. EL CAMINO
A EMAÚS: UN ENCUENTRO CON EL SEÑOR. Lucas 24: 13- 34
Los dos
discípulos que caminaban a Emaús arrastraban sus sandalias en el polvo, la
tristeza se dibujaba en sus rostros mientras se preguntaban:
Qué clase de
Dios es ese, que nos ha dejado acá solos sin esperanza. Y estaban tan absortos
en sus tristes pensamientos que no se daban cuenta de aquel que caminaba cerca
de ellos
En ese
camino me he encontrado carente de fe y carente de visión. Los discípulos de Emaús esperaban un reino de terrenal y perdieron de
vista el reino espiritual. Yo no quiero hoy ir rumbo a Emaús en busca de
un reino terrenal, porque podría perder
de vista el reino espiritual.
El
problema es que dejo de soñar y de mirar
los secretos escondidos en cada detalle de Dios y circunstancia de la vida.
Hoy necesito
aprender a esperar en las promesas de Dios.
La esperanza no es un deseo otorgado o un favor que me llega, es mucho
más que eso. La esperanza es una
dependencia total de Dios quien a veces nos sorprende fuera de nuestros
calcetines para ver nuestra reacción.
Dos hombres
que por alguna razón ya sea necesidad o gusto, tenían que ir a ese pueblo, pero
nunca pensaron que recibirían una tremenda bendición en ese lugar, una
experiencia que cambiaría sus vidas, sin embargo mientras iban por el camino,
no les pasaba por la mente lo que sucedería, estaban absortos en la
problemática de la vida diaria. Dice el V.14 E iban hablando entre sí de todas
aquellas cosas que habían acontecido.
V. 15
Sucedió que mientras hablaban y discutían entre sí, Jesús mismo se acercó, y
caminaba con ellos. 16 Mas los ojos de ellos estaban velados, Estaban
totalmente inmersos en su problemática que dejaron pasar lo más importante.
Cuantas
veces en nuestra vida nos hemos perdido de ver que Jesús esta junto a nosotros
porque estamos demasiado preocupados por nuestra situación, demasiado
deprimidos, demasiado enojados, tristes o aun alegres, estamos muy inmersos en
nuestra vida y no vemos que el dador de la vida, el que puede solucionar
nuestra situación está con nosotros.
Como le
diría Cleofas V.18 ¿Eres tú el único forastero en Jerusalén que no has sabido
las cosas que en ella han acontecido en estos días? Aunque lo que leemos es una pregunta que le
hace este hombre, la actitud es sarcástica y refleja que hoy en día nosotros
hacemos al decirle imaginariamente “Jesús tú no sabes exactamente lo que me
pasa”
Así que
necesitamos que haga esto y esto y aquello, eso es lo que dice Cleofas cuando
dice V. 22 Nosotros esperábamos… Eso es lo que nosotros pensamos, que él
debería de hacer lo que nosotros pensamos que debería hacer, estamos
convencidos que tenemos la razón en lo que creemos que es lo que Jesús debería
hacer y esa es la actitud que tenemos y que interpretamos como que “le estamos dando lugar a Jesús en nuestra
vida”.
Todo buen
creyente que lucha y se esfuerza por la causa de Cristo puede desalentarse.
Satanás puede meter el desaliento dentro de él y abrir la puerta para que entre
el resto de su equipo. Él puede romper la vida del mejor con la cuña del
desaliento.
Por eso todo
creyente debe ser capaz de vencer el desánimo, la crítica, el rechazo, la
ingratitud o, de lo contrario, el diablo se aprovechara de esas circunstancias.
El
Desaliento.
24:17 Y les
dijo: ¿Qué pláticas son estas que tenéis entre vosotros mientras camináis, y
por qué estáis tristes?
El
desaliento es el sentimiento más poderoso para detener nuestro avance en la
vida. No hay nada peor que una persona que ha perdido totalmente las esperanzas
y no encuentra consuelo ni salida a su problema.
En la Biblia
encontramos varios ejemplos de personas desalentadas por las circunstancias que
le tocaron vivir.
Moisés.
Nm. 11:15
"Y si así lo haces tú conmigo, yo t ruego que me des muerte, si he hallado
gracia en tus ojos; y que yo no vea mi mal."
Josué.
Jos. 7:7
"Y Josué dijo: Ah, Señor Jehová ¿Por qué nos hiciste pasar a este pueblo
el Jordán, para que nos destruyan? Ojala nos hubiéramos quedado al otro lado
del Jordán."
