martes, 4 de junio de 2013

LOS ANTI VALORES DE HOY: LA IRA Y EL ENOJO

LOS ANTI VALORES DE HOY: LA IRA Y EL ENOJO


LA IRA Y EL ENOJO MATAN A MUCHAS PERSONAS HOY
Entonces Jehová dijo a Caín: ¿Por qué te has enojado en gran manera Caín, y por qué ha decaído tu semblante? Génesis 4:6

El primer homicidio en la historia de la humanidad, del cual tenemos noticia según la Biblia, es el cometido por el hijo mayor de Adán, Caín, quien mató a su hermano menor, Abel. ¿Será posible imaginar el inmenso dolor de Adán y Eva viendo el cuerpo de su hijo, sin vida? Habrán llorado amargamente y se habrán preguntado muchas veces: “¿Por qué?”

La Biblia cuenta de que Caín tenía problemas con su excesiva rabia . Dios le había preguntado a Caín: ¿Por qué estás enojado?

¿Por qué la ira y el enojo son tan comunes entre familiares y parientes? Encontramos a personas que tienen un pésimo auto imagen, viven abatidos, hacen parte de una familia dominada por la ira, la rabia, el enojo y no tienen control emocional.

La Biblia dice: “El amor... no se irrita fácilmente, no guarda rencor”. Este pasaje bíblico, se refiere en primer lugar, al amor de Dios por nosotros. Siempre enfrentamos personas o situaciones que nos provocan. Pero debemos dominar nuestros impulsos recordando la manera como Dios nos trata cuando le ofendemos. Dios es paciente y bondadoso con nosotros. Debemos amar a los demás con el mismo amor que Dios nos ama y mantener sobre control nuestros impulsos. Dominar nuestro temperamento con la ayuda de Dios.



Piensa

Quien controla su temperamento, evita heridas en el corazón de otros y en su propio corazón.

Ora

Perdónanos Señor, por herir y lastimar a muchas personas con nuestra ira, rabia y enojo. A veces entristecemos y hacemos llorar a muchos por no controlarnos. Enséñanos a amar de verdad. Amén.
¿Por qué esa rabia?
Si bien hicieres, ¿no serás enaltecido? Y si no hicieres bien, el pecado está a la puerta... y tú te enseñorearás de él. Génesis 4:7

Dios nos alerta que cuando nos airamos, el pecado se convierte en una amenaza. En otras palabras, la ira es como un animal salvaje, listo para atacar a su presa indefensa.

La ira nos puede dominar y aún más, intentar aniquilar lo que está provocando nuestra ira – “... más el espíritu deprimido, quién lo levanta?” (Proverbios 18:14)

¿Cuántos de nosotros ya hemos lastimado a otros porque no supimos controlar nuestra ira y nuestra lengua? El Señor nos advierte: “No te apresures en tu espíritu a enojarte; porque el enojo reposa en el seno de los necios”. (Eclesiastés 7:9). Cuando estamos dominados por la ira, nos sentimos poderosos, pero en lo íntimo sabemos que solamente escondemos nuestra debilidad.

Vivimos una época de mucho nerviosismo. Vemos gente nerviosa en el tránsito de las grandes ciudades. Las personas dicen palabras groseras e hirientes cuando están enojadas.

EL Dios eterno nos pregunta hoy: ¿Por qué estás enojado? (Génesis 4:6). Dios nos hace esa pregunta, para llevarnos a la raíz del problema. Él quiere sanar las heridas que otros nos causaron. Podemos confiar que Él pondrá límites al pecado que toca a nuestra puerta.





Piensa

Cuando nos provocan a ira, es bueno preguntarnos: “¿Porqué es que estoy tan enojado?”

Ora

Señor, ayúdanos a dominar nuestra ira. Danos paciencia, autocontrol y sabiduría, para saber convivir con los demás, de tal manera que no les causemos sufrimiento o destrucción. En nombre de Jesús. Amén.
Respondiendo como Jesús
Si bien hicieres, ¿no serás enaltecido?Génesis 4:7

La ira crea un vacío en nuestras vidas.

Pedro dice a los cristianos: “Porque también Cristo padeció (...) quien cuando le maldecían, no respondía con maldición, cuando padecía, no amenazaba, sino encomendaba la causa al que juzga justamente”. Debemos imitar a Cristo... Jesús podría haber llamado a legiones de ángeles y barrer de la tierra a sus adversarios, pero respondió con amor y no con ira.

