* 2 Samuel 22: 31. En cuanto a Dios, perfecto es su camino,
Y acrisolada la palabra de Jehová.
* Job 13: 15- 16. He aquí, aunque él me matare, en él esperaré;
No obstante, defenderé delante de él mis caminos,
16 Y él mismo será mi salvación,
* Job 42: 2. Yo conozco que todo lo puedes,
Y que no hay pensamiento que se esconda de ti.
* Salmo 9: 10. En ti confiarán los que conocen tu nombre,
Por cuanto tú, oh Jehová, no desamparaste a los que te buscaron.
* Salmo 10: 14. Tú lo has visto; porque miras el trabajo y la vejación, para dar la recompensa con tu mano;
A ti se acoge el desvalido;
* Salmo 18: 2. Jehová, roca mía y castillo mío, y mi libertador;
Dios mío, fortaleza mía, en él confiaré;Mi escudo, y la fuerza de mi salvación, mi alto refugio.
* Salmo 19: 7. La ley de Jehová es perfecta, que convierte el alma;
El testimonio de Jehová es fiel, que hace sabio al sencillo.
* Salmo 22: 5. Clamaron a ti, y fueron librados;
Confiaron en ti, y no fueron avergonzados.
* Salmo 25: 3. Ciertamente ninguno de cuantos esperan en ti será confundido;
Serán avergonzados los que se rebelan sin causa.
* Salmo 28: 6- 8. Bendito sea Jehová,
Que oyó la voz de mis ruegos.28:7 Jehová es mi fortaleza y mi escudo;
En él confió mi corazón, y fui ayudado,
Por lo que se gozó mi corazón,
Y con mi cántico le alabaré.
28:8 Jehová es la fortaleza de su pueblo,
Y el refugio salvador de su ungido.
* Salmo 32: 10. Muchos dolores habrá para el impío;
Mas al que espera en Jehová, le rodea la misericordia.
* Salmo 33: 11. 11 El consejo de Jehová permanecerá para siempre;
Los pensamientos de su corazón por todas las generaciones.
* Salmo 37: 5. Encomienda a Jehová tu camino,
Y confía en él; y él hará.
* Salmo 52: 8. Pero yo estoy como olivo verde en la casa de Dios;
En la misericordia de Dios confío eternamente y para siempre.
* Salmo 56: 3- 4. En el día que temo,
Yo en ti confío.56:4 En Dios alabaré su palabra;
* Salmo 62: 5- 12. Alma mía, en Dios solamente reposa,
Porque de él es mi esperanza.62:6 El solamente es mi roca y mi salvación.
Es mi refugio, no resbalaré.
62:7 En Dios está mi salvación y mi gloria;
En Dios está mi roca fuerte, y mi refugio.
62:8 Esperad en él en todo tiempo, oh pueblos;
Derramad delante de él vuestro corazón;
Dios es nuestro refugio. Selah
62:9 Por cierto, vanidad son los hijos de los hombres, mentira los hijos de varón;
Pesándolos a todos igualmente en la balanza,
Serán menos que nada.
62:10 No confiéis en la violencia,
Ni en la rapiña; no os envanezcáis;
Si se aumentan las riquezas, no pongáis el corazón en ellas.
62:11 Una vez habló Dios;
Dos veces he oído esto:
Que de Dios es el poder,
62:12 Y tuya, oh Señor, es la misericordia;
Porque tú pagas a cada uno conforme a su obra.
* Salmo 71: 5. Porque tú, oh Señor Jehová, eres mi esperanza,
Seguridad mía desde mi juventud.
* Salmo 91: 2. Diré yo a Jehová: Esperanza mía, y castillo mío;
Mi Dios, en quien confiaré.
* Salmo 118: 8. Mejor es confiar en Jehová
Que confiar en el hombre.
* Salmo 145: 8. 8 Clemente y misericordioso es Jehová,
Lento para la ira, y grande en misericordia.
* Proverbios 3: 5- 6. Fíate de Jehová de todo tu corazón,
Y no te apoyes en tu propia prudencia. 3:6 Reconócelo en todos tus caminos,
Y él enderezará tus veredas.
* Nahúm 1: 7. Jehová es bueno, fortaleza en el día de la angustia; y conoce a los que en él confían.
* Isaías 12: 2. He aquí Dios es salvación mía; me aseguraré y no temeré; porque mi fortaleza y mi canción es JAH Jehová, quien ha sido salvación para mí.
* Isaías 26: 3- 4. Tú guardarás en completa paz a aquel cuyo pensamiento en ti persevera; porque en ti ha confiado.
26:4 Confiad en Jehová perpetuamente, porque en Jehová el Señor está la fortaleza de los siglos.
* Isaías 40: 31. pero los que esperan a Jehová tendrán nuevas fuerzas; levantarán alas como las águilas; correrán, y no se cansarán; caminarán, y no se fatigarán.
