SI DIOS ME VISTIÓ CON VESTIDURAS DE SALVACIÓN ENTONCES YO
DEBO VIVIR EN SU JUSTICIA.
“En gran manera me gozaré en Jehová, mi alma se alegrará en
mi Dios; porque me vistió con vestiduras de salvación, me rodeó de manto de
justicia, como a novio me atavió, y como a novia adornada con sus joyas” -
(Isaías 61:10).
NO NOS PODEMOS VESTIR CON LOS TRAPOS DE LA AUTO-
JUSTIFICACIÓN, SINO CON VESTIDURAS DE JUSTICIA.
Algunos que están leyendo esta meditación, se van a quedar
boquiabiertos, cuando tengan que comparecer ante el Rey del cielo. Y aunque son
miembros de alguna iglesia, no son salvos, ellos se visten con los trapos de su
auto-justificación, en vez de ponerse las vestiduras nupciales de Su justicia.
¿ESTÁ USTED SEGURO DE SER SALVO?
En 1834, el compositor Edgard Mote, escribió, en uno de sus
himnos: “Oh, que entonces en Él pueda yo ser encontrado, vestido sólo con Su
justicia, y sin mancha estar delante de Su trono.” Será muy trágico, por
cierto, para aquellos que actúan en cada forma religiosa posible, el que
piensen que pueden venir a la boda del Cordero, sin Su justicia. No tratamos de
que usted dude de su salvación, pero queremos preguntarle: ¿Es usted salvo?
¿Cómo lo sabe?
ES LA SANGRE DE JESUCRISTO LA QUE NOS JUSTIFICA Y ES NUESTRA
FE, QUE LA CONFIRMA.
Si usted está confiando, para su salvación, en cualquier otra
cosa que no sea la sangre de Jesucristo, entonces, necesita arrepentirse y
creer en el Señor Jesucristo. Ya es tiempo de que le corone como Señor de su
vida.
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