Tema: ¿Cuánto
Cuesta Ser Cristiano?
Texto: Lucas 14:27- 28.
Texto: Lucas 14:27- 28.
14:27 Y el que
no lleva su cruz y viene en pos de mí, no puede ser mi discípulo.
14:28 Porque
¿quién de vosotros, queriendo edificar una torre, no se sienta primero y
calcula los gastos, a ver si tiene lo que necesita para acabarla?.
INTRODUCCIÓN
Todos nos hacemos a menudo esta pregunta: “¿Cuánto cuesta?” al comprar un terreno, al construir una casa, al amueblar la casa, al hacer planes para el futuro, al calcular y planear los estudios futuros de los hijos. Es sabio y prudente que nos sentemos a considerar con calma los gastos que todo esto implica.
Pero los cristianos se ahorrarían muchas molestias y dolores si a menudo se hicieran la pregunta: “¿Cuánto cuesta ser verdaderamente un creyente verdaderamente santo?” Estas preguntas son decisivas. Por no habérselas formulado desde un buen principio, muchas personas que parecían empezar bien la carrera cristiana, mas tarde torcieron su rumbo y se perdieron para siempre en el infierno.
Vivimos en tiempos muy extraños. Los acontecimientos suceden a gran rapidez. Nunca sabemos lo que el día nos traerá. En nuestros días se hace gran profesión de religiosidad. Es muy común ver como la gente recibela Palabra con gozo, pero
después de dos o tres años se aparta y vuelve a sus pecados.
Nuestros tiempos requieren de una manera muy especial el que nos paremos a considerar el coste y el estado espiritual de nuestras almas. Este tema debe preocuparnos. El camino a la vida eterna es un camino delicioso; pero seria locura, por nuestra parte, cerrar los ojos al hecho de que se trata de un camino estrecho y de que la cruz viene antes que la corona.
I.- lo que cuesta ser un verdadero cristiano
No me refiero aquí a lo que cuesta salvar el alma del creyente. Bien se que costo la sangre del Hijo de Dios al redimir al pecador y librarle del infierno.
INTRODUCCIÓN
Todos nos hacemos a menudo esta pregunta: “¿Cuánto cuesta?” al comprar un terreno, al construir una casa, al amueblar la casa, al hacer planes para el futuro, al calcular y planear los estudios futuros de los hijos. Es sabio y prudente que nos sentemos a considerar con calma los gastos que todo esto implica.
Pero los cristianos se ahorrarían muchas molestias y dolores si a menudo se hicieran la pregunta: “¿Cuánto cuesta ser verdaderamente un creyente verdaderamente santo?” Estas preguntas son decisivas. Por no habérselas formulado desde un buen principio, muchas personas que parecían empezar bien la carrera cristiana, mas tarde torcieron su rumbo y se perdieron para siempre en el infierno.
Vivimos en tiempos muy extraños. Los acontecimientos suceden a gran rapidez. Nunca sabemos lo que el día nos traerá. En nuestros días se hace gran profesión de religiosidad. Es muy común ver como la gente recibe
Nuestros tiempos requieren de una manera muy especial el que nos paremos a considerar el coste y el estado espiritual de nuestras almas. Este tema debe preocuparnos. El camino a la vida eterna es un camino delicioso; pero seria locura, por nuestra parte, cerrar los ojos al hecho de que se trata de un camino estrecho y de que la cruz viene antes que la corona.
I.- lo que cuesta ser un verdadero cristiano
No me refiero aquí a lo que cuesta salvar el alma del creyente. Bien se que costo la sangre del Hijo de Dios al redimir al pecador y librarle del infierno.
1 Cor 6:20;.
6:20 Porque
habéis sido comprados por precio; glorificad, pues, a Dios en vuestro cuerpo y
en vuestro espíritu, los cuales son de Dios.
1 Tim 2:6.
2:6 el cual se dio a sí mismo en rescate por
todos, de lo cual se dio testimonio a su debido tiempo.
Pero no es este
el tema que propongo.
No cuesta gran cosa ser un cristiano de apariencia. Solo requiere que la persona asista al oficio mayor los domingos y en la semana sea medianamente moral. Este es el cristianismo de la vasta multitud de nuestro tiempo.
Pero según las normas dela
Biblia cuestan algo ser cristiano. Debe cargarse con el peso
de la cruz y hay que tomar parte en una gran carrera. La conversión no consiste
en poner a una persona en un cómodo sofá, para luego llevarla suavemente al
cielo.
Tratare de demostrar de una manera precisa y particular lo que cuesta ser un verdadero cristiano.
