JESUCRISTO
ES NUESTRA “PROPICIACIÓN”.
“Todos
nosotros nos descarriamos como ovejas, cada cual se apartó por su camino; más
Jehová cargó en Él el pecado de todos nosotros” (Isaías 53:6).
Jesús sufrió
como usted sufrirá. Pero Él sufrió mucho más que eso porque tomó no solo el
sufrimiento suyo, sino llevó sobre Sí el sufrimiento de todo el mundo. Los
pecados del mundo fueron comprimidos y destilados sobre el Señor Jesucristo.
Los eruditos hebreos nos dicen que hay un plural intensivo en Isaías 53 que
habla de la muerte de Cristo. Indican que literalmente significa que Jesús
murió mil muertes. ¿Sabe lo que eso significa? Quiere decir que Jesús, siendo
infinito, sufrió por una cantidad finita de tiempo, lo que usted, siendo
finito, sufriría por una cantidad infinita de tiempo. Él sufrió en la cruz una
eternidad infernal por cada uno de nosotros.
Jesús murió
para aplacar la ira de Dios, para que Su justicia y santidad sean satisfechas.
La Biblia llama a esto “propiciación” ver Romanos 3:23-25. Por cuanto todos
pecaron, y están destituidos de la gloria de Dios,
3:24 siendo
justificados gratuitamente por su gracia, mediante la redención que es en
Cristo Jesús,
3:25 a quien
Dios puso como propiciación por medio de la fe en su sangre, para manifestar su
justicia, a causa de haber pasado por alto, en su paciencia, los pecados
pasados,
Y 1 Juan 2:1-2. Hijitos míos, estas cosas os escribo para que no
pequéis; y si alguno hubiere pecado, abogado tenemos para con el Padre, a
Jesucristo el justo.
2:2 Y él es
la propiciación por nuestros pecados; y no solamente por los nuestros, sino
también por los de todo el mundo.
Escriba en una pequeña tarjeta la palabra
“propiciación” y medite acerca de esta humilde verdad, transformadora de vida,
durante todo el día.
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