UN ANDAR
SABIO DE LOS CRISTIANOS EFESIOS.
EFESIOS 5:15-21.
En primer
lugar, vamos a recordar las áreas de nuestra vida en las que puede ayudarnos la
Sabiduría de Dios. La sabiduría está a nuestro alcance:
1. Para
glorificar a Dios (Ef.3:10);
2. Para
realizar el servicio con excelencia (Hch.6:3);
3. Para
enfrentar la oposición (Hch.6:10);
4. para
enseñar y exhortar al hermano (Col.3:16);
5. Para
pasar con éxito las pruebas (Stg.1:2-5);
6. Para
tener buena conducta y buenas obras (Stg.3:13-15);
7. Sin
embargo, esta sabiduría se profundiza a medida que maduremos. (1Cor.6,7,13) y
que mantengamos nuestra relación con Cristo. Col.2:3; 1Cor.1:24, 30.
“Mirad,
pues, con diligencia cómo andéis,
No como
necios sino como sabios” v.15.
La Biblia
nos dice que nuestro caminar tiene que ser guiado con sabiduría, y que para
esto tenemos una responsabilidad personal: Tener cuidado y mantener atención en
cada paso que damos (Mirad… como andéis), pero este cuidado no debe ser como el
de un vistazo rápido que damos a cualquier asunto, Pablo dice que miremos “con
diligencia”. Veamos lo que nos dice José Jordán acerca de esta última palabra:
“Diligencia
es una palabra muy importante en la vida del creyente. Diligencia es exactitud,
rigurosidad; y lo que Pablo pide es ser diligente en nuestro caminar. En cada
paso de nuestra vida, debemos meditar como caminamos, si lo estamos haciendo
bien o mal, si caminamos en sabiduría o en necedad. El necio conoce de Dios
pero no practica lo que él manda. En contraste, el sabio conoce y practica lo
que Biblia le enseña. El necio no sabe cuál es la voluntad de Dios, pero el
sabio la conoce y la vive cada día de su vida. ¿Cómo puedo ser sabio y no
necio? Debo dar lugar al Espíritu Santo y ser lleno de él.”
Según este
pasaje, algunas de las áreas de nuestras vidas en las que debemos actuar con
sabiduría son: La mente, el tiempo, las relaciones, y las actitudes.
Un sabio se
identifica en su andar por:
1. La
atención y cuidado que pone en los detalles. v.15
2.
Aprovechar bien el tiempo. v.16
3. Ser
entendido de la voluntad de Dios. v.17
4.
Mantenerse en el control del Espíritu Santo. v.18
5. Hablar
con Salmos e himnos. v.19a
6. Vivir
cantando y alabando en su corazón. v.19b.
7. Dar
siempre gracias a Dios por todo. v.20
8. Su
actitud de sumisión. v.21
Importante:
En esta pequeña porción de las Escrituras, se enseña que una de las muestras
más claras de santidad tiene relación con lo que sale de nuestra boca. De las
ocho cosas mencionadas anteriormente sobre un andar sabio, cuatro están
estrechamente ligadas al uso de la lengua (vv. 18, 19, 20). Los evangelios
registran la enseñanza de Jesús acerca de esto último: El uso de la lengua nos
dice que clase de persona somos en el interior "...de la abundancia del
corazón habla la boca" (Mateo 12:34, Lucas 6:45). De manera que, si en
nuestro corazón abunda la sabiduría de Dios, esto mismo se reflejará en nuestras
maneras de hablar.
Al respecto
de un andar sabio, Warren W. Wiersbe lo describe así:
¡Cuán necio
es andar a tropezones por la vida y nunca procurar conocer la voluntad del
Señor! En lugar de andar con “Exactitud” (equivalente a diligente), muchos
yerran el blanco, y acaban sufriendo en algún desvío. Dios quiere que seamos
sabios y comprendamos su voluntad para nuestras vidas. A medida que obedecemos
su voluntad, “aprovechamos las oportunidades” (aprovechando bien el tiempo) y
no desperdiciamos el tiempo, ni la energía, ni el dinero, ni el talento en lo
que está fuera de su voluntad. Las oportunidades perdidas nunca se recuperan;
han desaparecido.
Tenemos que
reconocer que vivir sabiamente en un mundo de necedad no es nada fácil. Pero
tenemos la esperanza de que si Dios nos lo pide es porque es posible para
nosotros, y además él está dispuesto a extendernos Su mano en ayuda, Su
Espíritu en fortaleza y Cristo Jesús está de nuestro lado. ¡Caminemos
sabiamente... Sin argumentos!
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