EL PRIMER
LUGAR EN NUESTRA VIDA MENTE CORAZÓN Y ALMA ES PARA DIOS.
Marcos
12:30: “Y amarás al Señor tu Dios con todo tu CORAZÓN, y con toda tu
ALMA, y con toda tu MENTE y con todas tus FUERZAS.”
Jesús afirmó
de Satanás: “Él ha sido homicida desde el principio, y no ha permanecido en la
verdad, porque no hay verdad en él. Cuando habla mentira, de suyo habla; porque
es mentiroso, y PADRE de MENTIRA” (Juan 8:44).
Satanás es
un astuto mentiroso. De hecho, muchas de sus mentiras suenan como la verdad.
Satanás juega con nuestra mente para confundirnos. Él miente en cuanto al tema
más vital: Dios. Satanás quiere engañarnos con referencia a Dios. Si el diablo
puede DISTORSIONAR su CONCEPTO de Dios, entonces sin lugar a dudas él DOMINARÁ
cualquier otra área de su vida.
¿Qué
significa amar al Señor con todo su corazón, alma y mente?
AMAR A DIOS
ES LO PRIMERO EN CADA CREYENTE.
“Y nosotros
hemos conocido y creído el amor que Dios tiene para con nosotros. Dios es amor;
y el que permanece en amor, permanece en Dios, y Dios en él” - (1 Juan 4:16).
Si usted le
pregunta a un hermano o hermana creyente porqué Dios nos creó, ellos
probablemente responderán que fuimos hechos para servir a Dios. Pero, no lo
crea. Si Dios quisiera sirvientes, Él podría tener mucho más que los simples
mortales a su servicio. Cuando los escribas le preguntaron a Jesús que cuál era
el primer mandamiento, “Jesús le respondió: El primer mandamiento de todos es:
Oye, Israel; el Señor nuestro Dios, el Señor uno es.Y amarás al Señor tu Dios con
todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente y con todas tus
fuerzas. Este es el principal mandamiento” (Marcos 12:29-30). El primer
mandamiento no es hacer algo para Dios, sino amar a Dios. Él nos hizo a usted y
a mí a su imagen, para que Él pudiese tener compañerismo con nosotros y que le
adoremos.
¿Cómo define
usted la palabra “amor”? ¿Es un verbo o un sustantivo? ¿Qué está haciendo ahora mismo para
demostrarle a Dios que usted le ama?
EL PRINCIPIO
MÁS GRANDE ES EL AMOR.
“Y ante
todo, tened entre vosotros ferviente amor; porque el amor cubrirá multitud de
pecados” (1 Pedro 4:8).
¿Por qué es
importante el amor? Primero, porque el amor es la más grande virtud. Primera
Corintios 13:3 dice que el amor está por encima de la fe y la esperanza.
Segundo, porque amor es el más grande mandamiento. Jesús dijo: “Amarás al Señor
tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente” (Mateo
22:37). Tercero, porque el amor es el más grande testimonio. ¿Qué es lo que
realmente va ha hacer que su comunidad despierte y crea que su iglesia es, en
verdad, la iglesia del Señor Jesucristo? ¿El tamaño del edificio? ¿Lo bien
mantenidos que están los jardines y el césped? ¿El gran aviso en la calle? ¡No!
Será la manera en que ama a Dios y demuestra amor por los demás. Nada puede
motivar a un pecador perdido, como el sentir el verdadero amor de Jesucristo.
Haga un
compromiso con Dios ahora mismo: que usted le amará a Él con todo su corazón,
con toda su alma, con toda su mente y con todas sus fuerzas, y que amará a su
prójimo como a usted mismo. Cualquier cosa menos que eso, es pecado. Pídale su
fortaleza para realizarlo.
AMAR A DIOS
Y NO A OTROS DIOSES, PORQUE DIOS ES UN DIOS CELOSO.
“Porque no
te has de inclinar a ningún otro dios, pues Jehová, cuyo nombre es Celoso, Dios
celoso es” (Éxodo 34:14).
El pastor
Rogers afirmó: “Dios es un Dios celoso. Ahora, para usted y para mí eso puede
sonar como un mal atributo. No obstante, para Dios es un atributo santo. Verá,
yo no tengo que estar celoso de ningún otro predicador, porque yo no soy el
único predicador en el mundo. El predicar no es mi propiedad. Por el contrario,
sí existe sólo Dios.”
