EL VERDADERO
SERVIDOR DEL SEÑOR.
Verdadero
servicio.
Sirviendo al
Señor.
Romanos
12:11
Todo lo que
usted haga en la vida cristiana debe ser compatible con la Palabra de Dios y
verdaderamente en su servicio y para su gloria. En Romanos 12:11, la palabra
que Pablo empleó para describir el servicio cristiano se refiere al servicio de
un esclavo, cuya única tarea era llevar a la práctica la voluntad de su amo.
Así es como usted debe servir a Dios: como siervo de Jesucristo.
Pero no
puede servir al Señor con sus propias fuerzas así como no pudo ir a Él por su
propio poder y voluntad. El poder de servir a Cristo viene de Dios. "Para
lo cual también trabajo", dijo Pablo, "luchando según la potencia de
él, la cual actúa poderosamente en mí" (Col. 1:29).
UN AMOR QUE
SOBREPASA FRONTERAS.
El amor
fraternal.
Amaos los
unos a los otros con amor fraternal.
Romanos
12:10
El amor
fraternal revela el carácter de los cristianos. Por eso Pablo les recuerda a
los creyentes que pongan en práctica esa virtud: "Acerca del amor
fraternal no tenéis necesidad de que os escriba, porque vosotros mismos habéis
aprendido de Dios que os améis unos a otros" (1 Ts. 4:9).
El verdadero
discípulo de Jesucristo intuitivamente sabe que debe amar a sus hermanos y
hermanas en Cristo. Como tienen el mismo Padre celestial, el amor entre los
creyentes es tan normal como el afecto entre los miembros de una familia. Si es
un verdadero discípulo, tal amor será verdaderamente suyo.
LA HONRA ES
PARA LOS HERMANOS.
Honrarse los
unos a los otros.
En cuanto a
honra, prefiriéndoos los unos a los otros.
Romanos
12:10
Si usted
está consagrado al amor fraternal, es obvio que usted les dará preferencia a
los demás creyentes. Eso quiere decir que usted tendrá una genuina humildad y
no tendrá "más alto concepto de sí que el que debe tener" (Ro. 12:3;
vea también Fil. 2:3). También significa que usted dará honra a sus hermanos en
Cristo y tomará la iniciativa de ponerlos en primer lugar.
No halagará
a otro creyente simplemente con la esperanza de que lo halague a usted también
o para congraciarse con él. Más bien le expresará sincero aprecio, respeto y
amor como un hermano en la fe y miembro de la familia de Dios.
LA PRONTITUD
PARA HACER LAS COSAS.TODO CON NEGLIGENCIA.
Muestre
diligencia.
En lo que
requiere diligencia, no perezosos.
Romanos
12:11
La
diligencia se aplica a todo lo que usted hace en su vida cristiana. Cualquier
cosa que se haga en el servicio del Señor es digna de entusiasmo y cuidado.
Jesús sabía
que su tiempo de ministerio terrenal era limitado y que tenía que aprovechar
cualquier oportunidad para servir a su Padre celestial. También nosotros
tenemos que hacer "las obras... entre tanto que el día dura; la noche
viene, cuando nadie puede trabajar" (Jn. 9:4). Y otros cristianos sin duda
apreciaran nuestras diligentes buenas obras, como exhortó Pabl "Hagamos
bien a todos, y mayormente a los de la familia de la fe" (Gá. 6:10).
ES AHORA Y
NO MAÑANA.
No hay lugar
para el letargo.
Todo lo que
te viniere a la mano para hacer, hazlo según tus fuerzas.
Eclesiastés
9:10
No hay lugar
para el letargo en la vida cristiana. Tal actitud no solo impide que usted haga
lo bueno, sino que a veces significa que en realidad ha permitido que prospere
el mal. Para que florezca la mala hierba, lo único que tiene que hacer el
jardinero es dejar solo el jardín.
El autor de
Hebreos se refirió a la recompensa que Dios tiene para quienes le sirven
asiduamente: "Porque Dios no es injusto para olvidar vuestra obra y el
trabajo de amor que habéis mostrado hacia su nombre, habiendo servido a los
santos y sirviéndoles aún" (He. 6:10).
