jueves, 20 de abril de 2017

LLAMADOS A UN ANDAR DIGNO COMO CRISTIANOS.

LLAMADOS A UN ANDAR DIGNO COMO CRISTIANOS.
EFESIOS 4-5.
Al estudiar los capítulos 4 y 5 de la carta a los Efesios, un buen observador se percatará que hay un patrón importante entre estos dos capítulos. Este patrón une a ambos capítulos como si fuese uno solo, pero también los divide en 5 partes. Estas partes son subtemas que desarrollan la unidad de pensamiento que existe entre los dos capítulos. Cada una de estas divisiones inicia con una “palabra clave” que resalta con mucha claridad: “ANDAR”.
Ahora, es importante notar que casi todas las veces que aparece esta palabra lo hace en modo imperativo, es decir, expresando una orden. Dios está demandando a sus hijos de la siguiente manera: “Anden como es digno del nombre que llevan”. Lo cual nos deja libres de cualquier opción u otra forma de andar por parte nuestra.
Abrimos esta nueva serie, a la cual llamaremos: “Llamados a un andar digno”  y te invitamos a seguirla. En esta nota solo me limitaré a transcribir los versículos correspondientes mientras contemplamos como la Biblia se bosqueja a sí misma. Y ya en las próximas notas desarrollaremos cada punto en especial. (Dar clic sobre cada división para leer la nota correspondiente)
UN ANDAR DIGNO SEGÚN EFESIOS 4 Y 5 ES:
1. UN ANDAR UNIDO. EFESIOS 4:1-16
“Yo pues, preso en el Señor, os ruego que andéis como es digno de la vocación con que han sido llamados, con toda humildad y mansedumbre soportándoos con paciencia los unos a los otros en amor, solícitos en guardar la unidad del Espíritu en el vínculo de la paz, un cuerpo, y un Espíritu, como fuisteis también llamados en una misma esperanza de vuestra vocación”
2. UN ANDAR RENOVADO. EFESIOS 4:17-32
“Esto, pues, digo y requiero en el Señor: que ya no andéis como los otros gentiles, que andan en la vanidad de su mente… en cuanto a la pasada manera de vivir, despojaos del viejo hombre, que está viciado conforme a los deseos engañosos, y renovaos en el espíritu de vuestra mente”
3. UN ANDAR DE AMOR. EFESIOS 5:1-6
“Sed, pues imitadores de Dios como hijos amados. y andad en amor, como también Cristo nos amó, y se entregó así mismo por nosotros, ofrenda y sacrificio a Dios en olor fragante”
4. UN ANDAR DE LUZ. EFESIOS 5:7-14
“No seáis, pues, participes con ellos. porque en otro tiempo erais tinieblas, más ahora sois luz en el Señor; andad como hijos de luz … porque vergonzoso es aun hablar de lo que ellos hacen en secreto. más todas las cosas, cuando son puestas en evidencia por la luz, son hechas manifiestas porque la luz es lo que manifiesta todo ”
5. UN ANDAR SABIO. EFESIOS 5:15-20
“mirad, pues, con diligencia cómo andéis, no como necios sino como sabios, aprovechando bien el tiempo, porque los días son malos”
“NO HAY ARGUMENTOS PARA DECIR QUE, AHORA QUE SOMOS NUEVAS CRIATURAS, NO PODEMOS LLEVAR UN ANDAR DIGNO”
UN ANDAR UNIDO. Efesios 4:1-16.
La primera característica que este pasaje nos presenta, acerca de un andar digno, tiene que ver con unidad. Si nos fijamos bien, el común denominador de estos dieciseis versículos es “la unidad de los creyentes”. Dios no desea que sus hijos tan sólo se reunan en un lugar. Ya que podrían estar juntos en una congregación pero no necesariamente unidos. Él desea que sus hijos estén en íntima comunión los unos con los otros.


Esta es la manera que Dios ha diseñado su cuerpo, para que todos los miembros trabajen unidos. Mostrando de esta manera, todo lo que implica la unidad, cosas como: Paciencia, longanimidad, perdón, paz, armonía, restauración, cuidado, buena convivencia, ánimo, enseñanza, etc. Son estas las cosas que debemos guardar, manteniendo solicitud en ello. Cuando estas cosas estén presentes en nuestras familias y congregaciones, sólo entonces podremos decir que estamos viviendo la verdadera unidad de Cristo. Todo aquello que no contribuya a esta unidad debe ser desechado del cuerpo. También es importante notar que el motor que hace posible todo esto es el amor, en otra de sus epístolas Pablo lo llama "el vínculo perfecto" (Col 3:14; Ef.4:16d).

Las preguntas para ayudarte a meditar en esto serían: ¿Qué hay en tu vida que no te permite desarrollar la unidad con los demás, y que por lo tanto es algo que debes sacar de ti mismo? ¿Qué estás haciendo por propiciar la paz y la unidad entre los demás hermanos?


