EL PUEBLO DE
DIOS Y SER SACERDOTES EN EL HOGAR.1 Pe 2: 9
2:9 Más
vosotros sois linaje escogido, real sacerdocio, nación santa, pueblo adquirido
por Dios, para que anunciéis las virtudes de aquel que os llamó de las
tinieblas a su luz admirable;
1ª de Samuel
2 : 12 - 25
Elí fue el
sumo sacerdote en la época que menos se escuchaba la Palabra de Dios en Israel,
como dice en el Capítulo 3:1 "...; y la Palabra de Jehová escaseaba en
aquellos días; no había visión con frecuencia." Ser el sacerdote principal
para el pueblo, era, no solo conocer la Palabra, sino llevarla a cabo con el
mayor sigilo. Uno de los roles fundamentales de un sacerdote en su hogar, era
comunicar La Palabra de Jehová a sus hijos en todo momento, en todo lugar y a
toda hora (Deuteronomio 11:18 - 21 ). Cuando observamos la historia que nos
muestra Samuel en su primer libro, observamos unos hijos de Elí, pecando en la
misma casa de Jehová, "con las mujeres que velaban a la puerta de
Tabernáculo de reunión" ( 2:22), es decir, no observando la santidad del
sacerdote de Jehová y lo peor, en la misma Casa de Jehová. El pasaje nos deja
ver a un padre que siendo viejo, trata de reprender a sus hijos indicándoles
que lo que hacen está mal, pero, como vemos, es un paño de agua tibia en lo que
los hijos habían decidido hacer y no tenía ni estorbo firme, ni freno adecuado
a sus acciones. La historia termina con la muerte de los hijos de Elí y con la
muerte del mismo sumo sacerdote ante la noticia de la muerte trágica de sus
hijos.
La pregunta
está en que debió hacer Eli. La respuesta nos enseñará cómo debemos
comportarnos con nuestros hijos siendo los sacerdotes en el hogar. Esta es la
primera de varias entregas sobre nuestro verdadero comportamiento como Padres.
1. DEBEMOS
SER SACERDOTES PRESENTES.
En el mundo
moderno, la ausencia de los Padres, es una constante. Los Padres no solamente
estamos ausentes por nuestro trabajo, sino por nuestras múltiples ocupaciones
dentro del hogar: tenemos que ver televisor, leer la prensa, contestar los e-mail que nos llega, realizar nuestro aseo
diario y si nos sobra tiempo, tener algún gusto con nuestras esposas. Fuera del
hogar, tenemos igualmente, abundante cantidad de compromisos: el trabajo, los
amigos, el deporte, la iglesia, las compras y principalmente, el servicio a la
comunidad que nos rodea. Pero nuestros Hijos ?. Realmente no son la prioridad.
Ellos reciben una buena educación en el plantel que con tanto esmero hemos
escogido y con tanta dificultad pagamos. Ellos tienen un buen televisor donde
puede ver a DiscoveryChanel que les
enseñará lo que necesitan saber y ellos tienen un buen computador en casa que
les ayudará a hacer las tareas. PARA QUE MÁS????.
La Palabra
de Dios nos enseña, que debemos, tenemos, que hablarles de Dios, de sus enseñanzas,
de su amor, de su salvación, de su camino. La Palabra nos obliga a pasar tiempo
de calidad con ellos, no solo REGAÑANDOLOS, sino demostrándoles que los amamos
y estamos para ellos. Nos dice además, que debemos ser ejemplo para ellos en la
vida cristiana y en nuestro amor a Dios, que ellos, al igual que nosotros,
necesitan a Dios en todos los ámbitos del andar humano. Estar presentes es
vivir con ellos, el diario discurrir de sus vidas llevándolos de la mano hacia
Dios.
SER
SACERDOTES EN EL HOGAR.
Como veíamos
en el e-mail anterior, es necesario que el sacerdote esté presente en el hogar
y sea un actor activo con las personas que habitan y no un ser pasivo que solo
entra y sale.
Hoy veremos
otro aspecto necesario como sacerdote dentro del hogar.
2. SU CONSEJO
ES OPORTUNO Y EN EL TIEMPO JUSTO.