CON ACTITUD
DE CORAZÓN.
La actitud
entusiasta.
Fervientes
en espíritu.
Romanos
12:11
Uno de los
defectos más arraigados de la humanidad es la carencia de entusiasmo
individual. A menudo, nuestros fracasos en lograr lo que deberíamos lograr, son
resultado directo de la apatía y la falta de compromiso. Pero si usted es
cristiano, eso no debe ser así.
El
entusiasmo requiere resolución y persistencia respaldadas por el Espíritu, no
simples buenas intenciones humanas. Henry Martyn, el incansable misionero de la
India, dirigió su ministerio con entusiasmo y fervor bíblicos. Era su deseo
"consumirse por Dios". Y el apóstol Pablo nos exhorta a que "no
nos cansemos, pues, de hacer bien; porque a su tiempo segaremos, si no
desmayamos" (Gá. 6:9).
UN VERDADERO
SERVICIO.
Verdadero
servicio.
Sirviendo al
Señor.
Romanos
12:11
Todo lo que
usted haga en la vida cristiana debe ser compatible con la Palabra de Dios y
verdaderamente en su servicio y para su gloria. En Romanos 12:11, la palabra
que Pablo empleó para describir el servicio cristiano se refiere al servicio de
un esclavo, cuya única tarea era llevar a la práctica la voluntad de su amo.
Así es como usted debe servir a Dios: como siervo de Jesucristo.
Pero no
puede servir al Señor con sus propias fuerzas así como no pudo ir a Él por su
propio poder y voluntad. El poder de servir a Cristo viene de Dios. "Para
lo cual también trabajo", dijo Pablo, "luchando según la potencia de
él, la cual actúa poderosamente en mí" (Col. 1:29).
EL CREYENTE
QUE LE ORA A DIOS CON SINCERIDAD.
Oración
genuina.
Constantes
en la oración.
Romanos
12:12
Para los
cristianos consagrados, la oración será tan constante en su vida espiritual
como el respirar lo es en su vida física. Eso fue así con los primeros
creyentes y cómo adoraron, antes y después de la llegada del Espíritu Santo en
el día de Pentecostés (Hechos 1:14; 2:42). Al principio la iglesia designó
diáconos para que los apóstoles pudieran dedicarse persistentemente a "la
oración y [al] ministerio de la palabra" (Hch. 6:4).
Dios quiere
que usted ore "con el espíritu, pero... también con el entendimiento"
(1 Co. 14:15) y "sin cesar" (1 Ts. 5:17). Por eso Pablo exhortó a
Timoteo a que hiciera que "los hombres oren en todo lugar, levantando
manos santas" (1 Ti. 2:8).
UN ESPÍRITU
QUE COMPARTE.
El espíritu
de compartir.
Compartiendo
para las necesidades de los santos.
Romanos
12:13
La sociedad
dice que cada uno de nosotros tiene determinadas posesiones, pero Dios dice que
no tenemos nada. Somos sencillamente administradores de aquello con lo que Dios
nos ha bendecido. Y parte de esa responsabilidad administrativa es a veces
compartir los recursos personales con los hermanos necesitados.
El espíritu
de compartir se vio de inmediato en la iglesia primitiva cuando los creyentes
después de Pentecostés "perseveraban en la doctrina de los apóstoles, en
la comunión unos con otros, en el partimiento del pan y en las oraciones...
todos los que habían creído estaban juntos, y tenían en común todas las
cosas" (Hch. 2:42, 44; vea también 1 Ti. 6:17-18). Pídale al Señor que lo
ayude a demostrar ese mismo espíritu de compartir.
UN CREYENTE
QUE ES HOSPITALARIO.
La hospitalidad
bíblica.
Practicando
la hospitalidad.
