LA
IMPORTANCIA DE ORAR Y CONFIAR EN NUESTRO PADRE CELESTIAL.
“Y antes que
clamen, responderé yo; mientras aún hablan, yo habré oído.”
Isaías 65:
24.
DIOS ESCUCHA Y ACTÚA CON PRONTITUD.
SERÍA BUENO QUE EL HOMBRE ESCUCHE Y OBEDEZCA
CON PRONTITUD.
¡Qué obra
tan veloz! El Señor nos oye antes de que llamemos; y con frecuencia responde
con la misma prontitud. Previendo nuestras necesidades, y nuestras oraciones,
arregla la providencia de tal manera que antes de que surja realmente la
necesidad, Él la satisface, y antes de que la tribulación asedie, Él nos arma
contra ella. Esta es la prontitud de la omnisciencia, y a menudo la hemos visto
ejercitada. Antes de que soñáramos con la aflicción que venía, ya había llegado
la poderosa consolación que había de sustentarnos a lo largo de ella. ¡Contamos
con un Dios que responde las oraciones!
La segunda
cláusula nos sugiere el teléfono. Aunque Dios esté en el cielo y nosotros en la
tierra, Él hace que nuestra palabra, al igual que Su propia palabra, viaje muy
velozmente. Cuando oramos correctamente, hablamos al oído de Dios. Nuestro
agraciado Mediador presenta nuestras peticiones de inmediato, y el grandioso
Padre las oye y les sonríe. ¡Qué grandioso es orar! ¿Quién no se entregaría de
lleno a la oración, sabiendo que el Rey de reyes le oye? Hoy voy a orar con fe,
no solamente creyendo que seré oído, sino que soy oído; no solamente sabiendo
que Él me responderá, sino que ya tengo la respuesta. ¡Santo Espíritu, ayúdame
en esto!
NUESTRA
ORACIÓN DEBE TENER EL SENTIDO CORRECTO DE HACER SU VOLUNTAD.
Mateo
6:9-10: “Vosotros, pues, oraréis así: Padre nuestro que estás en los cielos,
santificado sea tu nombre. Venga tu reino. Hágase tu voluntad, como en el
cielo, así también en la tierra.”
Cuando usted
ora: “Padre nuestro que estás en los cielos, santificado sea tu nombre. Venga
tu reino. Hágase tu voluntad, como en el cielo, así también en la tierra”,
¿está al tanto que esta oración aún no ha sido contestada, más lo será? Cristo
Jesús literalmente, visiblemente, corporalmente regresará a esta tierra. ¿Lo
cree? ¿Piensa que el Señor Jesús nos hubiera enseñado a orar esta oración si no
fuese a ser contestada? Su reino todavía no ha llegado a la tierra. Su voluntad
no se está llevando a cabo en la tierra, más se la hará, porque nuestro Señor
nos enseñó a pedirlo en oración.
Cuando lea o
vea las noticias hoy, observe cómo la voluntad de Dios no se hace en la tierra.
Pídale al Señor que su voluntad sea hecha en la tierra al orar por las personas
involucradas en los reportajes por su bienestar y salvación.
PEDIR EN
ORACIÓN LA SABIDURÍA PARA NUESTRAS VIDAS ES CORRECTO.
Sabiduría
para la vida.
Pedid, y se
os dará; buscad, y hallaréis; llamad, y se os abrirá. Porque todo aquel que
pide, recibe; y el que busca, halla; y al que llama, se le abrirá.
Mateo 7:7-8
Tener la
sabiduría de Dios está entre las mayores necesidades que tenemos. La sabiduría
de Dios nos ayuda a tomar decisiones prudentes a lo largo de nuestra vida
cristiana; a optar por el camino de Dios y rechazar el camino del mundo en toda
situación.
La Biblia
presenta muchos mandamientos y principios para la vida cristiana, pero no es un
manual exhaustivo de métodos y reglas para toda situación concebible. Eso no
sería muy práctico, e impediría que confiáramos solamente en Dios. Él quiere
que leamos su Palabra cada día de modo que podamos conocer sus principios para
una vida recta y que podamos orar sabiamente pidiendo dirección cuando tenemos
que tomar decisiones difíciles.
En las
Escrituras el Señor presenta a los creyentes la verdad suficiente para vivir de
manera responsable, y suficiente misterio para llevarlo a Él en la oración
confiada: "Y si alguno de vosotros tiene falta de sabiduría, pídala a
Dios, el cual da a todos abundantemente y sin reproche, y le será dada"
(Stg. 1:5).
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