En Éxodo
20:2 y 3 leemos: “Yo soy Jehová tu Dios, que te saqué de la tierra de Egipto,
de casa de servidumbre. No tendrás dioses ajenos delante de Mí.” Y cuando a
Jesús le preguntaron cuál era el más grande mandamiento, contestó: “Amarás al
Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente. Este
es el primero y grande mandamiento” (Mateo 22:37). Cuando usted muere a sí mismo,
comenzará a experimentar la llenura de Dios, de una forma que transformará su
vida.
LOS ÍDOLOS
NO SON NADA.
¿Qué es un
ídolo? Es cualquier cosa que usted ame, sirva o desee más que a Dios. Pídale a
Dios que le redarguya acerca de los ídolos que puede tener en su vida. Luego,
pídale perdón, y que le ayude a amarle a Él con todo su corazón, alma y mente.
¿POR QUÉ NO
VUELVE HOY A SU PRIMER AMOR?
“Y amarás a
Jehová tu Dios de todo tu corazón, y de toda tu alma, y con todas tus fuerzas”
(Deuteronomio 6:5).
Queremos que
haga memoria de su viaje espiritual, por un momento. Recuerde los primeros días
cuando estaba aprendiendo acerca de Dios. ¿Se acuerda del tiempo cuando primero
entendió cómo orar? Ahora, permítanos preguntarle: ¿hubo un tiempo en su vida
cuando amó al Señor Jesús más de lo que le ama este momento? Si es así, usted
es un apóstata. Amigo, si usted no ama a Jesús ahora con un candente y
resplandeciente entusiasmo, usted necesita recordar cómo era antes, y debe
retornar a su primer amor. No tenga la idea de que la fiebre del amor lo ha
picado, y que unas veces puede amar a Jesús y otras veces no. Cuando usted
escoge amar a Jesús, lo ama cada día y en toda forma.
Escriba una
declaración misionera para su vida que sea una paráfrasis de Deuteronomio 6:5.
. PON A DIOS
EN PRIMER LUGAR EN TU VIDA.
AMAR A DIOS CON TODO EL CORAZÓN.
Proverbios
3:5-6 Pon toda tu confianza en Dios y no en lo mucho que sabes. 6Toma en cuenta
a Dios en todas tus acciones, y él te ayudará en todo.
TENER A DIOS
DE NUESTRO LADO.
Mateo 6:33
Por lo tanto, pongan toda su atención en el reino de los cielos y en hacer lo
que es justo ante Dios, y recibirán también todas estas cosas.
HACER LO QUE
ES JUSTO.
Aun cuando
ya sabemos esto, en ocasiones somos consumidos por otras cosas que la vida
ofrece y nos perdemos lo que es más importante. Poner a Dios en primer lugar,
necesariamente no quiere decir que la vida estará libre de problemas, pero sí
podremos seguir adelante.
EXISTEN MUCHAS
RAZONES PARA AMAR A DIOS.
SI
JESUCRISTO LO ES TODO Y PARA TODOS DESDE TODOS LOS TIEMPOS Y POR SIEMPRE.
UNA VERDAD
QUE NADA, NI NADIE LA IGUALA.
“Y Él es
antes de todas las cosas, y todas las cosas en Él subsisten” - (Colosenses
1:17).
Hay críticos
del cristianismo que dicen que Jesús en realidad no fue el Mesías. Que todo lo
que hizo fue arreglar su vida para cumplir las profecías. ¡Y es cierto! Él lo
hizo, solamente que lo hizo siglos antes de nacer. Él coordinó nacer en Belén
(Miqueas 5:2) Pero tú, Belén Efrata, pequeña para estar entre las familias de
Judá, de ti me saldrá el que será Señor en Israel; y sus salidas son desde el principio, desde
los días de la eternidad.
Ordenó su
trasfondo humilde y la humillación que sufriría (lea Isaías 53:3)
Despreciado
y desechado entre los hombres, varón de dolores, experimentado en quebranto; y
como que escondimos de él el rostro, fue menospreciado, y no lo estimamos.
Él preparó el ser traicionado y vendido por
treinta piezas de plata (vea Zacarías 11:12-13) Y les dije: Si os parece bien,
dadme mi salario; y si no, dejadlo. Y pesaron por mi salario treinta piezas de
plata.
11:13 Y me
dijo Jehová: Echarlo al tesoro; ¡hermoso precio con que me han apreciado! Y
tomé las treinta piezas de plata, y las eché en la casa de Jehová al tesoro.
Él arregló
su crucifixión incluyendo que sus manos y sus pies serían perforados con clavos
(Salmo 22:16) Porque perros me han rodeado;
Me ha cercado
cuadrilla de malignos;
Horadaron
mis manos y mis pies.
