viernes, 8 de julio de 2016

EL PRÍNCIPE DE LOS PASTORES TE DA IDENTIDAD DE NOBLEZA CON UNA CORONA.

EL PRÍNCIPE DE LOS PASTORES TE DA IDENTIDAD DE NOBLEZA CON UNA CORONA.
1.     EL PRÍNCIPE DE LOS PASTORES Y LA IDENTIDAD.
Las Coronas Son Para Los Reyes.
Y cuando aparezca el Príncipe de los pastores, vosotros recibiréis la corona incorruptible de gloria.     – 1 P. 5:4

¡Las coronas son para los reyes!  Y el apóstol Pedro, quien pasó tres años viviendo con Jesús, nos recuerda qué Él nos dará una corona que nunca será destruida.  Nosotros reinaremos y gobernaremos con el Rey de la gloria.  ¡Por siempre!

Otro apóstol, Juan el discípulo a quien Jesús amaba, quien se recostaba cerca del corazón de su Maestro (Jn. 13:25), afirmó lo mismo, anunciando estas palabras precisas de Jesús. . .

Al que venciere, le daré que se siente conmigo en mi trono, así como yo he vencido, y me he sentado con mi Padre en su trono.  – Ap. 3:21
Pon atención cuidadosamente al leer esto.  Sé que es fácil desanimarte en el ministerio.  Algunas veces pareciera que Dios no está trabajando.  Quizá tú te sientes olvidado, solo, que nadie lo entiende.  Quizá te sientes derrotado.  He sido enviado por Jesús para recordarte quién eres tú en realidad.

Tú estás en el proceso de ser alistado para reinar con el Rey de reyes, el Señor de señores.  Tienes sangre real fluyendo dentro de ti, una sangre que fue derramada a un gran precio en la cruz del calvario.  Esa sangre te limpió.  Te cubre y es la garantía de Dios que tú servirás - junto con Jesús - en su glorioso Reino.  Por siempre.

Así que, anímate hoy.  Mantén tu cabeza en alto.  Adórale.  Aprende de su corazón y de su humildad para así servir a los demás – él fue un Siervo-Rey.  Toma autoridad sobre cada tentación y todo pensamiento que quiera derrotarte.  Su corona está siendo preparada para ti ahora mismo.

Sé fiel.  ¡Nunca te rindas!  Camina con la dignidad de tu llamamiento y siempre refleja el corazón de tu Rey.  Tu eres su embajador (2 Cor. 5:20).  Algún día, tú sabrás que tu trabajo no fue en vano (1 Co. 15:58).

Cosas que ojo no vio, ni oído oyó, Ni han subido en corazón de hombre, Son las que Dios ha preparado para los que le aman.  – 1 Co. 2:9

¡Ama a tu Pastor que viene!  Él podría venir hoy.  ¡Maranatha!
2. EL PRÍNCIPE DE LOS PASTORES ES QUIEN TE DA LAS CORONAS.
El Próximo Gran Momento De La Historia.
 Y cuando aparezca el Príncipe de los pastores, vosotros recibiréis la corona incorruptible de gloria.  - I P. 5:4
La mayoría de los cristianos raramente piensan acerca del siguiente gran momento de la historia.  El regreso de su Pastor – El Príncipe de los pastores.
 Porque el Señor mismo con voz de mando, con voz de arcángel, y con trompeta de Dios, descenderá del cielo; y los muertos en Cristo resucitarán primero (1 Ts. 4:16).

¡Pedro estaba convencido!  ¡Él no tenía duda!  En la montaña él había visto con sus propios ojos a Jesús ascender al cielo.  Él escuchó con sus propios oídos a los dos ángeles, vestidos de blanco, que declaraban, Varones galileos, ¿por qué estáis mirando al cielo?  Este mismo Jesús, que ha sido tomado de vosotros al cielo, así vendrá como le habéis visto ir al cielo (Hch. 1:11).

Así que, varios años más tarde cuando Pedro escribió a aquellos primeros cristianos, él uso las palabras “cuando aparezca”.   ¡No “si aparece”!  Y cuando aparezca el Príncipe de los pastores. . .  Eso es confianza y anticipación.  ¡Eso es certeza!

