CUESTIÓN DE VALORES.
“Poned la mira en las cosas de arriba, no en las de la tierra” Colosenses 3:2
En un viaje a Chicago, vi un cartel con un anuncio sobre un seminario de administración de empresas. El mensaje era intrigante: «El valor del líder es directamente proporcional a sus valores». La veracidad de esa afirmación me impactó. Lo que valoramos moldea nuestro carácter y, a la larga, definirá cómo será nuestro liderazgo o si podremos realmente ejercerlo. Sin embargo, esto no se aplica sólo a los líderes empresariales.
Para el seguidor de Cristo, los valores son aún más importantes. Cuando Pablo les escribió a los creyentes de Colosas, dijo: «Poned la mira en las cosas de arriba, no en las de la tierra» (Colosenses 2:3). La idea es que sólo cuando permitamos que nuestros valores sean motivados y moldeados por lo eterno (no lo temporal), seremos embajadores eficaces de Cristo en el mundo. Si comprendemos que somos peregrinos en este mundo, no turistas, podremos mantener una perspectiva clara y un corazón sin distracciones, y serviremos al Señor de manera más eficiente.
Se ha dicho que vivimos en un mundo que sabe el precio de todo, pero el valor de nada. No obstante, en esta sociedad del «aquí y ahora», los seguidores de Cristo somos llamados a desarrollar nuestros valores en función de lo que dura para siempre. Dicho de otro modo: La eficacia de un creyente es directamente proporcional a sus valores.
Reflexión: Aferrémonos mucho a lo eterno, y poco a lo temporal.
Algunas preguntas que te ayudan a descubrir quién eres y los valores que tienes:
1. ¿Qué es aquello que amo? ¿Está Dios primero en mi vida? (Lc. 10:27.
10:27 Aquél, respondiendo, dijo: Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con todas tus fuerzas, y con toda tu mente;
– Mt. 6:33).
6:33 Mas buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas.
2. ¿Qué pienso acerca de otras personas? ¿Hablo bien de otros o siempre critico y murmuro? ¿Observo lo positivo o miro lo negativo? (Fil. 4:8.
4:8 Por lo demás, hermanos, todo lo que es verdadero, todo lo honesto, todo lo justo, todo lo puro, todo lo amable, todo lo que es de buen nombre; si hay virtud alguna, si algo digno de alabanza, en esto pensad.
- Lc. 6:45).
6:45 El hombre bueno, del buen tesoro de su corazón saca lo bueno; y el hombre malo, del mal tesoro de su corazón saca lo malo; porque de la abundancia del corazón habla la boca.
3. ¿Cómo utilizo el dinero? ¿En qué lo invierto? ¿Soy egoísta? (Lc. 12:33,34.
12:33 Vended lo que poseéis, y dad limosna; haceos bolsas que no se envejezcan, tesoro en los cielos que no se agote, donde ladrón no llega, ni polilla destruye.
12:34 Porque donde está vuestro tesoro, allí estará también vuestro corazón.
- Fil. 4: 17).
4:17 No es que busque dádivas, sino que busco fruto que abunde en vuestra cuenta.
4. ¿Qué hago con mi tiempo? ¿Cómo lo invierto, sólo en placeres y entretenimientos? (Col. 4:5.
4:5 Andad sabiamente para con los de afuera, redimiendo el tiempo.
- Ro. 12:13,14.
12:13 compartiendo para las necesidades de los santos; practicando la hospitalidad.
12:14 Bendecid a los que os persiguen; bendecid, y no maldigáis.
- Ef. 5:16).
5:16 aprovechando bien el tiempo, porque los días son malos.
5. ¿Quiénes son mis amigos? ¿Qué compañía disfruto? (Sal. 25:14.
25:14 La comunión íntima de Jehová es con los que le temen,
Y a ellos hará conocer su pacto.
- Pr. 3:32.
3:32 Porque Jehová abomina al perverso;
Mas su comunión íntima es con los justos.
