NECESITAMOS
ATESORAR Y APLICAR DIARIAMENTE LA PALABRA DE DIOS.
“Entonces
respondiendo Jesús, les dijo: Erráis, ignorando las Escrituras y el poder de
Dios”. (Mt. 22:29)
Debemos
reconocer que muchas de las dificultades que se nos presentan no sabemos
resolverlas por la ignorancia de las Escrituras. Muchas veces también no
sabemos qué decisiones tomar por falta
de sabiduría. La ignorancia nos limita y es un gran enemigo. Nos lleva a la
necedad, a malas decisiones y nos conduce al error.
Por eso en
la vida cristiana no debemos limitarnos a una lectura superficial de la Biblia
para acallar la voz de la conciencia. Necesitamos atesorar diariamente la
Palabra de Dios y meditar en ella. Una porción breve y bien digerida vale mucho
más que largos capítulos leídos superficial y velozmente.
Cuando
estudiamos o leemos la Biblia puede ser que no entendamos todo, pero eso no
debe desanimarnos. Necesitamos esa disciplina diaria y practicar aquello que
entendemos.
Corrie ten
Boom escribió: “No te preocupes por lo que no entiendas de la Biblia.
Preocúpate por aquello que entiendes y no aplicas en tu vida.”
Además deseo
decirte que buscar la sabiduría de Dios, requiere esfuerzo, tiempo y constancia
en la meditación y estudio de la Escritura. Pero el esfuerzo vale la pena y
tiene réditos o beneficios eternos. Dios no acapara la sabiduría, ni la
almacena sino que Él “da la sabiduría, y de su boca viene el conocimiento y la
inteligencia. Él provee de sana sabiduría a los rectos. (Pr. 2:6,7) Podemos
diariamente adquirir conocimiento, pero la sabiduría sólo viene de Dios por
medio de la Biblia.
Por otro
lado la Palabra de Dios provee todos los ingredientes que necesitamos para
desarrollarnos espiritualmente:
¿CÓMO
DESARROLLARNOS ESPIRITUALMENTE?
1 • Una conexión directa con el Sustentador de
nuestra alma.
2 • Alimento para nuestro corazón que nos hace
sabios y nos da discernimiento.
3 • Un chequeo diario en el espejo divino que
revela nuestra condición.
4 • Medicina preventiva que nos impide pecar,
cura las heridas y previene la enfermedad grave del pecado.
5 • Un refrigerio y una renovación espiritual
que produce: paz, esperanza y consuelo.
Recuerda: La
ignorancia nos limita y es un gran enemigo. Nos lleva a la necedad, a malas
decisiones y nos conduce al error. Debemos evitarla y constantemente crecer en
Cristo.
Oremos así:
Señor Jesús, que la iluminación de las riquezas de tu Palabra penetre
profundamente en mi alma.
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