Romanos
12:13
Los
verdaderos discípulos de Cristo no solo deben satisfacer las necesidades de los
creyentes y los incrédulos con los que se encuentran, sino también buscar
oportunidades de ayudar a quienes no conocen. Esa es la definición bíblica de
hospitalidad. Hebreos 13:2 nos dice: "No os olvidéis de la hospitalidad,
porque por ella algunos, sin saberlo, hospedaron ángeles".
Usted debe
considerar cualquier oportunidad de brindar hospitalidad como un feliz
privilegio, no como una carga (1 P. 4:9). Sin duda Gayo tenía esa actitud
correcta en su hospitalidad con los maestros que pasaban por su ciudad, ya que
el apóstol Juan lo elogió: "Amado, fielmente te conduces cuando prestas
algún servicio a los hermanos, especialmente a los desconocidos, los cuales han
dado ante la iglesia testimonio de tu amor; y harás bien en encaminarlos como
es digno de su servicio a Dios, para que continúen su viaje" (3 Jn. 5-6).
UN CREYENTE
QUE AMA A SUS ENEMIGOS.
Ame a sus
enemigos.
Bendecid a
los que os persiguen; bendecid, y no maldigáis.
Romanos
12:14
La Biblia
nos ordena no solo a que no aborrezcamos ni nos venguemos de quienes puedan
perjudicarnos, sino que nos dice que debemos ir más allá y bendecirlos. Eso es
lo que les dijo Jesús a quienes oyeron su Sermón del Monte: "Pero a
vosotros los que oís, os dig Amad a vuestros enemigos, haced bien a los que os
aborrecen; bendecid a los que os maldicen, y orad por los que os
calumnian" (Lc. 6:27-28).
Para amar
verdaderamente a sus enemigos, debe tratarlos como si fueran sus amigos.
UN CREYENTE
QUE SE GOZA CON TODOS.
Compartir el
gozo de los demás.
Gozaos con
los que se gozan.
Romanos
12:15
A primera
vista, el concepto de compartir el gozo de otra persona parece fácil de aceptar.
Pero cuando las bendiciones, la honra y el bienestar de esa persona es a costa
de usted o tal vez hagan aparecer insatisfactorias las circunstancias suyas por
comparación, es lógico que se sienta resentido o celoso en vez de sentirse
feliz.
Sin embargo,
es una característica cristiana que usted se alegre de las buenas
circunstancias o de las recompensas de los demás, sobre todo de otros
cristianos, sin que importe cuál sea su propia situación. "Si un miembro
recibe honra, todos los miembros con él se gozan" (1 Co. 12:26).
UN CREYENTE
QUE COMPARTE HASTA LAS TRISTEZAS.
Compartir la
tristeza de los demás.
Llorad con
los que lloran.
Romanos
12:15
Dios quiere
que sea sensible ante las tristezas o dificultades de los demás. Eso es
compasión, que por definición va más allá del deber de solidarizarse o
simpatizar con alguien. Quiere decir en realidad entrar en el sufrimiento
ajeno.
Dios es un
Dios compasivo (Dt. 4:31), tanto que la Biblia dice que "nunca decayeron
sus misericordias. Nuevas son cada mañana" (Lm. 3:22-23). El Hijo de Dios
era genuinamente compasivo, mostrando la compasión del Padre cuando lloró con
María y Marta ante el sepulcro de su hermano Lázaro (Jn. 11:35).
Si usted es
hijo de Dios, ¿cómo puede menos que demostrar el carácter compasivo de su
Señor? "Vestíos, pues, como escogidos de Dios, santos y amados, de
entrañable misericordia, de benignidad, de humildad, de mansedumbre, de
paciencia" (Col. 3:12).
UN CREYENTE
QUE NO HACE DISTINCIÓN CON NADIE.
No se
permite el favoritismo.
Porque no
hay acepción de personas para con Dios.
Romanos 2:11
Es pecado
que un cristiano muestre favoritismo con las personas. Es decir, no debe estar
prejuiciado ni a favor ni en contra de otra persona basándose en posición
social, riqueza, influencia, popularidad o apariencia física.