- Hch. 2:42).
2:42 Y perseveraban en la doctrina de los apóstoles, en la comunión unos con otros, en el partimiento del pan y en las oraciones.
6. ¿A quién y qué admiro? ¿En qué medito y qué ocupa mi mente la mayoría del tiempo? (Sal. 115:1.
115:1 No a nosotros, oh Jehová, no a nosotros,
Sino a tu nombre da gloria,
-135: 15-20.
135:15 Los ídolos de las naciones son plata y oro,
Obra de manos de hombres.
135:16 Tienen boca, y no hablan;
Tienen ojos, y no ven;
135:17 Tienen orejas, y no oyen;
Tampoco hay aliento en sus bocas.
135:18 Semejantes a ellos son los que los hacen,
Y todos los que en ellos confían.
135:19 Casa de Israel, bendecid a Jehová;
Casa de Aarón, bendecid a Jehová;
135:20 Casa de Leví, bendecid a Jehová;
, Ro. 11:36.
11:36 Porque de él, y por él, y para él, son todas las cosas. A él sea la gloria por los siglos. Amén.
- 2 Co. 4:18).
4:18 no mirando nosotros las cosas que se ven, sino las que no se ven; pues las cosas que se ven son temporales, pero las que no se ven son eternas.
7. ¿Qué es mi causa de gozo y risas? (Sal. 119:51.
119:51 Los soberbios se burlaron mucho de mí,
Mas no me he apartado de tu ley.
- Pr. 13:1.
13:1 El hijo sabio recibe el consejo del padre;
Mas el burlador no escucha las reprensiones.
- Ef. 5:4.
5:4 ni palabras deshonestas, ni necedades, ni truhanerías, que no convienen, sino antes bien acciones de gracias.
- Ro. 12:2.
12:2 No os conforméis a este siglo, sino transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento, para que comprobéis cuál sea la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta.
- Fil. 4:1,4).
4:1 Así que, hermanos míos amados y deseados, gozo y corona mía, estad así firmes en el Señor, amados.
4:4 Regocijaos en el Señor siempre. Otra vez digo: ¡Regocijaos!
8. ¿Cuáles son mis metas para la vida? ¿Qué mueve mi corazón y pies? ¿Cuáles son mis pasiones y anhelos para mi vida y la de mi familia? ( Jos. 24:15.
24:15 Y si mal os parece servir a Jehová, escogeos hoy a quién sirváis; si a los dioses a quienes sirvieron vuestros padres, cuando estuvieron al otro lado del río, o a los dioses de los amorreos en cuya tierra habitáis; pero yo y mi casa serviremos a Jehová.
- Sal. 127:1.
127:1 Si Jehová no edificare la casa,
En vano trabajan los que la edifican;
Si Jehová no guardare la ciudad,
En vano vela la guardia.
- Hch. 20:24.
20:24 Pero de ninguna cosa hago caso, ni estimo preciosa mi vida para mí mismo, con tal que acabe mi carrera con gozo, y el ministerio que recibí del Señor Jesús, para dar testimonio del evangelio de la gracia de Dios.
-Fil. 1:21.
1:21 Porque para mí el vivir es Cristo, y el morir es ganancia
- 2 Ti. 4:1-5).
4:1 Te encarezco delante de Dios y del Señor Jesucristo, que juzgará a los vivos y a los muertos en su manifestación y en su reino,
4:2 que prediques la palabra; que instes a tiempo y fuera de tiempo; redarguye, reprende, exhorta con toda paciencia y doctrina.
4:3 Porque vendrá tiempo cuando no sufrirán la sana doctrina, sino que teniendo comezón de oír, se amontonarán maestros conforme a sus propias concupiscencias,
4:4 y apartarán de la verdad el oído y se volverán a las fábulas.
4:5 Pero tú sé sobrio en todo, soporta las aflicciones, haz obra de evangelista, cumple tu ministerio.
PASTOR: Rigoberto Gómez E
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