Cuando somos heridos en lo más íntimo, no debemos responder con represalia e ira, porque eso no ayudará ni resolverá en nada. Dios insistió con Caín cuando estaba a punto de matar a su hermano Abel: “¿Si hicieres el bien, no serás enaltecido?. Pero Caín no escuchó el consejo de Dios.

Muchas veces es difícil librarnos de nuestra ira. Parece que las cosas que hacen las personas a nuestro alrededor, la hacen simplemente para irritarnos y ponernos nerviosos. Tal vez sea el esposo, la esposa, un hijo, un colega de trabajo, un vecino o alguien de la iglesia, que con frecuentemente nos irrita. ¿Por qué?

El problema está dentro de nosotros mismos. No es culpa del otro cuando actuamos con ira. En realidad es nuestro problema y nuestra responsabilidad. Necesitamos mansedumbre y la simpatía para lidiar con las faltas de los otros, así como Cristo lidia con nosotros.

Piensa

La culpa de quien tiene ataques de ira, descontrol emocional, no es de los otros, pero sí de quien las tiene.

Ora

Perdónanos Señor, cuando respondemos irritados, con ira y hasta con furia, a las provocaciones y los insultos. Ayúdame, pues no quiero ser un impedimento para que otros te conozcan. Amén.
¿Dónde está tu hermano?
Y Jehová dijo a Caín: ¿Dónde está Abel tu hermano?...Génesis 4:9

Hace poco, mi esposa y yo estuvimos conversando con una pareja de ancianos, a quienes admiramos mucho. Ellos nos contaron que asumieron el compromiso de apoyar a cuatro mujeres que quedaron viudas. Frecuentemente le hacen visitas y construyen una relación de amistad y compañerismo con cada una de ellas. Mientras compartía su experiencia, pensé: “que Dios los bendiga y les multiplique sus fuerzas”. Recuerdo que mi padre contaba de que cuando mi madre falleció, los amigos nunca más lo visitaron.

Uno de los problemas más grande que existe en el mundo, es la soledad. Muchas familias son inestables, o están divididas por el divorcio. Dios nos dice a todos, que la iglesia es nuestra familia también. La iglesia es un lugar donde personas extrañas pasan a ser hermanos y hermanas, en Cristo.

Las altas secuoyas, son árboles muy altos que viven más de 2.000 años, en California, siempre crecen en grupos. Es difícil encontrar un árbol grande solito, porque las secuoyas no tienen raíces profundas, y solas difícilmente resistirían a la tempestad. Pero un grupo de secuoyas, sí permanecen en pié, porque las raíces se entrelazan entre si.

Podemos decir que lo mismo sucede con una iglesia que vive en comunión.



Piensa

Desde los tiempos remotos de Caín y Abel, Dios ya nos enseñaba a cuidar de nuestros hermanos.

Ora

Gracias Señor, por aquellos que se interesan por nosotros. Que demostremos interés por los demás y creemos una relación de amor que nos mantenga unidos contra las tempestades. Amén.
Calor humano
Sobrellevad unos las cargas de los otros, y cumplid así la ley de Cristo.Gálatas 6:2

Jackie Robinson, el primer jugador negro del beisbol profesional americano, estaba jugando en el estadio de su ciudad natal. Durante el juego el cometió un grave error, comprometedor, y la multitud comenzó a gritar insultos peyorativos y frases racistas. Robinson se quedó paralizado y cabizbajo, severamente humillado. Entonces el jugador Pee Wee Reese, fue junto a Jackie, mientras la multitud continuaba gritando, abrazó a Jackie y enfrentó al público. Al poco tiempo la hinchada se calmó. Tiempos después, Robinson dijo que recibir un abrazo caluroso fue lo que salvó su carrera de jugador.

Conozco lo que sucedió a un grupo de 9 personas que trabajaban en la extracción de mineros y quedaron atrapados por tres días en un pozo lleno de agua. Estar por mucho tiempo dentro del agua helada podría matarlos poco a poco por hipotermia. Sabiendo que eso podría ocurrir, cuando uno de ellos ya no aguantaba el frío, los otros 8 se juntaban a su alrededor para calentarlo. También se amarraron unos a otros para quedarse juntos y apoyarse mutuamente, sabiendo que si morían serían encontrados todos juntos. Finalmente todos salieron vivos.