Él reguló el ser sepultado en la tumba de un
hombre rico (Isaías 53:9) Y se dispuso con los impíos su sepultura, mas con los
ricos fue en su muerte; aunque nunca hizo maldad, ni hubo engaño en su boca.
Jesús acordó que sería seguido por millones
quienes, sin esperanza de ninguna ganancia material y a costa de sus propias
vidas, emprendieron la tarea de convencer a otros acerca de Cristo. ¡Oh, sí, Él
lo arregló todo! ¡Gloria a Dios!
Alabe a Dios
que ha creado todas las cosas. Que ha arreglado todas las cosas, y que Él es la
consumación de todas las cosas para su gloria.
DESDE EL
PRINCIPIO ÉL ES DIOS Y SIEMPRE LO SERÁ. Juan 1: 1- 4.
En el
principio era el Verbo, y el Verbo era con Dios, y el Verbo era Dios.
1:2 Este era
en el principio con Dios.
1:3 Todas
las cosas por él fueron hechas, y sin él nada de lo que ha sido hecho, fue
hecho.
1:4 En él
estaba la vida, y la vida era la luz de los hombres.
En Hebreos
1: 8- 12.
Más del Hijo
dice: Tu trono, oh Dios, por el siglo del siglo;
Cetro de
equidad es el cetro de tu reino.
1:9 Has
amado la justicia, y aborrecido la maldad,
Por lo cual
te ungió Dios, el Dios tuyo,
Con óleo de
alegría más que a tus compañeros.
1:10 Y:
Tú, oh
Señor, en el principio fundaste la tierra,
Y los cielos
son obra de tus manos.
1:11 Ellos
perecerán, mas tú permaneces;
Y todos
ellos se envejecerán como una vestidura,
1:12 Y como
un vestido los envolverás, y serán mudados;
Pero tú eres
el mismo,
Y tus años
no acabarán.
En Hebreos
2: 11-13. Hebreos 4: 14- 15.
Porque
convenía a aquel por cuya causa son todas las cosas, y por quien todas las
cosas subsisten, que habiendo de llevar muchos hijos a la gloria, perfeccionase
por aflicciones al autor de la salvación de ellos.
2:11 Porque
el que santifica y los que son santificados, de uno son todos; por lo cual no
se avergüenza de llamarlos hermanos,
2:12
diciendo:
Anunciaré a
mis hermanos tu nombre,
En medio de
la congregación te alabaré.
2:13 Y otra
vez:
Yo confiaré
en él.
Y de nuevo:
He aquí, yo
y los hijos que Dios me dio.
Por tanto,
teniendo un gran sumo sacerdote que traspasó los cielos, Jesús el Hijo de Dios,
retengamos nuestra profesión.
4:15 Porque
no tenemos un sumo sacerdote que no pueda compadecerse de nuestras debilidades,
sino uno que fue tentado en todo según nuestra semejanza, pero sin pecado.
¿QUIÉN ES
ÉSTE QUE HASTA EL MAR LE OBEDECE?
“En el mar
fue tu camino, y tus sendas en las muchas aguas; y tus pisadas no fueron
conocidas” (Salmo 77:19).
El Señor
Jesús caminó sobre el Mar de Galilea, pero no se pueden ver sus huellas. Cuando
una embarcación navega por el océano, no deja ningún rastro. Un vehículo cruza
un terreno, y deja la huella de su paso, pero un barco no. En el pasaje de hoy
en los Salmos, Dios dice que nunca le conoceremos al estudiar la historia, no
le conoceremos con simplemente estudiar lo que Él hizo. Sus caminos son
misteriosos. Usted puede tratar de que lo referente a Dios tenga sentido por
medio de su inteligencia, su ingenuidad y creatividad, mas Dios dice que nunca
le conoceremos de esa manera. Tenemos que dejar nuestro intelecto y
humildemente decirle a Dios: “Muéstrame el camino, y haz que vuelva a sentir
amor por Ti.”
¿Cuándo fue
la última vez que escribió una carta de amor? ¿Cuándo fue la última vez que
recibió una carta de amor? Separe un tiempito hoy, y escriba una carta de amor
para Jesús.
JESÚS DIO SU
VIDA POR LA IGLESIA. ELLA ES MUY IMPORTANTE, POR FAVOR DEBEMOS COGREGARNOS.
“Y Yo
[Jesús] también te digo, que tú eres Pedro, y sobre esta roca edificaré mi
iglesia; y las puertas del Hades no prevalecerán contra ella” - (Mateo 16:18).
