LLAMADOS A
UN ANDAR DIGNO COMO CRISTIANOS.
EFESIOS 4-5.
Al estudiar
los capítulos 4 y 5 de la carta a los Efesios, un buen observador se percatará
que hay un patrón importante entre estos dos capítulos. Este patrón une a ambos
capítulos como si fuese uno solo, pero también los divide en 5 partes. Estas
partes son subtemas que desarrollan la unidad de pensamiento que existe entre
los dos capítulos. Cada una de estas divisiones inicia con una “palabra clave”
que resalta con mucha claridad: “ANDAR”.
Ahora, es
importante notar que casi todas las veces que aparece esta palabra lo hace en
modo imperativo, es decir, expresando una orden. Dios está demandando a sus
hijos de la siguiente manera: “Anden como es digno del nombre que llevan”. Lo
cual nos deja libres de cualquier opción u otra forma de andar por parte nuestra.
Abrimos esta
nueva serie, a la cual llamaremos: “Llamados a un andar digno” y te invitamos a seguirla. En esta nota solo
me limitaré a transcribir los versículos correspondientes mientras contemplamos
como la Biblia se bosqueja a sí misma. Y ya en las próximas notas
desarrollaremos cada punto en especial. (Dar clic sobre cada división para leer
la nota correspondiente)
UN ANDAR
DIGNO SEGÚN EFESIOS 4 Y 5 ES:
1. UN ANDAR
UNIDO. EFESIOS 4:1-16
“Yo pues,
preso en el Señor, os ruego que andéis como es digno de la vocación con que han
sido llamados, con toda humildad y mansedumbre soportándoos con paciencia los
unos a los otros en amor, solícitos en guardar la unidad del Espíritu en el
vínculo de la paz, un cuerpo, y un Espíritu, como fuisteis también llamados en
una misma esperanza de vuestra vocación”
2. UN ANDAR
RENOVADO. EFESIOS 4:17-32
“Esto, pues,
digo y requiero en el Señor: que ya no andéis como los otros gentiles, que
andan en la vanidad de su mente… en cuanto a la pasada manera de vivir,
despojaos del viejo hombre, que está viciado conforme a los deseos engañosos, y
renovaos en el espíritu de vuestra mente”
3. UN ANDAR
DE AMOR. EFESIOS 5:1-6
“Sed, pues
imitadores de Dios como hijos amados. y andad en amor, como también Cristo nos
amó, y se entregó así mismo por nosotros, ofrenda y sacrificio a Dios en olor
fragante”
4. UN ANDAR
DE LUZ. EFESIOS 5:7-14
“No seáis,
pues, participes con ellos. porque en otro tiempo erais tinieblas, más ahora
sois luz en el Señor; andad como hijos de luz … porque vergonzoso es aun hablar
de lo que ellos hacen en secreto. más todas las cosas, cuando son puestas en
evidencia por la luz, son hechas manifiestas porque la luz es lo que manifiesta
todo ”
5. UN ANDAR
SABIO. EFESIOS 5:15-20
“mirad,
pues, con diligencia cómo andéis, no como necios sino como sabios, aprovechando
bien el tiempo, porque los días son malos”
“NO HAY
ARGUMENTOS PARA DECIR QUE, AHORA QUE SOMOS NUEVAS CRIATURAS, NO PODEMOS LLEVAR
UN ANDAR DIGNO”
UN ANDAR
UNIDO. Efesios 4:1-16.
La primera
característica que este pasaje nos presenta, acerca de un andar digno, tiene
que ver con unidad. Si nos fijamos bien, el común denominador de estos
dieciseis versículos es “la unidad de los creyentes”. Dios no desea que sus
hijos tan sólo se reunan en un lugar. Ya que podrían estar juntos en una
congregación pero no necesariamente unidos. Él desea que sus hijos estén en
íntima comunión los unos con los otros.
Esta es la
manera que Dios ha diseñado su cuerpo, para que todos los miembros trabajen
unidos. Mostrando de esta manera, todo lo que implica la unidad, cosas como:
Paciencia, longanimidad, perdón, paz, armonía, restauración, cuidado, buena
convivencia, ánimo, enseñanza, etc. Son estas las cosas que debemos guardar,
manteniendo solicitud en ello. Cuando estas cosas estén presentes en nuestras
familias y congregaciones, sólo entonces podremos decir que estamos viviendo la
verdadera unidad de Cristo. Todo aquello que no contribuya a esta unidad debe
ser desechado del cuerpo. También es importante notar que el motor que hace
posible todo esto es el amor, en otra de sus epístolas Pablo lo llama "el
vínculo perfecto" (Col 3:14; Ef.4:16d).
Las
preguntas para ayudarte a meditar en esto serían: ¿Qué hay en tu vida que no te
permite desarrollar la unidad con los demás, y que por lo tanto es algo que
debes sacar de ti mismo? ¿Qué estás haciendo por propiciar la paz y la unidad
entre los demás hermanos?