La más clara
y más práctica enseñanza neo testamentaria acerca de la imparcialidad está en
la carta de Santiago a los creyentes:
Hermanos
míos, que vuestra fe en nuestro glorioso Señor Jesucristo sea sin acepción de
personas. Porque si en vuestra congregación entra un hombre con anillo de oro y
con ropa espléndida, y también entra un pobre con vestido andrajoso, y miráis
con agrado al que trae la ropa espléndida... ¿no hacéis distinciones entre
vosotros mismos, y venís a ser jueces con malos pensamientos? ...pero si hacéis
acepción de personas, cometéis pecado, y quedáis convictos por la ley como
transgresores (2:1-4, 9).
Si Dios nunca
obra con favoritismo, ¿no debiera procurar usted el mismo carácter virtuoso,
"no haciendo nada con parcialidad" (1 Ti. 5:21)?
UN CREYENTE
NO PUEDE SER ALTIVO.
Sentir
afecto por los humildes.
No altivos,
sino asociándoos con los humildes.
Romanos 12:16
No hay
aristocracia alguna en la iglesia, ni lugar para una clase eclesiástica que
merece toda la atención. Pero la Biblia no dice que usted nunca se asocie con
los ricos ni con las personas influyentes. Es sencillamente que debe sentir más
que una obligación el servir a los humildes porque son los más necesitados.
El Señor
Jesús ilustró debidamente esa verdad: "Cuando hagas comida o cena, no
llames a tus amigos, ni a tus hermanos, ni a tus parientes, ni a vecinos ricos;
no sea que ellos a su vez te vuelvan a convidar, y seas recompensado. Mas
cuando hagas banquete, llama a los pobres, los mancos, los cojos y los ciegos;
y serás bienaventurado; porque ellos no te pueden recompensar, pero te será
recompensado en la resurrección de los justos" (Lc. 14:12-14).
No es nada
malo que invite a sus amigos y familiares a que coman en su casa. Pero es malo
hacerlo con motivos egoístas, con el propósito de ser recompensado, y sin
consideración alguna por los que no pueden darle nada a cambio.
UN CREYENTE
NO PUEDE SER ORGULLOSO, SINO HUMILDE.
Debe regir
la humildad.
No seáis
sabios en vuestra propia opinión.
Romanos
12:16
Los
cristianos presumidos y egoístas son una seria contradicción. Si hemos de
seguir a Cristo debemos someternos a la voluntad de Dios como se presenta en su
Palabra. Cualquier confianza que usted tenga en sí mismo, en su propia
sabiduría o en sus talentos naturales debe subordinarse a los mandatos del
Señor.
De ninguna
manera debe ser presumido, ni en ningún sentido considerarse mejor que los demás
creyentes. Más bien Dios quiere que usted acepte y abrace a cada miembro del
cuerpo de Cristo "No mirando cada uno por lo suyo propio, sino cada cual
también por lo de los otros" (Fil. 2:4).
EL MAL NO
DEBERÁ ESTAR EN NUESTRA MENTE. SOLO EL BIEN
UN CREYENTE
QUE NO HACE MAL A NADIE.
Nada de
venganza.
No paguéis a
nadie mal por mal.
Romanos
12:17
Algunos
creen que la ley del Antiguo Testamento de "ojo por ojo, diente por
diente" (Éx. 21:24) permite la venganza personal. Pero no se refiere a
eso. En realidad quería decir que la severidad del castigo jurídico no debe
exceder a la severidad de un delito. En otras palabras, si alguien le saca un
ojo a otra persona, no se le puede castigar más allá de la pérdida de su propio
ojo.
La autoridad
para vengar injusticias civiles y criminales corresponde por mandato divino
solamente a los gobiernos. Dios prohíbe que exijamos venganza personal. El
apóstol Pedro resumió el principio de esta manera: "Finalmente, sed todos
de un mismo sentir... no devolviendo mal por mal, ni maldición por maldición,
sino por el contrario, bendiciendo, sabiendo que fuisteis llamados para que
heredaseis bendición" (1 P. 3:8-9).
UN CREYENTE
SOLO PIENSA EN LO BUENO.
Procure lo
que es bueno.
