté tomando medidas preventivas para garantizar la seguridad personal y familiar.
»Comencemos con lo último que nos cuenta. Usted sostiene que todos, cualquiera que sea su religión, terminan olvidando las enseñanzas de la Biblia. Tiene razón en reconocer que la Biblia es la máxima autoridad, ya que es la Palabra de Dios, y que a una religión se le debe juzgar conforme a lo estrechamente que está alineada con las enseñanzas de la Biblia.
»Sin embargo, uno de los principios bíblicos más importantes es que la religión no salva a nadie. Las religiones son la invención del hombre y no de Dios. Cuando Jesucristo, el Hijo de Dios, anduvo en este mundo, tuvo el mayor número de problemas con los hombres religiosos, porque ellos les daban más importancia a sus reglas que a una relación personal con Dios.
»La Biblia enseña que si bien los hombres creen que las reglas y las normas son importantes (la apariencia externa), a Dios le importa lo que está en el corazón de la persona.1 Así que el obedecer cada regla, o seguir estrictamente un régimen alimenticio o un programa, o aun dar dinero, no quiere decir necesariamente que una persona tiene una estrecha relación con Dios. A eso se debe que muchas personas religiosas hagan cosas contrarias a las enseñanzas de la Biblia; en realidad, no conocen en absoluto a Dios, y no hay duda de que carecen de una relación personal con Él.
»Para de veras conocer a Dios es necesario creer que Jesucristo murió para pagar el castigo por nuestros pecados a fin de que no tengamos que ser condenados eternamente. Pero no basta con sólo creer en lo que hizo Cristo; es necesario que nos comuniquemos con Dios mediante la oración, y que le pidamos que perdone nuestros pecados y que nos dé esa paz que estamos buscando. De ahí que le aconsejemos que hable con Dios del mismo modo en que habla con sus amigos; no necesita recurrir a oraciones memorizadas ni emplear palabras elocuentes. Tampoco necesita que alguien le ayude a orar, ni necesita usted ir a un lugar especial para orar. Dios está en todas partes. Él oirá y responderá.
»Después de orar, le conviene leer la Biblia para oír lo que Dios quiere decirle.... A medida que se comunique con Él, mediante la lectura de la Biblia y la oración, cultivará una relación personal que es mil veces mejor que cualquier religión.» |
1 | 1S 16:7. Y aconteció que cuando ellos vinieron, él vio a Eliab, y dijo: De cierto delante de Jehová está su ungido.
16:7 Y Jehová respondió a Samuel: No mires a su parecer, ni a lo grande de su estatura, porque yo lo desecho; porque Jehová no mira lo que mira el hombre; pues el hombre mira lo que está delante de sus ojos, pero Jehová mira el corazón. 2. Hch 25:19 sino que tenían contra él ciertas cuestiones acerca de su religión, y de un cierto Jesús, ya muerto, el que Pablo afirmaba estar vivo. 3. Hch 26:4 Mi vida, pues, desde mi juventud, la cual desde el principio pasé en mi nación, en Jerusalén, la conocen todos los judíos;
26:5 los cuales también saben que yo desde el principio, si quieren testificarlo, conforme a la más rigurosa secta de nuestra religión, viví fariseo.
26:6 Y ahora, por la esperanza de la promesa que hizo Dios a nuestros padres soy llamado a juicio; 4. Stg 1:26 Si alguno se cree religioso entre vosotros, y no refrena su lengua, sino que engaña su corazón, la religión del tal es vana.
1:27 La religión pura y sin mácula delante de Dios el Padre es esta: Visitar a los huérfanos y a las viudas en sus tribulaciones, y guardarse sin mancha del mundo. 5. Hch 1:22 Pero sed hacedores de la palabra, y no tan solamente oidores, engañándoos a vosotros mismos.
1:23 Porque si alguno es oidor de la palabra pero no hacedor de ella, éste es semejante al hombre que considera en un espejo su rostro natural.
1:24 Porque él se considera a sí mismo, y se va, y luego olvida cómo era.
1:25 Mas el que mira atentamente en la perfecta ley, la de la libertad, y persevera en ella, no siendo oidor olvidadizo, sino hacedor de la obra, éste será bienaventurado en lo que hace. 6. Isa 58:1 Clama a voz en cuello, no te detengas; alza tu voz como trompeta, y anuncia a mi pueblo su rebelión, y a la casa de Jacob su pecado.
58:2 Que me buscan cada día, y quieren saber mis caminos, como gente que hubiese hecho justicia, y que no hubiese dejado la ley de su Dios; me piden justos juicios, y quieren acercarse a Dios.
58:3 ¿Por qué, dicen, ayunamos, y no hiciste caso; humillamos nuestras almas, y no te diste por entendido? He aquí que en el día de vuestro ayuno buscáis vuestro propio gusto, y oprimís a todos vuestros trabajadores.
58:4 He aquí que para contiendas y debates ayunáis y para herir con el puño inicuamente; no ayunéis como hoy, para que vuestra voz sea oída en lo alto.
58:5 ¿Es tal el ayuno que yo escogí, que de día aflija el hombre su alma, que incline su cabeza como junco, y haga cama de cilicio y de ceniza? ¿Llamaréis esto ayuno, y día agradable a Jehová?
58:6 ¿No es más bien el ayuno que yo escogí, desatar las ligaduras de impiedad, soltar las cargas de opresión, y dejar ir libres a los quebrantados, y que rompáis todo yugo?
58:7 ¿No es que partas tu pan con el hambriento, y a los pobres errantes albergues en casa; que cuando veas al desnudo, lo cubras, y no te escondas de tu hermano?
