martes, 17 de septiembre de 2013

REFLEXIONES: EL MILAGRO DE LA CANCIÓN Y EL MILAGRO DE LA ORACIÓN

REFLEXIONES: EL MILAGRO DE LA CANCIÓN Y EL MILAGRO DE LA ORACIÓN
Reflexiones - El Milagro de la canción

Como cualquier buena mamá, cuando Karen supo que estaba esperando un bebe, hizo lo que pudo para ayudar a su hijo Michael de tres años a prepararse para una nueva etapa en su vida.

Supieron que el nuevo bebe iba a ser una niña, y día y noche, Michael le cantaba a su hermanita en el vientre de su madre. Él estaba encariñándose con su hermanita aun antes de conocerla. El embarazo de Karen progresó normalmente. A tiempo empezó su labor de parto, pero una complicación se presentó de repente y Karen tuvo horas de labor de parto. Finalmente, después de muchas horas de lucha, la hermanita de Michael nació, pero en muy malas condiciones. La llevaron inmediatamente en una ambulancia a la Unidad de Cuidados Intensivos, sección neonatal del Hospital St.Mary, en Knoxville, Tennessee.

Los días pasaron y la niña empeoraba. Los pediatras tuvieron que decirles finalmente a los padres las terribles palabras "Hay muy pocas esperanzas, prepárense para lo peor".

Karen y su esposo contactaron al cementerio local para apartar un lugar para su hijita. Ellos habían creado un cuarto nuevo para su hija y ahora se encontraban haciendo arreglos para un funeral. Sin embargo, Michael, les rogaba a sus padres que le dejaran ver a su hermanita "Quiero cantarle", decía una y otra vez. Estuvieron dos semanas en Terapia Intensiva y parecía que el funeral vendría antes de que acabara la semana.

Michael siguió insistiendo que quería cantarle a su hermanita, pero le explicaban que no se permitía la entrada de niños a Terapia Intensiva.

De pronto Karen se decidió, llevaría a Michael a ver a su hermanita, la dejaran o no! Si no veía a su hermanita en ese momento, tal vez no la vería viva nunca.

Ella le puso un overol inmenso y lo llevo a Terapia Intensiva, Michael parecía una enorme canasta de ropa sucia. Pero la jefa de enfermeras se dio cuenta de que era un niño y se enfureció... "Saquen a ese niño de aquí ahora mismo! No se admiten niños aquí!"

El carácter fuerte de Karen afloro y, olvidándose de sus lindos modales de dama, que siempre la habían caracterizado, miro con ojos de acero la enfermera, sus labios eran una sola línea y con firmeza dijo: "Él no se va hasta que le cante a su hermanita" y levanto a Michael y lo llevo a la cama de su hermanita.

El miro a la pequeñita, perdiendo la batalla por conservar la vida. Después de un momento empezó a cantar con la voz que le salía del corazón de un niño de tres años. Michael le canto: " Eres mi luz del sol, mi única luz, tú me haces feliz cuando el cielo es gris...." (Conocida canción en inglés " You are my sunshine").

Instantáneamente, la bebe pareció responder al estímulo de la voz de Michael, su pulso se empezó a volver normal. "Sigue cantando, Michael" le pedía desesperadamente su mamá con lágrimas en los ojos. Y el niño seguía: "Tu no sabrás nunca, querida, cuanto te amo, por favor no te lleves mi luz del sol..." Al tiempo que Michael cantaba a su hermana, la bebe se movía y su respiración se volvía tan suave como la de un gatito cuando lo acarician.

"Sigue cantando cariño" le decía su mamá y el continuaba haciéndolo como cuando todavía su hermanita estaba en el vientre de su madre. "La otra noche, querida, cuando dormía, soñé que te abrazaba en mis brazos..." seguía cantando el niño; la hermanita de Michael empezó a relajarse y a dormir con un sueño reparador que parecía que la mejoraba por segundos. "Sigue cantando Michael"... ahora era la voz de la enfermera gruñona que con lágrimas en los ojos no dejaba de pedirle al niño que continuara. "Tú eres mi luz del sol, mi única luz del sol, por favor no te lleves mi sol..."

Al día siguiente... el mismísimo día siguiente... la niña estaba en perfectas condiciones para irse a casa.

La revista "Woman's Day" lo llamo "El Milagro de la canción del Hermano". Los doctores le llamaron simplemente un milagro. Karen le llamo "El Milagro del amor de Dios".

La vida es demasiado buena como para desperdiciarla...

Confía en que Dios sabe que estas exactamente donde debes estar.
Cantares 8: 7
Las muchas aguas no podrán apagar el amor, ni lo ahogarán los ríos.

Jeremías 31:3
Con amor eterno te he amado, por tanto, te prolongué misericordia.
Colosenses 1:17: “Y Él es antes de todas las cosas, y todas las cosas en Él subsisten.”

Cantamos que nuestro Señor tiene al mundo en sus manos. Sin embargo, ¿sabe qué es aún más extraordinario que eso? Que Él tiene a todo el universo en sus manos. Él es quien con tan sólo su palabra lo creó. Él es el que lo mantiene funcionando. Él es el que un día doblará al mundo como a una prenda de ropa y lo guardará en un cajón en algún lado. Él lo regula, lo gobierna y lo administra.

Cuando tome el periódico y lea algo alarmante, cuando vea una mala noticia en la televisión, no hay necesidad de pánico. Dígase a sí mismo: “¡Alabado sea el Señor, así lo profetizó!” Nuestro Dios está en control. Él que puso las estrellas en órbita, posee a todo el universo en sus manos.

PUNTO DE ACCIÓN:
Tome a un niño de la mano y vean juntos las estrellas brillar en la noche, u observe cómo la hoja de un árbol cambia su color. Entonces, comparta con él, quién es el asombroso Creador y que mantiene todo con su diestra.
SALMO 8: 1, 3, 6, 

8:1 ¡Oh Jehová, Señor nuestro,
Cuán glorioso es tu nombre en toda la tierra!
Has puesto tu gloria sobre los cielos;
8:3 Cuando veo tus cielos, obra de tus dedos,
La luna y las estrellas que tú formaste,
8:4 Digo: ¿Qué es el hombre, para que tengas de él memoria,
Y el hijo del hombre, para que lo visites?
8:6 Le hiciste señorear sobre las obras de tus manos;
Todo lo pusiste debajo de sus pies;
8:9 ¡Oh Jehová, Señor nuestro,
Cuán grande es tu nombre en toda la tierra! pusiste debajo de sus pies.
SALMO 150.
1 Alabad a Dios en su santuario;
Alabadle en la magnificencia de su firmamento.
150:2 Alabadle por sus proezas;
Alabadle conforme a la muchedumbre de su grandeza.
150:3 Alabadle a son de bocina;
Alabadle con salterio y arpa.
150:4 Alabadle con pandero y danza;
Alabadle con cuerdas y flautas.
150:5 Alabadle con címbalos resonantes;
Alabadle con címbalos de júbilo.
150:6 Todo lo que respira alabe a JAH.
Aleluya.
ORACIONES PARA HOY:
*Pedir perdón por no reconocer la grandeza de Dios.
* Dar gracias a Dios por su misericordia y por estar ahí siempre que lo necesitamos.
* Orar por sanidad, que Dios quite todo dolencia en las familias de la iglesia.
* Para que el Señor aumente nuestra fe, y nunca quitemos la mirada de Él.
Que Dios nos dé un corazón agradecido, perdonador y amoroso. Amén.
PASTOR: Rigoberto Gómez E




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