Hay muchas
personas que dicen: “Yo creo en Jesús, mas no creo en la iglesia.” Eso es como
decir: “Yo creo en el fútbol, pero no creo en los estadios, ni en los uniformes
ni en la pelota de fútbol.” Jesús ama a la iglesia. Él dio su vida por la
iglesia. Si usted desea ser victorioso en las batallas espirituales de la vida,
debe darse cuenta que el cristianismo no es una religión tipo “Llanero
Solitario”. La iglesia existe para unirnos y ganar las batalla juntos. El
compositor Sabine Baring-Gould escribió el famoso himno “Firmes y Adelante”, y
en una de las estrofas dice: “Tronos y coronas pueden perecer; de Jesús la
iglesia siempre habrá de ser; nada en contra suya prevalecerá, porque la
promesa nunca faltará.”
Si usted al
presente no está involucrado en una iglesia, ore al Señor para que le guíe a
una iglesia en donde se enseñe sana doctrina, y en donde Jesucristo sea honrado
y glorificado.
REGRESEMOS A
NUESTRO PRIMER AMOR QUE ES JESUCRISTO EL SEÑOR.
“Recuerda,
por tanto, de dónde has caído, y arrepiéntete…” (Apocalipsis 2:5a).
Cuando el
pastor Adrián Rogers y su esposa Joyce, estaban en su luna de miel, viajaban en
su carro desde las playas de Daytona de regreso al oeste de Palm Beach. Él
estaba tan enamorado que sólo tenía ojos para ella, y ni siquiera miraba la
carretera. Un patrullero le detuvo y le dijo que estaba manejando con exceso de
velocidad. Él se sorprendió porque no había visto las señales indicando el
cambio de velocidad, de 55 a 35 millas (90 a 60 kilómetros) por hora. El
policía le dijo: “Bien, jovencito, esto es lo que quiero que haga. De la vuelta
y regrese unas tres cuadras atrás, lea la señal de velocidad, y maneje a esa
velocidad.” Ese fue su castigo. El policía le hizo regresar antes de que
pudiera seguir adelante. Y eso es exactamente lo que el Señor dice cuando nos
pide que “regresemos a nuestros primer amor”.
DIOS PONE
HOY DELANTE DE NOSOTROS PARA ELEGIR: LA BENDICIÓN O LA MALDICIÓN ¿CUÁL ESCOGERÁ
USTED?
“He aquí Yo
pongo hoy delante de vosotros la bendición y la maldición: la bendición, si
oyereis los mandamientos de Jehová vuestro Dios, que Yo os prescribo hoy, y la
maldición, si no oyereis los mandamientos de Jehová vuestro Dios, y os
apartareis del camino que Yo os ordeno hoy, para ir en pos de dioses ajenos que
no habéis conocido” - (Deuteronomio 11:26-28).
Dios pone delante de usted, este día, una
bendición y una maldición. ¿Qué es lo que determina que usted reciba la
bendición? Si usted obedece. ¿Qué es lo que determina si usted recibe o no una
maldición? Si usted desobedece. Existen seis bendiciones que Dios quiere darle
hoy a cambio de su obediencia: abundancia (Isaías 1:19-20); paz (Jeremías
26:13); protección (Éxodo 23:22); poder (Hechos 5:32); pureza (1 Pedro 1:22) y
percepción (Salmo 119:100). ¿Quiere que Jesús sea real para usted, y no sea
solamente alguien sobre quien ha leído algo? Quizás usted quisiera algo más que
“orar” a Él. Tal vez quisiera conversar con Él y relacionarse con Él. Bien
puede hacerlo.
Lea Juan
14:23. ¿Qué es lo que Jesús dijo que sería el resultado de su amor por Él? ¿Y
qué es lo que Dios ha prometido hacer, como resultado de su acción? 14:23
Respondió Jesús y le dijo: El que me ama, mi palabra guardará; y mi Padre le
amará, y vendremos a él, y haremos morada con él.
NO TODO
CONVIENE Y NO TODO LO QUE BRILLA ES ORO.
“Todas las
cosas me son lícitas, mas no todas convienen; todas las cosas me son lícitas,
más yo no me dejaré dominar de ninguna” - (1 Corintios 6:12).
Hay ciertas
cosas que un atleta resuelve dejar de lado. Estas cosas no son malas para otras
personas, pero son muy negativas para el atleta, son una pesada carga. En el
plano espiritual, es lo mismo con los creyentes. Pablo claramente dice que no
todas las cosas convienen. Verá, los creyentes nos dirigimos hacia un lugar, y
si algo NO nos ayuda a ir más rápidamente, entonces eso es exceso de equipaje.
Debemos deshacernos de todo lo que no es conveniente.
