APASIONADOS
POR UNA VIDA ESPÍRITUAL QUE HONRA A JESUCRISTO.
PASIÓN POR HACER EL BIEN.
EL SERVICIO A
DIOS Y AL SEÑOR JESUCRISTO ES PRIORITARIO.
¿Y quién es
aquel que os podrá hacer daño, si vosotros seguís el bien?
1 Pedro 3:13
A la mayoría
de las personas les resulta difícil maltratar a quienes son fervientes en hacer
el bien. Aquellos a quienes les encanta hacer el bien a menudo son generosos,
desinteresados, bondadosos, amorosos y atentos. Pero no se tolera a los
engañadores que roban a las viudas y a los huérfanos. Aun los inconversos
condenan a quienes se hacen ricos a expensas de los demás.
Una persona
que es generosa y atenta con los demás por lo general no es objeto de
hostilidad. Eso es lo que quiere decir Pedro en el versículo de hoy. Pedro
quería que todos sus lectores procuraran fervorosamente hacer el bien. La
pasión por hacer el bien resulta en una vida limpia, que debe ser la meta y el
deleite de todo creyente. Cuando se está apasionado por la vida espiritual, se pierde
cualquier apetito por las atracciones profanas del mundo.
EL LLAMADO
DE DIOS ES A HACER EL BIEN. 1 Pedro 3: 8- 12
3:8
Finalmente, sed todos de un mismo sentir, compasivos, amándoos fraternalmente,
misericordiosos, amigables;
3:9 no
devolviendo mal por mal, ni maldición por maldición, sino por el contrario,
bendiciendo, sabiendo que fuisteis llamados para que heredaseis bendición.
3:10 Porque:
El que
quiere amar la vida
Y ver días
buenos,
Refrene su
lengua de mal,
Y sus labios
no hablen engaño;
3:11
Apártese del mal, y haga el bien;
Busque la
paz, y sígala.
3:12 Porque
los ojos del Señor están sobre los justos,
Y sus oídos
atentos a sus oraciones;
TENEMOS UNA
HERENCIA PERFECTA EN LOS CIELOS.
“Para una
herencia incorruptible, incontaminada e inmarcesible, reservada en los cielos
para vosotros” (1 Pedro 1:4).
Un hombre
estaba sentado en la esquina de una calle, llorando. Un amigo lo vio y le
preguntó: “¿Por qué lloras?” El hombre respondió: “¿No has leído los
periódicos? Rockefeller ha muerto.” Su amigo le dijo: “¿Y por qué lloras? No
eres pariente de él.” Y el hombre contestó: “¡Pues por eso lloro! ¡Por eso!”
Usted tiene
una herencia ahora mismo como hijo de Dios. Y es una herencia incorruptible. El
fétido aliento del deterioro y los roedores dientes del tiempo no pueden
extinguirla. No ha sido mancillada. Ni el mejor abogado podría encontrar una
trampa en ella. Nunca se desvanecerá. Si es que usted entiende lo que tiene en
Jesús, nunca se sentirá celoso de nadie ni de nada.
Lea Ezequiel
44:28; Mateo 25:34; Romanos 8:16-17; Gálatas 4:7; Efesios 1:11-14 y Colosenses
3:24. Usted tiene una herencia libre de fallas, una herencia perfecta que no se
desvanece y que está reservada en el cielo para usted.
DIOS MISMO
ES NUESTRA HEREDAD.
Ezequiel 44:
28..
44:28 Y
habrá para ellos heredad; yo seré su heredad, pero no les daréis posesión en
Israel; yo soy su posesión.
Mateo 25:
34.
25:34
Entonces el Rey dirá a los de su derecha: Venid, benditos de mi Padre, heredad
el reino preparado para vosotros desde la fundación del mundo.
EL
ESPÍRITU SANTO DA TESTIMONIO A NUESTRO
ESPÍRITU DE SER HIJOS DE DIOS.
Romanos 8:
16- 17.
8:16 El
Espíritu mismo da testimonio a nuestro espíritu, de que somos hijos de Dios.
8:17 Y si
hijos, también herederos; herederos de Dios y coherederos con Cristo, si es que
padecemos juntamente con él, para que juntamente con él seamos glorificados.
Gálatas 4:
7.
4:7 Así que
ya no eres esclavo, sino hijo; y si hijo, también heredero de Dios por medio de
Cristo.
Efesios 1:
11- 14.
1:11 En él
asimismo tuvimos herencia, habiendo sido predestinados conforme al propósito
del que hace todas las cosas según el designio de su voluntad,
1:12 a fin
de que seamos para alabanza de su gloria, nosotros los que primeramente
esperábamos en Cristo.
OÍR LA
PALABRA, CREER EN JESUCRISTO Y SELLADOS CON EL ESPÍRITU SANTO NOS LLEVA A LA
HEREDAD QUE DIOS TIENE PARA NOSOTROS.
1:13 En él
también vosotros, habiendo oído la palabra de verdad, el evangelio de vuestra
salvación, y habiendo creído en él, fuisteis sellados con el Espíritu Santo de
la promesa,
1:14 que es
las arras de nuestra herencia hasta la redención de la posesión adquirida, para
alabanza de su gloria.
Colosenses
3: 24.
3:24
sabiendo que del Señor recibiréis la recompensa de la herencia, porque a Cristo
el Señor servís.
No hay comentarios:
Publicar un comentario