jueves, 4 de septiembre de 2014

PERMANECER EN CRISTO Y DEPENDER TOTALMENTE TRAE SU GOZO COMPLETO.

PERMANECER EN CRISTO Y DEPENDER TOTALMENTE TRAE SU GOZO COMPLETO.
“Estas cosas os he hablado, para que mi gozo esté en vosotros, y vuestro gozo sea cumplido” (Juan 15:11).


¿Depende usted del Señor Jesucristo? Es decir, ¿depende totalmente en Él? Esta es una forma de saberlo: ¿está usted descansando en Él? Verá, cuando usted está totalmente entregado a Jesucristo, usted descansa en Él. Se da cuenta que Él suplirá cada una de sus necesidades.

¿Ha visto alguna vez una planta de uvas? Las ramas, o pámpanos, no tienen ninguna otra fuente de vida sino la vid; y si usted le preguntara a ese pámpano: “¿Cuál es el secreto para tus hojas y tu fruto tan saludable?”, le responderá: “Mi secreto es que descanso en la vid.” Y usted vuelve a peguntarle: “Pero, ¿qué de tus necesidades?”, y le dirá: “Sé que tengo necesidades, pero eso no es mi responsabilidad. Mi responsabilidad es el descansar y confiar en la habilidad de la vid para proveer lo que necesito. Yo no produzco el fruto. Solamente lo llevo. ”Amigo, ¿está usted descansando en el Señor hoy?


Durante los próximos días, dé un paseo por las afueras. Mire detenidamente los árboles y las plantas. Si puede visitar algún viñedo, hágalo, e inspeccione una vid. Medite lo que significa el permanecer en Cristo, para que nuestro gozo sea cumplido.
JESUCRISTO NOS ANIMA  A SEGUIR A LA META: ÉL VA CON NOSOTROS.
“Prosigo a la meta, al premio del supremo llamamiento de Dios en Cristo Jesús” (Filipenses 3:14).
Pablo no quería fracasar. Él se esforzó con cada pulgada, con cada onza, con cada nervio, en fin, con cada parte de su cuerpo para ganar el premio. Tenía ambición, pero era una ambición justa, santa. Dijo: “Quiero ganar el premio, y voy a hacerlo. Voy a ser como un atleta que se niega a tener placeres mundanos. Voy a entrenarme como un atleta. Voy a estar en forma para el Señor Jesús. Voy a hacer todo lo que sea necesario para ganar.”

Amigo (a), la Biblia claramente enseña que debemos ser ambiciosos, pero por la razón adecuada, y ésta es Jesús.

¡Que Dios nos libre de tener ambiciones diminutas y aspiraciones de corta duración!
Lea 1 Corintios 9:24-27. ¿Quiere usted ganar el premio del cual habla Pablo? Entonces, ¿qué está esperando? Golpee su cuerpo, y hágalo su esclavo. Tenga cautivo cada mal pensamiento. Póngase la armadura y salga a la batalla.
9:24 ¿No sabéis que los que corren en el estadio, todos a la verdad corren, pero uno solo se lleva el premio? Corred de tal manera que lo obtengáis.
9:25 Todo aquel que lucha, de todo se abstiene; ellos, a la verdad, para recibir una corona corruptible, pero nosotros, una incorruptible.
9:26 Así que, yo de esta manera corro, no como a la ventura; de esta manera peleo, no como quien golpea el aire,
9:27 sino que golpeo mi cuerpo, y lo pongo en servidumbre, no sea que habiendo sido heraldo para otros, yo mismo venga a ser eliminado.
PARA LLEGAR A LA META NO SERÁ FÁCIL, TAL VEZ HAY CAÍDAS. ENTONCES ORA  ASÍ.
 Amigo, cualquiera que sea su lucha, no salga hacia el mundo hoy sin orar, primero, Mateo 6:9-13.
PADRE NUESTRO.
6:9 Vosotros, pues, oraréis así: Padre nuestro que estás en los cielos, santificado sea tu nombre.
6:10 Venga tu reino. Hágase tu voluntad, como en el cielo, así también en la tierra.
6:11 El pan nuestro de cada día, dánoslo hoy.
6:12 Y perdónanos nuestras deudas, como también nosotros perdonamos a nuestros deudores.
6:13 Y no nos metas en tentación, mas líbranos del mal; porque tuyo es el reino, y el poder, y la gloria, por todos los siglos. Amén.
“Y no nos metas en tentación, mas líbranos del mal; porque tuyo es el reino, y el poder, y la gloria, por todos los siglos. Amén” (Mateo 6:13).
Mike Kolen, quien jugó fútbol americano con el equipo de los Delfines, de Miami, una vez contó la siguiente historia: “Cuando me gradué de la Universidad de Auburn, el entrenador Shug Jordan me pidió que buscara talentosos jugadores para él. Yo le dije: ‘Está bien, entrenador. ¿Qué clase de jugadores necesita?’ Y él respondió: ‘¿Has visto a jugadores que cuando los tumban, allí se quedan?’ ‘Sí, los he visto.’ ‘Bueno, es la clase de jugadores que no necesito. ¿Has visto a jugadores que no importa cuántas veces los tumben, se vuelven a levantar?’ ‘¡Sí! ¿Son esos son los jugadores que quiere?’ ‘No. Yo quiero al jugador que siempre los tumba’.”