Los cristianos en todo lugar en el primer siglo vivieron esperando que Jesús regresara en cualquier momento.  La palabra Maranatha (que significa, El Señor viene) estaba constantemente en sus labios.  Cuando se saludaban uno al otro en las calles, se identificaban así mismos como creyentes con el saludo, Maranatha.  Y cuando se despedían uno del otro, Maranatha.  Siempre estaban preparados – para el dramático momento cuando su Jesús pudiera aparecer en las nubes.  Ellos anhelaban ese momento cuando serían arrebatados en el cielo y verían al Señor cara a cara.  La promesa de la venida de Jesús les motivó a llevar vidas de pureza.  ¡Llenó sus días con gozo y la esperanza bienaventurada (Tit. 2:13)!

Por los últimos cuarenta años, he tenido el privilegio de viajar a lugares remotos del mundo para convivir en comunión con muchos tipos de cristianos.  Esto ha sido una probada del cielo.  Con cada nuevo viaje he tenido que empacar mis maletas.  Empacar esas maletas cuidadosamente, con la ayuda de mi querida esposa Mary, me ha preparado para el momento cuando el avión despegue llevándome a los cielos y entregándome a mi destino.

Quiero preguntarte - ¿Tus maletas espirituales están empacadas y estás tu preparado para volar con Jesús?  ¿Estás tú viviendo hoy esperando reunirte con Él esta noche o mañana por la mañana?  Nadie sabe la hora, excepto el Padre en los cielos (Mt. 24:36).  ¡El próximo gran momento de la historia está cerca!  Podría ser hoy mismo.

¿Por qué no hacer un compromiso nuevo con Jesús ahora mismo?  Nunca comienza otro día sin primero ver a los cielos y escucharle a decir nuevamente, Ciertamente vengo en breve.  Y tu experimentarás una esperanza fresca y un propósito para vivir mientras susurras respondiendo Amén; sí, ven, Señor Jesús (Ap. 22:20).

Por lo demás, me está guardada la corona de justicia, la cual me dará el Señor, juez justo, en aquel día; y no sólo a mí, sino también a todos los que aman su venida (2 Ti. 4:8).

¡Ama a tu Pastor que viene!  Él podría venir hoy.  ¡Maranatha!
3. EL PRÍNCIPE DE LOS PASTORES ES UNA FORMACIÓN DEL SEMINARIO: INSTITUTO MINISTERIAL.

A mis eternos amigos en Cristo Jesús. Gracias por su amor a nuestro Señor Jesús y por su Palabra.

Si usted recientemente se graduó del seminario del IIBT, es mi oración que usted haya tenido una experiencia inolvidable.  Se y confio que El Espíritu Santo lo está motivando a finalizar sus Prácticas.  ¿Usted ha podido leer el Prefacio?  ¿Ha iniciado a completar las prácticas de Oración, Fidelidad de Dios, Dar y Amor de Dios?  No se olvide que la única manera que va a madurar su don espiritual es a través de la práctica.

Si usted aún no ha tenido la oportunidad de asistir al Seminario de la Biblia Thompson, le animamos a que asista!  Será una experiencia que cambiara su vida, su familia y su ministerio.  Se lo garantizo.  ¡Contáctenos!  Tenemos un coordinador en su País (ver lista debajo).

Esté atento a los próximos devocionales.  Cada uno está diseñado para tocar su corazón y llevarlo al corazón de Dios.   Así motivarlo y animarlo a medida que usted enseña y predica la Palabra de Dios (2 Ti. 4:2).

Visite nuestra Página de Facebook. Visite nuestra página Web (www.iibt.info). Allí encontrará mucha ayuda, como: nuestros próximos eventos, las 52 cadenas de la Biblia Thompson más destacadas y muchísimas ayudas más que usted podrá descargar, imprimir y utilizarlo en su Iglesia o células.

¡Manténgase animado! Somos más que vencedores (Ro. 8:37).  Sigamos trabajando juntos en armonía con el fluir del Espíritu Santo, hasta que nuestro Dios Todopoderoso cumpla su promesa inquebrantable.

Porque la tierra será llena del conocimiento de la Gloria de Jehová, como las aguas cubren el mar (Hab. 2:14).
4. EL PRÍNCIPE DE LOS PASTORES ES TU DESCANSO.

No te preocupes…No temas…Descansa
Nada te faltará. – Salmo 23:1
David era un hombre conforme al corazón de Dios.  Entendía que El era poderoso, que estaba presente en todo lugar y que era un pastor personal.  Este Pastor que está presente en este momento, conocía a David.  Realmente lo conocía, y David a su Pastor.

