sábado, 20 de septiembre de 2014

MI PRIMER META EN TODO LO QUE HAGO ES: AGRADAR A DIOS.

MI PRIMER META EN TODO LO QUE HAGO ES: AGRADAR A DIOS.
Todo lo que hago debe dar la Gloria a Dios. De esta manera lo Honro a Él.
»Algunos piensan que lo único que hay que hacer es creer en Jesucristo como el Hijo de Dios. Sin embargo, hasta Satanás cree en la existencia de Cristo, así que obviamente no basta el sólo creer.1. Otros piensan que ser una persona buena, tratar bien a los demás y hacer buenas obras es lo que conduce al cielo.... [Pero] si bastara con ser bueno, ¿entonces por qué tuvo que morir Cristo en la cruz?

¿ CÓMO CONOCER A JESUCRISTO EL SEÑOR?.

»Muchas religiones han elaborado reglas y requisitos como una manera de llegar a Dios. La mayoría de las religiones también tienen ceremonias y tradiciones que siguen a fin de agradar a Dios. Pero tanto las reglas y los requisitos como las ceremonias y las tradiciones son normas de conducta. Jesucristo estaba más interesado en quiénes somos por dentro. Él dijo: “Ustedes por fuera dan la impresión de ser justos, pero por dentro están llenos de hipocresía y de maldad.”2. Con eso Cristo dejó en claro que todas las cosas justas y religiosas que podamos hacer jamás cambiarán lo que somos por dentro....

»¿Quiere eso decir, entonces, que Dios está tratando de hacer que sea difícil conocerlo? ¡De ninguna manera! Él nos ama mucho, al extremo de haber sacrificado a su único Hijo para que pudiéramos llegar a conocerlo personalmente.3. Pero nuestro pecado nos separa de un Dios santo. Así que tenemos que pedirle que perdone nuestros pecados. Gracias a Dios, si bien nuestros pecados merecen el castigo, Cristo ya pagó el precio al morir en la cruz. Si se lo pedimos, Dios borrará todo pecado y limpiará nuestro corazón.4. Pero tenga presente que Él conoce nuestros pensamientos secretos y nuestras intenciones, y también sabe si de veras queremos llegar a conocerlo, o si es que sólo estamos tratando de repetir una fórmula mágica a fin de no sentirnos culpables.5. Podemos acercarnos a Jesucristo, nuestro Gran Sumo Sacerdote.6.

»Una relación personal con Dios comienza con una oración sencilla y sincera en nuestras propias palabras, pero no termina con esa sola oración. Más bien, consiste en una comunicación a diario mediante la oración y la lectura de la Biblia. A medida que hagamos esos esfuerzos por conocer mejor a Dios, Él se valdrá de nuestra conciencia para ayudarnos a obedecer los Diez Mandamientos como una manifestación externa de lo que hemos llegado a ser por dentro.

1         Stg 2:19. Tú crees que Dios es uno; bien haces. También los demonios creen, y tiemblan.
2         Mt 23:28. Así también vosotros por fuera, a la verdad, os mostráis justos a los hombres, pero por dentro estáis llenos de hipocresía e iniquidad.
3         Jn 3:16. Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna.
4         1Jn 1:9. Si confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados, y limpiarnos de toda maldad.
5         He 4:12-13. Porque la palabra de Dios es viva y eficaz, y más cortante que toda espada de dos filos; y penetra hasta partir el alma y el espíritu, las coyunturas y los tuétanos, y discierne los pensamientos y las intenciones del corazón.
4:13 Y no hay cosa creada que no sea manifiesta en su presencia; antes bien todas las cosas están desnudas y abiertas a los ojos de aquel a quien tenemos que dar cuenta.
6.       He 4: 14-16. Por tanto, teniendo un gran sumo sacerdote que traspasó los cielos, Jesús el Hijo de Dios, retengamos nuestra profesión.
4:15 Porque no tenemos un sumo sacerdote que no pueda compadecerse de nuestras debilidades, sino uno que fue tentado en todo según nuestra semejanza, pero sin pecado.
4:16 Acerquémonos, pues, confiadamente al trono de la gracia, para alcanzar misericordia y hallar gracia para el oportuno socorro.
PEDIR PERDÓN A DIOS Y EMPEZAR A OBEDECER AL SEÑOR JESUCRISTO.

Cuando nos arrepentimos, alejándonos de nuestros pecados, y recibimos a Jesucristo como nuestro Único Salvador, dejando al Espíritu Santo morar y controlar nuestras vidas, es que verdaderamente podemos vivir libres del poder de Satanás, del poder del pecado, y libres de la muerte espiritual. «Si decimos que tenemos comunión con Él, y andamos en tinieblas, mentimos, y no practicamos la verdad. . . estas cosas os escribo para que no pequéis; y si alguno hubiere pecado, abogado tenemos para con el Padre, a Jesucristo el Justo. Y Él es la propiciación por nuestros pecados; y no solamente por los nuestros, sino también por los de todo el mundo» (I de Juan 1:6; 2:1-2).

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