miércoles, 11 de septiembre de 2013

LA SUMISIÓN: UN VALOR PARA PONER EN PRÁCTICA EN ESTOS TIEMPOS

Efesios 5: 21- 6: 1- 1o
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5:21 Someteos unos a otros en el temor de Dios. 
5:22 Las casadas estén sujetas a sus propios maridos, como al Señor; 
5:23 porque el marido es cabeza de la mujer, así como Cristo es cabeza de la iglesia, la cual es su cuerpo, y él es su Salvador. 
5:24 Así que, como la iglesia está sujeta a Cristo, así también las casadas lo estén a sus maridos en todo. 
5:25 Maridos, amad a vuestras mujeres, así como Cristo amó a la iglesia, y se entregó a sí mismo por ella, 
5:26 para santificarla, habiéndola purificado en el lavamiento del agua por la palabra, 
5:27 a fin de presentársela a sí mismo, una iglesia gloriosa, que no tuviese mancha ni arruga ni cosa semejante, sino que fuese santa y sin mancha. 
5:28 Así también los maridos deben amar a sus mujeres como a sus mismos cuerpos. El que ama a su mujer, a sí mismo se ama. 
5:29 Porque nadie aborreció jamás a su propia carne, sino que la sustenta y la cuida, como también Cristo a la iglesia, 
5:30 porque somos miembros de su cuerpo, de su carne y de sus huesos. 
5:31 Por esto dejará el hombre a su padre y a su madre, y se unirá a su mujer, y los dos serán una sola carne.
5:32 Grande es este misterio; mas yo digo esto respecto de Cristo y de la iglesia. 
5:33 Por lo demás, cada uno de vosotros ame también a su mujer como a sí mismo; y la mujer respete a su marido.
6:1 Hijos, obedeced en el Señor a vuestros padres, porque esto es justo.
6:2 Honra a tu padre y a tu madre, que es el primer mandamiento con promesa; 
6:3 para que te vaya bien, y seas de larga vida sobre la tierra.
6:4 Y vosotros, padres, no provoquéis a ira a vuestros hijos, sino criadlos en disciplina y amonestación del Señor. 
6:5 Siervos, obedeced a vuestros amos terrenales con temor y temblor, con sencillez de vuestro corazón, como a Cristo; 
6:6 no sirviendo al ojo, como los que quieren agradar a los hombres, sino como siervos de Cristo, de corazón haciendo la voluntad de Dios; 
6:7 sirviendo de buena voluntad, como al Señor y no a los hombres, 
6:8 sabiendo que el bien que cada uno hiciere, ése recibirá del Señor, sea siervo o sea libre.
6:9 Y vosotros, amos, haced con ellos lo mismo, dejando las amenazas, sabiendo que el Señor de ellos y vuestro está en los cielos, y que para él no hay acepción de personas.
6:10 Por lo demás, hermanos míos, fortaleceos en el Señor, y en el poder de su fuerza. 
LOS MANDAMIENTOS DE DIOS NO SON GRAVOSOS.
Primera Juan 5:3: “Pues este es el amor a Dios, que guardemos sus mandamientos; y sus mandamientos no son gravosos.”
¿ QUÉ ES LA SUMISIÓN?
La sumisión es un término que ha sido lamentablemente distorsionado porque hay hombres que han usado esta palabra como un arma para lastimar a sus esposas en lugar de usarla como una herramienta para construir su hogar. Cuando Dios le dice a la esposa que se someta a su esposo, Él a su vez le manda al esposo amar a su esposa. (Efesios 5:22-25). Cuando Dios le dice a los hijos que obedezcan a sus padres, Él también instruye a los padres a “no provoquéis a ira a vuestros hijos, sino criadlos en disciplina y amonestación del Señor”(Efesios 6:4). Cuando el Señor le manda que se someta a Él, es por su bien (Santiago 4:7). Jesús es la cabeza de la iglesia y Él nos dirige por amor. Igualmente debería serlo en el hogar.
PUNTO DE APLICACIÓN
Dialogue el principio de la sumisión con su familia y amigos esta semana. Compare el contraste entre lo que el mundo dice que significa la sumisión, y lo que Dios anhela de nosotros.
¿QUÉ ES LA SUMISIÓN A DIOS. ?
La Biblia nos dice "Acérquense a Dios, y él se acercará a ustedes" (Santiago 4: 7- 10). Usted puede comenzar a crecer en su relación con Dios ahora mismo. Sólo tiene que ir a  aprender más acerca de lo que significa ser un seguidor de Cristo.
4:7 Someteos, pues, a Dios; resistid al diablo, y huirá de vosotros. 
4:8 Acercaos a Dios, y él se acercará a vosotros. Pecadores, limpiad las manos; y vosotros los de doble ánimo, purificad vuestros corazones. 
4:9 Afligíos, y lamentad, y llorad. Vuestra risa se convierta en lloro, y vuestro gozo en tristeza. 
4:10 Humillaos delante del Señor, y él os exaltará.

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