Por eso David estaba convencido que nunca necesitaría nada y pudo decir, Nada me faltará.  Su futuro estaba asegurado.  Todos sus recursos infinitos de poder y de amor eran suyos.

¿Entiendes con cuanto cuidado estás siendo protegido hoy? ¿Sabes cuán seguro estás?  Cuando te afliges por dinero, Dios dice yo soy “dueño del ganado de mil colinas” (Sal 50:10).  Cuando sientes dolor, El promete que su gozo será tu fortaleza (Neh 8:10).  Cuando te sientes temeroso acerca del futuro de tus hijos, El dice, No temas, Yo los cuidaré (Is 54:13).  Dios quiere que descanses y que encuentres paz en El.

Claro que esto no implica que dejes de trabajar y planificar, o que dejes de orar.  ¡No!  Lo que quiere decir es que cada mañana despiertas y pones tus ojos en el corazón inmenso de Dios.  Te dices a ti mismo, que no dejarás que tus problemas te controlen.  Dios será tu vida.  Es de El que vendrá tu descanso.

Jesús dijo que el Padre sabe cuándo el gorrión más pequeño cae a la tierra (Mt 10:29). Nunca son olvidados por Dios (Lc 12:6)  Si Él tiene tanto cuidado de un gorrión, ¿te puedes imaginar el cuidado que tiene de ti?

David sabía bien.  ¡Él sabía cuánto era amado por Dios!  Es por eso que David se apresuraba para encontrarse de madrugada con Dios cada día.  Jorge Mueller de Inglaterra también sabía lo propio.  Aunque él tenía que dar de comer a cientos de huérfanos cada día, nunca le faltó una sola comida. A veces las provisiones de Dios vienen al último momento, pero siempre vienen.

Para tu propio bien, estoy pidiéndote que te afirmes y ejercites esa misma fe.  No dejes que el temor, la falta de perdón, el dolor, o la ansiedad te esclavicen. Encuentra tu descanso en Jesús.  Confía en El tal como un corderito inocente confía en su pastor.  Cuando vuelvas a esa fe sencilla, conocerás lo que es realmente vivir así como vive el hijo del rey más rico. Serás libre y nunca quedarás desilusionado.

Por nada estéis afanosos, sino sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios en toda oración y ruego, con acción de gracias.
Y la paz de Dios que sobrepasa todo entendimiento,
Guardará vuestros corazones y vuestros pensamientos en Cristo Jesús.
Filipenses 4:6-7.

5. EL PRÍNCIPE DE LOS PASTORES ES TU ALIMENTO ESPIRITUAL.

Alimento Poderoso Para Un Pastor Que Tiene Hambre
Jehová es mi pastor; nada me faltará.
En lugares de delicados pastos me hará descansar… Sal 23:1-2
 “Hermano Juan, yo alimento a otros todo el tiempo, pero nadie me alimenta mí.”  Por los últimos cuarenta años he escuchado este clamor de muchos pastores.  La mayor parte de pastores entienden cuan fácil es agotarse en el ministerio.  Todos saben que no se puede dar algo si no se recibe algo para dar.

David, el pastor joven que más tarde llegó a ser rey, entendió esto también.  Él sabía lo que era la soledad. Experimentó el hambre espiritual, y como todos David precisaba aprender que solo Dios puede satisfacer nuestras necesidades más profundas.  Muchos pastores muy conocidos han tenido que aprender que a veces nuestro único maestro y pastor es Jesús.

La mejor noticia es que Él  siempre está a tu lado.  El nunca falla.  Ni una sola vez.  David nos hace recordar que Dios nos ha rodeado con pastos delicados y verdes para nuestro descanso y confort. También esos pastos están allí para alimentarnos.  Cada día tienes abundante alimento y tu satisfacción es garantizada. No solo serás personalmente satisfecho pero podrás compartirlo con los que están cerca de ti.   Déjame sugerirte cuatros áreas de tu vida en las cuales debes buscar esos pastos frescos y verdes…  
   
LA PALABRA, dice el Salmista “cuan dulce son a mi paladar tus palabras” (Sal 119:103).  Job amaba la Palabra de Dios más que su pan cotidiano (Job 23:12).  Jeremías dice “Fueron halladas tus palabras, y yo las comí.  Tu palabra me fue por gozo y por alegría de mí corazón.” (Jer 15:16).  Al meditar en la Palabra de Dios, deja que el Espíritu Santo te fortalezca.