1ª DE SAMUEL
2 : 12 - 25
Cuando Elí
fue informado por los ancianos de Israel sobre lo que sus hijos hacían, Elí los
llamó y les preguntó sobre la actuación de ellos en la Casa de Jehová. Para el
momento en que los llama, el mal de ellos estaba hecho en la Casa de Jehová y
en el Pueblo de Israel. Dice la Palabra: " Por qué hacéis cosas
semejantes?. Porque yo oigo de TODO ESTE PUEBLO vuestros malos procederes
" ( Vr 23 ). Lo que Elí estaba diciendo era que él escuchaba lo que ellos
YA estaban haciendo de malo dentro de su oficio como sacerdotes de Israel.
Cuando un
Padre ha sido ausente como sacerdote en el hogar, como conductor, como guía de
lo que deben hacer BIEN hecho los hijos, el comportamiento de éstos es de esperar
que sea deficiente, es decir, que no corresponde a lo que deben hacer dentro de
la sociedad cuando se incorporan a ella como actores de la misma. Hoy lo vemos,
más que nunca, cuando observamos el aumento de la delincuencia juvenil, el
aumento de menores infractores y el aumento de la paternidad entre
adolescentes. En casi todos los casos ha habido un aumento en la ausencia del
padre y por consiguiente, una pérdida del padre como guía y ejemplo de
disciplina
El consejo y
la orientación del padre, debe ser oportuna, es decir, en el momento en que el
niño lo necesita. Para los israelitas, era fundamental que los padres dieran la
instrucción necesaria a los hijos y buscaban la enseñanza oportuna de la
Palabra de Dios. Pero en caso de los hijos de Elí, la misma Palabra dice que
" la Palabra de Dios escaseaba en aquellos tiempos" ( 3: 1), lo cual
era una realidad para los hijos de Elí, cuando fueron niños. Era de esperar su
actuación como adultos no guiados oportuna y eficazmente.
Hoy debemos
preguntarnos, cuanto aconsejamos a nuestros hijos y en qué momento lo hacemos,
cuando aún hay tiempo o cuando ya es muy tarde ?.
DIOS ES UN
PADRE RESTAURADOR
EL PADRE:
DIRECTOR DE LA ORQUESTA, SACERDOTE Y SANTO
Sal. 128
Debe haber
armonía en el hogar. Por cierto, todo el hogar debe ser una sinfonía de
alabanza. ¿Pero quién es el líder que dirige esta maravillosa música? El padre.
El Salmo 128 contiene un mensaje especial para los padres. Así que si usted es
un padre, me gustaría que note cinco hermosas verdades que le ayudarán a poner
música en su hogar.
EL CARÁCTER
QUE DEMUESTRA
La mayoría
de la gente piensa que la felicidad proviene del matrimonio, del dinero, del
éxito o la buena salud. Sin embargo, la Biblia dice que “es el temor a Dios lo
que trae felicidad”. ¿Qué significa “el temor a Dios”? A mí me gusta pensar que
es, sencillamente, el amor que está de rodillas. Aquel que ama más a Dios, es
quien más le teme.
Lo demuestra
por la forma en que vive. No hay nada más importante para el hombre que su
integridad. Déjeme preguntarle al padre que está leyendo esto: ¿Por qué quiere
que le recuerden? ¿Por el trabajo que tuvo? ¿Por cómo cuidó el jardín? ¿Por el
dinero que ganó? Yo quiero que mis hijos me recuerden por mi carácter. Quiero
que ellos puedan decir: “Mi papá tenía temor de Dios. Mi papá caminó en los
caminos de Dios.”
EL
CONTENTAMIENTO QUE APRENDE
El Salmo
128:2 dice: “Cuando comieres el trabajo de tus manos, bienaventurado serás, y
te irá bien.” Hay algo realmente maravilloso en el trabajo honesto. Proveer para
su familia y regresar al hogar para disfrutar lo que Dios ha dado.
La Biblia
dice en 1ª Timoteo 6:6: “Pero gran ganancia es la piedad acompañada de
contentamiento.” ¿Sabe cuál es el problema con muchos padres? Que nunca están
contentos. Nunca tienen lo suficiente. Nunca están satisfechos de simplemente
venir al hogar y ser feliz con su familia. Están tan ocupados ganado para
vivir, que se olvidan precisamente de eso: ¡de vivir!
LA COMPAÑÍA
QUE AMA
El Salmo
128:3 explica: “Tu mujer será como vid que lleva fruto a los lados de tu casa.”
La compañera del padre debe ser su fiel esposa, porque ella se aferra a él como
una enredadera se aferra a la pared. Y un marido debe ser para su mujer lo que
la pared es para la enredadera: su soporte y fortaleza.
