jueves, 21 de junio de 2018

“LAS ORACIÓNES SON LAS PETICIONES Y RUEGOS A DIOS CON ACCIÓN DE GRACIAS”.


“LAS ORACIÓNES SON LAS PETICIONES  Y RUEGOS A DIOS CON ACCIÓN DE GRACIAS”.
1. SIN AFÁNES EN LA VIDA.
“Por nada estéis afanosos, sino sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios en toda oración y ruego, con acción de gracias” (Filipenses 4:6).
¿Alguna vez tiene preocupaciones? No mire a su alrededor para señalar a alguien más. Le preguntamos a usted: ¿alguna vez se preocupa, aunque sea un poquito, por algo? Y sin embargo la Biblia nos dice claramente que no debemos preocuparnos por nada, sino que debemos orar por todo. Hay, en realidad, solamente dos clases de cosas por las cuales no debemos preocuparnos:
1. Las cosas por las cuales nada podemos hacer.
2. Y las cosas por las cuales algo podemos hacer.
¿Qué podemos decir  de la preocupación?
1. Lo mejor que se puede decir acerca de la preocupación, es que es inútil.
2. La peor cosa que se puede decir de la preocupación es que deshonra a Dios.
3. La preocupación es lo opuesto a la fe.
Tenga el siguiente versículo como una oración de consagración a Dios:
“Pero sin fe es imposible agradar a Dios; porque es necesario que el que se acerca a Dios crea que le hay, y que es galardonador de los que le buscan” (Hebreos 11:6).
2. MANTENGA SU MIRADA EN EL SEÑOR JESUCRISTO.
“Puestos los ojos en Jesús, el autor y consumador de la fe, el cual por el gozo puesto delante de Él sufrió la cruz, menospreciando el oprobio, y se sentó a la diestra del trono de Dios” (Hebreos 12:2).
¿Qué significa que Jesús es el “autor y consumador” de nuestra fe?
1. La palabra griega para autor es “archegos”, y quiere decir que Él es el Capitán, el Líder, el Príncipe de nuestra fe.
2. La palabra griega para consumador es “teleiotes”, y significa que Él es quien “completa” nuestra fe.
 Jesús pagó el precio, para que usted pudiera ser salvo. ¿Quiere saber cómo correr la carrera? Jesús es su ejemplo. Fije sus ojos en Él. Él es el Salvador que no sólo le enseña cómo correr la carrera, sino que entra en usted por medio del Espíritu Santo, y corre la carrera a través de usted. ¡Alabado sea Dios, porque nunca estamos solos!
JESUCRISTO HARÁ QUE SE CUMPLA EL PLAN QUE TIENE CON USTED.
Adore a Dios en oración y alabanza porque no sólo es el autor de su fe al otorgársela como un regalo no merecido, sino que también es el consumador de su fe al asegurar su salvación en la sangre expiatoria de su Hijo.
“Estando persuadido de esto, que el que comenzó en vosotros la buena obra, la perfeccionará hasta el día de Jesucristo” (Filipenses 1:6).
3. ORAR ES UN VERBO CONTINUO, NUNCA DEJA DE HACERSE.
“Orad sin cesar” (1 Tesalonicenses 5:17).
a) Usted debe orar cuando está esperando pagar por las compras en el mercado. b) Debe orar cuando está arreglando su vehículo. c) Debe orar cuando está cantando una canción. d) Debe orar cuando está enseñando a un niño o a una niña a leer.
Se nos manda que debemos orar siempre, pero ¿cómo hacemos eso? Piense en una madre que tiene a su hijito enfermo con fiebre. Finalmente, la fiebre desaparece, y la madre y su hijo pueden tener un profundo y necesario sueño. Ni la televisión, ni los sonidos de la calle, ni el resonar del teléfono pueden despertar a esa cansada madre. Pero al más leve suspiro de su hijo, ella se despierta, ¿verdad? Eso es porque aunque ella esté dormida, esta “sintonizada” con su hijito. En la misma forma nosotros debemos estar con Dios: en constante comunión y “sintonizados” a Su voz.
Intente pasar todo este día en un estado de vigilante y permanente oración.
4. PRESENTE A DIOS SUS NECESIDADES.
“Crea en mí, oh Dios, un corazón limpio, y renueva un espíritu recto dentro de mí. No me eches de delante de Ti, y no quites de mí tu Santo Espíritu. Vuélveme el gozo de tu salvación, y espíritu noble me sustente” (Salmos 51:10-12).
a) Un corazón limpio b) Un espíritu renovado c) Que Dios no rompa con nosotros su relación íntima d) Que Dios no quite su Espíritu Santo de nosotros e) Que la tristeza se vaya de nosotros y nos devuelva el gozo de la Salvación. Que nuevamente la alegría llene nuestro corazón.
MI RELACIÓN CON DIOS DEBE SER UN DELEITE Y NO UNA IMPOSICIÓN.
Muchas personas tienen la idea que ser creyente es como tomar una medicina que tiene mal sabor: sabe horrible, pero usted se sentirá mejor algún día. Son como ese jovencito quien, durante una reunión de oración con pocas personas, oró de la siguiente manera: “Oh, Dios. Sé con nosotros, y ayúdanos, mientras el resto de las personas, allá afuera, se divierten.” ¿Alguna vez ha sentido que ir a la iglesia, o tener un tiempo personal e íntimo con el Señor, es como ir al dentista? Entonces, usted está obteniendo su satisfacción en la vida fuera de una relación con Dios.
5. QUÉ PRIVILEGIO ES SER UNA MUJER Y UN HOMBRE DE ORACIÓN.
