LA SEGUNDA
VENIDA DE JESUCRISTO EL SEÑOR ES UNA
PROMESA VERDADERA.
Segunda
Pedro 3:9: “El Señor no retarda su promesa, según algunos la tienen por
tardanza, sino que es paciente para con nosotros, no queriendo que ninguno
perezca, sino que todos procedan al arrepentimiento.”
¿QUÉ ESPERA
EL SEÑOR DE NOSOTROS?
1. Fe para esperar
que la promesa se cumpla. Sin fe no agradamos a Dios
2. Paciencia
para esperar el tiempo de Dios. Dios en cambio sí nos espera y espera nuestra
conversión sincera.
3.
Arrepentimiento. Que volvamos nuestro corazón a Dios.
4.
Aprovechar una oferta y oportunidad que Dios sigue ofreciendo.
5.
Prepararnos para el encuentro con Jesucristo El Señor.
¿Alguna vez
se ha puesto a pensar por qué el Señor Jesús aún no ha regresado? Porque
nuestro Señor está esperando que la gente se salve. Él está esperando a ese
pariente, a ese vecino, a ese compañero de trabajo suyo. Quizás lo esté
esperando a usted. Sin embargo, uno de estos días y tal vez muy pronto, Cristo
regresará. Verá, es la misericordia de Dios lo que detiene la Segunda Venida de
Jesucristo. No obstante, la justicia y juicio de Dios requieren que un día Él
retorne. Incluso, ahora mismo, las tormentosas aguas de la ira de Dios están
furiosamente golpeando la represa de su misericordia. Y uno de estos días,
dicha represa cederá al juicio de Dios y el día del Señor vendrá. ¡Nuestro
Señor regresará!
¿El regreso
del Señor Jesucristo hace que su corazón palpite con anticipación o con terror?
HABRÁ
SEÑALES Y SUCESOS QUE MARCARÁN EL FIN.
El Señor
Jesús los presentó en el Templo y están registrados en el libro del Apóstol
Lucas en el capítulo 21.
Y a unos que
hablaban de que el templo estaba adornado de hermosas piedras y ofrendas
votivas, dijo:
21:6 En
cuanto a estas cosas que veis, días vendrán en que no quedará piedra sobre
piedra, que no sea destruida.
21:8.Mirad
que no seáis engañados; porque vendrán muchos en mi nombre, diciendo: Yo soy el
Cristo,
21:12 Pero
antes de todas estas cosas os echarán mano, y os perseguirán, y os entregarán a
las sinagogas y a las cárceles, y seréis llevados ante reyes y ante
gobernadores por causa de mi nombre.
21:24 Y
caerán a filo de espada, y serán llevados cautivos a todas las naciones; y
Jerusalén será hollada por los gentiles, hasta que los tiempos de los gentiles
se cumplan.
21:25
Entonces habrá señales en el sol, en la luna y en las estrellas, y en la tierra
angustia de las gentes, confundidas a causa del bramido del mar y de las olas;
21:29
También les dijo una parábola: Mirad la higuera y todos los árboles.
21:30 Cuando
ya brotan, viéndolo, sabéis por vosotros mismos que el verano está ya cerca.
21:31 Así
también vosotros, cuando veáis que suceden estas cosas, sabed que está cerca el
reino de Dios.
21:32 De
cierto os digo, que no pasará esta generación hasta que todo esto acontezca.
21:33 El
cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras no pasarán.
¿RECONOCE EN
NUESTROS TIEMPOS, ALGUNAS DE ESTAS SEÑALES?
Lucas 21:28:
“Cuando estas cosas comiencen a suceder, erguíos y levantad vuestra cabeza,
porque vuestra redención está cerca.”
En una
ocasión el pastor Rogers testificó: “Me pongo a pensar lo que pasaría si los
científicos empiezan a crear a un humano de una célula de otro humano. Vivimos
en días extraños, ¿no lo cree? No obstante, quiero decirle que nuestra
esperanza no la encontramos en la ciencia. No hay ninguna bendición en el libro
de ciencias. Amigo (a), la bendición la encontramos en la segunda venida del
Señor Jesucristo. Cuando veo cosas como la clonación, no me perturban. A veces
me entristecen, pero no me desconciertan porque conozco la palabra de Dios. Sé
que es el cumplimiento de las profecías, y que junto con todos los santos puedo
decir: ‘¡Alabado sea Dios! Se está oscureciendo gloriosamente.’”
La próxima
ocasión que lea algo en el periódico que apunta a los últimos tiempos, úselo
para compartir la segunda venida de Jesús con alguien.
¡!DE SEGURO
SERÁ TODA UNA GRAN SORPRESA!!.
Primera
Tesalonicenses 4:17: “Nosotros los que vivimos, los que hayamos quedado,
seremos arrebatados juntamente con ellos en las nubes para recibir al Señor en
el aire.”
