CUMPLIR: LA
MISIÓN, LA VISIÓN Y LOS PROPÓSITOS: 2 Timoteo 4: 7- 8, Juan 17: 4-6.
¿ CUÁL ES LA
CARRERA QUE DIOS HA PUESTO ANTE USTED?.
4:7 He
peleado la buena batalla, he acabado la carrera, he guardado la fe.
4:8 Por lo
demás, me está guardada la corona de justicia, la cual me dará el Señor, juez
justo, en aquel día; y no sólo a mí, sino también a todos los que aman su
venida.
17:4 Yo te
he glorificado en la tierra; he acabado la obra que me diste que hiciese.
17:5 Ahora
pues, Padre, glorifícame tú al lado tuyo, con aquella gloria que tuve contigo
antes que el mundo fuese.
17:6 He
manifestado tu nombre a los hombres que del mundo me diste; tuyos eran, y me
los diste, y han guardado tu palabra.
Cuando Jesús
llegó al final de su vida dijo: “Yo te he glorificado en la tierra; he acabado
la obra que me diste que hiciese” (Juan 17:4). Él se mantuvo en el camino. Lo
mismo hizo Pablo. Ellos lograron lo que Dios les había mandado hacer. Todo
hombre tiene una carrera que debe correr. Toda mujer tiene una carrera por
delante. Dios sabe el curso. Y todo lo que Dios demande de usted, Él le dará el
poder para llevarlo a cabo. Ya sea que usted tenga nueve o noventa años, sea
joven o viejo, rico o pobre: ¡Dios posee un plan para su vida! ¡Dios tiene una
carrera que quiere que usted corra!
¿Cuál es la
carrera que Dios ha puesto ante usted? Dele gracias a Dios por el poder que le
da para terminar la trayectoria.
Primera
Corintios 6:12: “Todas las cosas me son lícitas, mas no todas convienen; todas
las cosas me son lícitas, mas yo no me dejaré dominar de ninguna.”
Si usted
quiere ser un vencedor en la carrera que Dios tiene para usted, debe aprender
la disciplina de poner a un lado sus pesas. En muchas ocasiones, estas pesas
son cosas buenas en nuestras vidas. Con todo, las cosas buenas son malas cuando
éstas nos impiden hacer lo mejor. La vida sería simple si fuese una opción
entre lo bueno y lo malo. Sin embargo, generalmente, es una opción entre lo
bueno y lo mejor. Nuestro versículo enseña: “Todas las cosas me son lícitas,
mas no todas convienen.” Cuando medite en la palabra “convienen”, piense en una
expedición, puesto que usted va hacia algún lugar, y si algo le retrasa en su
caminar, es exceso de equipaje y usted necesita deshacerse de éste, puesto que
no conviene.
Pregúntele a
Dios: “¿Existen cosas lícitas, permisibles en mi vida que están impidiéndome
correr la carrera que me has dado?” Si el Señor le revela algo, pida disciplina
para poder hacerlas a un lado. Primera Corintios 9:24: “¿No sabéis que los que
corren en el estadio, todos a la verdad corren, pero uno solo se lleva el
premio? Corred de tal manera que lo obtengáis.”
Los
corredores no sólo necesitan deshacerse de pesas que pueden estarlos
retrasando, sino que también necesitan remover cosas que están en su camino con
las cuales puede tropezarse. Como creyente, las cosas buenas en la vida pueden
hacernos reducir la velocidad, pero el pecado nos detendrá por completo: nos
hará una zancadilla. ¡Es mejor que usted aprenda a tratar el pecado como el
pecado lo trataría a usted! El pecado será despiadado con usted, y usted
necesita ser despiadado con el pecado. Segunda Timoteo 2:19 manda: “Apártese de
iniquidad todo aquel que invoca el nombre de Cristo.”
¿Existe
algún pecado sin confesar en su vida que le está haciendo tropezar? Ore el
Salmo 139:23-24.
EL CONSEJO DE
JESUCRISTO Y DEL AÓSTOL PABLO ES: 2 Timoteo 4: 5- 6, Juan 17: 1- 3.
4:5 Pero tú
sé sobrio en todo, soporta las aflicciones, haz obra de evangelista, cumple tu
ministerio.
4:6 Porque
yo ya estoy para ser sacrificado, y el tiempo de mi partida está cercano.
17:1 Estas
cosas habló Jesús, y levantando los ojos al cielo, dijo: Padre, la hora ha
llegado; glorifica a tu Hijo, para que también tu Hijo te glorifique a ti;
17:2 como le
has dado potestad sobre toda carne, para que dé vida eterna a todos los que le
diste.
17:3 Y esta
es la vida eterna: que te conozcan a ti, el único Dios verdadero, y a
Jesucristo, a quien has enviado.
Juan 12:24:
“De cierto, de cierto os digo, que si el grano de trigo no cae en la tierra y
muere, queda solo; pero si muere, lleva mucho fruto.”
Usted puede
ver el tamaño de un creyente por lo que lo detiene. Hebreos 12:1 enseña que
nosotros debemos correr “con paciencia la carrera que tenemos por delante”. Y
esta palabra “paciencia” no se usa en el sentido que actualmente nosotros la
usamos. Ésta significa literalmente ‘perseverancia’. Todos sabemos que un
corredor va ganar o perder la carrera primordialmente por su perseverancia.
Usted no puede detenerse. Cuando siente dolor, no puede parar. Cuando siente
que sus pulmones arden, no puede parar. Cuando sus pies los sienten como plomo,
no puede parar. Cuando su costado le duele, ¡usted no puede detenerse! ¡Usted
nunca será un atleta espiritual si es un desertor! Ningún dolor. Ninguna
ganancia.
¡Dele gracias
a Dios por su poder que le equipa para poder correr la carrera y ganar la
corona del vencedor!
Marcos
11:22: “Respondiendo Jesús, les dijo: “Tened fe en Dios.”
Se le
preguntó a algunos creyentes: “¿Cómo están?” Ellos respondieron: “Bueno, bajo
las circunstancias...” ¿Cómo se metieron allí? Las circunstancias son como un
colchón. Se supone que usted debe estar arriba, no debajo de éste. Bajo las
circunstancias, usted se sofoca; sobre ellas descansa bastante bien. La única
manera en que usted puede correr la carrera es quitando sus ojos de las cosas o
las personas a su alrededor y poniéndolos en Jesús. Él es el creador de la
carrera. Él es la meta a la que usted corre. Si pone su mira en Jesús para que
Él le provea toda necesidad en su carrera, usted encontrará que la fe crece en
su corazón y en su vida. Verá, lo que se requiere no es una gran fe en Dios;
sino fe en un gran Dios.
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