“En quien tenemos seguridad y acceso con confianza por medio de la fe en Él” (Efesios 3:12).
El pastor Rogers enseñó: “Uno de los grandes privilegios que usted y yo tenemos es el privilegio de orar.
 Yo creo que cuando lleguemos al cielo, una de las cosas que nos maravillará es saber que oramos tan pobremente y tan poco aquí en la tierra.
a) Quiero decirle que usted no tiene un fracaso en su vida, que no sea omisión de oración.
 b) Usted no tiene una necesidad en su vida que la oración no pueda suplirla.
c) No hay ningún pecado en su vida que una vida apropiada de oración no pueda vencer.”
El compositor de himnos José M. Scriven escribió estas palabras:
“¿Vive el hombre desprovisto de paz, gozo y santo amor? Esto es porque no llevamos todo a Dios en oración.”
Amigo (a), en lugar de estar retorciéndonos las manos, debemos estar doblando nuestras rodillas.
Invierta algún tiempo en la oración, ofreciendo alabanzas a Dios por escuchar y contestar las oraciones traídas ante Él.
1. Pudiera ser que Él conteste: “Sí”.
2. También pudiera ser que conteste: “No”, y hasta es posible que Él diga:
3. “Espera.” Pero, mi amigo, Él contestará sus oraciones.
¿CÓMO DESARROLLARNOS ESPIRITUALMENTE?
 1 • Una conexión directa con el Sustentador de nuestra alma.
2  • Alimento para nuestro corazón que nos hace sabios y nos da discernimiento.
3  • Un chequeo diario en el espejo divino que revela nuestra condición.
4  • Medicina preventiva que nos impide pecar, cura las heridas y previene la enfermedad  grave del pecado.
5  • Un refrigerio y una renovación espiritual que produce: paz, esperanza y consuelo.
Recuerda: La ignorancia nos limita y es un gran enemigo. Nos lleva a la necedad, a malas decisiones y nos conduce al error. Debemos evitarla y constantemente crecer en Cristo.
Oremos así: Señor Jesús, que la iluminación de las riquezas de tu Palabra penetre profundamente en mi alma.
6. ALIMENTARNOS DE LA PALABRA DE DIOS.
“Desead, como niños recién nacidos, la leche espiritual no adulterada, para que por ella crezcáis para salvación".  1 Pedro 2:2
Hace poco, estaba padeciendo un terrible resfriado y perdí el apetito. Podía pasar todo el día casi sin comer. Me bastaba con beber agua, pero sabía que no podría sobrevivir mucho tiempo así. Tenía que recuperar el apetito porque mi cuerpo necesitaba alimentarse.
Cuando los israelitas volvieron del exilio en Babilonia, su apetito espiritual estaba debilitado, ya que se habían alejado de Dios y sus caminos. Para que la gente recuperara la salud espiritual, Nehemías organizó un seminario bíblico, y Esdras fue el maestro.
Esdras leyó del libro de la ley de Moisés desde el amanecer hasta el mediodía, para alimentar al pueblo con la verdad de Dios (Nehemías 8:3), y todos escucharon atentamente. Es más, su apetito por la Palabra de Dios se despertó de tal manera que los jefes de familia, los sacerdotes y los levitas se reunieron al día siguiente con Esdras para estudiar la ley de manera más detallada, porque querían entenderla mejor (v. 13).
Cuando nos sentimos separados de Dios o espiritualmente débiles, podemos hallar alimento espiritual en su Palabra. «Desead, como niños recién nacidos, la leche espiritual no adulterada, para que por ella crezcáis para salvación» (1 Pedro 2:2). Pídele al Señor que renueve tu deseo de tener comunión con Él, y empieza a alimentar tu corazón, alma y mente en su Palabra.
Reflexionemos: Al alimentarnos de la Palabra de Dios, nos mantenemos fuertes y saludables en Él. Así el pecado no nos engaña, estamos firmes ante la tentación, somos conscientes de la presencia de Dios y el regreso de Cristo.
Por eso en la vida cristiana no debemos limitarnos a una lectura superficial de la Biblia para acallar la voz de la conciencia. Necesitamos atesorar diariamente la Palabra de Dios y meditar en ella. Una porción breve y bien digerida vale mucho más que largos capítulos leídos superficial y velozmente.
Cuando estudiamos o leemos la Biblia puede ser que no entendamos todo, pero eso no debe desanimarnos. Necesitamos esa disciplina diaria y practicar aquello que entendemos.
Corrie ten Boom escribió: “No te preocupes por lo que no entiendas de la Biblia. Preocúpate por aquello que entiendes y no aplicas en tu vida.”
Además deseo decirte que buscar la sabiduría de Dios, requiere esfuerzo, tiempo y constancia en la meditación y estudio de la Escritura. Pero el esfuerzo vale la pena y tiene réditos o beneficios eternos. Dios no acapara la sabiduría, ni la almacena sino que Él “da la sabiduría, y de su boca viene el conocimiento y la inteligencia. Él provee de sana sabiduría a los rectos. (Pr. 2:6,7) Podemos diariamente adquirir conocimiento, pero la sabiduría sólo viene de Dios por medio de la Biblia.
Por otro lado la Palabra de Dios provee todos los ingredientes que necesitamos para desarrollarnos espiritualmente.

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