sábado, 17 de agosto de 2013

SEÑAL DE ADVERTENCIA PARA NO CAER EN EL PECADO

SEÑAL DE ADVERTENCIA PARA NO CAER EN EL PECADO.
Mirad, hermanos, que no haya en ninguno de vosotros corazón malo de incredulidad para apartarse del Dios vivo. Hebreos 3:12
En una playa de Uruguay, parte de unos dedos gigantes de cemento aparecen en la arena señalando en dirección al firmamento. Se los denomina «Monumento al ahogado». La gente del lugar lo llama simplemente La Mano. Lo creó el artista chileno Mario Irarrázabal, para advertir a los nadadores sobre el peligro de ahogarse. Este monumento se ha convertido en una atracción turística, pero su verdadero propósito es recordar sobre los peligros del mar.
La Palabra de Dios contiene sus propias señales de advertencia. Hebreos, en especial, advierte sobre los peligros para el alma: «Mirad, hermanos, que no haya en ninguno de vosotros corazón malo de incredulidad para apartarse del Dios vivo; antes exhortaos los unos a los otros cada día, entre tanto que se dice: Hoy; para que ninguno de vosotros se endurezca por el engaño del pecado» (Hebreos 3:12-13).
El contexto habla de la incredulidad y la rebelión de Israel en el desierto. Aunque eso sucedió varios siglos antes de que se escribiera el libro de Hebreos, el principio espiritual sigue vigente: debemos exhortar a los demás a resistir el endurecimiento del corazón por el pecado. Las señales de advertencia son para protegernos. Alabado sea Dios que nos dejó señales en su Palabra porque nos ama profundamente.
Reflexionemos: Dios nos hace amorosas advertencias en su Palabra para protegernos y preservarnos.

COMO SALIR DE LA DEPENDENCIA DEL PECADO.
1. Acepte que no tiene fuerzas para dejar el vicio o pecado. (2 Co. 1:9)
2. Admita que Dios es su Creador y Salvador y que Él tiene poder para restaurarlo. (Sal. 71:20–21)
3. Someta su voluntad a la de Dios. (Mt. 16:24–25)
4. Enfrente la realidad y reconozca quién es usted en realidad. (Sal. 139:23–24)
5. Acepte ante Dios y otra persona que usted está luchando contra el pecado. (1 Jn. 1:8)
6. Humildemente acepte la ayuda de Dios para cambiar sus patrones de conducta pasados. (1 P. 5:6–7)
7. Confiese sus defectos y caídas continuas. (Sal. 51:10–12)
8. Pida perdón a quienes ha ofendido. (Mt. 5:23–24)
9. Restituya lo que haya tomado de otros. (Ez. 33:15–16)
10. Acepte que se ha equivocado y arregle las cosas que ha hecho mal. (Tit 2:11–12)
11. Ore y conozca la senda que Dios tiene para su vida. (Sal. 25:4–5)
12. Trate de ayudar a otros que posiblemente ha caído y necesitan restauración (Gál. 6:2)

DIOS ESTÁ A CARGO DE TODAS LAS COSAS.
“Mayor es el que está en vosotros, que el que está en el mundo”. 1 Juan 4:4
Después de que una librería local acomodó sus estantes, observé que los títulos sobre brujería y hechicería habían aumentado. Es más, la sección sobre religión se había convertido en una virtual «confrontación» entre la luz y la oscuridad. Los títulos cristianos se encontraban de un lado del pasillo, mientras que casi la misma cantidad de libros de ocultismo estaban del otro.
A veces, podemos pensar sobre Dios y Satanás del mismo modo en que yo reflexioné sobre aquellos libros. Los vemos como fuerzas antagónicas, pero los equiparamos y consideramos que tienen el mismo poder ilimitado. Sin embargo, Dios es Dios y Satanás no. Nuestro Señor es más poderoso que cualquier fuerza de las tinieblas. Hace lo que le place (Salmo 135:6), mientras que el poder del diablo está limitado a lo que Dios permita. Cuando Satanás supuso que la desgracia haría que Job maldijera a Dios, el Señor le respondió: «He aquí, todo lo que [Job] tiene está en tu mano; solamente no pongas tu mano sobre él» (Job 1:12). Satanás tuvo que limitarse a las reglas divinas.
Puesto que Dios está a cargo de todas las cosas, nosotros, como seguidores de Cristo, no tenemos razón de paralizarnos de miedo ante lo que el diablo pueda hacer en nuestra vida o en la de los creyentes que nos rodean. Satanás nos tienta y trata de influenciarnos, pero la Biblia nos asegura: «… mayor es el que está en vosotros, que el que está en el mundo» (1 Juan 4:4).
Reflexionemos: Los poderes del mal a tu alrededor no son nada frente al poder de Jesús en tu interior.
RESISTA  A SATANÁS.
El saber que el poder y conocimiento de Satanás son limitados nos da valor para resistirlo.
- Satanás no es omnipotente. Satanás es poderoso, pero no es todopoderoso. (1 Juan 4:4)
- Satanás no es omnipresente. Satanás es un ángel caído, y los ángeles no pueden estar en todas partes al mismo tiempo. (Job 1:7)
- Satanás no es omnisciente. Satanás se disfraza como “ángel de luz” (2 Co. 11;14). Es astuto, maquiavélico y muy listo, pero el pecado ha corrompido a tal grado su sabiduría, que todavía intenta derrotar a Dios. (Ezequiel 28:17)
- Satanás está limitado. Es importante saber que Dios permite la actividad del enemigo en nuestra vida para fortalecernos y purificarnos. (Job 1:12)
-Satanás no puede tolerar la oposición. Usted puede resistir sus ataques permaneciendo firme en su posición en Cristo. (Santiago 4:7)
- Satanás odia la sangre de Cristo. Si usted es cristiano, Cristo ya conquistó a Satanás y usted también es un vencedor. (Apocalipsis 12:11)
“Por tanto, tomad toda la armadura de Dios, para que podáis resistir en el día malo, y habiendo acabado todo, estar firmes”. (Efesios 6:13)

PASTOR: Rigoberto Gómez E.

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