58:8 Entonces nacerá tu luz como el alba, y tu salvación se dejará ver pronto; e irá tu justicia delante de ti, y la gloria de Jehová será tu retaguardia.
58:9 Entonces invocarás, y te oirá Jehová; clamarás, y dirá él: Heme aquí. Si quitares de en medio de ti el yugo, el dedo amenazador, y el hablar vanidad;
58:10 y si dieres tu pan al hambriento, y saciares al alma afligida, en las tinieblas nacerá tu luz, y tu oscuridad será como el mediodía.
58:11 Jehová te pastoreará siempre, y en las sequías saciará tu alma, y dará vigor a tus huesos; y serás como huerto de riego, y como manantial de aguas, cuyas aguas nunca faltan. ESTA ES LA VERDADERA RELIGIÓN EXPUESTA EN SU PUNTO MÁS ALTO. 7. Malaquias 1:1 Profecía de la palabra de Jehová contra Israel, por medio de Malaquías.
1:2 Yo os he amado, dice Jehová; y dijisteis: ¿En qué nos amaste? ¿No era Esaú hermano de Jacob? dice Jehová. Y amé a Jacob,
1:3 y a Esaú aborrecí, y convertí sus montes en desolación, y abandoné su heredad para los chacales del desierto.
1:4 Cuando Edom dijere: Nos hemos empobrecido, pero volveremos a edificar lo arruinado; así ha dicho Jehová de los ejércitos: Ellos edificarán, y yo destruiré; y les llamarán territorio de impiedad, y pueblo contra el cual Jehová está indignado para siempre.
1:5 Y vuestros ojos lo verán, y diréis: Sea Jehová engrandecido más allá de los límites de Israel.
1:6 El hijo honra al padre, y el siervo a su señor. Si, pues, soy yo padre, ¿dónde está mi honra? y si soy señor, ¿dónde está mi temor? dice Jehová de los ejércitos a vosotros, oh sacerdotes, que menospreciáis mi nombre. Y decís: ¿En qué hemos menospreciado tu nombre?
1:7 En que ofrecéis sobre mi altar pan inmundo. Y dijisteis: ¿En qué te hemos deshonrado? En que pensáis que la mesa de Jehová es despreciable.
1:8 Y cuando ofrecéis el animal ciego para el sacrificio,¿no es malo? Asimismo cuando ofrecéis el cojo o el enfermo, ¿no es malo? Preséntalo, pues, a tu príncipe; ¿acaso se agradará de ti, o le serás acepto? dice Jehová de los ejércitos.
1:9 Ahora, pues, orad por el favor de Dios, para que tenga piedad de nosotros. Pero ¿cómo podéis agradarle, si hacéis estas cosas? dice Jehová de los ejércitos.
1:10 ¿Quién también hay de vosotros que cierre las puertas o alumbre mi altar de balde? Yo no tengo complacencia en vosotros, dice Jehová de los ejércitos, ni de vuestra mano aceptaré ofrenda.
1:11 Porque desde donde el sol nace hasta donde se pone, es grande mi nombre entre las naciones; y en todo lugar se ofrece a mi nombre incienso y ofrenda limpia, porque grande es mi nombre entre las naciones, dice Jehová de los ejércitos.
1:12 Y vosotros lo habéis profanado cuando decís: Inmunda es la mesa de Jehová, y cuando decís que su alimento es despreciable.
1:13 Habéis además dicho: ¡Oh, qué fastidio es esto! y me despreciáis, dice Jehová de los ejércitos; y trajisteis lo hurtado, o cojo, o enfermo, y presentasteis ofrenda. ¿Aceptaré yo eso de vuestra mano? dice Jehová.
1:14 Maldito el que engaña, el que teniendo machos en su rebaño, promete, y sacrifica a Jehová lo dañado. Porque yo soy Gran Rey, dice Jehová de los ejércitos, y mi nombre es temible entre las naciones. UN CORAZÓN PARA DIOS. 8. Mr 7:5 Le preguntaron, pues, los fariseos y los escribas: ¿Por qué tus discípulos no andan conforme a la tradición de los ancianos, sino que comen pan con manos inmundas?
7:6 Respondiendo él, les dijo: Hipócritas, bien profetizó de vosotros Isaías, como está escrito:
Este pueblo de labios me honra,
Mas su corazón está lejos de mí.
7:7 Pues en vano me honran,
Enseñando como doctrinas mandamientos de hombres.
7:8 Porque dejando el mandamiento de Dios, os aferráis a la tradición de los hombres: los lavamientos de los jarros y de los vasos de beber; y hacéis otras muchas cosas semejantes.
7:9 Les decía también: Bien invalidáis el mandamiento de Dios para guardar vuestra tradición.
7:10 Porque Moisés dijo: Honra a tu padre y a tu madre; y: El que maldiga al padre o a la madre, muera irremisiblemente.
7:11 Pero vosotros decís: Basta que diga un hombre al padre o a la madre: Es Corbán (que quiere decir, mi ofrenda a Dios) todo aquello con que pudiera ayudarte,
7:12 y no le dejáis hacer más por su padre o por su madre,
7:13 invalidando la palabra de Dios con vuestra tradición que habéis transmitido. Y muchas cosas hacéis semejantes a estas.
7:14 Y llamando a sí a toda la multitud, les dijo: Oídme todos, y entended:
7:15 Nada hay fuera del hombre que entre en él, que le pueda contaminar; pero lo que sale de él, eso es lo que contamina al hombre.
7:16 Si alguno tiene oídos para oír, oiga. |
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