Estar solícito a “guardar la unidad” implica algunas cosas prácticas:

Debemos estar dispuestos a buscar y mantener la paz con todos. Dispuestos a dar y pedir perdón, dispuestos a la reconciliación. A ser humildes y a todo lo que tenga que ver con nuestra responsabilidad de estar bien con los demás.

Debemos estar dispuestos a ser pacificadores, mediadores y reconciliadores, propiciando la paz y unidad entre los demás, siempre.

Debemos mantener en todo momento la  sensibilidad necesaria para recordar nuestro punto de Adoración. Nuestro Dios es Uno [Un Señor, Una fe, Un Bautismo, Un mismo Padre de Todos..], Entonces, nuestra unidad es exaltación para Dios. Es nuestra forma de adorarlo.

Debemos estar dispuestos a usar nuestros dones espirituales para la edificación de los demás. fortaleciendo así, el crecimiento en amor.

Estos son principios extraídos del pasaje estudiado. Aquí les dejo el bosquejo para un mayor entendimiento y estudio personal:

UN ANDAR UNIDO [Ef. 4:1-16]. Según este pasaje, la iglesia necesita de cuatro cosas para fortalecer su unidad:

   A. EL CARÁCTER NECESARIO

La humildad y  la mansedumbre, v.2a
La  paciencia para soportar a los demás, v.2b
La actitud buena para estar dispuesto. v.3a
La paz reinando desde el interior. v.3b
   B. LA DOCTRINA NECESARIA

Un cuerpo y un Espíritu. v.4a
Una misma esperanza. v.4b
Un Señor, una fe, un bautismo. v.5
Un Dios y Padre de todo. v.6
Un ministerio con varias funciones. v.7-11
  C. LOS PROPÓSITOS NECESARIOS

Para la obra del ministerio. v.7-12a
Para la edificación del cuerpo. v.12b
Para la unidad de la fe. v.13
Para la madures de los santos. v.14
   D. LA PRÁCTICA NECESARIA

Crecer en torno a la cabeza, que es Cristo. v.15
Crecer con todo el cuerpo bien concertado y unido. v.16a
Crecer con todos los miembros ayudándose entre sí. v.16b
Crecer con cada uno cumpliendo su propia actividad. v.16c
Crecer edificándose unos a otros en amor. v.16d
Si somos un cuerpo, la manera en que debemos andar es: En unidad, en armonía y coordinación; ayudándonos y edificándonos unos a otros en amor.

YA NO HAY ARGUMENTOS PARA DEJAR DE
PROPICIAR LA UNIDAD EN EL CUERPO.
UN ANDAR RENOVADO Efesios 4:17-32.
¿Dormirías con la ropa con la que hiciste deporte? ¿Irías a una cena elegante con la ropa de trabajo? ¿Saldrías a correr con la ropa de gala? Todos sabemos que para cada actividad especial hay una forma de vestir especial. Lo mismo ocurre en vida de fe, es nuestra mayor vocación y merece que vistamos a la altura.

Pablo inicia este llamado con el siguiente mandato:

“Esto, pues, digo y requiero en el Señor: que ya no andéis como los otros gentiles, que andan en la vanidad de su mente…” Efesios 4:17
Aquí “los otros gentiles” son los incrédulos. Si hay una forma de andar, un estilo de vida, o una conducta específica que sea propia de los incrédulos, es una vestimenta que pertenece a nuestra vida pasada, y nada tiene que ver con nuestra profesión actual.

¿CUÁL ENTONCES DEBERÍA SER NUESTRA VESTIMENTA IDEAL?



Pablo responde:

“En cuanto a la pasada manera de vivir, despojaos del viejo hombre, que esta viciado conforme a los deseos engañosos,  y renovaos en el espíritu de vuestra mente, y VESTÍOS del nuevo hombre, creado según Dios en la justicia y Santidad de la verdad” Efesios 4:22
Lo primero que el cristiano tiene que entender es que, entre tanto no se despoje de la vieja vestimenta, no podrá vestirse de la nueva. A esto lo llamamos “el principio del reemplazo”. El cristiano tiene que aprender a reemplazar muchas cosas en su caminar diario.

En este pasaje de Efesios, hay algunas maneras prácticas, acerca de cosas viejas que deberíamos reemplazar:

La mentira por la justicia y santidad de la verdad. vv.24-25

La ira y el enojo por la misericordia. vv.26,31,32

El hurto por el trabajo. v.28

Las palabras corrompidas por la edificación. vv.29,30

El resentimiento por el perdón. v.32

Estos son mandamientos directos al creyente que forma parte del cuerpo de Cristo, ya que esta llamado a edificar el Templo Santo del Señor (Ef.2:20-22), es su responsabilidad hacerlo. Dios no nos pediría o mandaría algo que supiera que no lo podríamos hacer. De manera que, no tenemos excusa.

“NO HAY ARGUMENTOS QUE VALGAN PARA NO ABANDONAR

NUESTROS ANTIGUOS HÁBITOS”

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