LA BIBLIA ES
LA BRÚJULA QUE APUNTA DIRECTAMENTE AL CORAZÓN DE DIOS.
«La brújula
de Jerusalén»
Por Carlos
Rey.
(1er domingo
de octubre: Día de Oración por la Paz de Jerusalén)
Históricamente,
la brújula es una caja que tiene una aguja magnética que, al girar sobre un
eje, señala el norte magnético. Ya que el saber qué dirección es norte sirve de
punto de referencia para determinar los demás puntos cardinales en la
superficie terrestre, la brújula magnética llegó a ser un instrumento
indispensable para los navegantes, los topógrafos, los guías y los exploradores
del pasado. Su aguja imantada los orientaba a todos por igual, ayudándolos a
encontrar y a mantener el rumbo.
Al pensar en
lo útil que era que la brújula magnética apuntara siempre en una dirección
septentrional, es decir, hacia el norte, a Moshe Ashin, un judío ortodoxo, se
le ocurrió que sería muy útil también que hubiera una brújula que siempre
apuntara en una dirección espiritual, por ejemplo, hacia Jerusalén, considerada
la ciudad más santa del mundo. Así que Ashin dio a conocer que había
desarrollado un sistema de recalibración que mantiene la aguja de la brújula
señalando constantemente en dirección a Jerusalén desde cualquier parte del
mundo. Según su propia declaración, inventó «La brújula de Jerusalén» inspirado
por Dios mismo, con la esperanza de que sirviera de recordatorio visual de lo
que la Biblia dice acerca de esa ciudad.1
Es que, en
el Salmo 122, el rey David anima a su pueblo a que ore por la paz de Jerusalén.
«Pidamos por la paz de Jerusalén —dice el salmista—: “Que vivan en paz los que
te aman. Que haya paz dentro de tus murallas”.... ¡Deseo que tengas paz!»2
No hay
ciudad alguna a la que no le convendría que todo el mundo orara por ella para
que tuviera paz. Pero tal vez Jerusalén sea la ciudad que más la necesite.
¿Acaso hay otra ciudad de la que pueda decirse que se han librado guerras por
ella, siglo tras siglo, a lo largo de cuatro mil años? Lo triste es que seguirá
habiendo guerras en torno a ella, no sólo a causa de las religiones universales
en conflicto que la consideran su ciudad santa, sino porque la Biblia dice que
así ha de ser.
Pero la
Biblia no se limita a pronosticar conflictos bélicos ni plagas universales ni
hecatombes naturales, como alegan algunos. Al contrario, lo que motiva a sus
inspirados autores a hacer tales pronósticos es que no sólo sirven de
advertencia sino también de prólogo para establecer la urgencia de encontrar
una salida. De ahí que le dediquen tanto espacio a presentar el plan de Dios.
Pues Dios, en su infinita misericordia, siempre se ha interesado en proveer un
refugio para cada tormenta, un indulto para cada pecado, un remedio para cada
mal, y una solución para cada problema que afronta el ser humano.
De modo que
la función más valiosa que pudiera llegar a cumplir «La brújula de Jerusalén»,
si funcionara correctamente, no es sólo recordarnos lo que la Biblia dice
acerca de Jerusalén, sino recordarnos que la Biblia misma, que apunta siempre
hacia Dios, es la brújula indispensable para todos los que buscamos a Dios,
tanto para los que deseamos acercarnos más a Él como para los que hemos perdido
nuestro rumbo.
1 «Construyen una brújula que señala
siempre a Jerusalén», CBN News, Jerusalén, Acpress.net, 4 abril 2007.
2 Sal 122:6-8.
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