sábado, 22 de abril de 2017

NECESITAMOS ATESORAR Y APLICAR DIARIAMENTE LA PALABRA DE DIOS.

NECESITAMOS ATESORAR Y APLICAR DIARIAMENTE LA PALABRA DE DIOS.
“Entonces respondiendo Jesús, les dijo: Erráis, ignorando las Escrituras y el poder de Dios”. (Mt. 22:29)
Debemos reconocer que muchas de las dificultades que se nos presentan no sabemos resolverlas por la ignorancia de las Escrituras. Muchas veces también no sabemos qué decisiones tomar por  falta de sabiduría. La ignorancia nos limita y es un gran enemigo. Nos lleva a la necedad, a malas decisiones y nos conduce al error.
Por eso en la vida cristiana no debemos limitarnos a una lectura superficial de la Biblia para acallar la voz de la conciencia. Necesitamos atesorar diariamente la Palabra de Dios y meditar en ella. Una porción breve y bien digerida vale mucho más que largos capítulos leídos superficial y velozmente.
Cuando estudiamos o leemos la Biblia puede ser que no entendamos todo, pero eso no debe desanimarnos. Necesitamos esa disciplina diaria y practicar aquello que entendemos.
Corrie ten Boom escribió: “No te preocupes por lo que no entiendas de la Biblia. Preocúpate por aquello que entiendes y no aplicas en tu vida.”
Además deseo decirte que buscar la sabiduría de Dios, requiere esfuerzo, tiempo y constancia en la meditación y estudio de la Escritura. Pero el esfuerzo vale la pena y tiene réditos o beneficios eternos. Dios no acapara la sabiduría, ni la almacena sino que Él “da la sabiduría, y de su boca viene el conocimiento y la inteligencia. Él provee de sana sabiduría a los rectos. (Pr. 2:6,7) Podemos diariamente adquirir conocimiento, pero la sabiduría sólo viene de Dios por medio de la Biblia.
Por otro lado la Palabra de Dios provee todos los ingredientes que necesitamos para desarrollarnos espiritualmente:
¿CÓMO DESARROLLARNOS ESPIRITUALMENTE?
 1 • Una conexión directa con el Sustentador de nuestra alma.
2  • Alimento para nuestro corazón que nos hace sabios y nos da discernimiento.
3  • Un chequeo diario en el espejo divino que revela nuestra condición.
4  • Medicina preventiva que nos impide pecar, cura las heridas y previene la enfermedad  grave del pecado.
5  • Un refrigerio y una renovación espiritual que produce: paz, esperanza y consuelo.
Recuerda: La ignorancia nos limita y es un gran enemigo. Nos lleva a la necedad, a malas decisiones y nos conduce al error. Debemos evitarla y constantemente crecer en Cristo.

Oremos así: Señor Jesús, que la iluminación de las riquezas de tu Palabra penetre profundamente en mi alma.

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