LA FAMILIA Y LOS AMIGOS te alimentarán.  Hierro con hierro se aguza; y así el hombre aguza el rostro de un amigo (Pr 27:17).  Escucha con cuidado lo que otros te dicen.  Dios te hablará a través de ellos.  Mucha de mi fortaleza y ánimo he recibido de María quien frecuentemente comparte de lo profundo de su corazón.

JESÚS MISMO te alimenta.  La Biblia dice que Jesús toca la puerta de nuestro corazón para que comamos con El (Ap. 3:20).  Escúchalo a El mientras él habla corazón a corazón contigo.  Él te dice cuanto te ama y cuan orgulloso se siente de ti.  Nos dice cuán nuevas son sus misericordias y su perdón cada día.  Dios muy cariñosamente nos invita a “estar quietos, y conocer que yo soy Dios…”(Sal 46:10).  Cuando estamos quietos, lo oímos hablar y Sus Palabras siempre son poderosas para nosotros.

EN PRESENCIA DE NUESTROS ENEMIGOS busca esa mesa preparada por El (Sal 23:5).  Es cuando confrontamos a nuestros peores enemigos, cuando peleamos nuestras peores batallas que Dios revela su presencia con gran poder.  Cuando te alimentas de su presencia serás como David ante Goliat.  No tendrás temor.  Podrás decir “yo voy contra ti en el nombre de Jehová de los ejércitos.” (I S 17:45).

Este mes celebrarán las Olimpiadas en Londres.  Miles de atletas se alimentarán con lo que se llama barras poderosas antes de entrar en una competencia.  Estas barras poderosas te dan energía inmediata y fortaleza.  Te prometen una actuación superior.  Te llevan a la victoria.  Te digo que hoy tienes algo mucho mejor.  Tú tienes los delicados pastos del Pastor Jesús.  El adereza un banquete delante de ti.  Así que ¿por qué no gustar y ver que es bueno Jehová…(Sal 34:8).  Si así lo haces, nunca serás desilusionado.  Serás lleno con su sabiduría y poder para alimentar a otros con la Palabra transformadora de nuestro Dios todopoderoso.



6. EL PRÍNCIPE DE LOS PASTORES ES TU REPOSO.

¿Necesitas un baño?
 Junto a aguas de reposo me pastoreara.  Salmo 23:2
¿Te has sentido sucio últimamente?  No estoy hablando de tu necesidad de darte una ducha en tu casa.  Me refiero a un espíritu contaminado.  Un corazón lleno de ira o tal vez un pecado oculto.  Puede ser un resentimiento profundo. Puede ser una amargura que has llevado por años, o una auto conmiseración crónica o el orgullo.

Es fácil estar limpio externamente, pero hediondo y podrido por dentro.

Es por eso que el Buen Pastor guía a su rebaño por aguas de reposo.  Es por eso que Jesús siempre está listo para lavarnos.  Él sabe de nuestra necesidad.

Él te lavó con su sangre una vez y para siempre cuando llevó tus pecados en la cruz, y te dio su justicia a cambio de tus pecados (Ro. 3:25-26).  Al que no conoció pecado, por nosotros lo hizo pecado, para que nosotros fuésemos hechos justicia de Dios en él (2 Co. 5:21).

Pero como Pedro, nosotros también necesitamos ser lavados cada día. ¿Te acuerdas cuando él se arrodilló y lavó los pies de sus discípulos?  “Si no te lavare, no tendrás parte conmigo.”  Un verdadero seguidor de Jesús desea andar en pureza en este mundo contaminado, para complacer a su Maestro.

Más tarde el Apóstol Juan escribió, “Si confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para perdonarnos, y limpiarnos de toda maldad (1 Juan 1:9).”

¿Por qué no abrir tu corazón a Jesús hoy?  Deja que él te examine. Cuéntale tu debilidad y cuanto deseas que te limpie cariñosamente.  Él te bañará en esas aguas de reposo y como resultado podrás perdonar a otros más fácilmente. Estarás lleno de un gozo nuevo del Espíritu Santo y la gloria de Dios fluirá a través tuyo hacia otros como nunca antes lo has experimentado.  Agradécele por su trabajo de limpieza.  Nadie te ama como te ama tu Pastor.