A. Le costará su justicia propia.
Deberá abandonar el orgullo y alto concepto que de su propia bondad tiene; y deberá contentarse con ir al cielo como un pobre pecador salvado por la gratuita gracia de Dios y por los meritos y justicia de otro. Debe confesar que no hay nada sano en él. Debe abandonar la confianza en su propia moralidad y respetabilidad, y no debe basar su salvación en el hecho de que ha ido a la iglesia, ha orado, ha leído la Biblia, sino que debe confiar, única y exclusivamente, en la persona y obra de Cristo Jesús.
Aprendamos, pues, de una vez para siempre, que ser un verdadero cristiano costará a una persona perder su justicia propia.
B. Le costará sus pecados.
Deberá abandonar todo hábito y practica que sean malos a los ojos de Dios. Debe afirmar su rostro contra el pecado, luchar contra el pecado, romper con el pecado, mortificar el pecado, pese a lo que diga u opine el mundo. No puede establecer ninguna tregua especial con ningún pecado que amaba antes de su conversión. Debe considerar a todos los pecados como enemigos mortales de su alma y odiar todo camino de falsedad.
No cuesta gran cosa ser un cristiano de apariencia. Solo requiere que la persona asista al oficio mayor los domingos y en la semana sea medianamente moral. Este es el cristianismo de la vasta multitud de nuestro tiempo.
Pero según las normas de
Tratare de demostrar de una manera precisa y particular lo que cuesta ser un verdadero cristiano.
A. Le costará su justicia propia.
Deberá abandonar el orgullo y alto concepto que de su propia bondad tiene; y deberá contentarse con ir al cielo como un pobre pecador salvado por la gratuita gracia de Dios y por los meritos y justicia de otro. Debe confesar que no hay nada sano en él. Debe abandonar la confianza en su propia moralidad y respetabilidad, y no debe basar su salvación en el hecho de que ha ido a la iglesia, ha orado, ha leído la Biblia, sino que debe confiar, única y exclusivamente, en la persona y obra de Cristo Jesús.
Aprendamos, pues, de una vez para siempre, que ser un verdadero cristiano costará a una persona perder su justicia propia.
B. Le costará sus pecados.
Deberá abandonar todo hábito y practica que sean malos a los ojos de Dios. Debe afirmar su rostro contra el pecado, luchar contra el pecado, romper con el pecado, mortificar el pecado, pese a lo que diga u opine el mundo. No puede establecer ninguna tregua especial con ningún pecado que amaba antes de su conversión. Debe considerar a todos los pecados como enemigos mortales de su alma y odiar todo camino de falsedad.
Ez 18:31;.
18:31 Echad de
vosotros todas vuestras transgresiones con que habéis pecado, y haceos un
corazón nuevo y un espíritu nuevo. ¿Por qué moriréis, casa de Israel?
Is. 1:16.
1:16 Lavaos y
limpiaos; quitad la iniquidad de vuestras obras de delante de mis ojos; dejad
de hacer lo malo;
Esto parecerá muy duro para muchos; y es que a menudo nuestros pecados nos son más queridos que nuestros propios hijos. Separarnos del pecado es tan duro como separarnos de nuestra mano derecha, y tan doloroso como si nos arrancaran un ojo. Pero debemos separarnos del pecado; no hay otra alternativa posible.
Si deseamos ser amigos de Dios, debemos primero romper con el pecado.
El ser cristiano costara a una persona sus pecados.
C. Le costará su amor a la vida fácil.
Para correr con éxito la carrera al cielo se requiere esfuerzo y sacrificio. Habrá de velar diariamente y de estar alerta, pues se encontrará en territorio enemigo. En cada hora y en cada instante deberá vigilar su conducta, su compañía y los lugares que frecuenta. Con mucho cuidado habrá de disponer de su tiempo y vigilar su lengua, su temperamento, su pensamiento, su motivo y su conducta en las relaciones diarias. Tendrá que ser diligente en su lectura dela Biblia , en su vida de
oración, en la manera cómo pasa el día que aparta para Dios. No será perfecto
en todo esto pero no podrá descuidarlas.
Esto parecerá muy duro para muchos; y es que a menudo nuestros pecados nos son más queridos que nuestros propios hijos. Separarnos del pecado es tan duro como separarnos de nuestra mano derecha, y tan doloroso como si nos arrancaran un ojo. Pero debemos separarnos del pecado; no hay otra alternativa posible.
Si deseamos ser amigos de Dios, debemos primero romper con el pecado.
El ser cristiano costara a una persona sus pecados.
C. Le costará su amor a la vida fácil.
Para correr con éxito la carrera al cielo se requiere esfuerzo y sacrificio. Habrá de velar diariamente y de estar alerta, pues se encontrará en territorio enemigo. En cada hora y en cada instante deberá vigilar su conducta, su compañía y los lugares que frecuenta. Con mucho cuidado habrá de disponer de su tiempo y vigilar su lengua, su temperamento, su pensamiento, su motivo y su conducta en las relaciones diarias. Tendrá que ser diligente en su lectura de
Prov. 13:4.
