NUESTRA
INCREDULIDAD DESHONRA AL SEÑOR JESUCRISTO.
DIOS DICE
QUE HEMOS RECIBIDO EL ESPÍRITU SANTO ¿PORQUÉ NO CREERLE?
Romanos
8:15: “Pues no habéis recibido el espíritu de esclavitud para estar otra vez en
temor, sino que habéis recibido el ESPÍRITU de ADOPCIÓN, por el cual clamamos:
¡Abba Padre!”
Es trágico,
pero muchos nunca aceptarán su santidad. Hace tiempo, estaba de moda entre los
creyentes hacer comentarios como éste: “Soy salvo, pero no soy cristiano.”
Luego la persona explicaba: “Bueno, no soy digno de llamarme cristiano porque
no estoy viviendo como uno.”
Permítanos
aclararle algo. ¿Ha creído usted en el nombre del Señor Jesucristo y se ha
arrepentido de sus pecados? ¿Ha invocado el nombre del Señor para que le libre
del juicio del infierno? Si es así, usted es pariente cercano de la Trinidad.
¡Usted es un hijo del Rey! Dado que usted es ahora parte de la familia de Dios,
Jesús no es solamente su Señor y Salvador, es también su AMIGO y su HERMANO.
¿Ha sentido
que no puede llamarse a sí mismo cristiano por su pecado? Entonces, arrodíllese
y arrepiéntase del pecado de incredulidad que no le permite conocer que ¡usted
es hijo del Rey!
¿QUÉ TIPO DE
SEÑALES LE HA PEDIDO USTED A JESUCRISTO PARA CEER EN ÉL?
“¿Quién es,
pues, el siervo fiel y prudente, al cual puso su señor sobre su casa para que
les dé el alimento a tiempo? Bienaventurado aquel siervo al cual, cuando su
señor venga, le halle haciendo así” (Mateo 24:45-46).
Es un pecado
pedirle a Dios que nos pruebe que es Dios, realizando milagros y señales.
Quizás todos hemos hecho eso.
Cuando el
pastor Rogers era un jovencito y estuvo en la Universidad Stetson, tenía su
tiempo devocional en la capilla de oración, y le pedía a Dios que moviera una
silla de un lado de la sala hacia el otro. Le decía: “Yo creo en Ti y no quiero
ofenderte, pero ¡qué tremenda confirmación sería para mi corazón y mi vida si
Tú haces ese pequeño milagro!”
¡Que solemne
tontería! Nos alegramos que Dios no permitiera que el diablo moviera esa silla
de allá para acá, y lo envolviera en alguna clase de actividad tipo
“abra-cadabra”.
Jesús dijo
que pedir a Dios una señal, es evidencia de un corazón malo y adúltero (lea
Mateo 12:38- 39). 12:38
Entonces respondieron algunos de los escribas y de los fariseos, diciendo:
Maestro, deseamos ver de ti señal.
12:39 El
respondió y les dijo: La generación mala y adúltera demanda señal; pero señal
no le será dada, sino la señal del profeta Jonás.
¡Oh!, que
Dios nos encuentre fieles y sin avergonzarnos de lo que hacemos en Su nombre.
¿Le ha
pedido a Dios que realice algo sobrenatural para confirmar en su corazón que Él
le está escuchando o que Él es, en verdad, Dios? Confiese esto como
incredulidad, y pida perdón a Dios, y que le dé una fe que le ama a Él, porque
Él es digno de su lealtad.
¡CREE O TE
QUEDARAS MUDO/A!
Hubo en los
días de Herodes, rey de Judea, un sacerdote llamado Zacarías y su mujer era
Elisabeth. Ellos eran justos a los ojos de Dios y cuidadosos en obedecer todos
los mandamientos y las ordenanzas del Señor. No tenían hijos porque ella era
estéril y los dos eran ya muy ancianos.
Mientras él
estaba en el santuario, se le apareció un ángel del Señor y le dijo: ¡No tengas
miedo! Dios ha oído tu oración. Tu esposa, Elisabeth, te dará un hijo, y lo
llamarás Juan. Zacarías le dijo al ángel: --¿Cómo puedo estar seguro de que
ocurrirá esto? Ya soy muy anciano, y mi esposa también es de edad avanzada.
Entonces el
ángel dijo: ... ¡Fue él quien me envió a darte esta buena noticia! Pero ahora,
como no creíste lo que te dije, te quedarás mudo, sin poder hablar hasta que nazca
el niño. Te aseguro que mis palabras se cumplirán a su debido tiempo. Cuando
nace el bebé, Dios le restaura el habla y usó un canto especial de alabanza
para adorar al Señor. (Lucas 1)
La
incredulidades la dificultad para creer yes un gran obstáculo para la
realización de lo que Dios tiene para nuestras vidas, y aunque haya evidencias
que no se cumpliría, como la edad avanzada de ellos. A Zacarías lo llevo a
quedar mudo mucho tiempo hasta el nacimiento de su hijo Juan. Sin embargo a
pesar que no creyó el ángel de aseguro que sus palabras se cumplirían a su
debido tiempo.
Si estas
esperando que una promesa se cumpla solo CREE, APROPIATE Y AFERRATE hasta que
se cumpla y cuando esto pase las primeras palabras sean especiales de
agradecimiento, así como la del sacerdote: “Bendito el Señor Dios de
Israel...” Lucas 1: 68.
Autora.
Soraida Fuentes.
DEBEMOS
RECORDAR LO IMPORTANTE QUE ES LA FE PARA NOSOTROS LOS QUE NO SOMOS INCRÉDULOS.