ORACIÓN: Señor Jesús, gracias por tus aguas de reposo que me limpian.  Yo las necesito hoy.   Gracias por tu sangre que me lavó completamente y para siempre. Gracias por tu Palabra que limpia mi mente.  Gracias por tus misericordias que son nuevas cada día, las cuales me permiten empezar de nuevo limpio, vibrante y perdonado.  Gracias por escogerme como tu instrumento de limpieza para un mundo que precisa tanto de tu amor.

7. EL PRÍNCIPE DE LOS PASTORES ES EL QUE APACIENTA LAS OVEJAS

El Gran Apacentador Y Sus Apacentadores.
Como pastor apacentará su rebaño. . .  –Is. 40:11

Tu pastor Jesús -- que vive dentro de ti -- es uno que hace la paz.  El desea que tú también seas un hacedor de la paz.

Isaías dijo proféticamente que Cristo es el Gran Apacentador.  Es el que aquieta a su rebaño y que quita el temor.  Es el que perdona.  Es el que guía con confianza sabiendo que todo saldrá bien.

Cuando Jesús es tu Pastor, no hay nada de qué preocuparse.  Aun cuando has sufrido una injusticia, no hay necesidad de enojarte o de entregarte al resentimiento.  Él está obrando su plan perfecto en tu vida, y siempre traerá el bien, aun cuando has sido tratado injustamente (Ro. 8:28).

El añora por tu confianza para gobernar tu corazón, tu hogar, tu iglesia y aun tu país (Col. 3:15).  Él te ha escogido para ser su instrumento para que eso ocurra. 

¿Has oído el relato acerca de la Noche Buena durante la primera guerra mundial?  Los alemanes y los ingleses estaban en plena guerra, el uno contra el otro.   Se encontraban separados por una brecha de menos de 50 metros en una batalla feroz.  Durante varios días gran cantidad de soldados habían muerto.

De repente, al llegar la media noche del 24 de Diciembre, los Ingleses se dieron cuenta que los Alemanes habían dejado de utilizar sus armas. Más bien los Ingleses comenzaron a ver velas prendidas que se suspendían de las trincheras enemigas y de pronto se escuchó la entonación del lado Alemán del afamado villancico  “Noche de paz, Noche de amor.  Todo duerme en derredor.  Entre sus astros que esparcen su luz.  Bella anunciando al niñito Jesús.  Brilla la estrella de paz, brilla la estrella de paz”.

Al principio los Ingleses pensaron que era un truco del enemigo, pero cuando el primer soldado Alemán levantó las manos en alto dejando su fusil en tierra y se paró en la trinchera, los Ingleses se dieron cuenta que algo nuevo estaba pasando.  De pronto otros hicieron lo mismo.  Ellos dejaron sus armas y salieron de la trinchera y dentro de minutos cientos de soldados de  ambos lados se reunieron en ese espacio  entre los dos ejércitos.  Se abrazaron en celebración y de pronto estaban entonando juntos los cánticos en armonía.  ¡Paz en la tierra!, ¡Feliz Navidad!

Todo empezó con un soldado.

Te pregunto hoy ¿Por qué no eres como ese soldado?  ¿Por qué no deponemos nuestras armas?  Dejemos de pelear entre nosotros.  Dejemos de pagar mal por mal.  Más bien seamos los primeros en humillarnos y de perdonar y más bien orar por los que se oponen a nosotros.  Imitemos más a Jesús añorando la unidad (Jn. 17:20-21).

Él es nuestro todo poderoso y misericordioso Príncipe de paz.  El calma el mar cuando viene la tormenta y en forma callada obra  su perfecta voluntad en cada uno de nosotros.

Mostremos  al mundo que somos los verdaderos seguidores del Señor.  Cuando su paz realmente reina en ti, sana a los que están en tu entorno.  Verás a otros seguir tu ejemplo.  Experimentarás en una forma nueva qué es ser hijo del Rey.  Bienaventurados los pacificadores porque ellos serán llamados hijos de Dios (Mt 5:9).


En paz me acostaré, y asimismo dormiré;
Porque solo tú, Jehová, me haces vivir confiado.  – Sal 4:8



8. EL PRÍNCIPE DE LOS PASTORES NOS LLEVA EN SUS BRAZOS
Los Brazos de tu Pastor
Como pastor apacentará su rebaño;
En su brazo llevará los corderos,
Y en su seno los llevará;
Pastoreará suavemente a las recién paridas. – Is. 40:11



Quiero animarte con una buena noticia.  Es una verdadera buena noticia. Tienes un Pastor que te está cuidando ahora mismo.  Y está listo para levantarte en sus brazos en cualquier momento, especialmente en tiempos de necesidad.

