LA PACIENCIA
ES UN PRINCIPIO IMPORTANTE PARA PROBAR NUESTRA FE.
Santiago
5:7: “Mirad cómo el labrador espera el precioso fruto de la tierra, aguardando
con paciencia hasta que reciba la lluvia temprana y la tardía.”
En ocasiones
las cosas que son más importantes son las que se tardan más en llegar a
nosotros. Algunos gigantescos árboles de secoya en California alcanzan 300 pies
o 91 metros de altura: ¡esa es la altura aproximada de un edificio de 30 pisos!
Y cada uno de éstos comenzó de una diminuta semilla que creció y maduró desde
antes de los tiempos de Cristo. ¡Eso es muchísimo tiempo! Usted se podría estar
diciendo que va a servir a Dios, y comienza a hacer algo. Sin embargo, cuando
no ve fruto inmediato se desanima. No trate de apresurar la cosecha. En su
tiempo, cosechará lo que sembró.
¿Ha
compartido a Cristo con gente a su alrededor y no lo han aceptado como su
salvador aún? Por favor lea Isaías 55:11. así será mi palabra que sale de mi boca; no volverá a mí
vacía, sino que hará lo que yo quiero, y será prosperada en aquello para que la
envié.
Y romanos 10:13-17 y reciba ánimo del Señor.10:13.
Porque todo aquel que invocare
el nombre del Señor, será salvo.
10:14 ¿Cómo,
pues, invocarán a aquel en el cual no han creído? ¿Y cómo creerán en aquel de
quien no han oído? ¿Y cómo oirán sin haber quien les predique?
10:15 ¿Y
cómo predicarán si no fueren enviados? Como está escrito: ¡Cuán hermosos son
los pies de los que anuncian la paz, de los que anuncian buenas nuevas!
10:16 Más no
todos obedecieron al evangelio; pues Isaías dice: Señor, ¿quién ha creído a
nuestro anuncio?
10:17 Así
que la fe es por el oír, y el oír, por la palabra de Dios.
LAS PRUEBAS
PRODUCEN PACIENCIA.
“Hermanos
míos, tened por sumo gozo cuando os halléis en diversas pruebas, sabiendo que
la prueba de vuestra fe produce paciencia” - (Santiago 1:2-3).
Santiago 1:2
es un versículo interesante porque tiene la palabra “cuando” en vez de la
palabra “si”. Verá, alguna gente cree que la vida siempre va a ser “color de
rosa”, acolchonada con pétalos y días soleados. Si yo asegurara tal cosa,
estaría hablando con la Biblia cerrada y una cabeza vacía. Sea usted salvo o
no, la vida le garantiza una cosa: ¡dificultades! Habrá pruebas, opresión,
malentendidos. Y cuando usted se entrega a Cristo, no se torna inmune a estas
cosas. Las pruebas son parte de la vida, pero cómo los creyentes se comportan
en respuesta a esas pruebas motiva a que un mundo incrédulo se detenga y lo
note. Usted puede hablar de la fortaleza de un creyente por lo que se necesita
para detenerle.
Decida, por
usted mismo, ser responsable. Si es casado, pida a su esposa que conteste la
siguiente pregunta. Si es soltero, pida la ayuda de un amigo de confianza:
¿Cómo calificarías la forma en que he respondido a las pruebas en mi vida, el
año pasado, en una escala del 1 al 10? Significando 1 que he agradecido la
oportunidad de aprender a ser paciente, y 10 que me he enojado por cada
piedrita que la vida puso en mi camino. ¿Aprendió algo nuevo acerca de sí
mismo? ¿Algo en lo cual debe mejorar el próximo año?
DIOS TAMBIÉN
TIENE PACIENCIA CON NOSOTROS.
“A quien
Dios puso como propiciación por medio de la fe en su sangre, para manifestar su
justicia, a causa de haber pasado por alto, en su paciencia, los pecados
pasados, con la mira de manifestar en este tiempo su justicia, a fin de que Él
sea el justo, y el que justifica al que es de la fe de Jesús” (Romanos
3:25-26).
