¡EL
MISMO SEÑOR QUE ME RESCATÓ DE LAS GARRAS DEL LEÓN Y DEL OSO ME RESCATARÁ DE
ESTE FILISTEO!
¡DIOS TE DARÁ LA VICTORIA!!
Hijitos,
vosotros sois de Dios y los habéis vencido, porque mayor es el que está en
vosotros que el que está en el mundo. - 1 Juan 4:4.
Dijo David a
Saúl -No te preocupes por este filisteo ¡Yo iré a pelear contra él! -¡No seas
ridículo! -respondió Saúl- ¡No hay forma de que tú puedas pelear contra ese
filisteo y ganarle! Eres tan sólo un muchacho y él ha sido un hombre de guerra
desde su juventud. Pero David insistió: -He estado cuidando las ovejas y las
cabras de mi padre. Cuando un león o un oso vienen para robar un cordero del
rebaño, yo lo persigo con un palo y rescato el cordero de su boca. Si el animal
me ataca, lo tomo de la quijada y lo golpeo hasta matarlo. Lo he hecho con
leones y con osos, y lo haré también con este filisteo pagano, ¡porque ha
desafiado a los ejércitos del Dios viviente! ¡El mismo Señor que me rescató de
las garras del león y del oso me rescatará de este filisteo!
Saúl accedió
y le dijo:- Está bien, adelante. ¡Y que el Señor esté contigo! Así que David
tomó cinco piedras lisas de un arroyo y las metió en su bolsa. Luego, armado
únicamente con su vara de pastor y su honda, comenzó a cruzar el valle para
luchar contra el filisteo.
Goliat
caminaba hacia David con su escudero delante de él, mirando con desdén al
muchacho de mejillas sonrosadas. - ¿Soy acaso un perro -le rugió a David- para
que vengas contra mí con un palo? Y maldijo a David en nombre de sus dioses. -
¡Ven aquí, y les daré tu carne a las aves y a los animales salvajes! -gritó
Goliat.
David le
respondió al filisteo: - Tú vienes contra mí con espada, lanza y jabalina, pero
yo vengo contra ti en nombre del Señor de los Ejércitos Celestiales, el Dios de
los ejércitos de Israel, a quien tú has desafiado. Hoy el Señor te conquistará,
y yo te mataré y te cortaré la cabeza. Y luego daré los cadáveres de tus
hombres a las aves y a los animales salvajes, ¡y todo el mundo sabrá que hay un
Dios en Israel! Todos los que están aquí reunidos sabrán que el Señor rescata a
su pueblo, pero no con espada ni con lanza. ¡Esta es la batalla del Señor, y
los entregará a ustedes en nuestras manos!
¡Prohibido darse por vencido!
Cuando
Goliat se acercó para atacarlo, David fue corriendo para enfrentarse con él.
Metió la mano en su bolsa, sacó una piedra, la lanzó con su honda y golpeó al
filisteo en la frente. La piedra se le incrustó allí y Goliat se tambaleó y
cayó de cara al suelo. Así David triunfó sobre el filisteo con sólo una honda y
una piedra, porque no tenía espada. Después David corrió y sacó de su vaina la
espada de Goliat y la usó para matarlo y cortarle la cabeza.
Posiblemente
hoy tienes frente a ti a un gigante llamado: enfermedad, divorcio, alcohol,
drogas, pobreza, desesperanza, frustración o soledad. No te sientas
intimidado(a) ni retrocedas porque no estás solo(a), Dios está contigo y es el
único que puede darte la victoria en esta batalla. No importa que tan difícil
parezca ser la situación que estés enfrentando, no desvíes tu mirada, tu
caminar ni tu confianza a otro lado, permanece creyendo, confiando y clamando
al único Dios que puede ayudarte y cambiar tu lamento en gozo.
Autora.
Brisna Bustamante S.
“CERCANO
está Jehová a todos los que le INVOCAN, a todos los que le invocan de veras”
(Salmos 145:18).
El Salmo 23
habla del “valle de sombra de muerte”. Por cada sombra, debe haber luz. Cristo
dijo: “YO SOY la luz del mundo.” (Juan 8:12). Una sombra pudiera asustarle,
pero una sombra en realidad no puede hacerle daño. Y me atrevo a decir que
alguna sombra, en uno que otro momento, nos habrá asustado a muchos. Pero,
gracias a Dios, la muerte no es más que una sombra si usted conoce al Señor
Jesucristo. Si usted mantiene su rostro hacia la luz, la sombra estará detrás
de usted. Usted ni siquiera verá la sombra. Dios no nos lleva hasta el valle
para abandonarnos ahí. Él siempre nos ayuda a pasar. Dios nunca está más cerca
de usted, que cuando está en un valle oscuro. Ahí Él está especialmente
cercano.
¿Está usted hoy en un estado de
confusión y desesperación? ¿Se siente sin ninguna esperanza frente a la
situación que está viviendo? Lea el Salmo 23:4, y alabe a Dios que Él le ayuda
a pasar ese valle, y no lo deja simplemente allí. Pídale sabiduría para
aprender lo que Él quiere que usted aprenda, para permanecer enfocado en Él, y
para testificar a otros acerca de Su fortaleza en el valle.