Isaías, hablando proféticamente acerca de Jesús en este pasaje mesiánico -- porque como podrás notar, este verso se encuentra en rojo en la Biblia Thompson -- nos dice que Cristo cuida en una forma especial a los más necesitados.  Los corderos son los más tiernos.  Estos son los más débiles y que se enferman fácilmente.  Son los que divagan, y  frecuentemente se caen y se lastiman con facilidad.  El lleva a estos corderitos en sus brazos.

¿Alguna vez has pensado en la clase de brazos que tiene tu Pastor?  Son. . .

Brazos fuertes.  Son los brazos más fuertes que hay en todo el universo.  Ellos crearon el mundo y todo lo que en él hay. Fueron los brazos que movieron los dedos para poner la luna y las estrellas en su lugar (Sal. 8:3).  También fueron los mismos brazos que se agacharon para levantar a Pedro y ponerlo en la barca cuando se estaba hundiendo en la tormenta (Mt. 14:22-36).  Tal como Pedro, tú también puedes clamar al Señor,  “Señor, sálvame,” y Él lo hará.
Brazos largos.  Sus brazos no son limitados como los tuyos o los míos. Los de El no tienen límites.  Alcanzan a cada pueblo, tribu y nación.  Se extienden de mar a mar, y de una montaña a otra.  Son lo suficientemente largos para alcanzar y aquietar tu corazón adolorido.  Son lo suficiente largos para alcanzar y rescatar a tu hijo o hija pródiga, no importa cuán lejos se hayan alejado. Esos brazos los vuelven a traer a casa.  ¿Por qué no hacer la canción del salmista tuya?  Su diestra lo ha salvado, y su santo brazo (Sal. 98:1).
Brazos cariñosos, y misericordiosos que nos dan confianza.  Jesús dijo, Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar (Mt. 11:28).  Sus brazos extendidos sanó al leproso, y pueden hacer lo mismo por ti (Mt. 8:4).  Cuando Jesús vio la mujer adúltera, la saludó con esos brazos de compasión y le dijo, Ni yo te condeno; quedas perdonada (Juan 8:1-11).  Esos mismos brazos que dieron la bienvenida al Hijo Prodigo, son los mismos que están listos para aceptar a cualquiera, incondicionalmente.  Esos brazos salen de un corazón lleno de amor (Lc. 15:11-32).

¿Has oído de Derek Raymond?  Fue un corredor en las Olimpiadas del 1992 quien se cayó a solo 175 metros de la meta.  Lastimado, cansado y derrotado se quedó allí no pudiendo culminar sus sueños Olímpicos.  Su papá que lo estaba observando desde la gradería en el estadio, cuando vió a su hijo caer, saltó de su asiento y corrió entremedio de la gente.  Brincó la malla para poder llegar a donde estaba su hijo.  En esos momentos, la multitud pudo presenciar un cuadro conmovedor en la historia Olímpica.  El padre levantó a su hijo que estaba lastimado sobre la pista de carrera, y lo colocó sobre su hombro y lo llevó a la meta.  Derek terminó la carrera.  Con lágrimas de gozo, el padre e hijo se abrazaron.  65,000 personas aplaudieron y un hijo experimento el increíble amor de un padre por su hijo.  Si un padre humano puede hacer eso por su hijo, ¿no piensas que tu Padre Celestial hará mucho más por ti?  

Anímate, mi querido amigo.  Tu Pastor te espera con los brazos abiertos.  Son brazos que conocen tu dolor porque fueron heridos, magullados y bañados en Sangre.  Fueron clavados en una cruz por ti y para mí.  Todo lo que tienes que hacer es clamar “Papito, por favor, levántame.”  Al hacer eso, te prometo, Él te oirá.  Él se interesa en ti.  Te llevará. Nadie tiene los brazos como los que tiene tu pastor.

Oración: Mi Señor, Mi Dios, Mi Pastor, te adoro a ti hoy.  Gracias por tu cuidado infatigable.  Gracias por estar presto para levantarme en cualquier momento.  Descanso en tus brazos hoy sin temor porque eres mi Pastor. Eres mi Pastor con brazos largos, fuertes y cariñosos. Gracias, Señor Jesús.