El marido
anima y edifica a su esposa haciendo evidente su amor y cubriéndola con su
afecto. ¿Caracteriza eso a su esposa? ¿Caracteriza eso su rol o papel en el
hogar como el proveedor fiel y el amoroso apoyo de su esposa?
LOS HIJOS
QUE LIDERA
“Tus hijos
como plantas de olivo alrededor de tu mesa” (Salmo 128:3b). ¿Sabía usted que el
olivo es un símbolo bíblico de ser fructífero y justo? Un árbol de olivo, si
está bien sembrado y cuidado, puede dar fruto por veinte generaciones.
Quiero
preguntar a los padres algo: si su esposa es como una enredadera y sus hijos
como plantas de olivo, ¿cuál es su rol? ¡Usted debe cultivarlos! Sabio es el
padre que entiende que es su labor y privilegio el cultivar el amor de su
esposa y proveer para sus necesidades, y cultivar a sus hijos y proveer para
las necesidades de ellos.
LA
CONTRIBUCIÓN QUE DEJA
Note ahora
el Salmo 128:4-6: “He aquí que así será bendecido el hombre que teme a Jehová. Bendígale
Jehová desde Sion, y veas el bien de Jerusalén todos los días de tu vida, y veas
a los hijos de tus hijos. Paz sea sobre Israel.” ¡Oh, qué bendición es ver a
nuestros hijos y nietos sirviendo al Señor!
Yo no sé de
qué familia proviene usted, pero probablemente hay algunos que están leyendo
esto que fueron abusados siendo niños. Tal vez otros crecieron en un hogar
donde hubo alcoholismo, ira incontrolable, abandono o aun la prematura muerte
de su padre, antes de que tuviera la oportunidad de llegar a conocerle.
Tal vez se
esté diciendo a usted mismo: “Daría cualquier cosa porque mi padre pusiera sus
brazos alrededor de mi cuello, y me dijera que me ama.” La más profunda
necesidad de su corazón, es por un padre que le abrace y le diga: “Te acepto y
te amo.”
Permítame
decirle que hay esperanza para usted. Todo hijo de Dios tiene un Padre que le
ama incondicional y eternamente. Usted puede sentarse en su regazo cuando
quiera y donde quiera, y ser abrazado. Tome esta verdad de la Palabra de Dios y
no sólo piense en ella, sino resguárdela en su corazón.
“Pero cuando
vino el cumplimiento del tiempo, Dios envió a su Hijo, nacido de mujer y nacido
bajo la ley, para que redimiese a los que estaban bajo la ley, a fin de que
recibiésemos la adopción de hijos. Y por cuanto sois hijos, Dios envió a
vuestros corazones el Espíritu de su Hijo, el cual clama: ¡Abba, Padre! Así que
ya no eres esclavo, sino hijo; y si hijo, también heredero de Dios por medio de
Cristo” (Gálatas 4:4-7).
Usted no
puede hacer nada acerca de sus ancestros, pero ciertamente usted puede hacer
algo acerca de sus descendientes.
Un padre
dijo: “Si pudiera hacerlo todo de nuevo, esto es lo que haría: amaría más a mi
esposa frente a nuestros hijos; reiría más con mis hijos, aprendería más de nuestros errores y nuestros gozos; les
escucharía más, aun a los más pequeños. Sería más honesto acerca de mis propias
debilidades, y dejaría de pretender ser perfecto. Oraría diferente por mis
hijos. En vez de pensar sólo en mí, me enfocaría en ellos. Haría más cosas con
mis hijos. Les daría más ánimo y les alabaría más. Pondría más atención a las
cosas pequeñas, acciones y palabras de amor y bondad. Finalmente, si podría
hacerlo todo de nuevo, compartiría a Dios más íntimamente con mi familia.
Usaría cada cosa ordinaria que sucede en cada día ordinario, para guiarles a
Dios.”
Padres, si
va a haber música en su hogar, usted va a tener que proveerla, porque Dios le
ha hecho a usted el director o conductor de la orquesta.
Recuerde que
somos sus Sacerdotes y que Dios nos dio una gran responsabilidad, no sólo en el
Hogar, sino también en su Iglesia, y en el resto de la Sociedad. Nuestros hijos
van a formar esa Nación Santa que dará la Gloria a Dios El Padre y a Nuestro
Señor Jesucristo. Amén
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