“LAS ORACIÓNES
SON LAS PETICIONES Y RUEGOS A DIOS CON
ACCIÓN DE GRACIAS”.
1. SIN
AFÁNES EN LA VIDA.
“Por nada
estéis afanosos, sino sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios en
toda oración y ruego, con acción de gracias” (Filipenses 4:6).
¿Alguna vez tiene
preocupaciones? No mire a su alrededor para señalar a alguien más. Le
preguntamos a usted: ¿alguna vez se preocupa, aunque sea un poquito, por algo?
Y sin embargo la Biblia nos dice claramente que no debemos preocuparnos por
nada, sino que debemos orar por todo. Hay, en realidad, solamente dos clases de
cosas por las cuales no debemos preocuparnos:
1. Las cosas
por las cuales nada podemos hacer.
2. Y las
cosas por las cuales algo podemos hacer.
¿Qué podemos
decir de la preocupación?
1. Lo mejor
que se puede decir acerca de la preocupación, es que es inútil.
2. La peor
cosa que se puede decir de la preocupación es que deshonra a Dios.
3. La
preocupación es lo opuesto a la fe.
Tenga el
siguiente versículo como una oración de consagración a Dios:
“Pero sin fe
es imposible agradar a Dios; porque es necesario que el que se acerca a Dios
crea que le hay, y que es galardonador de los que le buscan” (Hebreos 11:6).
2. MANTENGA
SU MIRADA EN EL SEÑOR JESUCRISTO.
“Puestos los
ojos en Jesús, el autor y consumador de la fe, el cual por el gozo puesto
delante de Él sufrió la cruz, menospreciando el oprobio, y se sentó a la
diestra del trono de Dios” (Hebreos 12:2).
¿Qué
significa que Jesús es el “autor y consumador” de nuestra fe?
1. La
palabra griega para autor es “archegos”, y quiere decir que Él es el Capitán,
el Líder, el Príncipe de nuestra fe.
2. La
palabra griega para consumador es “teleiotes”, y significa que Él es quien
“completa” nuestra fe.
Jesús pagó el precio, para que usted pudiera
ser salvo. ¿Quiere saber cómo correr la carrera? Jesús es su ejemplo. Fije sus
ojos en Él. Él es el Salvador que no sólo le enseña cómo correr la carrera,
sino que entra en usted por medio del Espíritu Santo, y corre la carrera a
través de usted. ¡Alabado sea Dios, porque nunca estamos solos!
JESUCRISTO
HARÁ QUE SE CUMPLA EL PLAN QUE TIENE CON USTED.
Adore a Dios
en oración y alabanza porque no sólo es el autor de su fe al otorgársela como
un regalo no merecido, sino que también es el consumador de su fe al asegurar
su salvación en la sangre expiatoria de su Hijo.
“Estando
persuadido de esto, que el que comenzó en vosotros la buena obra, la
perfeccionará hasta el día de Jesucristo” (Filipenses 1:6).
3. ORAR ES
UN VERBO CONTINUO, NUNCA DEJA DE HACERSE.
“Orad sin
cesar” (1 Tesalonicenses 5:17).
a) Usted
debe orar cuando está esperando pagar por las compras en el mercado. b) Debe
orar cuando está arreglando su vehículo. c) Debe orar cuando está cantando una
canción. d) Debe orar cuando está enseñando a un niño o a una niña a leer.
Se nos manda
que debemos orar siempre, pero ¿cómo hacemos eso? Piense en una madre que tiene
a su hijito enfermo con fiebre. Finalmente, la fiebre desaparece, y la madre y
su hijo pueden tener un profundo y necesario sueño. Ni la televisión, ni los
sonidos de la calle, ni el resonar del teléfono pueden despertar a esa cansada
madre. Pero al más leve suspiro de su hijo, ella se despierta, ¿verdad? Eso es
porque aunque ella esté dormida, esta “sintonizada” con su hijito. En la misma
forma nosotros debemos estar con Dios: en constante comunión y “sintonizados” a
Su voz.
Intente
pasar todo este día en un estado de vigilante y permanente oración.
4. PRESENTE
A DIOS SUS NECESIDADES.
“Crea en mí,
oh Dios, un corazón limpio, y renueva un espíritu recto dentro de mí. No me
eches de delante de Ti, y no quites de mí tu Santo Espíritu. Vuélveme el gozo
de tu salvación, y espíritu noble me sustente” (Salmos 51:10-12).
a) Un
corazón limpio b) Un espíritu renovado c) Que Dios no rompa con nosotros su
relación íntima d) Que Dios no quite su Espíritu Santo de nosotros e) Que la
tristeza se vaya de nosotros y nos devuelva el gozo de la Salvación. Que
nuevamente la alegría llene nuestro corazón.
MI RELACIÓN
CON DIOS DEBE SER UN DELEITE Y NO UNA IMPOSICIÓN.
Muchas
personas tienen la idea que ser creyente es como tomar una medicina que tiene
mal sabor: sabe horrible, pero usted se sentirá mejor algún día. Son como ese
jovencito quien, durante una reunión de oración con pocas personas, oró de la
siguiente manera: “Oh, Dios. Sé con nosotros, y ayúdanos, mientras el resto de
las personas, allá afuera, se divierten.” ¿Alguna vez ha sentido que ir a la
iglesia, o tener un tiempo personal e íntimo con el Señor, es como ir al
dentista? Entonces, usted está obteniendo su satisfacción en la vida fuera de
una relación con Dios.