Pregúntele a
Dios: “¿Tengo alguna cosa legítima que puede ser usada de mejor manera, y que
me está impidiendo correr una mejor carrera por Ti? Si es así, revélame qué es,
para que pueda vivir una vida completamente entregada a la causa de Cristo.”
Pudiera ser un vehículo, una casita vacacional en la playa, un anillo de
diamantes, arte o colecciones antiguas. Estas cosas no son malas en sí mismas,
pero hable con Dios acerca de ellas. Tal vez Él quiera que usted las venda y
utilice ese dinero para ayudar a las misiones.
LAS OBRAS
DEL SEÑOR SON PERFECTAS, EN ÉL NADA ES IMPROVISADO.
“Más el Dios
de toda gracia, que nos llamó a su gloria eterna en Jesucristo, después que
hayáis padecido un poco de tiempo, Él mismo os perfeccione, afirme, fortalezca
y establezca” (1 Pedro 5:10).
¿No es
maravilloso saber que las obras del Señor son perfectas? ¿Qué los caminos del
Señor son perfectos? ¿Y que su voluntad es perfecta? Ahora, sé que alguien al
leer esto puede pensar: “Pero yo no estoy muy seguro acerca de la voluntad del
Señor. Yo no quiero entregarme totalmente a Él, porque me puede enviar como
misionero a algún remoto desierto.” Permítame aclarar: la voluntad de Dios no
es algo a lo cual usted se somete, sino es algo en lo cual usted participa.
Dios escogerá para usted lo que escogería para sí mismo si tuviera el
suficiente sentido común para escogerlo.
Pregúntese
si ha entregado todo completamente a Dios. ¿Hay algo que todavía está
reteniendo? ¿Realiza aún alguna actividad que no le agrada a Dios? ¿Posee algo
que deshonra a Dios? Es ya tiempo de “limpiar la casa”, tanto literal como
figurativamente.
RECUERDE
ALIMENTARSE DEL PAN DIARIO, QUE NUNCA DEBE FALTAR. LA PALABRA DE DIOS, QUE NOS
AYUDA A CRECER.
“Él
respondió y dijo: Escrito está: No sólo de pan vivirá el hombre, sino de toda
palabra que sale de la BOCA de DIOS” (Mateo 4:4).
Creemos que
muchas iglesias sufren de hambre porque sus púlpitos no alimentan a sus rebaños
con el pan celestial. Si no se está alimentando diariamente con la Biblia,
usted o no es salvo, o está muriendo de malnutrición espiritual. La única
FUERZA que poseemos se encuentra cuando nos ALIMENTAMOS de la PALABRA de DIOS.
Job dijo: “Guardé las palabras de su boca más que mi comida” (Job 23:12b). En
otras palabras, Job afirmó que si él tuviese que escoger entre comer pan físico
o pan espiritual, él escogería la Palabra de Dios. Oramos que se comprometan a
una rutina diaria de ejercitar sus rodillas en oración y ALIMENTARSE con el
nutritivo PAN de la PALABRA de DIOS.
ENFRENTANDO
LAS LUCHAS DIARIAS.
“Porque las
armas de nuestra milicia no son carnales, sino PODEROSAS en Dios para la
destrucción de fortalezas” - (2 Corintios 10:4).
Creemos que
muchos experimentamos victoria limitada o ninguna porque no hemos aprendido a
encaminar la batalla hasta la victoria. “Un momento ―dirá usted―, yo quiero
victoria. ”¿Verdaderamente la quiere? Entonces, necesita saber esto: Primero,
Dios desea que usted tenga VICTORIA. Segundo, la taza para medir su VICTORIA
está en la palma de su mano. Eso es, usted es tan VICTORIOSO como desee serlo.
El diablo no posee ninguna fortaleza que nosotros no podamos derribar si usamos
las armas de Dios. El problema es que quizás estemos usando las armas
espirituales, pero tratamos de emplearlas en nuestras propias fuerzas.
Efesios 6:17
revela: “Y tomad el yelmo de la salvación, y la espada del Espíritu, que es la
PALABRA DE DIOS.”
¿Cuál es su
espada? ¿De quién es la espada? ¿Puede pensar en alguna batalla que le espera?
¿Cómo va a usar esta espada?
LA
CONFIRMACIÓN DEL HIJO DE DIOS.