Elías.
1R. 19:4
"Y él se fue por el desierto un día de camino, y vino y se sentó debajo de
un enebro; y deseando morirse, dijo: Basta ya, oh Jehová, quítame la vida, pues
no soy yo mejor que mis padres."
Job.
Job 10:1
"Esta mi alma hastiada de mi vida; daré libre curso a mi queja, hablare
con amargura de mi alma
David
El
desaliento puede paralizarnos y dejarnos inmóviles ante las mejores
oportunidades. El desaliento no les dejo ver que era Jesús quien caminaba con
ellos. El desaliento no nos deja ver la buenas cosas que suceden a nuestro
alrededor.
El factor dominante
que encontramos en la mayoría de estos textos es "la queja". Y
podríamos decir que la queja es el primer síntoma del desaliento.
Inmediatamente
que nos desalentamos comenzamos a quejarnos, como los israelitas en el
desierto. Cansados de caminar, dar vueltas y vueltas, pasar hambre cansancio,
etc. Comenzaron a quejarse en contra de Moisés y de Dios.
Números 21:4
Después partieron del monte de Hor, camino del Mar Rojo, para rodear la tierra
de Edom; y se desanimó el pueblo por el camino.
21:5 Y habló
el pueblo contra Dios y contra Moisés: ¿Por qué nos hiciste subir de Egipto
para que muramos en este desierto? Pues no hay pan ni agua, y nuestra alma
tiene fastidio de este pan tan liviano.
Números 32:5
Por tanto, dijeron, si hallamos gracia en tus ojos, dese esta tierra a tus
siervos en heredad, y no nos hagas pasar el Jordán.
32:6 Y
respondió Moisés a los hijos de Gad y a los hijos de Rubén: ¿Irán vuestros
hermanos a la guerra, y vosotros os quedaréis aquí?
32:7 ¿Y por
qué desanimáis a los hijos de Israel, para que no pasen a la tierra que les ha
dado Jehová?
El
desaliento también es contagioso, podemos contaminar al que tenemos al lado
cuando empezamos a hablar "la realidad" de las cosas. Esto es
aceptable para los que no creen en Cristo, que su única esperanza está basada
en las cosas que suceden en este mundo. Pero para los que creemos en Cristo hay
factor que no podemos dejar afuera y es el factor sobrenatural.
Los
discípulos pensaron que todo ya había terminado y esa era la realidad; Cristo
había muerto y todas las esperanzas con El, pero dejaron de lado el factor
sobrenatural; Jesús les había dicho que iba a resucitar y ellos no le creyeron.
Pero de todas maneras Jesús cumplió, él no podía condicionarse por lo que sus
discípulos pensaran o creyeran, él lo había prometido y cumplió.
Es por esto
que tenemos que fijarnos bien lo que hablamos para no contaminarnos nosotros ni
contaminar a los demás.
Santiago
3:5-6 "Así también la lengua es un miembro pequeño, pero se jacta de
grandes cosas. He aquí, ¡cuán grande bosque enciende un pequeño fuego!
Y la lengua
es un fuego, un mundo de maldad. La lengua está puesta entre nuestros miembros,
y contamina todo el cuerpo, e inflama la rueda de la creación, y ella misma es
inflamada por el infierno."
Jesús en más
de una oportunidad les declaro que era necesario que Cristo muriese pero que
resucitaría al tercer día. Pero es como que ellos se olvidaron de lo que Jesús
les había dicho y en vez de proclamar Resurrección estaban proclamando muerte.
Muchas veces, nosotros somos nuestros peores enemigos. Salimos y hablamos
pobreza y nos quejamos porque no tenemos riquezas.
Confesamos
la enfermedad todo el tiempo y nos preguntamos porque no tenemos salud.
Confesamos
la derrota todo el tiempo y luego nos preguntamos por qué no tenemos la
victoria.
Confesamos
la debilidad y luego nos quejamos porque no tenemos fortaleza.
Debemos
hablar fortaleza y la fortaleza vendrá, debemos hablar victoria y la victoria
vendrá. Debemos hablar salud y la salud vendrá. Riqueza y las riquezas vendrá.
Gracias a Dios debemos decirlo con nuestra boca. La Biblia dice que Dios creaba
en Génesis, el espíritu de Dios se movía y Dios dijo, que fuese y fue. El crea
el fruto de los labios. Nosotros creamos el mundo que nos rodea. Por las
palabras que hablamos. Pero no podemos elegir cualquier palabra.
