ANDAR EN
NUEVA VIDA EN CRISTO JESÚS ES EL PROPÓSITO DE DIOS.
La
transformación.
Así también
nosotros andemos en vida nueva.
Romanos 6:4
El propósito
del sacrificio expiatorio de Cristo fue que "nosotros, estando muertos a
los pecados, vivamos a la justicia" (1 P. 2:24). Pedro no dice que Cristo
murió para que pudiéramos ir al cielo, tener paz o experimentar el amor. Él
murió para efectuar una transformación: Hacer santos de pecadores. La obra
expiatoria de Cristo permite que una persona se aparte del pecado y que entre
en una nueva forma de vida: Una vida de justicia.
El apóstol
Pablo dijo "Nuestro viejo hombre fue crucificado juntamente con él, para
que el cuerpo del pecado sea destruido, a fin de que no sirvamos más al
pecado" (Ro. 6:6). Hemos muerto al pecado, de modo que ya no tiene poder
sobre nosotros. Primera Pedro 2:24 repite ese pensamiento nuestra
identificación con Cristo en su muerte es un abandono del pecado y una nueva
dirección en la vida.
PARA MUCHAS
PERSONAS SEREMOS” LOCOS Y NECIOS”.
“Nadie se
engañe a sí mismo; si alguno entre vosotros se cree sabio en este siglo, hágase
ignorante, para que llegue a ser sabio” - (1 Corintios 3:18).
Un día Harry
Ironside ―quien fuera gran predicador en el pasado―, viajaba con unos amigos en
un ferry. Estaban teniendo un tiempo maravilloso cantando alabanzas al Señor,
cuando alguien, en forma crítica les interrumpió diciendo: “¿Quiénes son
ustedes? ¿Qué están haciendo?” El Dr. Ironside contestó: “Sólo somos unos
creyentes teniendo un buen tiempo de alabanza a Dios.” Y el criticón dijo: “¡No
son más que un grupo de necios!”. A lo cual Ironside respondió: “¡Tiene mucha
razón! ¡Somos necios y locos por el nombre de Cristo!”
Las palabras
y las acciones de los creyentes son, en ocasiones, locura y necedad a los ojos
del mundo.
¿Cuándo fue
la última vez que usted fue “loco y necio” por el nombre de Cristo? Pídale a
Dios que le ayude a morir para usted mismo, a fin de que su “ego” no vaya a
interrumpir Su trabajo.
TRAN SFORMADOS
DE GLORIA EN GLORIA.
“Por tanto,
nosotros todos, mirando a cara descubierta como en un espejo la gloria del Señor,
somos transformados de gloria en gloria en la misma imagen, como por el
Espíritu del Señor” (2 Corintios 3:18).
Somos cambiados “de gloria en gloria” por el
poder del Espíritu Santo. Eso no significa que esto sucede “de la noche a la
mañana”, sino un paso a la vez. Hoy usted debería tener un poquito más de
gloria que ayer. Hoy usted debería ser un poquito más como Jesús, que lo que
fue ayer. Y mañana, usted deberá ser aún más como Jesús. ¿Está usted llegando a
ser como Jesús? No, si es que no está en su Palabra. ¿No cree que ya sea tiempo
de que esta generación considere seriamente la Palabra de Dios?.
Ponga aparte
un tiempo y un lugar para estar a solas con Jesús, hoy, y ore y medite el Salmo
119:18: “Abre mis ojos, y miraré las maravillas de tu ley.”
UNA NUEVA
VIDA NOS EXIGE DEJAR COSAS.
“Y Él les
dijo: De cierto os digo, que no hay nadie que haya dejado casa, o padres, o
hermanos, o mujer, o hijos, por el reino de Dios, que no haya de recibir mucho
más en este tiempo, y en el siglo venidero la vida eterna” - (Lucas 18:29-30).
Dios le ha
dado habilidades y Él quiere que usted use esas habilidades y las invierta en
Él.
Amigo, es un
pecado el que usted sea menos de lo que Dios le ha llamado a ser. Es cierto,
pudiera ser que no sea usted el próximo Einstein, o Pelé, o Michael Jordan o
Billy Graham. Pero ese no es el punto. El peligro es que usted no haga lo que
puede hacer. Hay tres personas dentro de
usted: Uno, quien es usted ahora mismo; dos, quien podría ser para lo malo si
permite que el diablo lo atrape; tres, quien pudiera ser para Dios.