De niño,
pensaba que Dios era como Papá Noel con una larga barba sentado en el cielo:
haciendo una lista y revisándola dos veces, tratando de descubrir si me porté
bien o mal. Luego cuando mi vida hubiese llegado a su fin y compareciera ante
Él, Él sacaría una gran pesa y pesaría mis buenas obras contra las malas viendo
si lograría entrar al cielo. ¿Sabe qué hizo esta forma de pensar en mí? Me hizo
temeroso que al final de mi vida Dios me dijera: “Adrián, lo siento, según mis
cálculos, no lo lograste.” Después, tendría que darme la vuelta y salir
avergonzado, pasando entre familia y amigos. Amigo, quizás usted piensa esto,
pero permítame aclararle: La salvación no es algo que usted pueda obtener, la
salvación es el sacrificio de Cristo.
Por favor
lea Romanos 5. En sus propias palabras escriba qué enseña este pasaje acerca de
Dios. Póngalo en un sobre cerrado con su dirección y pídale a un amigo que se
lo mande en un mes. Qué mejor forma de iniciar el Año Nuevo que recordando lo
que Dios le enseñó acerca de su salvación.
ROMANOS 5:1
Justificados, pues, por la fe, tenemos paz para con Dios por medio de nuestro
Señor Jesucristo;
5:2 por
quien también tenemos entrada por la fe a esta gracia en la cual estamos
firmes, y nos gloriamos en la esperanza de la gloria de Dios.
5:3 Y no
sólo esto, sino que también nos gloriamos en las tribulaciones, sabiendo que la
tribulación produce paciencia;
5:4 y la
paciencia, prueba; y la prueba, esperanza;
5:5 y la
esperanza no avergüenza; porque el amor de Dios ha sido derramado en nuestros
corazones por el Espíritu Santo que nos fue dado.
5:6 Porque
Cristo, cuando aún éramos débiles, a su tiempo murió por los impíos.
NECESITAMOS
CORRER CON PACIENCIA LA CARRERA.
“Por tanto,
nosotros también, teniendo en derredor nuestro tan grande nube de testigos,
despojémonos de todo peso y del pecado que nos asedia, y corramos con paciencia
la carrera que tenemos por delante, puestos los ojos en Jesús, el autor y
consumador de la fe” (Hebreos 12:1-2).
Existen
muchos atletas con habilidad natural, pero ¿qué es lo que convierte a un atleta
mediocre en un campeón de medalla de oro? Este atleta está dispuesto a sufrir
más que los otros. Cuando usted no puede dar otro paso, sus músculos están
adoloridos y su cuerpo está molido, es lo que significa correr la carrera con
perseverancia como lo menciona Hebreos 12:1. Usted actúa bajo tremenda presión.
Corre para desarrollar resistencia. Hoy, quizás esté sufriendo porque un
familiar, compañero laboral o compañero de estudios ha sido injusto con usted.
Tal vez se le ignoró para un ascenso. Edificar una feque aguanteladistanciatoma
paciencia.
Hoy es el
día de superar las injusticias de la vida. En lugar de sentir que está siendo
injustamente tratado, es tiempo de poner los ojos en Aquel que fue tratado MÁS
injustamente sobre una cruz para que usted fuese perdonado. Corre, creyente,
corre: la victoria aún está por ser ganada.
“A quien
Dios puso como propiciación por medio de la fe en su sangre, para manifestar su
justicia, a causa de haber pasado por alto, en su paciencia, los pecados
pasados” (Romanos 3:25).
Propiciación
es una palabra grande que significa “satisfacer”. Porque Dios es un Dios Santo,
su ira y justicia queman contra el pecado. Y Él ha prometido que el pecado será
castigado. Debe haber un pago satisfactorio por el pecado. Dios dijo: “Si
castigo al hombre por su pecado, morirá y se irá al infierno. Pero si no
castigo al hombre por su pecado, mi justicia nunca será satisfecha.” ¿La
solución? Dios dijo que Él mismo sería nuestro substituto. Llevaría el pecado
de la humanidad sobre Sí mismo en agonía, derramando su sangre: un juicio justo
y substituto por el pecado. Su ira se quemó en la cruz cuando su Unigénito
murió como la propiciación por los pecados del hombre, y esto es amor (vea 1
Juan 4:10). En esto
consiste el amor: no en que nosotros hayamos amado a Dios, sino en que él nos
amó a nosotros, y envió a su Hijo en propiciación por nuestros pecados.
¿Cuándo fue
la última vez que usted le agradeció a Dios por no mandarlo al infierno, como
se lo merecía? A lo mejor ya es tiempo de que lo haga, ¿no le parece?
No hay comentarios:
Publicar un comentario