NUESTRA
SEGURIDAD ESPIRITUAL, ESTÁ EN NUESTROS CORAZONES.
EL ESPÍRITU
SANTO DE DIOS.
“El cual
también nos ha sellado, y nos ha dado las arras del Espíritu en nuestros
corazones” - (2 Corintios 1:22).
DIOS MISMO
ES NUESTRO DEPÓSITO Y NUESTRA FIANZA SEGURA.
Dios nos ha
dado “las arras del Espíritu en nuestros corazones”. ¿Qué significa eso? En los
días de Jesús, cuando un hombre quería comprar algo pero no tenía el dinero
suficiente ese momento, dejaba una cantidad de dinero como “fianza o depósito”.
Mientras mayor era el depósito inicial, más segura era la indicación de que
completaría el pago. Por ejemplo, si una persona estaba vendiendo un carro por
$1.000 dólares y un posible comprador depositaba $5 dólares para “apartar” el
coche, el dueño del vehículo prácticamente no prestaba atención a tal comprador.
Pero si esa persona daba $500 dólares como depósito por el vehículo, quería
decir que sí tenía interés y que regresaría con el resto del dinero.
NOSOTROS
SOMOS LA INVERSIÓN DE DIOS.
En
terminología moderna, podríamos decir que Dios depositó como “fianza” al
Espíritu. ¿Piensa usted que Dios se va a olvidar de su Espíritu Santo? ¡No!
Asimismo, Dios no se va a olvidar de usted, porque ha hecho una gran inversión
en su vida.
JESUCRISTO
YA CANCELÓ TODO EL PAGO.
LA DEUDA YA
FUE CANCELADA POR JESÚS EN LA CRUZ.
Y AHORA SU
ESPÍRITU SANTO VIVE EN CADA UNO DE SUS HIJOS.
Alabe a Dios
porque su salvación fue pagada totalmente cuando Jesús murió en la cruz. Alabe
a Dios porque Él le ha sellado por la eternidad con la sangre expiatoria de su
Hijo. Alabe a Dios porque no está solo, su Espíritu Santo mora en usted para
santificarlo.
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