DIOS NOS
DICE QUE DEBEMOS SEGUIR ADELANTE EN LA DEBILIDAD.
“Seguir
adelante en la debilidad”
“Porque
ciertamente él fue crucificado por debilidad, pero vive por el poder de Dios.
Así también nosotros somos débiles en él, sin embargo, viviremos con él por el
poder de Dios para con vosotros”. —2 Corintios 13:4.
Recuerdo una
época de mi vida, cuando se le dijo a mi esposa Cynthia, que necesitaba hacerse
una biopsia en uno de sus senos. Desde que su madre murió de cáncer de mama,
siempre hemos tenido la preocupación que a mi esposa le puede ocurrir algo
similar. ¡Ese día toqué fondo! El temor surgió como un monstruo asomando su
horrible cabeza y le dio un golpe a mi espíritu tranquilo. Llamé a los demás
pastores y nos reunimos, pero mientras trataba de explicarles lo que estábamos
enfrentando, no pude más. En vez de describir lo que estaba pasando de manera
objetiva y deliberada, empecé a llorar. Entre palabras trate de explicarles el
procedimiento, admití mis temores y concluí diciendo: «Lo siento… me está
costando mucho enfrentar esto». Me puse de pie y salí de la oficina,
avergonzado por mi debilidad como hombre y líder.
Uno de los
pastores me siguió y sollozante me dijo: «Carlos, no siempre tienes que tener
el control en cada situación». Luego me abrazó con genuina comprensión. Esa fue
una lección muy importante para mí. (Por cierto, los resultados mostraron que
el quiste era benigno).
Se supone
que un tipo de mi edad podría mantenerse «ecuánime» y seguir siendo
profesionalmente objetivo. Es más, después de cincuenta años en el ministerio,
cualquiera puede pensar que he visto lo suficiente y nada me asustaría. Sé que
hay muchos soldados en el ejército que después de ver tanta sangre y de esas
noches sin dormir por los ataques sorpresivos del enemigo, se vuelven duros
ante cualquier evento. Pero en mi caso, yo no he podido descubrir el secreto de
mantenerme emocionalmente objetivo. Todavía lloro.
Sin embargo,
debemos seguir con la frente en alto durante esos tiempos peligrosos y
difíciles. Aun en nuestra debilidad, debemos hacer lo necesario para
mantenernos firmes en todo momento. Podemos seguir aun cuando nos sentimos
débiles porque contamos siempre: “con el poder de Dios”. (2 Co. 13:4 - Ef.
6:10) No baje los brazos en su debilidad, apóyese en Dios y en Sus promesas.
Autor. Pastor
C. Swindoll.
APRENDAMOS
DE UN HOMBRE PIADOSO LLAMADO JABES.
“E invocó
Jabes al Dios de Israel, diciendo: ¡Oh, si me dieras bendición, y ensancharas
mi territorio, y si tu mano estuviera conmigo, y me libraras de mal, para que
no me dañe! Y le otorgó Dios lo que pidió” (1 Crónicas 4:10).
Jabes quería
que su influencia se extendiera. Dios puede extenderle a usted, también. El
Salmo 4:1 dice que Dios “ensanchó” al salmista cuando estuvo en angustia. Si
usted pide ser “ensanchado”, debe esperar a que Dios use circunstancias
inquietantes para hacerlo. Y el dolor valdrá la pena. Cuando Dios lo ensancha,
lo hace para llenarle con más de Él. No esté satisfecho con que Dios llene un
pequeño lugar, si es que Él quiere llenar un lugar grande. ¿Está usted listo a
decir: “Señor, quiero más. Quiero que Tú ensanches mis fronteras. No quiero una
pequeña bendición. Ciertamente quiero una gran bendición.”?¡Necesitamos orar en
grande a un gran Dios!
Pídale a Dios
que le mantenga consciente de Su presencia todo el día, para que bendiga su
testimonio, para Su gloria, y para guardarle del mal.
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