9. EL PRÍNCIPE DE LOS PASTORES NOS LLEVA EN SU SENO.
La Cosa Más Importante
Como pastor apacentará su rebaño;
En su brazo llevará los corderos,
Y en su seno los llevará;
Pastoreará suavemente a las recién paridas. – Is. 40:11


¿Qué es lo más importante que un pastor debe hacer?  El profeta Isaías nos presenta con la respuesta en un cuadro hermoso en la figura de nuestro Pastor.  Enfocaremos su corazón hoy basado en la frase, “Y en su seno los llevará.”

El corazón de Dios está muy abierto y esperando para todo aquel que viene a Él.  Tu Pastor celestial quiere llevarte en su seno, cerca de su corazón.  Es allí donde encontrarás un ministerio efectivo.

Su corazón es tierno, revelador, y lleno de amor, sabiduría, consuelo y fortaleza.  Te enseña a como amar a otros y como perdonarlos. Es la fuente de paciencia,  lleno de esperanza y poder.  Nunca encontrarás éxito en el ministerio si no descubres el valor de dejar que el Señor te lleve cerca de su corazón.

David era un hombre conforme al corazón de Dios (Hch 13:22).  Aunque su vida fue plagada por  pecado,  David clamó a Dios “Crea en mí, oh Dios, un corazón limpio, y renueva un espíritu recto dentro de mí” (Sal. 51:10).  En otra ocasión él escribió, Deléitate asimismo en Jehová, él te concederá las peticiones de tu corazón (Sal 37:4).  David encontró su refugio, su perdón,  su pasión y pureza al buscar el corazón de Dios.

Y Jesús.  ¿Alguna vez te has preguntado por qué el Señor se apartaba de las multitudes para buscar los lugares silenciosos en las montañas?   Era que añoraba por la presencia de su Padre (Mr. 1:35).  Jesús moraba en el seno de su Padre (Jn 1:18).  Él fue enseñado por su Padre (Jn 8:28).  Nunca hizo nada por su propia cuenta.   …El Padre que mora en mí, él hace las obras (Jn 14:10).  El poder de Jesús para predicar, el hacer milagros y aguantar la cruz provino del corazón de su Padre.

Juan, el Amado, fue uno de los pastores más importantes de todas las edades.  En su vejez, él exhortó a la iglesia hacia el amor y la pureza (I Jn 4:7; 5:21).  El profetizó de las cosas que vendrían (Ap. 1:19).  ¿Cuál fue el secreto del aguante en su ministerio?  La última cena, nos da la respuesta.  Juan estaba recostado sobre el pecho de Jesús (Jn 13:35).   A él le gustaba oír el palpitar del corazón de Jesús y cultivó un oído atento al mismo por el resto de su vida.   Tal como Jesús entendía su necesidad profunda de su Padre, así Juan el amado, entendía su gran necesidad por los recursos que solo se encuentran en  Jesús.

Cuando uno comienza a profundizarse en el corazón de Jesús, uno descubre sus motivos y propósitos de Él.  Uno aprende lo que le trae contentamiento y tristeza.  Uno llora por las cosas que le hacen llorar a El.  También te encontrarás con la misma paz, amor y poder que lo fortaleció a él.  “El que en mí cree, las obras que yo hago, él las hará también; y aun mayores hará, porque yo voy al Padre” (Jn. 14:12).

Mi hijo mayor se llama Andrés.  El nació con el síndrome de Downs.  Aunque tiene cuarenta años, el todavía piensa y habla a nivel de niño.  María y yo lo amamos con todo nuestro corazón.  Cuando tenía cinco años, un día estuvimos de paseo en el bosque.  Andrés se había adelantado cuando de pronto nos dimos cuenta que lo habíamos  perdido.  No podíamos hallarlo.  Lo buscamos mucho hasta el anochecer.  Lo llamábamos con desesperación por su nombre, “Andrés, Andrés.”  Al fin oí un clamor a la distancia “papito, papito.”  De pronto lo encontré bajo un arbusto encogido, lleno de temor.  Lo levanté en mis brazos  y coloqué su cabecita cerca de mi corazón.   Llorando se agarró de mí.  No quería soltarme.  Ahora, seguro otra vez, Andrés podía descansar,  y sentir al ritmo de ese corazón lleno de amor que había conocido desde su nacimiento.