En una
demostración física de su entrega, abra sus manos y levante sus brazos,
extendidos hacia Dios, y ore: “Padre, me aparto del mundo con ambas manos, y
entrego todo lo de mí a Ti. Úsame para tu gloria en la forma que Tú creas es la
mejor.”
ACERCARME A
DIOS ES BIEN PARA MÍ.
“Pero en
cuanto a mí, el acercarme a Dios es el bien; he puesto en Jehová el Señor mi
esperanza, para contar todas tus obras” - (Salmos 73:28).
A veces
somos tan protectores de nuestra reputación, ¿verdad? Sé de predicadores que
han perdido a sus hijos porque estaban más preocupados por lo que la gente
pensaba que por lo que Dios pensaba. Tal vez usted está criando jovencitos que
se visten de una manera que no es su estilo. A lo mejor sus amigos en la
iglesia dicen cosas desagradables al respecto. ¡Déjelos que critiquen! Dios
conoce su corazón. Esos jovencitos son sus hijos, no los hijos de ellos. Y
usted necesita amarlos con todo lo que Dios le ha dado. Usted debe permanecer a
su lado. Nunca sacrifique a su hijo o a su hija en el altar de su reputación.
Confíe sus hijos al Señor.
EL PROPÓSITO
DE DIOS ES SIEMPRE PARA BIEN.
¿Es usted un
padre o una madre? Pídale a Dios que le dé sabiduría para que pueda ver cómo Él
cumple su promesa de Romanos 8:28 en cada situación. “Y sabemos que a los que
aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien, esto es, a los que conforme a
su propósito son llamados.”
¿ SABE USTED
DÓNDE ESTÁ SU LUGAR AHORA?. EN EL CIELO.
“Y
juntamente con Él nos resucitó, y asimismo nos hizo sentar en los lugares
celestiales con Cristo Jesús” - (Efesios 2:6).
¿Por qué la
tumba vacía es tan gloriosa? Porque significa mucho más que sólo el hecho de
que Dios levantó a Jesús de entre los muertos. Él lo ha levantado a usted
también, para que camine “en novedad de vida” (ver Romanos 6:4). Yo he salido
de esa tumba. He ascendido. Y usted también, si es que es salvo. ¿Dónde está
Cristo hoy? “Sentado en las lugares celestiales. ”¿Dónde está usted sentado? En
el mismo lugar. Usted no tiene que morir para ir al cielo. En Cristo usted
“está sentado en lugares celestiales “¡ahora mismo! ”Animamos a nuestros
hermanos y hermanas a que se mantengan “mirando hacia arriba”, cuando
deberíamos estar diciéndoles que “miren hacia abajo”. Usted ya está sentado en
los lugares celestiales, y puede mirar sus problemas allá abajo. Usted, mi
querido amigo, ¡tiene una nueva y gloriosa vida!.
Aquiétese
por un momento y pídale a Dios que le dé una vida completamente nueva, o
agradézcale por la vida nueva que ya la ha dado.
AGRADECIDOS
Y LLENOS DE CONTENTAMIENTO.
“No lo digo
porque tenga escasez, pues he aprendido a contentarme, cualquiera que sea mi
situación” (Filipenses 4:11).
Pablo llegó
a un punto en su vida —no un punto físico, sino espiritual—, donde sintió
contentamiento divino. Mucha gente piensa que sabe lo que esta palabra
“contentamiento” significa, pero déjeme decirle lo que significa en la Palabra
de Dios: “autonomía, tenerlo todo en uno mismo.” En el contexto de este pasaje,
aprendemos que Pablo estaba agradeciendo a la gente por ayuda financiera que le
habían dado, pero quería también que supieran que él no estaba “dependiendo” de
ellos, porque Dios lo había traído hasta el punto de depender únicamente en Él.
Esto es, Pablo podía decir: “He aprendido que no necesito de nada ni de nadie,
sino del Señor. Lo tengo a Él y, por lo tanto, soy autónomo, pero no
autosuficiente. Puedo hacer todas las cosas a través de Cristo.”
SIEMPRE ESTÉ
LLENO DE ALEGRÍA Y DE CONTENTAMIENTO, PORQUE DIOS SUPLIRÁ TODO.