* Daniel 6. 1- 28. Pareció bien a Darío constituir sobre el reino ciento veinte sátrapas, que gobernasen en todo el reino.
6:2 Y sobre ellos tres gobernadores, de los cuales Daniel era uno, a quienes estos sátrapas diesen cuenta, para que el rey no fuese perjudicado. 6:3 Pero Daniel mismo era superior a estos sátrapas y gobernadores, porque había en él un espíritu superior; y el rey pensó en ponerlo sobre todo el reino.
6:4 Entonces los gobernadores y sátrapas buscaban ocasión para acusar a Daniel en lo relacionado al reino; mas no podían hallar ocasión alguna o falta, porque él era fiel, y ningún vicio ni falta fue hallado en él.
6:5 Entonces dijeron aquellos hombres: No hallaremos contra este Daniel ocasión alguna para acusarle, si no la hallamos contra él en relación con la ley de su Dios.
6:6 Entonces estos gobernadores y sátrapas se juntaron delante del rey, y le dijeron así: ¡Rey Darío, para siempre vive!
6:7 Todos los gobernadores del reino, magistrados, sátrapas, príncipes y capitanes han acordado por consejo que promulgues un edicto real y lo confirmes, que cualquiera que en el espacio de treinta días demande petición de cualquier dios u hombre fuera de ti, oh rey, sea echado en el foso de los leones.
6:8 Ahora, oh rey, confirma el edicto y fírmalo, para que no pueda ser revocado, conforme a la ley de Media y de Persia, la cual no puede ser abrogada.
6:9 Firmó, pues, el rey Darío el edicto y la prohibición.
6:10 Cuando Daniel supo que el edicto había sido firmado, entró en su casa, y abiertas las ventanas de su cámara que daban hacia Jerusalén, se arrodillaba tres veces al día, y oraba y daba gracias delante de su Dios, como lo solía hacer antes.
6:11 Entonces se juntaron aquellos hombres, y hallaron a Daniel orando y rogando en presencia de su Dios.
6:12 Fueron luego ante el rey y le hablaron del edicto real: ¿No has confirmado edicto que cualquiera que en el espacio de treinta días pida a cualquier dios u hombre fuera de ti, oh rey, sea echado en el foso de los leones? Respondió el rey diciendo: Verdad es, conforme a la ley de Media y de Persia, la cual no puede ser abrogada.
6:13 Entonces respondieron y dijeron delante del rey: Daniel, que es de los hijos de los cautivos de Judá, no te respeta a ti, oh rey, ni acata el edicto que confirmaste, sino que tres veces al día hace su petición.
6:14 Cuando el rey oyó el asunto, le pesó en gran manera, y resolvió librar a Daniel; y hasta la puesta del sol trabajó para librarle.
6:15 Pero aquellos hombres rodearon al rey y le dijeron: Sepas, oh rey, que es ley de Media y de Persia que ningún edicto u ordenanza que el rey confirme puede ser abrogado.
6:16 Entonces el rey mandó, y trajeron a Daniel, y le echaron en el foso de los leones. Y el rey dijo a Daniel: El Dios tuyo, a quien tú continuamente sirves, él te libre.
6:17 Y fue traída una piedra y puesta sobre la puerta del foso, la cual selló el rey con su anillo y con el anillo de sus príncipes, para que el acuerdo acerca de Daniel no se alterase.
6:18 Luego el rey se fue a su palacio, y se acostó ayuno; ni instrumentos de música fueron traídos delante de él, y se le fue el sueño.
6:19 El rey, pues, se levantó muy de mañana, y fue apresuradamente al foso de los leones.
6:20 Y acercándose al foso llamó a voces a Daniel con voz triste, y le dijo: Daniel, siervo del Dios viviente, el Dios tuyo, a quien tú continuamente sirves, ¿te ha podido librar de los leones?
6:21 Entonces Daniel respondió al rey: Oh rey, vive para siempre.
6:22 Mi Dios envió su ángel, el cual cerró la boca de los leones, para que no me hiciesen daño, porque ante él fui hallado inocente; y aun delante de ti, oh rey, yo no he hecho nada malo.
6:23 Entonces se alegró el rey en gran manera a causa de él, y mandó sacar a Daniel del foso; y fue Daniel sacado del foso, y ninguna lesión se halló en él, porque había confiado en su Dios.
6:24 Y dio orden el rey, y fueron traídos aquellos hombres que habían acusado a Daniel, y fueron echados en el foso de los leones ellos, sus hijos y sus mujeres; y aún no habían llegado al fondo del foso, cuando los leones se apoderaron de ellos y quebraron todos sus huesos.
6:25 Entonces el rey Darío escribió a todos los pueblos, naciones y lenguas que habitan en toda la tierra: Paz os sea multiplicada.
6:26 De parte mía es puesta esta ordenanza: Que en todo el dominio de mi reino todos teman y tiemblen ante la presencia del Dios de Daniel; porque él es el Dios viviente y permanece por todos los siglos, y su reino no será jamás destruido, y su dominio perdurará hasta el fin.
