miércoles, 27 de junio de 2018

LOS INCRÉDULOS RETROCEDEN PERO NOSOTROS LOS CREYENTES EN CRISTO AVANZAMOS A LA META ETERNA Y A LA CIUDAD CELESTIAL.


LOS INCRÉDULOS RETROCEDEN PERO NOSOTROS LOS CREYENTES EN CRISTO AVANZAMOS A LA META ETERNA Y A LA CIUDAD CELESTIAL.
NO SOMOS DE LOS QUE RETROCEDEN.
“Más el justo vivirá por fe; Y si retrocediere, no agradará a mi alma. Pero nosotros no somos de los que retroceden para perdición, sino de los que tienen fe para preservación del alma”. - (Hebreos 10:38-39)
La salvación es para todo el mundo, la invitación a disfrutar de la gracia, misericordia y perdón de Dios está a disposición de todo aquel que desee, recibirla, no es por méritos o por obras, es un regalo, un don de Dios.
Junto a este gran obsequio, está el requisito de iniciar una vida diferente, de esforzarnos en agradar el corazón de Dios, de seguir el ejemplo de Jesús y no dejarnos llevar por la corriente de este mundo que se desborda en su deseo que hacer lo malo, ignorar la ética y valores, pero sobre todo; ignorar a Dios.
Es precisamente en este punto en donde a muchos el evangelio y la dadiva de Dios deja de parecerles atractiva, seguramente si el seguir a Dios, no fuese por medio de un camino estrecho, muchos transitarían por él, pero la realidad es que aunque el seguir a Jesús es la única diferencia entre la vida y la muerte (literalmente), a la hora de empezar a vivirlo muchos retroceden.
Estas personas no abandonan la senda de la vida porque hayan conocido otra verdad, no, ellos saben que no hay verdad fuera de la que han entendido y experimentado, ellos se alejan porque no desean pagar el precio. No estamos hablando de este tema con el fin de señalar a ninguna persona en particular, de ninguna manera, lo hacemos para que podamos identificar aquello que nos está alejando de la vida eterna y nos está dirigiendo a una muerte segura, no importa que tan atractivo se ve, dice la palabra que su fin es muerte.
Dios nos invita a ser parte de los que no retroceden, de los que caminan en Fe y vencen, para recibir la corona de Vida. Si bien es cierto que el camino parece difícil, la recompensa lo vale. Debemos poner todo en balanza, realmente el recibir el desprecio de nuestros familiares, el rechazo de una sociedad y la mirada burlona de muchos, no es nada agradable, pero volverse atrás, renunciando a la gracia, conformándose con cosas pasajeras y dejándose llevar por los deleites de este mundo que sólo nos llevan a una vida de perdición, no puede ser la mejor opción.
Asegúrate de ser parte de los que no retroceden y se auto condenan al juicio e ira de Dios, sigue adelante, no importa la oposición, vale la pena. Seguramente vas a enfrentar vientos fuertes, burlas, cansancio y hasta desanimo, pero volver atrás no puede ser una opción, volver atrás es firmar tu sentencia, renunciar es morir.
Nosotros somos de los que avanzamos en Fe, de lo que todo lo podemos en Cristo que nos fortalece, de los que nos aferramos a la cruz y soportamos cualquier tempestad. Nosotros somos los que esperamos la promesa y el gran galardón, vale la pena, no vamos a retroceder.
Hebreos 10: 35 “No perdáis, pues, vuestra confianza, que tiene grande galardón”.
Autor(a). Dilean Canas.
TENEMOS UN DIOS TODOPODEROSO QUE NOS DA TODA LA SEGURIDAD.
Gracias a Dios, en el campo de juego espiritual, los que somos seguidores de Cristo, cuales trofeos que Él ganó como resultado del juego decisivo en que venció a su archienemigo Satanás, no tenemos que temer que ni el diablo ni ningún otro contrario desconocido algún día pudieran arrebatarnos de nuestro dueño. Porque esa victoria que Cristo obtuvo mediante su muerte y resurrección lo acredita como nuestro pastor, y a los que somos de su rebaño, Él nos asegura que nunca pereceremos, y que, a diferencia de lo que pasa con los que retroceden, nadie jamás podrá arrebatarnos de su mano.1.
1. Jn 10:1014,2529; 16:33; He 2:1417.

AHORA SOMOS UNA NUEVA CREACIÓN EN CRISTO JESÚS, SEÑOR NUESTRO.
“De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas” (2 Corintios 5:17).
Durante el otoño, el pastor Rogers y su esposa disfrutaban mirar la caída de las hojas, puesto que tenían varios árboles en el patio trasero de su casa, pero hay algunos árboles que mantienen sus hojas hasta la primavera. Sus hojas se secan y se tornan cafés, pero no se desprenden de las ramas. Y en la primavera, estos árboles pierden esas hojas, cuando las nuevas hojas reclaman su lugar. Eso es exactamente lo que sucede con nuestros viejos hábitos y vida, cuando encontramos al Señor Jesús. La nueva vida empuja hacia fuera a la vida antigua. No es un asunto de ir arrancando hojas. La vida cristiana no se forja de esa manera. Nuestra vida nueva reemplaza nuestra vida vieja, cuando nacemos de nuevo.

¿Sabe usted que es imposible vivir la vida cristiana? Quiero decir, es imposible vivir la vida cristiana apartados del Espíritu Santo. Pídale a Dios que le muestre dónde usted está tratando de vivir la vida cristiana en su propia fortaleza. Ruegue Su perdón, y rinda su voluntad a Él, hoy.

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