Declarado
Hijo de Dios con poder, según el Espíritu de santidad, por la resurrección de
entre los muertos. Romanos 1:4
Jesucristo
tenía que ser más que hombre; tenía que ser también Dios. Si Jesucristo fuera
solo hombre, aun el mejor de los hombres, no podía haber salvado a los
creyentes de su pecado. Si fuera incluso el hombre justo de la simiente de
David, pero no Dios, no podía haber soportado el castigo de Dios el Padre en la
cruz y haber resucitado de los muertos. No podía haber vencido a Satanás y al
mundo, sino que habría sido vencido como son vencidos todos los hombres. Si
hubo alguna duda de que Jesucristo era el Hijo de Dios, su resurrección de los
muertos debiera eliminarla. Tenía que ser hombre para llegar a nosotros, pero
tenía que ser Dios para resucitarnos. Cuando Dios resucitó a Cristo de los
muertos, confirmó que era verdad lo que Él dijo.
Tan claro
como el horizonte separa la tierra del cielo, así la resurrección separa a
Jesucristo del resto de la humanidad. Jesucristo es Dios encarnado.
PORQUE TUYO
ES EL REINO Y EL PODER Y LA GLORIA.
“Y no nos
metas en tentación, mas líbranos del mal; porque tuyo es el reino, y el poder,
y la gloria” - (Mateo 6:13).
¿Por qué
piensa que repetitivamente acudimos a Dios para que nos perdone? Tal vez es
porque omitimos orar la otra parte del Padre Nuestro: “Y no nos metas en
tentación, mas líbranos del mal.” Nos despertamos en la mañana y al finalizar
el día decimos: “Dios, perdóname. Fallé.” Y Él nos perdona. Sin embargo, ¿sabe
por qué fracasamos? Porque aprendimos a orar: “Señor, perdóname.” Pero, no
estamos clamando: “Señor, protégeme.” Usted no finaliza su día y ora: “El pan
nuestro de cada día, dánoslo hoy.” El día se ha acabado. Esta no es una oración
para finalizar el día, sino es una oración para iniciar su día. Señor,
protégeme.
MÁS A DIOS
DAMOS GRACIAS SIEMPRE.
“Más a Dios
gracias, el cual nos lleva siempre en triunfo en Cristo Jesús, y por medio de
nosotros manifiesta en todo lugar el olor de su conocimiento. Porque para Dios
somos grato olor de Cristo en los que se salvan, y en los que se pierden” - (2
Corintios 2:14-15).
“¡Mas a Dios
gracias, el cual nos lleva siempre en triunfo en Cristo Jesús!” Y cuando
estemos disfrutando esa victoria, emanaremos un perfume dulce e impregnador de
la gloria de Dios. ¿Sabe cómo se produce el incienso? Se produce al cortar o
partir hierbas, triturándolas hasta pulverizarlas. Luego se le añade agua al
polvo para crear una masa en forma de varillas o conos. ¿Cuál es el propósito
del incienso? Es ser quemado para crear un aroma fragante. Cuando usted alaba a
Dios en medio de las tribulaciones, canta canciones de gloria en medio de la
persecución, clamando su victoria cuando surge un problema, entonces emite un
aroma dulce que es inconfundible al olfato de Dios. ¡Este es el dulce olor de
victoria!
Sea lo que
sea que parece una tribulación en su vida hoy… ¡agradézcale a Dios! Dele
gracias siempre que entre en su mente el pensamiento de murmurar o quejarse.
LA MUERTE DE
JESÚS FUE NUESTRA MUERTE Y SU RESURRECCIÓN, LA NUESTRA.
“Porque
somos sepultados juntamente con Él para muerte por el bautismo, a fin de que
como Cristo resucitó de los muertos por la gloria del Padre, así también
nosotros andemos en vida nueva” - (Romanos 6:4).
Cuando
Jesucristo murió, Él no sólo murió por nosotros, sino que nosotros también
morimos con Él. Quizás usted diga: “Bueno, ¿qué diferencia tiene que Él haya
muerto por mí o que yo haya muerto con Él? Es simplemente un juego de palabras.
”¡De ninguna manera! Cuando usted está muerto, la muerte no tiene dominio sobre
usted. No se puede matar a un hombre que ya está muerto. Supongamos un hombre
es ejecutado por cometer un crimen de pena de muerte, no obstante, de alguna
forma él resucita. ¿Cree que él puede ser arrestado nuevamente por su crimen?
Rotundamente no. Eso sería doble castigo. Él ya pagó la sentencia de su crimen.
Es necesario que usted entienda que cuando Jesús murió, usted murió, y ¡la ley
no posee más poder sobre usted! La sentencia de su pecado fue totalmente pagada
porque Él murió por usted. Usted murió con Él.
Encuentre a
alguien hoy y cuéntele las mejores nuevas que jamás nunca se han contado. Jesús
recibió la ira de Dios. Él murió para que ella o él puedan vivir. ¡Vaya,
compártalo!
DIOS NOS
MANDA UTILIZAR LA ARMADURA.