6:27 El salva y libra, y hace señales y maravillas en el cielo y en la tierra; él ha librado a Daniel del poder de los leones.
6:28 Y este Daniel prosperó durante el reinado de Darío y durante el reinado de Ciro el persa.
* Jeremias 32: 27. He aquí que yo soy Jehová, Dios de toda carne; ¿habrá algo que sea difícil para mí?
* Juan 12: 46. Yo, la luz, he venido al mundo, para que todo aquel que cree en mí no permanezca en tinieblas.
* Juan 14: 1- 2. No se turbe vuestro corazón; creéis en Dios, creed también en mí.
14:2 En la casa de mi Padre muchas moradas hay; si así no fuera, yo os lo hubiera dicho; voy, pues, a preparar lugar para vosotros.
* Romanos 15: 13. Y el Dios de esperanza os llene de todo gozo y paz en el creer, para que abundéis en esperanza por el poder del Espíritu Santo.
* Filipenses 1: 29. Porque a vosotros os es concedido a causa de Cristo, no sólo que creáis en él, sino también que padezcáis por él,
* Filipenses 4: 13. Todo lo puedo en Cristo que me fortalece.
* 1 Timoteo 4: 10. que por esto mismo trabajamos y sufrimos oprobios, porque esperamos en el Dios viviente, que es el Salvador de todos los hombres, mayormente de los que creen.
* Hebreos 10: 23. Mantengamos firme, sin fluctuar, la profesión de nuestra esperanza, porque fiel es el que prometió. Sean vuestras costumbres sin avaricia, contentos con lo que tenéis ahora; porque él dijo: No te desampararé, ni te dejaré;
* Hebreos 13: 5- 6. Sean vuestras costumbres sin avaricia, contentos con lo que tenéis ahora; porque él dijo: No te desampararé, ni te dejaré;13:6 de manera que podemos decir confiadamente:
El Señor es mi ayudador; no temeré
Lo que me pueda hacer el hombre.
¿Qué significa “confiar en Dios”?
Confiar no es una de mis cualidades más fuertes.
Podría echarle la culpa de mi conflicto al hecho de no conocer suficientes personas dignas de confianza, pero sé que el problema está en mí . . . en mi deseo de protegerme yo misma y en mi temor de salir lastimada o sufrir desilusión. Sé que el no confiar en otros es uno de mis mecanismos de defensa. Siempre que me enfrento a algún asunto que requiere confianza, de inmediato me pongo en modo de evaluación. Pienso para mis adentros: “Si puedo lograr un conocimiento comprensivo del problema, tal vez puedo dominarlo y así ya no tendré que confiar para nada.” (Suena como un individuo llamado Gedeón, ¿verdad?)
Mi lucha en cuanto a confiar no es nueva; como tampoco lo son mis esfuerzos por crecer en este aspecto. He estudiado a cabalidad el verbo confiar, pero mis estudios no han hecho que me sienta nada mejor en cuanto a confiar. He descubierto que confiar es cuestión de tener tremenda confianza en alguien o algo, depender de alguien o algo para ayuda. Eso es un pensamiento encantador pero no muy alentador. También he aprendido que la confianza real da por sentado que aquel en quien confiamos demuestra un carácter fuerte de honradez, equidad, confiabilidad, justicia, moralidad, ética y consistencia. A estas alturas, si usted es como yo, está pensando: “¡Ni en sueños! ¡Nadie ni nada es así de confiable!”
Este es el conflicto: La Biblia dice que hay absolutamente Alguien que es digno de confianza. La Palabra de Dios nos llama a confiar sin reservas en nuestro Padre celestial, creyendo que Él no sostendrá y hará que todo resulte para nuestro bien (Romanos 8:28).
Mi mecanismo de defensa de no confiar en otros resulta un tiro completo por la culata cuando se trata de Dios. Como usted ve, no hay ninguna defensa más fuerte que Él. Él es la respuesta a mi lucha con la confianza; cuando sigo Su llamado a confiar, descubro que Su carácter es fuerte con honradez, equidad, fidelidad, veracidad y justicia. Él es el ejemplo cumbre de una persona moral, ética y consistente. Nunca vacila. Él es confiable. Siempre que confío en Él, Su verdad penetra más hondo en mi corazón y así se reduce mi lucha en cuanto a confiar.
Permítame decirle que he aprendido que hay libertad, gozo, descanso y paz absoluta al confiar en el Señor soberano y fiel. Quiero que usted también tenga esta libertad, gozo, descanso y paz.
Si yo puedo confiar en Dios, apuesto a que usted también lo puede. Vamos, ¡dé el paso!.
Estoy seguro que después de leer toda ésta información, ya hemos cambiado de opinión; osea que nuestra Confianza en Dios ahora es Firme y convincente.
PASTOR: Rigoberto Gómez E.
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