Tal vez
usted es soltero o soltera y quiere casarse. A lo mejor ya está casado o
casada, y quiere tener familia. Pudiera ser que tenga un trabajo en el que
siente que no va a ninguna parte. Busque al Señor con todo su corazón. Pídale
que su presencia sea evidente en su corazón y en su mente, de tal manera que
usted esté lleno de su contentamiento.
TENEMOS UN
PASTOR QUE CUIDA DE NOSOTROS.
Cristo
nuestro pastor.
Vosotros
erais como ovejas descarriadas, pero ahora habéis vuelto al Pastor y Obispo de
vuestras almas.
1 Pedro 2:25
El versículo
de hoy es una alusión de Pedro a Isaías 53:6, que dice: "Todos nosotros
nos descarriamos como ovejas, cada cual se apartó por su camino; mas Jehová
cargó en él el pecado de todos nosotros". Si el Señor hubiera provisto un
sacrificio por el pecado, nunca nos habría podido llevar a su redil.
La tarea de
un pastor es cuidar ovejas. El término griego para "Pastor" en 1
Pedro 2:25, junto con la palabra traducida como "Obispo", describe
las responsabilidades de los ancianos (cp. 1 P. 5:2). Jesucristo cuida, vigila
y guía a su rebaño. Él dijo "El buen pastor su vida da por las
ovejas" (Jn. 10:11). Eso es precisamente lo que hizo para llevarnos a sí
mismo.
ANDAR EN NUEVA
VIDA EXIGE UNA NUEVA VISIÓN.
“Más buscad
primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán
añadidas” (Mateo 6:33).
¿Alguna vez
ha notado que junto con el mandamiento de “no preocuparse”, en Mateo 6:34,
viene correspondientemente la promesa de Dios de cuidar de nosotros? Una de las
más frecuentes promesas es que seremos alimentados. Dios suplirá nuestras
necesidades. Entonces, ¿por qué Dios promete que “todas estas cosas os serán
añadidas”? ¿Será para que no pasemos hambre? No. Amigo, mucha gente que no
confía en Dios tiene su mesa llena de alimentos. La persona inconversa promedio
piensa en el dinero, casas, carros, ropa, joyas, etc. Jesús sabe que tenemos
una mente “de un solo carril”, y que no podemos servir a dos señores. Si son
las cosas materiales las que usted está buscando, entonces no está buscando al
Señor. Y Él es quien nos dice: “Confía en Mí. Pon toda tu atención y confianza
en Mí. Haz el bien y Yo cuidaré de ti.”
¿Está usted
buscando primero el reino de Dios? ¿Cómo lo sabe? ¿Cuál es la evidencia en su
vida que testifica que Él es su primera prioridad?.
SUFRIMIENTO
HASTA LA MUERTE.
Vencedores
en el sufrimiento
Ellos [han
vencido a Satanás] por medio de la sangre del Cordero y de la palabra del
testimonio de ellos, y menospreciaron sus vidas hasta la muerte.
Apocalipsis
12:11
Los
cristianos somos extranjeros y peregrinos en el mundo, librando la guerra
contra los deseos de la carne y siendo calumniados y perseguidos. Como
resultado, debemos esperar que suframos en el nombre del que padeció toda clase
de sufrimientos por nosotros (1 P. 2:11-25). El propósito principal del mensaje
de Pedro es recordarnos la necesidad del sufrimiento. Cuando en medio del
sufrimiento pecamos en pensamiento, palabra u obra al vengarnos, perdemos
nuestra victoria y dañamos nuestro testimonio.
Según el
versículo de hoy, se vencen los insultos, las persecuciones y las acusaciones
de Satanás con la sangre del Cordero, nuestro Salvador. Ese es el poder de
Dios. Usted es vencedor cuando no pierde su testimonio al vengarse en tiempos
de persecución, y cuando usted no transige, aun a riesgo de morir. ¿Está
dispuesto a mantenerse firme en el sufrimiento?.
EL QUE
COLOCA SU CONFIANZA EN DIOS, PUEDE CONTAR CON LA AYUDA DE DIOS.
“Pero los
que esperan a Jehová tendrán nuevas fuerzas; levantarán alas como las águilas;
correrán, y no se cansarán; caminarán, y no se fatigarán” - (Isaías 40:31).
¿ PARA QUÉ
CREE QUE DIOS NOS DA NUEVAS Y MÁS FUERZAS?.