“Pero
nosotros, que somos del día, seamos sobrios, habiéndonos vestido con la coraza
de fe y de amor, y con la esperanza de salvación como yelmo” - (1
Tesalonicenses 5:8).
Un
predicador se alejaba despidiéndose de un amigo, cuando su amigo le dijo: “¡Nos
vemos! Ama a Dios. Odia el pecado. ¡Y ten cuidado con los camiones!”¿Dijo él:
“¡Ten cuidado con los camiones!”? ¡Sí! ¿Y sabe qué? Es un buen consejo. Usted
puede ser lastimado si un camión choca contra usted, sin importar si es salvo o
no. Ahora, ¿por qué es eso importante? Porque como el hombre dijo, todos
necesitamos amar a Dios y todos necesitamos odiar el pecado, pero todos somos
humanos y necesitamos estar alerta de aquellas cosas en la vida que nos pueden
hacer daño. Dios nos ha dado la mente de Cristo y necesitamos usar esa mente.
Primero
Corintios 2:16 revela: “Porque ¿quién conoció la mente del Señor? ¿Quién le
instruirá? Mas nosotros tenemos la mente de Cristo.”
¿Anda
distraído hoy? ¿Está atento a las cosas de este mundo que pueden hacerle daño?
Sea sobrio, esté alerta, y tenga cuidado de los camiones.
EL AMOR ES
UNA BUENA SEÑAL QUE NOS DISTINGUE COMO CRISTIANOS AUTÉNTICOS.
“Porque
vosotros, hermanos, a LIBERTAD fuisteis LLAMADOS; solamente que no uséis la
libertad como ocasión para la carne, sino servíos por amor los unos a los
otros” - (Gálatas 5:13).
Una de las
señales que le indica que usted ha dejado de CONFIAR en Dios es que deja de
funcionar. Usted simplemente deja las actividades de la vida. Usted empieza a
tener temor de esto y aquello; se agobia por una pérdida; es oprimido por el
diablo. ¿Y qué hace usted? Renuncia a todo, cierra las cortinas, se acuesta a
dormir, se levanta tarde. ¿Ha estado alguna vez así? Así afecta la
preocupación. Cuando usted se preocupa, es porque no está CONFIANDO en DIOS.
Usted quizás diga: “Perdí mi trabajo.” Bueno, ¿qué está haciendo? “Me la paso
sentado en la casa.” ¡Levántese! Usted tiene más oportunidad de servir a Dios.
Haga el bien porque está CONFIANDO en el SEÑOR.
¿Está sin
trabajo? Haga lo que tenga que hacer para encontrar un trabajo y cuando lo
logre… ¡haga el bien! Vaya a su iglesia y pídales que le pongan a trabajar.
Vaya a su misión local de voluntario. Corte el pasto de un vecino. Lleve comida
a una persona incapacitada. Escriba una carta a un prisionero.
JUSTIFICADOS
POR EL GRANDE Y PODEROSO DIOS. AHORA SIRVIENDO A DIOS
“Concluimos, pues, que el hombre es
justificado por fe sin las obras de la ley” - (Romanos 3:28).
Si Dios el
Padre nos eligió y el Espíritu Santo nos separa para su santo propósito,
entonces, ¿qué parte tenemos usted y yo? Existe la soberanía divina y la
responsabilidad humana. Usted ha sido santificado para obedecer. La salvación
es gratis, pero usted debe obedecer. La soberanía divina de Dios en elegirnos
no nulifica nuestra responsabilidad a su llamado. Usted ha sido salvado de este
mundo, enviado de regreso al mundo a testificar al mundo, y esa es la única
labor que usted tiene en este mundo. Recuerde, usted no trabaja para lograr la
salvación, sino trabaja o sirve porque es salvo. Alguien bien dijo: “Yo no
trabajaré para salvar mi alma, esa labor la ha hecho mi Señor. Sin embargo,
trabajaré como un esclavo por amor al Hijo amado de Dios.”
Existen 24
horas entre este instante y mañana a la misma hora. Ahora mismo, comprométase a
usar una de esas horas en oración por otros. Ruéguele a Dios que salve a
aquellos familiares que están perdidos, su vecindario, sus compañeros de
estudio o trabajo. Ore país por país, pidiéndole a Él que envíe misioneros y
los capacite para discipular a quienes Él salva.
Y NO OLVIDES
EL PODER Y LA FUERZA DE DIOS DE NUESTRO LADO.
POR EL VALOR
DE UN JOVEN. EL ACTUAR DE DIOS DE NUESTRO LADO.
Por el
Hermano Pablo.