“En quien
tenemos seguridad y acceso con confianza por medio de la fe en Él” (Efesios
3:12).
El pastor
Rogers enseñó: “Uno de los grandes privilegios que usted y yo tenemos es el
privilegio de orar. Yo creo que cuando lleguemos al cielo, una de las cosas que
nos maravillará es saber que oramos tan pobremente y tan poco aquí en la
tierra.
El
compositor de himnos José M. Scriven escribió estas palabras: “¿Vive el hombre
desprovisto de paz, gozo y santo amor? Esto es porque no llevamos todo a Dios
en oración.”
Invierta
algún tiempo en la oración, ofreciendo alabanzas a Dios por escuchar y
contestar las oraciones traídas ante Él. Pudiera ser que Él conteste: “Sí”.
También pudiera ser que conteste: “No”, y hasta es posible que Él diga:
“Espera.” Pero, mi amigo, Él contestará sus oraciones.
PUESTOS LOS
OJOS EN JESÚS.
“Puestos los
ojos en Jesús, el autor y consumador de la fe, el cual por el gozo puesto
delante de Él sufrió la cruz, menospreciando el oprobio, y se sentó a la
diestra del trono de Dios” (Hebreos 12:2).
¿Qué
significa que Jesús es el “autor y consumador” de nuestra fe? La palabra griega
para autor es “archegos”, y quiere decir que Él es el Capitán, el Líder, el
Príncipe de nuestra fe. La palabra griega para consumador es “teleiotes”, y
significa que Él es quien “completa” nuestra fe. Jesús pagó el precio, para que
usted pudiera ser salvo. ¿Quiere saber cómo correr la carrera? Jesús es su
ejemplo. Fije sus ojos en Él. Él es el Salvador que no sólo le enseña cómo
correr la carrera, sino que entra en usted por medio del Espíritu Santo, y
corre la carrera a través de usted. ¡Alabado sea Dios, porque nunca estamos
solos!
Adore a Dios
en oración y alabanza porque no sólo es el autor de su fe al otorgársela como
un regalo no merecido, sino que también es el consumador de su fe al asegurar
su salvación en la sangre expiatoria de su Hijo.
“Estando
persuadido de esto, que el que comenzó en vosotros la buena obra, la
perfeccionará hasta el día de Jesucristo” (Filipenses 1:6).
La preocupación es lo opuesto a la fe.
“Pero sin fe
es imposible agradar a Dios; porque es necesario que el que se acerca a Dios
crea que le hay, y que es galardonador de los que le buscan” (Hebreos 11:6).
NUESTRA FE
HONRA AL SEÑOR JESUCRISTO Y SU RESPUESTA ES ASI:
“Es, pues,
la fe la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve”
(Hebreos 11:1).
El hijo de
un hombre noble se enfermó, así que ese padre buscó a Jesús para que sanara a
su hijo. Cuando encontró a Jesús, le pidió que viniera a ver a su hijo. Pero
Jesús, en vez de ir, lo sanó con su Palabra. En Juan 4:50 leemos: “Jesús le
dijo: Ve, tu hijo vive. Y el hombre creyó la palabra que Jesús le dijo, y se
fue.” No una cosa extraordinaria, no una señal, no una visión, ni ángeles
haciéndole cosquillas, ni escalofríos en su espina dorsal. El hombre creyó la
Palabra de Jesús, y se fue.
DOS ASPECTOS
IMPORTANTES AL CREER O AL NO CREER.
1. La fe ve
lo invisible, cree lo increíble, y recibe lo imposible.
2. La duda
ve los obstáculos.
La fe ve el camino.
La duda ve
la noche oscura.
La fe ve el claro día.
La duda teme dar un paso.
La fe se eleva a las alturas.
La duda cuestiona quién cree.
La fe responde: Yo creo.
La vida sigue a la fe como la noche sigue al
día.
No hay vida si no hay fe.
DEBEMOS
CONFESAR NUESTRA INCREDULIDAD.
Pídale
perdón a Dios por las ocasiones que usted ha dudado de Él. Por las veces en que
no ha confiado en Él, cuando ha escogido creer en algo más, que en lo que Él
dice. Pídale a Dios que le ayude a creer.
NUESTRA FE
DEBE SER DEMOSTRADA.
“Con Cristo
estoy juntamente crucificado, y ya no vivo yo, mas vive Cristo en mí; y lo que
ahora vivo en la carne, lo vivo en la fe del Hijo de Dios, el cual me amó y se
entregó a Sí mismo por mí” (Gálatas 2:20).
LA FE
DEMOSTRADA POR JOSUÉ.
La vida de
Josué, en el Antiguo Testamento, es una ilustración de Jesús. De hecho, el
nombre Josué, es el nombre hebreo de Jesús. El Señor Jesús es nuestro Josué
celestial quien nos guía a la tierra prometida y hacia la victoria. ¿Y qué es
esta victoria? Es una victoria de fe. No hay nada más, ni nada menos que
logrará la victoria en nuestras vidas, sino la fe.
La victoria
no se logra peleando. La victoria se recibe por fe. Verá, cuando Dios tiene un
trabajo gigantesco que debemos realizar, Él da el contrato a la fe.
La fe junta
su nada al todo del Dios poderoso, y la victoria es suya para poseerla.
CREER ES
MORIR A NOSOTROS PARA QUE CRISTO VIVA EN NOSOTROS.
¿Está usted
perdiendo la batalla en alguna área de su vida? Entonces a lo mejor es porque
usted no ha muerto completamente a sí mismo. La vida que Dios le ha llamado a
vivir no es su vida, sino la vida de Él a través suyo. Póngase una vez más
sobre el altar, y muera a sí mismo.
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