5. QUÉ PRIVILEGIO
ES SER UNA MUJER Y UN HOMBRE DE ORACIÓN.
“En quien
tenemos seguridad y acceso con confianza por medio de la fe en Él” (Efesios
3:12).
El pastor
Rogers enseñó: “Uno de los grandes privilegios que usted y yo tenemos es el
privilegio de orar.
Yo creo que cuando lleguemos al cielo, una de
las cosas que nos maravillará es saber que oramos tan pobremente y tan poco
aquí en la tierra.
a) Quiero
decirle que usted no tiene un fracaso en su vida, que no sea omisión de
oración.
b) Usted no tiene una necesidad en su vida que
la oración no pueda suplirla.
c) No hay
ningún pecado en su vida que una vida apropiada de oración no pueda vencer.”
El
compositor de himnos José M. Scriven escribió estas palabras:
“¿Vive el
hombre desprovisto de paz, gozo y santo amor? Esto es porque no llevamos todo a
Dios en oración.”
Amigo (a),
en lugar de estar retorciéndonos las manos, debemos estar doblando nuestras
rodillas.
Invierta
algún tiempo en la oración, ofreciendo alabanzas a Dios por escuchar y
contestar las oraciones traídas ante Él.
1. Pudiera
ser que Él conteste: “Sí”.
2. También
pudiera ser que conteste: “No”, y hasta es posible que Él diga:
3. “Espera.”
Pero, mi amigo, Él contestará sus oraciones.
¿CÓMO
DESARROLLARNOS ESPIRITUALMENTE?
1 • Una conexión directa con el Sustentador de
nuestra alma.
2 • Alimento para nuestro corazón que nos hace
sabios y nos da discernimiento.
3 • Un chequeo diario en el espejo divino que
revela nuestra condición.
4 • Medicina preventiva que nos impide pecar,
cura las heridas y previene la enfermedad
grave del pecado.
5 • Un refrigerio y una renovación espiritual
que produce: paz, esperanza y consuelo.
Recuerda: La
ignorancia nos limita y es un gran enemigo. Nos lleva a la necedad, a malas
decisiones y nos conduce al error. Debemos evitarla y constantemente crecer en
Cristo.
Oremos así:
Señor Jesús, que la iluminación de las riquezas de tu Palabra penetre
profundamente en mi alma.
6.
ALIMENTARNOS DE LA PALABRA DE DIOS.
“Desead,
como niños recién nacidos, la leche espiritual no adulterada, para que por ella
crezcáis para salvación". 1 Pedro
2:2
Hace poco,
estaba padeciendo un terrible resfriado y perdí el apetito. Podía pasar todo el
día casi sin comer. Me bastaba con beber agua, pero sabía que no podría
sobrevivir mucho tiempo así. Tenía que recuperar el apetito porque mi cuerpo
necesitaba alimentarse.
Cuando los
israelitas volvieron del exilio en Babilonia, su apetito espiritual estaba
debilitado, ya que se habían alejado de Dios y sus caminos. Para que la gente
recuperara la salud espiritual, Nehemías organizó un seminario bíblico, y
Esdras fue el maestro.
Esdras leyó
del libro de la ley de Moisés desde el amanecer hasta el mediodía, para
alimentar al pueblo con la verdad de Dios (Nehemías 8:3), y todos escucharon
atentamente. Es más, su apetito por la Palabra de Dios se despertó de tal
manera que los jefes de familia, los sacerdotes y los levitas se reunieron al
día siguiente con Esdras para estudiar la ley de manera más detallada, porque
querían entenderla mejor (v. 13).
Cuando nos
sentimos separados de Dios o espiritualmente débiles, podemos hallar alimento
espiritual en su Palabra. «Desead, como niños recién nacidos, la leche
espiritual no adulterada, para que por ella crezcáis para salvación» (1 Pedro
2:2). Pídele al Señor que renueve tu deseo de tener comunión con Él, y empieza
a alimentar tu corazón, alma y mente en su Palabra.
Reflexionemos:
Al alimentarnos de la Palabra de Dios, nos mantenemos fuertes y saludables en
Él. Así el pecado no nos engaña, estamos firmes ante la tentación, somos
conscientes de la presencia de Dios y el regreso de Cristo.
Por eso en
la vida cristiana no debemos limitarnos a una lectura superficial de la Biblia
para acallar la voz de la conciencia. Necesitamos atesorar diariamente la
Palabra de Dios y meditar en ella. Una porción breve y bien digerida vale mucho
más que largos capítulos leídos superficial y velozmente.
Cuando
estudiamos o leemos la Biblia puede ser que no entendamos todo, pero eso no
debe desanimarnos. Necesitamos esa disciplina diaria y practicar aquello que
entendemos.
Corrie ten
Boom escribió: “No te preocupes por lo que no entiendas de la Biblia.
Preocúpate por aquello que entiendes y no aplicas en tu vida.”
Además deseo
decirte que buscar la sabiduría de Dios, requiere esfuerzo, tiempo y constancia
en la meditación y estudio de la Escritura. Pero el esfuerzo vale la pena y
tiene réditos o beneficios eternos. Dios no acapara la sabiduría, ni la
almacena sino que Él “da la sabiduría, y de su boca viene el conocimiento y la
inteligencia. Él provee de sana sabiduría a los rectos. (Pr. 2:6,7) Podemos
diariamente adquirir conocimiento, pero la sabiduría sólo viene de Dios por
medio de la Biblia.
Por otro
lado la Palabra de Dios provee todos los ingredientes que necesitamos para
desarrollarnos espiritualmente.
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