La
temperatura era helada: diez grados bajo cero. El viento era fuerte: cuarenta
kilómetros por hora. No era tiempo propicio para esquiar. Pero la señora Chris
Bailey quiso de todos modos subir a la montaña. Así que llevó a su pequeña
hija, Ángela, de cinco años, y las dos subieron al telesquí y empezaron el
ascenso.
A la mitad
del trayecto, y a veinte metros de altura, la silla en que subían perdió un
soporte. La niña se desprendió de la madre y quedó colgando, sostenida de un
solo brazo. La tragedia era inminente. Cinco minutos más, y la niña caería del
telesquí.
Fue entonces
que intervino Samuel Durán, valiente joven de diecisiete años. Trepó como un
gato por los hierros de la torre de sostén, se aferró del cable y, desollándose
las manos con los alambres, bajó diez metros hasta donde colgaba la niña, y la
salvó. La madre, agradecida, expresó su sentimiento con una oración: «Gracias,
Padre celestial, por el valor de este joven.»
Esta cuasi
tragedia, que no llegó a ser, ocurrió en las montañas de Utah, al comienzo del
invierno de 1990. Fue notable la decisión de Samuel Durán de trepar hasta la
torre de sostén del cable, deslizarse por el cable mismo, y cobrar fuerza
suficiente para rescatar a la pequeña.
Y la
expresión de la madre tenía su razón de ser. «Gracias, Padre celestial, por el
valor de este joven.» Porque Samuel era un joven tímido, apocado. No había
sobresalido ni en el deporte, ni en los estudios ni en ninguna actividad
social. Sus conocidos lo habían tenido siempre por «poca cosa».
Pero nadie
sabe cuánto puede obrar el poder de la voluntad cuando ésta se necesita. Samuel
sintió con urgencia que la salvación de Ángela dependía sólo de él. Si él no la
salvaba, la niña moriría.
Dios es esa
fuerza imponderable que actúa en los seres humanos en el momento de necesidad.
El hombre moderno, intelectual y complejo ha desalojado a Dios de su vida. No
lo toma en cuenta, ni siquiera cuando lo necesita. Por eso vive en tensión
continua, en frustración y en depresión.
Todos
necesitamos con urgencia buscar a Cristo, fuente de verdad, luz y vida. Él es
quien da libremente el socorro. Cristo está, ciertamente, en las páginas de la
Biblia, pero está también al lado del que lo busca. Él desea ser nuestro
Libertador. Permitamos que Él nos salve y nos dé su paz.
ES TIEMPO DE
LIBERARTE DE TODO TEMOR Y DUDAS. Porque lo que hago, no lo entiendo; pues no
hago lo que quiero, sino lo que aborrezco, eso hago (Romanos 7: 15).
Un hombre de
mediana edad se me acercó después de un taller que lideré donde él trabajaba, y
preguntó: «He sido creyente casi toda la vida, pero mi manera de actuar me decepciona
permanentemente. ¿Por qué parece que sigo haciendo siempre lo que no quiero y
nunca hago lo que sé que debo? ¿Dios se está cansando de mí?». Otros dos
hombres que estaban cerca también parecían interesados en escuchar la
respuesta.
En la vida
cristiana estamos en una lucha espiritual y es constante, aun el apóstol Pablo
la experimentaba: «Porque lo que hago, no lo entiendo; pues no hago lo que
quiero, sino lo que aborrezco, eso hago» (Romanos 7:15). Pero hay buenas
noticias: No tenemos que seguir en esa trampa del desánimo. Parafraseando lo
que Pablo escribe en Romanos 8, la clave es dejar de ocuparnos de la ley, dejar
de luchar con nuestras fuerzas, porque siempre fracasamos y empezar a
concentrarnos en Jesús. Y fortalecernos siempre en El. No podemos solucionar,
ni mejorar nuestra condición de pecadores con acciones personales. La respuesta
no es «esforzarse para cumplir las normas», sino enfocarse constantemente en
Aquel que nos muestra su misericordia y colaborar con el Espíritu que nos transforma,
mediante la lectura, meditación y estudio de la Palabra, que es el arma del
Espíritu para todas nuestras luchas y tentaciones.
Pablo llegó
a ser en Cristo un vencedor (Ro. 8:37), batalló y terminó bien su carrera en la
vida cristiana (2 Ti. 4:7,8).
Concentrarnos
en la ley nos recuerda permanentemente que no podemos ser suficientemente
buenos para merecer la gracia de Dios. Cuando llenamos nuestra mente de Cristo,
nos parecemos cada vez más a Él.
Con un
corazón sincero podemos orar: Señor, ayúdame a depender de tu gracia para que
me transformes.