Procurad lo
bueno delante de todos los hombres.
Romanos
12:17
Si
verdaderamente respeta a los demás, incluso a sus enemigos, estará predispuesto
a hacer lo bueno con relación a ellos. Tal respeto lo ayuda a disciplinarse y
prepararse antes de reaccionar en todas las situaciones de una manera agradable
a Dios.
Comportarse
de una manera que procura lo que es bueno y que muestra misericordia y perdón a
los demás, incluso hacia sus enemigos, debe ser un testimonio positivo para
ellos. Eso también adornará en todo "la doctrina de Dios nuestro Salvador"
(Tit. 2:10).
LA
IMPORTANCIA DE RELACIONARNOS COMO HERMANOS.
Relaciones
apacibles.
Estad en paz
con todos los hombres.
Romanos
12:18
Por
definición, una relación apacible no puede tener un solo lado. Usted debe hacer
su parte para cerciorarse de que su lado de una relación es correcta. Su deseo
interior, con la ayuda de Dios, debe estar en paz con todo el mundo, aun con
las personas más pecadoras y con quienes es más difícil llevarse bien.
Sin
comprometer la Palabra de Dios, usted debe extenderse hasta edificar puentes de
paz hacia quienes lo persiguen y lo odian. Si usted pone a un lado toda
murmuración o cualquier amargura y con sinceridad de corazón perdona a sus
enemigos, puede buscar sinceramente la reconciliación con ellos.
PRACTICAR
SOLO LO BUENO CON LOS HERMANOS.
Vencer con
el bien el mal.
No seas
vencido de lo malo, sino vence con el bien el mal.
Romanos
12:21
Devolver
bien por mal es una de las obligaciones más difíciles de un cristiano. Pero
desde la época del Antiguo Testamento, esa ha sido la orden de Dios para el
creyente: "Si el que te aborrece tuviere hambre, dale de comer pan, y si
tuviere sed, dale de beber agua; Porque ascuas amontonarás sobre su cabeza, y
Jehová te lo pagará" (Pr. 25:21-22).
La expresión
"ascuas amontonarás sobre su cabeza" se refería a una antigua
costumbre egipcia. Una persona que quería mostrar arrepentimiento público
llevaba sobre la cabeza una sartén de carbones encendidos para simbolizar el
ardiente dolor de su vergüenza y de su culpa. Cuando usted ama a un enemigo
tanto como para esforzarse por satisfacer sus necesidades, espera avergonzarlo
por el odio que le tiene a usted.
A fin de
evitar ser vencido por el mal que se le ha hecho, en primer lugar no debe dejar
que lo agobie. En segundo lugar, no debe permitir que lo opriman sus propias
reacciones indebidas. En ambos casos, el mal mismo debe ser vencido por el
bien.
PREGÚNTESE
QUIÉN ES SU PRÓJIMO.
¿Quién es su
prójimo?.
Amarás a tu
prójimo como a ti mismo.
Mateo 22:39
Jesús
respondió a la pregunta del abogado judío "¿Y quién es mi prójimo?"
con la parábola del buen samaritano (Lc. 10:30-37). En esa conocida historia, a
un judío se lo golpea y se lo deja por muerto en el camino. Un samaritano
compasivo salva al hombre, aunque por lo regular los samaritanos y los judíos
se odiaban.
La moraleja
de la historia es que el prójimo es cualquiera que se cruza en nuestro camino
con una necesidad. ¿Habría reaccionado usted cómo reaccionó el samaritano si se
hubiera encontrado al hombre herido a la orilla del camino? Espero que usted no
hubiera pasado de largo, como hicieron el sacerdote y el levita de la historia.
La lección
de la parábola no es que usted se detenga y ayude a alguien a quien se le haya
desinflado un neumático, o que tenga que darle dinero a todos los mendigos que
se encuentre. Pero Dios quiere que sea sensible ante semejantes situaciones y
esté dispuesto a ayudar si piensa que su ayuda es la única que la persona pueda
recibir. En otras palabras, siga la regla de oro "Así que, todas las cosas
que queráis que los hombres hagan con vosotros, así también haced vosotros con
ellos" (Mt. 7:12).