¿Qué
significa “tendrán nuevas fuerzas”? Literalmente significa “cambio”. Como un
cambio de ropa, por ejemplo. Usted se quita los trapos de sus debilidades y se
viste y se pone el ropaje real de Dios de la fortaleza. Dios promete
intercambiar su fortaleza con la de Él. Verá, la vida cristiana no es simplemente
una vida cambiada, sino una vida intercambiada. Dios no nos cambia sólo de lo
que “fuimos” a algo mejor. Él intercambia su vida con nosotros. El toma
nuestros pecados. Nosotros tomamos su santidad. Él toma nuestras debilidades.
Nosotros tomamos su fortaleza. Él toma nuestra ansiedad. Nosotros tomamos su
paz. Suena estupendo, ¿verdad? Pero, ¿cuál es el problema? Que nosotros nos
cansamos de esperar el cambio. Amigo, no se rinda. La espera nunca es
prolongada cuando Dios está a cargo de todo.
Lea el Salmo
62:5-8 y hágalo su oración hoy.
62:5 Alma
mía, en Dios solamente reposa,
Porque de él
es mi esperanza.
62:6 El
solamente es mi roca y mi salvación.
Es mi
refugio, no resbalaré.
62:7 En Dios
está mi salvación y mi gloria;
En Dios está
mi roca fuerte, y mi refugio.
62:8 Esperad
en él en todo tiempo, oh pueblos;
Derramad
delante de él vuestro corazón;
Dios es
nuestro refugio. Selah
NECESITAMOS
ESAS FUERZAS DE DIOS PARA DERROTAR AL ASESINO SILENCIOSO.
CONOZCA EN
ESTA HISTORIA QUE NOS CUENTA EL HERMANO PABLO QUIÉN ES ESE ASESINO SILENCIOSO.
La noche
estaba fría, como suelen ser las del otoño en Toronto, Canadá. Dentro de la
casa el ambiente era grato. Había habido una rica cena, con diez personas
alrededor de la mesa familiar. Habían disfrutado juntos de un buen programa de
televisión, y ya era hora de ir a la cama. Así que todos —padre, madre y ocho
hijos, entre los once y los veinticinco años de edad— se retiraron a dormir.
Encendieron
el calentador de gas, apagaron las luces, se arrebujaron entre sus cobijas, y
se durmieron. Hasta ahí, todo fue normal. Pero jamás volvieron a despertarse.
El gas del calentador, asesino silencioso, dio cuenta de los diez durmientes.
La familia entera pasó de un sueño al otro, sin sentir nada.
Muchos son
los casos registrados de personas que mueren por el gas de los calentadores.
Este caso en el Canadá es impresionante por tratarse de una familia entera, una
familia seguramente amorosa y unida porque todos vivían juntos, incluso los
hijos mayores de dieciocho años. Pero el gas se los llevó a todos sin darles
tiempo de reaccionar o defenderse.
La
característica más ominosa que tienen estos gases, especialmente el monóxido de
carbono, es que primero producen un adormecimiento agradable, una sensación placentera
de tranquilidad, de serenidad, de paz. Pero luego que adormecen a sus víctimas,
las matan sin piedad.
Por esa
característica del tal llamado asesino silencioso, al gas letal lo podemos
comparar con el espíritu del mal que reina en este mundo. Es el espíritu que
comienza adormeciendo la conciencia. Produce una sensación de bienestar, de
calma. Da la impresión de que todo está bien, que la vida es buena y hay que
disfrutarla. Y las víctimas se adormecen. Su conciencia entra en un estupor
donde ya no reacciona con nada, y cuando la víctima se da cuenta, ya está
atrapada.
Así es como
toma auge el mal uso de las drogas, la inmoralidad sexual, la irreverencia, el
materialismo y el descreimiento. Estos gases mortales se han infiltrado en la
sociedad occidental y la tienen ya en sus garras.
Podríamos
decir: ¿Qué importa? Lo que importa es que, sin saber por qué, sufrimos
consecuencias desastrosas que poco a poco destruyen nuestra vida.
Pero todavía
hay tiempo para reaccionar. El único remedio contra el gas letal es el aire
puro, el oxígeno vital y renovador. Así mismo, el único remedio contra el
adormecimiento espiritual es el Espíritu de Jesucristo. Abramos nuestro corazón
a Cristo. Su doctrina es nuestra salvación, y su persona, nuestro Salvador.
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