13:4 El alma del
perezoso desea, y nada alcanza;
Mas el alma de
los diligentes será prosperada.
También esto parece duro y difícil. No hay nada que nos desagrade tanto como las dificultades en nuestra profesión religiosa. No esta de acuerdo con nuestro corazón todo aquello que implique esfuerzo y trabajo; pero sin dolor no hay ganancias para el alma.
Dejemos bien sentado este hecho: el ser cristiano costara a una persona su amor por la vida fácil.
D. Le costará perder el favor del mundo.
Si desea agradar a Dios debe ser conciente de que será despreciado por el mundo. No ha de extrañarse si el mundo se burla de él, le ridiculiza, levanta calumnias contra el y le persigue y odia. No bebe sorprenderse si las gentes le desprecian y con desdén condenan y critican sus practicas religiosas. Debe resignarse a que le acusen de tonto, entusiasta y fanático, e incluso mal interpreten sus palabras. No se maravillen si llegan a tildarlo de loco, y recordemos las palabras dichas por el Maestro en Juan 15:20.
También esto parece duro y difícil. No hay nada que nos desagrade tanto como las dificultades en nuestra profesión religiosa. No esta de acuerdo con nuestro corazón todo aquello que implique esfuerzo y trabajo; pero sin dolor no hay ganancias para el alma.
Dejemos bien sentado este hecho: el ser cristiano costara a una persona su amor por la vida fácil.
D. Le costará perder el favor del mundo.
Si desea agradar a Dios debe ser conciente de que será despreciado por el mundo. No ha de extrañarse si el mundo se burla de él, le ridiculiza, levanta calumnias contra el y le persigue y odia. No bebe sorprenderse si las gentes le desprecian y con desdén condenan y critican sus practicas religiosas. Debe resignarse a que le acusen de tonto, entusiasta y fanático, e incluso mal interpreten sus palabras. No se maravillen si llegan a tildarlo de loco, y recordemos las palabras dichas por el Maestro en Juan 15:20.
15:20 Acordaos
de la palabra que yo os he dicho: El siervo no es mayor que su señor. Si a mí
me han perseguido, también a vosotros os perseguirán; si han guardado mi
palabra, también guardarán la vuestra.
También esto parece duro y difícil. Por naturaleza nos desagrada el proceder injusto y las acusaciones falsas. Si no nos preocuparan las opiniones de los demás dejaríamos de ser carne y hueso. Pero no podemos evitarlo. De la copa que bebió el Maestro también deben beber sus discípulos. Estos deben ser como dice:
También esto parece duro y difícil. Por naturaleza nos desagrada el proceder injusto y las acusaciones falsas. Si no nos preocuparan las opiniones de los demás dejaríamos de ser carne y hueso. Pero no podemos evitarlo. De la copa que bebió el Maestro también deben beber sus discípulos. Estos deben ser como dice:
Isaías 53:3 despreciados y desechados de los
hombres. Anotemos pues lo dicho: ser cristiano costara a una persona el favor
del mundo.
Esta es, en primer, lugar la lista que costara a una persona ser cristiana y debemos reconocer que no es una lista insignificante. Es una falsedad cuando abogamos por la justicia propia, los pecados, el amor a la vida fácil, el amor al mundo, y creer que viviendo así es un cristiano y mas aun es salvo.
La realidad es esta: cuesta mucho ser un cristiano. Cuando la gangrena ha hecho mella en una extremidad la persona se someterá a cualquier operación e incluso a la amputación del miembro afectado. Con más motivo, pues, el creyente estará dispuesto a abandonar cualquier cosa que se levante entre su alma y el cielo.
Una fe que no cuesta nada, no vale nada. Un cristianismo barato --sin una cruz—tarde o temprano manifestará su inutilidad; jamás llevara a la posesión de una corona.
Sin cruz no haya corona.
"todo lo que hagáis hacedlo para la gloria de Dios."
Esta es, en primer, lugar la lista que costara a una persona ser cristiana y debemos reconocer que no es una lista insignificante. Es una falsedad cuando abogamos por la justicia propia, los pecados, el amor a la vida fácil, el amor al mundo, y creer que viviendo así es un cristiano y mas aun es salvo.
La realidad es esta: cuesta mucho ser un cristiano. Cuando la gangrena ha hecho mella en una extremidad la persona se someterá a cualquier operación e incluso a la amputación del miembro afectado. Con más motivo, pues, el creyente estará dispuesto a abandonar cualquier cosa que se levante entre su alma y el cielo.
Una fe que no cuesta nada, no vale nada. Un cristianismo barato --sin una cruz—tarde o temprano manifestará su inutilidad; jamás llevara a la posesión de una corona.
Sin cruz no haya corona.
"todo lo que hagáis hacedlo para la gloria de Dios."
PASTOR:
Rigoberto Gómez E
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