PROGRAME SU
MENTE PARA ACTUAR BIEN.
Reprogramada
para la justicia.
En mi
corazón he guardado tus dichos, para no pecar contra ti.
Salmo 119:11
Una vez un
hombre me dijo "Me entregué a Cristo, pero sigo teniendo mucha basura en
mi mente. ¿Cómo puedo limpiarla?" Le respondí: "Su mente ha sido
programada por el mundo durante mucho tiempo, de modo que está llena de
suciedad. Por lo tanto, hay que reprogramarla, limpiarla por completo".
La única
forma de reprogramar su mente con la justicia de Dios es leyendo la Palabra de
Dios, estudiándola y meditando en ella. "La palabra de Cristo more en
abundancia en vosotros, enseñándoos y exhortándoos unos a otros en toda sabiduría,
cantando con gracia en vuestros corazones al Señor con salmos e himnos y
cánticos espirituales" (Col. 3:16).
Si usted es
cristiano, y se somete al Espíritu Santo mientras estudia la Biblia, tendrá una
mente reprogramada que se concentre en la justicia de Dios y que lo ayude a
vivir conforme a ella (Ro. 12:1-2; Fil. 4:8).
TOME LA
DECISIÓN DE SERVIR.
La gran
decisión.
Escogeos hoy
a quién sirváis.
Josué 24:15
El Sermón
del Monte nos presenta la más importante de las decisiones espirituales. Sus
verdades éticas bendicen a quienes creen y obedecen a Cristo, pero juzgan a
quienes lo rechazan.
La decisión
espiritual, que no se puede pasar por alto ni posponer, está relacionada con el
camino de salvación. Hay un solo camino verdadero para ser justificados ante
Dios, y hay muchos caminos falsos. Es equivocado decir que todos los caminos
llevan al cielo; solamente hay uno. Hay que rechazar todos los caminos que son
por obras y que se han inventado para llegar al cielo, y se debe aceptar el
único camino que Dios mismo ha provisto la fe en su gracia salvadora como se
revela en la muerte expiatoria de su Hijo (Hch. 4:12; 1 Ti. 2:5-6).
¿SERÁ QUÉ
ESTAMOS EN DOS PENSAMIENTOS- EN DOS RELIGIONES?
Dos
religiones.
¿Hasta
cuándo claudicaréis vosotros entre dos pensamientos?
1 Reyes
18:21
La humanidad
siempre ha tenido dos sistemas religiosos a su disposición. Uno es de Dios y se
basa en su obra misericordiosa. El otro es de la humanidad y se basa en las
obras de hombres y mujeres. Uno es únicamente de gracia soberana y se acepta
por fe. El otro es únicamente de obras humanas y se efectúa en la carne. Uno
brota de un corazón sincero, el otro de la hipocresía exterior.
Aun la ley
de Moisés, aunque de Dios, no era un medio de salvación. Era un medio de
mostrarles a las personas su necesidad de salvación. "Ya que por las obras
de la ley ningún ser humano será justificado delante de él; porque por medio de
la ley es el conocimiento del pecado" (Ro. 3:20). Cuando Jesucristo vino,
nos enseñó que no podemos por nosotros mismos cumplir esa perfecta ley. Él puso
en claro que debemos escoger la religión de la gracia y de la fe y no la
religión de la ley y de las obras.
ELEGIR CUÁL
DE LAS PUERTAS PARA ENTRAR.
La puerta
estrecha.
Entrad por
la puerta estrecha.
Mateo 7:13
Muchos han
admirado los principios enseñados en el Sermón del Monte, pero la mayoría no ha
seguido esos principios. Muchos han respetado a Jesús como un gran maestro pero
nunca lo han recibido como Salvador y Señor. Eso es porque no han entrado por
"la puerta estrecha"; la puerta de Dios, la única que lleva a la vida
eterna.
El camino
angosto de la vida cristiana es por la puerta estrecha de Cristo mismo.