Tenemos que
decir con nuestra boca las palabras que Dios habló.
¿Qué es lo
que estás hablando con tu hermano mientras vamos por el camino? La Biblia no
exhorta a que hablemos entre nosotros con salmos e himnos y cánticos
espirituales. (Ef. 5:19).
Lo que
hablamos entre nosotros puede desalentarnos o alentarnos. (Prov. 18:21)La
Biblia dice, la muerte y la vida están en el poder de la lengua, yo sabía decir
que: el poder de la vida y de la muerte está en la lengua. El énfasis está en
el poder de la lengua. Usted puede crear en la tierra el cielo o el infierno
con su boca.
Usted debe
cambiar su mundo cambiando sus palabras!
Yo elijo la
vida y le digo que no a la muerte cuando hablo lo que Dios habla y renuncio a
hablar lo que destruye.
La Palabra
lo cambia todo.
24:25
Entonces él les dijo: ¡Oh insensatos, y tardos de corazón para creer todo lo
que los profetas han dicho!
24:26 ¿No
era necesario que el Cristo padeciera estas cosas, y que entrara en su gloria?
24:27 Y
comenzando desde Moisés, y siguiendo por todos los profetas, les declaraba en
todas las Escrituras lo que de él decían.
24:32 Y se
decían el uno al otro: ¿No ardía nuestro corazón en nosotros, mientras nos
hablaba en el camino, y cuando nos abría las Escrituras?
Conclusión.
no dejemos
que el desánimo tome lugar en nuestras vidas.
hablemos lo
que la palabra dice y digámosle a las circunstancias lo que Dios dice. En vez
de proclamar lo malo de "la realidad".
la palabra
puede traer sanidad cuando es proclamada con fe. El salmo 107:20 dice: Envió su
palabra y los sano. El estudio y el discipulado pueden traer alivio al dolor,
esperanza ante la pérdida, animo ante el desaliento.
No dejemos
de ninguna manera, por más difícil que sean las circunstancias que estemos
viviendo, de proclamar la verdad de la palabra de Dios.
Puede que
Jesús este caminando a nuestro lado y por ver las circunstancias negativas no
lo veamos a Él.
http://www.renuevodeplenitud.com/te-amo-por-siempre.html
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LAS PROMESAS
DE DIOS PARA SUS HIJOS, SUS DISCÍPULOS, PARA SU IGLESIA:
En el Camino
de Emaús todos somos Importantes para Dios. Jesucristo los visitó para que
vieran lo Especial que son sus Discípulos y la Iglesia en sus Planes Eternos.
Principio 1.
Dios tiene Memoria de nosotros. Principio 2.
Los Pensamientos de Dios son para Bien. Principio 3. La verdad de Dios
nos hace Libres.
1.Salmo 8:
3- 8.
8:3 Cuando veo tus cielos, obra de tus dedos,
La luna y las estrellas que tú formaste,
8:4 Digo: ¿Qué es el hombre, para que tengas de él memoria,
Y el hijo del hombre, para que lo visites?
8:5 Le has hecho poco menor que los ángeles,
Y lo coronaste de gloria y de honra.
8:6 Le hiciste señorear sobre las obras de tus manos;
Todo lo pusiste debajo de sus pies:
8:7 Ovejas y bueyes, todo ello,
Y asimismo las bestias del campo,
8:8 Las aves de los cielos y los peces del mar;
Todo cuanto pasa por los senderos del mar.
2. Isaías 49: 1, 15.
49:1 Oídme, costas, y escuchad, pueblos lejanos. Jehová me llamó desde el
vientre, desde las entrañas de mi madre tuvo mi nombre en memoria.
49:15 ¿Se olvidará la mujer de lo que dio a luz, para dejar de
compadecerse del hijo de su vientre? Aunque olvide ella, yo nunca me olvidaré
de ti.
3. Jer 1: 5.
1:5 Antes que te formase en el vientre te conocí, y antes que nacieses te
santifiqué, te di por profeta a las naciones.
4. Jer 29. 11.
29:11 Porque yo sé los pensamientos que tengo acerca de vosotros, dice
Jehová, pensamientos de paz, y no de mal, para daros el fin que esperáis.
5. Jn 8: 32, 36.
8:32 y conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres.
8:36 Así que, si el Hijo os libertare, seréis verdaderamente libres.
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PASTOR:
Rigoberto Gómez E
Hermosa palabra de Dios y alimento para él alma.
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