Estas son dos historias increíbles acerca de cómo cuidar al otro. Dos ejemplos de cómo una iglesia debe ser y actuar.



Piensa

Un abrazo en un momento crucial de la vida, puede salvar nuestra vida.

Ora

Señor, cuándo nos preguntas: ¿Dónde está tu hermano?, sabemos lo que quieres decir. Que podamos ayudar a nuestro hermano con alegría y amor. En nombre de Cristo Jesús. Amén.
Un nuevo mandamiento
Un mandamiento nuevo os doy: Que os améis unos a otros; como yo os he amado, que también os améis unos a otros. Juan 13:34

A veces las personas se confunden cuando Jesús dice que está dando un nuevo mandamiento: “Amaos los unos a los otros”. ¿Es que acaso ese no fue siempre el mandamiento de Dios? Para entender lo que hay de nuevo en ese mandamiento, necesitamos observar que Jesús añade: “como yo os amé, vosotros también debéis amaros los unos a los otros” Jesús nos amó dando su vida en la cruz por nosotros. Jesús nos enseñó que el amor verdadero requiere sacrificio.

¡Qué comunidad maravillosa sería la iglesia, si todos los seguidores de Jesús amasemos como Él nos amó!. En ese bello escenario todos los miembros de la iglesia andarían lado a lado con sus hermanos, hermanas y vecinos, estimulándose mutuamente, ayudándose y apoyándose. El amor cristiano puesto en práctica, estaría dispuesto a ayudar a cualquiera en nombre de Jesús, sin importar las dificultades. Infelizmente no encontramos siempre este tipo de amor dentro de nuestras iglesias, a pesar de eso, el compromiso nuestro debe ser con Jesús, quien nos amó.

Hay tantas personas que necesitan un hermano o hermana que estén a su lado, apoyándolos y amándolos cuando tienen que enfrentar situaciones difíciles en la vida. Muchos, en éste momento, se encuentran solos.

Piensa

Sólo el amor de Cristo es sin límites, pero dentro de nuestras limitaciones debemos amar a nuestro prójimo.

Ora

Señor, te agradecemos por amarnos de una manera totalmente nueva. Que podamos demostrar tu amor de manera auténtica y desinteresada, a las personas que nos rodean. En nombre de Cristo. Amén.
Mi hermano es mi problema
.... Y él respondió: ¿Soy yo acaso guarda de mi hermano?Génesis 4:9

Veamos nuevamente la pregunta que le hizo Dios a Caín a respecto de su hermano Abel, y la respuesta que él le dio. Caín respondió con otra pregunta: “¿Soy yo responsable por mi hermano?”. Es una respuesta que siempre escuchamos y la empleamos frecuentemente.

La pregunta de Caín revela  los sentimientos que manifestamos ante los problemas de los otros: “No puedo ayudar porque tengo mis propios problemas”.

Conocemos a personas que están pasando por angustias, pero preferimos cruzar la calle y tratamos de evitarlas. Vemos noticias en la televisión sobre el hambre en el África y la epidemia del SIDA y damos la espalda, no hacemos caso y olvidamos, nos distraemos con el frenesí de la vida cotidiana. Es cierto que no podemos cargar los problemas del mundo entero, pero tampoco debemos preocuparnos solamente con nosotros mismos, a punto de nunca ayudar a otros.

Con nuestra actitud estamos diciendo a Dios: “¿Acaso soy yo responsable de mi hermano?” Y Dios respondería: “¡Si, tú eres!”.

Dios no nos quitará nunca esa responsabilidad, porque Él nos ve a cada uno de nosotros como responsables por nuestros hermanos y hermanas y por su bienestar. En vez de divulgar sus debilidades, debemos amarles.



Piensa

¿Dónde está tu hermano?

Ora

Padre bondadoso, te damos gracias porque tú no dejas que nos olvidemos de nuestros hermanos y hermanas. Ayúdanos a responder por los que sufren, por los que están en crisis en sus vidas. En nombre de Jesús. Amén

PASTOR: Rigoberto Gómez E

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