"Yo soy el camino, y la verdad, y la vida. Nadie llega al Padre sino por
mí" (Jn. 14:6). ¿Ha entrado usted por la puerta estrecha?
EL VERDADERO
SERVIDOR DE JESUCRISTO PRESENTA EL ÚNICO Y VERDADERO EVANGELIO.
El único
evangelio.
Y en ningún
otro hay salvación.
Hechos 4:12
Si usted da
testimonio a otros de que el evangelio de Jesucristo es el único evangelio, el
único camino a Dios, no está proclamando su propio punto de vista de la
religión correcta, sino la revelación de la verdad de Dios. Usted no predica el
evangelio de Cristo sencillamente porque lo conoce, porque se ajusta a su
personalidad o porque quiere ser intolerante y exclusivo. Usted presenta el
evangelio de Cristo porque es el único camino provisto por Dios para que las
personas encuentren la salvación del pecado y de la muerte eterna.
Usted
predica el evangelio de Cristo como el único evangelio porque Él dij "Yo
soy la puerta; el que por mí entrare, será salvo" (Jn. 10:9). Usted da
testimonio de ese evangelio porque está de acuerdo con el apóstol Pablo en que
"hay un solo Dios, y un solo mediador entre Dios y los hombres, Jesucristo
hombre" (1 Ti. 2:5).
De modo que
está en buena compañía y tiene un fundamento sólido cuando da testimonio a
quienes no conocen a Jesucristo del único camino de salvación dado por Dios.
LA ENTRADA
ES POR LA PUERTA CORRECTA.
Entrar por
la puerta.
Nos salvó,
no por obras de justicia que nosotros hubiéramos hecho, sino por su
misericordia.
Tito 3:5
Cuando usted
entra por la puerta estrecha de la salvación, tiene que pasar solo. Tal vez una
puerta de torniquete represente mejor el concepto de la puerta estrecha. Solo
una persona a la vez, sin equipaje, puede pasar por una puerta de torniquete.
Dios ha ordenado que las personas entren en su reino individualmente, no en
grupos. Usted no puede aprovecharse de lo que haya logrado su iglesia, su
familia o sus amigos, sin que importe cuán espirituales sean.
La puerta de
Dios es tan angosta que además de pasar por ella solo, tiene que ir desnudo. No
puede pasar por la puerta vestido de pecado y terquedad. Como dijera el himno
"Nada en la mano llevo, sino que a tu cruz me aferro". Ese es el
camino de la cruz, que es el evangelio. Y el evangelio es la puerta estrecha,
que implica negación de sí mismo. Jesús dijo "Si alguno quiere venir en
pos de mí, niéguese a sí mismo, y tome su cruz, y sígame. Porque todo el que
quiera salvar su vida, la perderá; y todo el que pierda su vida por causa de
mí, la hallará" (Mt. 16:24-25).
UN GENUINO
ARREPENTIMIENTO NOS LLEVA A ENTRAR POR LA PUERTA ESTRECHA.
No es
optativo el arrepentimiento.
Arrepentíos,
y creed en el evangelio.
Marcos 1:15
Si quiere
entrar por la puerta estrecha, tiene que arrepentirse. Muchos judíos de la
época de Jesús creían que el ser simplemente descendientes físicos de Abraham
era suficiente para la entrada en el cielo. Y hoy muchos creen que con ir a la
iglesia o ser moralmente buenos es suficiente para la salvación. Después de
todo, piensan ellos, Dios es demasiado bueno para excluir a alguien que no sea
tan malo.
Dios quiere
que todos entren por la puerta estrecha porque Él "no [quiere] que ninguno
perezca sino que todos procedan al arrepentimiento" (2 P. 3:9). Pero usted
no pasará por la puerta estrecha a menos que siga el consejo de Carlos
Spurgeon: "Usted y sus pecados se apartan o usted y su Dios nunca se
juntarán. No puede mantener ningún pecado; tiene que abandonarlos todos, tiene
que sacarlos como a los reyes cananeos de la cueva y ahorcarlos al sol".
No hay comentarios:
Publicar un comentario