CUANDO UN
NIÑO MUERE ¿QUE PASA ?
Cuando muere
un niño:
Leer | 2
SAMUEL 12.16-23
16 Entonces
David rogó a Dios por el niño; y ayunó David, y entró, y pasó la noche acostado
en tierra. 17 Y se levantaron los ancianos de su casa, y fueron a él para
hacerlo levantar de la tierra; mas él no quiso, ni comió con ellos pan. 18 Y al
séptimo día murió el niño; y temían los siervos de David hacerle saber que el
niño había muerto, diciendo entre sí: Cuando el niño aún vivía, le hablábamos,
y no quería oír nuestra voz; ¿cuánto más se afligirá si le decimos que el niño
ha muerto? 19 Mas David, viendo a sus siervos hablar entre sí, entendió que el
niño había muerto; por lo que dijo David a sus siervos: ¿Ha muerto el niño? Y
ellos respondieron: Ha muerto. 20 Entonces David se levantó de la tierra, y se
lavó y se ungió, y cambió sus ropas, y entró a la casa de Jehová, y adoró.
Después vino a su casa, y pidió, y le pusieron pan, y comió. 21 Y le dijeron
sus siervos: ¿Qué es esto que has hecho? Por el niño, viviendo aún, ayunabas y
llorabas; y muerto él, te levantaste y comiste pan. 22 Y él respondió: Viviendo
aún el niño, yo ayunaba y lloraba, diciendo: ¿Quién sabe si Dios tendrá
compasión de mí, y vivirá el niño? 23 Mas ahora que ha muerto, ¿para qué he de
ayunar? ¿Podré yo hacerle volver? Yo voy a él, mas él no volverá a mí.
Es
comprensible que las personas que pierden a un hijo quieran estar seguros de
que su pequeño está en los brazos de Dios. La Biblia no es explícita en cuanto
a lo que sucede a los que son demasiado jóvenes para hacer una declaración de
fe. Sin embargo, la misericordia del Señor sobre ellos es evidente cuando
estudiamos su Palabra.
Con los
años, la gente ha creado explicaciones no bíblicas de lo que sucede a los
pequeños que mueren. Hay quienes sostienen que la salvación está disponible
para algunos, pero no para otros, lo cual es bíblicamente equivocado
(Jn 3.16; 2
P 3.9).
16 Porque de
tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo
aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna.
9 El Señor
no retarda su promesa, según algunos la tienen por tardanza, sino que es
paciente para con nosotros, no queriendo que ninguno perezca, sino que todos
procedan al arrepentimiento.
Otra teoría
más complicada mantiene que Dios usa su conocimiento para determinar si un niño
que muere irá al cielo o al infierno. La idea es que Él salva a quienes Él sabe
que habrían creído y sido salvos, pero rechaza al resto. ¡Qué terrible
incertidumbre significaría eso para los miembros de la familia que quedaron
atrás!
Dios no deja
a la gente haciéndose conjeturas. Lo que su Palabra enseña es que durante sus
primeros años de vida, un niño no sabe cómo elegir entre el bien y el mal (Dt
1.39; Is 7.16.), y por tanto no es responsable por su conducta moral. Por
consiguiente, cuando un niño muere, el Señor lo espera con los brazos abiertos.
Esta es la única teología que tiene sentido bíblico, dado el carácter, los
deseos y el plan del Padre celestial.
39 Y
vuestros niños, de los cuales dijisteis que servirían de botín, y vuestros
hijos que no saben hoy lo bueno ni lo malo, ellos entrarán allá, y a ellos la
daré, y ellos la heredarán.
16 Porque
antes que el niño sepa desechar lo malo y escoger lo bueno, la tierra de los
dos reyes que tú temes será abandonada.
Hasta que un
niño tiene la madurez suficiente para aceptar o no al Señor, está a salvo del
juicio divino. Nuestro justo y misericordioso Dios no castiga a los niños pues
son demasiado jóvenes para comprender su necesidad de un Salvador. Los
creyentes se reunirán con sus pequeños en el cielo (2 S 12.23).
23 Mas ahora
que ha muerto, ¿para qué he de ayunar? ¿Podré yo hacerle volver? Yo voy a él,
mas él no volverá a mí.
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