Estar solícito
a “guardar la unidad” implica algunas cosas prácticas:
Debemos
estar dispuestos a buscar y mantener la paz con todos. Dispuestos a dar y pedir
perdón, dispuestos a la reconciliación. A ser humildes y a todo lo que tenga
que ver con nuestra responsabilidad de estar bien con los demás.
Debemos
estar dispuestos a ser pacificadores, mediadores y reconciliadores, propiciando
la paz y unidad entre los demás, siempre.
Debemos
mantener en todo momento la sensibilidad
necesaria para recordar nuestro punto de Adoración. Nuestro Dios es Uno [Un
Señor, Una fe, Un Bautismo, Un mismo Padre de Todos..], Entonces, nuestra
unidad es exaltación para Dios. Es nuestra forma de adorarlo.
Debemos
estar dispuestos a usar nuestros dones espirituales para la edificación de los
demás. fortaleciendo así, el crecimiento en amor.
Estos son
principios extraídos del pasaje estudiado. Aquí les dejo el bosquejo para un
mayor entendimiento y estudio personal:
UN ANDAR
UNIDO [Ef. 4:1-16]. Según este pasaje, la iglesia necesita de cuatro cosas para
fortalecer su unidad:
A. EL CARÁCTER NECESARIO
La humildad
y la mansedumbre, v.2a
La paciencia para soportar a los demás, v.2b
La actitud
buena para estar dispuesto. v.3a
La paz
reinando desde el interior. v.3b
B. LA DOCTRINA NECESARIA
Un cuerpo y
un Espíritu. v.4a
Una misma
esperanza. v.4b
Un Señor,
una fe, un bautismo. v.5
Un Dios y
Padre de todo. v.6
Un
ministerio con varias funciones. v.7-11
C. LOS PROPÓSITOS NECESARIOS
Para la obra
del ministerio. v.7-12a
Para la
edificación del cuerpo. v.12b
Para la
unidad de la fe. v.13
Para la
madures de los santos. v.14
D. LA PRÁCTICA NECESARIA
Crecer en
torno a la cabeza, que es Cristo. v.15
Crecer con
todo el cuerpo bien concertado y unido. v.16a
Crecer con
todos los miembros ayudándose entre sí. v.16b
Crecer con
cada uno cumpliendo su propia actividad. v.16c
Crecer
edificándose unos a otros en amor. v.16d
Si somos un
cuerpo, la manera en que debemos andar es: En unidad, en armonía y
coordinación; ayudándonos y edificándonos unos a otros en amor.
YA NO HAY
ARGUMENTOS PARA DEJAR DE
PROPICIAR LA
UNIDAD EN EL CUERPO.
UN ANDAR
RENOVADO Efesios 4:17-32.
¿Dormirías
con la ropa con la que hiciste deporte? ¿Irías a una cena elegante con la ropa
de trabajo? ¿Saldrías a correr con la ropa de gala? Todos sabemos que para cada
actividad especial hay una forma de vestir especial. Lo mismo ocurre en vida de
fe, es nuestra mayor vocación y merece que vistamos a la altura.
Pablo inicia
este llamado con el siguiente mandato:
“Esto, pues,
digo y requiero en el Señor: que ya no andéis como los otros gentiles, que
andan en la vanidad de su mente…” Efesios 4:17
Aquí “los
otros gentiles” son los incrédulos. Si hay una forma de andar, un estilo de
vida, o una conducta específica que sea propia de los incrédulos, es una
vestimenta que pertenece a nuestra vida pasada, y nada tiene que ver con
nuestra profesión actual.
¿CUÁL
ENTONCES DEBERÍA SER NUESTRA VESTIMENTA IDEAL?
Pablo
responde:
“En cuanto a
la pasada manera de vivir, despojaos del viejo hombre, que esta viciado
conforme a los deseos engañosos, y
renovaos en el espíritu de vuestra mente, y VESTÍOS del nuevo hombre, creado
según Dios en la justicia y Santidad de la verdad” Efesios 4:22
Lo primero
que el cristiano tiene que entender es que, entre tanto no se despoje de la
vieja vestimenta, no podrá vestirse de la nueva. A esto lo llamamos “el
principio del reemplazo”. El cristiano tiene que aprender a reemplazar muchas
cosas en su caminar diario.
En este
pasaje de Efesios, hay algunas maneras prácticas, acerca de cosas viejas que
deberíamos reemplazar:
La mentira
por la justicia y santidad de la verdad. vv.24-25
La ira y el
enojo por la misericordia. vv.26,31,32
El hurto por
el trabajo. v.28
Las palabras
corrompidas por la edificación. vv.29,30
El
resentimiento por el perdón. v.32
Estos son
mandamientos directos al creyente que forma parte del cuerpo de Cristo, ya que
esta llamado a edificar el Templo Santo del Señor (Ef.2:20-22), es su
responsabilidad hacerlo. Dios no nos pediría o mandaría algo que supiera que no
lo podríamos hacer. De manera que, no tenemos excusa.
“NO HAY
ARGUMENTOS QUE VALGAN PARA NO ABANDONAR
NUESTROS
ANTIGUOS HÁBITOS”
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