Estamos agradecido que el Señor Jesús nos levanta cuando estamos caídos, tumbados. Pero, ¿no le gustaría a usted tumbar al diablo, para variar? Puede hacerlo, si aprende a orar: “Señor, no me dejes caer en tentación, mas líbrame del mal.”
¿Cuál es su más grande tentación? ¿El chisme, el alcohol, las drogas, la lujuria, el poder?.
AHORA TENEMOS VIDA EN CRISTO JESÚS.
“Ni tampoco presentéis vuestros miembros al pecado como instrumentos de iniquidad, sino presentaos vosotros mismos a Dios como vivos de entre los muertos, y vuestros miembros a Dios como instrumentos de justicia” (Romanos 6:13).
¿Sabe que si el diablo hace lo que hace en su vida, es porque usted mismo se lo ha permitido? Antes de ser salvo, no tenía opción. Usted era esclavo del pecado (lea Juan 8:34). Y mucho más que eso, usted estaba muerto en sus delitos y pecados (vea Efesios 2:1-3). ¿Puede un hombre muerto escoger ser justo? Por supuesto que no. Pero si usted es salvo, Dios le ha dado vida en Cristo (vea Efesios 1:4-5). Ahora, usted no tiene que dejar que el pecado tenga autoridad en su vida. No hay absolutamente ningún poder que diga que usted debe pecar. Cuando Dios le salvó, le dio poder para vencer al pecado. Cuando Jesús es Señor, usted quita del trono al pecado y pone en el trono a Jesús. Necesitamos ser como el hombre que oraba: “Señor, ayúdame a cooperar contigo; así no tendrás que operarme.”

Pídale a Dios que le revele si usted consciente o inconscientemente ha cedido para ser un instrumento de injusticia. Pídale a Dios que le dé convicción de pecado y lo traiga al arrepentimiento. Pida Su perdón y Su poder para poder ser un vencedor.
¡Alabe a Dios porque Él hace nuevas todas las cosas!.
Y COMO USTED ESTÁ GOZOSO, ENTONCES ALABE A DIOS CON TODO SU CORAZÓN.
“Te alabaré, oh Jehová Dios mío, con todo mi corazón, y glorificaré tu nombre para siempre” (Salmos 86:12).
¿Qué es lo que le proporciona gozo hoy? Usted dirá: “El Señor me hace feliz.” Bueno, pero ¿cómo sabe usted que no es el bonito carro que tiene? ¿O su novia o novio? ¿O su buena apariencia física? ¿O su cuenta bancaria? ¿O su popularidad?

Le diremos cómo puede saberlo: por el proceso de eliminación. Si Dios le quitara su salud, su hogar, su trabajo, y aun así usted tiene gozo, entonces sabe que es Jesús. Si usted pierde el gozo cuando pierde cualquiera de las cosas mencionadas, usted es un idólatra porque de ahí es de donde obtiene su gozo. No queremos decir que no esté temporalmente triste y disgustado cuando pierde algunas de esas cosas, pero si el gozo desaparece de su vida, usted no estaba obteniendo su gozo del Señor. Usted nunca sabrá que Jesús es todo lo que necesita, hasta que Jesús sea todo lo que tiene.
Es tiempo de chequear su corazón: ¿en verdad ama a Dios con todo su corazón? Vuelva a dedicar su vida a Él, hoy. Rinda cada milímetro de quién es usted y de lo que tiene, a Él. Si es necesario, pídale perdón por haber cometido idolatría.



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