LAS PALABRAS
DE DIOS SE CUMPLEN UNA A UNA.
No ha
faltado una palabra de todas las buenas palabras que Jehová vuestro Dios había
dicho de vosotros; todas os han acontecido, no ha faltado ninguna de ellas.
(Josué 23:14.
Una de las
cosas que mi difunto padre me enseñó era la importancia de cumplir con nuestra
palabra. Si usted le hizo una promesa a alguien, usted debe hacer todo lo
posible para llevarla a cabo. Ese era un concepto tan importante en la
generación de mis padres (y los anteriores) que un apretón de manos era
suficiente para sellar un acuerdo.
¿Sin embargo
los tiempos han cambiado, verdad? Firmamos contratos de multi-páginas cuando
compramos una casa, un coche - hasta un teléfono celular. Y de todos modos a
veces buscamos modos de romper nuestros contratos y no cumplir con nuestras
promesas.
¿No se
alegra usted que Dios no es así? Cuando Él hace una promesa, usted no solo la
puede “llevar al banco,” sino puede contar con el destino de su propia alma en
ello. Cuando Josué, como Moisés antes de él, había conducido y había servido al
pueblo judío durante muchos años y se acercaba al tiempo de su muerte, él
encontró importante recordarles la fidelidad de las promesas de Dios, usando la
fidelidad de Dios en el pasado como una ilustración: “no una palabra de ellas
[las palabras/promesas de Dios] ha faltado.”
Yo quisiera
que la gente pudiera decir eso de mí; tristemente ellos no pueden, aunque yo
tengo la esperanza de estar cumpliendo con mi palabra a medida que crezco y
maduro en mí caminar con el Señor. También quisiera poder decir lo mismo sobre
las personas más cercanas a mí -- y la mayor parte del tiempo, puedo. ¿Pero
nosotros los humanos no somos tan fieles como Dios, verdad? Realmente no hay
nadie además de Él con quien podemos contar para cumplir cada una de Sus
palabras... todo el tiempo.
¿No es eso
asombroso y consolador? Servimos un Dios que dice lo que Él piensa y piensa lo
que Él dice. Además, Él cumple Su palabra y se asegura que sus promesas son
realizadas en las vidas de Su pueblo. Él es el único en Quien podemos depender,
sin importar los peores ataques del enemigo de nuestras almas, las
circunstancias extremas de nuestras vidas, o los defectos de nuestro propio
carácter. No me extraña que el Profeta Isaías le declara a Dios, “Tú guardarás
en completa paz a aquel cuyo pensamiento en ti persevera; porque en ti ha
confiado.” Isaías 26:3.
Si nos
acordáramos solamente de confiar en Aquel que guarda Su palabra y realiza Sus
promesas en nuestras vidas, no tendríamos que preocuparnos de escapatorias y
pleitos para romper contratos, porque Dios nos guardará en la paz perfecta.
Autora. Kathi
Macías.
¡PROHIBIDO
DARSE POR VENCIDO!
“UTILIZA EL
CÓDIGO DE LA PERSISTENCIA”
Si piensas
en darte por vencido, piensa
antes en la razón por la cual te mantuviste de pie todo este tiempo.
El éxito de
la vida no está en vencer siempre, sino en no darse por vencido nunca.
Hace mucho
tiempo, Harold Sherman escribió un libro (¿Cómo convertir el fracaso en
éxito?), en el que da un «Código de Persistencia».
Si usted se
da por vencido muy fácilmente escriba lo que está a continuación y léalo a
diario:
1. Nunca me
daré por vencido mientras sepa que tengo la razón.
2. Creo que
todas las cosas obrarán a mi favor si me sostengo hasta el final.
3. Tendré
ánimo y no desmayaré frente a las probabilidades.
4. No
permitiré que nadie me intimide ni me separe de mis metas.
5. Lucharé
para vencer todos los impedimentos físicos y las contrariedades.
6. Trataré
una y otra vez, y todavía una vez más para realizar lo que quiero.
7. Obtendré
fe y fortaleza al saber que todos los hombres y mujeres con éxito lucharon
contra la derrota y la adversidad.
8. Nunca me
rendiré al desaliento o la desesperación no importa con qué obstáculos
aparentes me enfrente.
Hay nuevos
caminos en este día. Hay nuevos senderos que se abrirán para ti. Pero si dejas
que tus ojos se empañen de lágrimas demasiado tiempo, ella te impedirá ver lo
que necesitas.
Recuerda la
base de todo éxito está en poner nuestra confianza en Dios y saber que solo él
nos puede llevar al lugar correcto y en el tiempo correcto.
En medio del
fracaso que encontramos en el camino al éxito, Dios es nuestro socorro.
Bienaventurado
tú, oh Israel. ¿Quién como tú, Pueblo salvo por el Señor, Escudo de tu socorro,
Y espada de tu triunfo? Así que tus enemigos serán humillados, Y tú hollarás
sobre sus alturas. Deuteronomio
33:29.
Porque has
sido mi socorro, Y así en la sombra de tus alas me regocijaré. Salmo 63:7.
Alzaré mis
ojos a los montes; ¿De dónde vendrá mi socorro? Mi socorro viene del Señor.
Salmo 121:1,2.
Autor.
reflexiones@renuevodeplenitud.com.
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