¿Es eso por lo que tú añoras hoy?  ¿Será eso lo que tú deseas sobre todas las cosas?   La Escrituras revelan el corazón de Jesús.  Medita sobre ello cada día.  Pero no te olvides de pasar esos momentos en silencio y quietos cada  día.  Están llenos con una cariñosa afirmación de tu Pastor.  Vacía tu mente de las ansiedades cuando estás solo. Escucha.  Dile al Señor todas tus preocupaciones.  Y sigue escuchando.  Cuando te despiertes, dile que quieres oír su voz.  Lo oirás hablar a través del día “corazón a corazón.”  No te desilusionarás.  Te sentirás refrescado, lleno de poder, gozo y esperanza.  Si quieres tocar el corazón de personas, primero tienes que tocar el corazón de Dios. Eso es clave a una vida rica y un ministerio efectivo.

Estad quietos, y conoced que yo soy Dios;
Seré exaltado entre las naciones; enaltecido seré en la tierra.  – Sal. 46:10

10. EL PRÍNCIPE DE LOS PASTORES NOS TRATA SUAVEMENTE.

SUAVEMENTE LO HARÁ.
Como pastor apacentará su rebaño
En su brazo llevará los corderos,
Y en su seno los llevará;
Pastoreará suavemente a las recién paridas. – Is. 40:11


El profeta Isaías lo aclara muy bien.  Dios es un Pastor muy cariñoso.  Si Dios es muy cariñoso, entonces su Hijo es igual.

En mis viajes, he conocido a muchos cristianos lastimados.  Algunos han sido atacados por el enemigo.  Otros han sido lastimados por este mundo cruel.  Otros han sentido la hipocresía y el dolor de  hermanos y hermanas dentro de la misma iglesia.  Penosamente, muchos han sido lastimados y heridos por su propio Pastor.

Un joven líder de una célula en Lima se me acercó con lágrimas en los ojos.  Me dijo, “Mi Pastor es indiferente y duro.  Es  impaciente.  Nunca me anima.  Tiene la doctrina correcta, pero no me siento amado por él.”

Ese no es el espíritu de Jesús.  La doctrina correcta dada en el espíritu incorrecto, siempre produce descontento, mal alimento y un rebaño que no se reproduce.

El espíritu de Jesús siempre es PERDONADOR.  Él dijo a sus discípulos que hay que perdonar hasta setenta veces siete.  Si él dijo a sus discípulos que perdonen con esa frecuencia,  cuanto más lo hará con nosotros (Mt. 18:22).  Mas cuando el pecado abundó,  sobreabundó la gracia (Ro. 5:20).  El Salmista dice que las misericordias de Dios son para siempre (Sal. 100:5).

El espíritu de Jesús es PACIENTE.  Nunca empuja a las ovejas.  Guía con ejemplo, motivando con el amor.  Una vez vi a un pastorcillo azotando a su rebaño.  ¡Las ovejas no querían caminar!  Jesús nunca azota a sus seguidores para que lo obedezcan.  Cariñosamente les anima para que cambien para el bien pero siempre lo hace con la fuerza de un amor incondicional.

El espíritu de Jesús es COMPASIVO.  La compasión quiere decir “sentir con, identificarse con el dolor de otro.”  Si estás herido hoy, puedes estar seguro que tu Pastor también siente tu dolor.  Jesús es tocado, tentado en todo donde tú y yo somos probados (He. 4:15).  No estás solo.  El conoce y lleva tu dolor.  Se identifica completamente contigo.

Yo le dije al joven líder en Lima,  “Nunca encontrarás a un Pastor perfecto, solo Jesús.  Es el único que te va a escuchar siempre.  Es el único que entenderá tu clamor por ayuda.”

El Rey David sufrió una desilusión muy grande.  El pueblo querían apedrearlo. Mas David se fortaleció en Jehová su Dios (1 S. 30:6).  David no tenía a nadie más que a Dios, pero David descubrió que Dios era todo lo que necesitaba.

Si tú eres un Pastor, deja que el Espíritu de Dios selle esta palabra en tu corazón, SUAVEMENTE.   Nunca he conocido un Pastor de éxito en ningún lugar que no posea esta característica tan importante.  Deja que el Espíritu de Jesús penetre tu espíritu.  Nunca será lo mismo.

Y vendrán las ovejas de todo lugar porque están buscando y ansiando por un líder cariñoso.  Es uno que guía con  ejemplo y con amor.  Es uno que siente el dolor y siempre está listo para perdonar.  Seamos pastores dignos de la vocación con que fuimos llamados.  Pastoreemos al estilo de Jesús.



No hay comentarios:

Publicar un comentario