¿Anhela su
corazón que Cristo regrese? ¿Está buscándolo? La segunda venida de Jesús es la
única esperanza de este mundo. ¿Y cuándo acontecerá? Nadie lo sabe. Puede ser
por la mañana, cuando la luz del sol penetra por entre las nubes alejando las
tinieblas de la noche. Puede ser al mediodía, cuando todo el mundo está ocupado
y apresurado. Puede ser al anochecer, cuando los pájaros cantan su melodía
nocturna. O a medianoche, cuando el brillo de las estrellas disminuya comparado
al destello de su gloria, al Cristo descender de las alturas. ¿Acaso se llena
su corazón de gozo al pensar en ese momento? ¿Está listo?
Mire hacia
el cielo el día de hoy y piense en el regreso de Cristo. ¿Puede imaginarse el
sonido de las trompetas y las voces de los ángeles anunciando su venida?
EL DÍA DE
NAVIDAD YA PASÓ, PERO VIENE EL DÍA MÁS GLORIOSO, EL DÍA DE SU SEGUNDA VENIDA.
¡!LO MEJOR
ESTÁ POR VENIR!!.
Juan 14:3:
“Y si me fuere y os preparare lugar, vendré otra vez, y os tomaré a Mí mismo,
para que donde Yo estoy, vosotros también estéis.”
Es el día
después de la Navidad. Las luces en el árbol parecen estar un poco opacas
puesto que la anticipación del día ya ha pasado. ¿Alguna vez se ha sentido así
concerniente a su caminar con el Señor? Bien, permítame darle algunas buenas
nuevas, mi amigo (a). ¡Lo mejor está por venir! Es cierto. El día de la Navidad
ha pasado, pero el día de la resurrección llegará pronto. Y no hablo de la
Pascua. Es decir, la segunda venida de nuestro Señor es eminente en el
horizonte. Él regresa. Y eso no es sólo algo placentero, sino que es una verdad
cimentada en la Palabra de Dios. ¡Jesús viene otra vez!
Por favor
anote Juan 14:3 en un papelito y al despedirse de su familia y amigos, deles
esta nota de motivación.
¡!EL MAYOR
EVENTO DE TODOS!!.
Apocalipsis
17:14: “[...] y el Cordero los vencerá, porque Él es Señor de señores y Rey de
reyes; y los que están con Él son llamados y elegidos y fieles.”
La segunda
venida de Jesús va a ser el mayor evento de todas las edades. Es una de las
grandes verdades teológicas enseñadas en la Biblia desde Génesis hasta
Apocalipsis. El nuevo nacimiento es sumamente importante, pero se menciona sólo
nueve veces en el Nuevo Testamento. El bautismo es sumamente importante, pero
se menciona sólo 20 veces en el Nuevo Testamento. Se menciona el
arrepentimiento sólo 70 veces en la Biblia, siendo tan importante y necesario
como lo es. Mas el retorno del Señor Jesucristo se menciona por lo menos 380
veces en la Palabra de Dios. Uno de cada 25 versículos apunta con un ansioso
dedo hacia la segunda venida del Señor Jesucristo.
¿Está usted
preparado (a) para la segunda venida del Señor? ¿Y qué si regresara ahora
mismo?
¡! SED
SANTOS, SED SANTOS, SED SANTOS!!
“Porque
escrito está: Sed santos, porque Yo soy Santo” (1 Pedro 1:16).
¿Por qué usted
y yo debemos escoger el vivir una vida santa? Una razón es que anticipamos la
segunda venida de Jesucristo. Cuando estamos esperando el regreso de Cristo en
cualquier momento, debemos anhelar el ser limpios y santos, en preparación para
verle. Por ejemplo, si usted supiera que Cristo regresa esta tarde, ¿piensa que
se pondría en paz con Él? ¿Habría alguna persona con quien usted está
disgustado, y desea reconciliarse? ¿Habría algunos pecados en su vida de los
cuales debe arrepentirse?
Si su
respuesta es afirmativa a cualquiera de esas preguntas, entonces actúe en fe,
trayendo gloria a Dios por su obediencia.
PREPARÁNDONOS
PARA EL ENCUENTRO CON EL SEÑOR JESUCRISTO.
“Más el fin
de todas las cosas se acerca; sed, pues, sobrios, y velad en oración” (1 Pedro
4:7).
G. Campwell
Morgan fue un gran expositor de la Palabra de Dios, y alguna vez dijo: “Nunca
recuesto mi cabeza en la almohada sin pensar que tal vez antes de despertar, mi
mañana final haya llegado. Nunca comienzo a trabajar sin pensar que Él puede
interrumpir mi trabajo para hacer el Suyo.”
Cada noche,
al irnos a acostar, deberíamos decir: “Jesús puede venir esta noche.” Y cada
día al ir a nuestros respectivos trabajos, deberíamos pensar que ese día
pudiera ser el último día de trabajo para nosotros. Debemos estar apercibidos
para Su regreso.
¿Está usted
orando por el retorno de Jesús? Si usted le ama, debería estar anhelando Su
regreso y orando: “Sí, ven, Señor Jesús” (Ap. 22:20).
Si éste
fuera su último día sobre la tierra, ¿qué es lo que haría diferente? ¿Cómo
invertiría su tiempo? ¡Piénselo! Luego viva como si Jesús fuera a venir
cualquier momento. ¿Y sabe qué? ¡A lo mejor lo hace!
ES TIEMPO DE
DAR TESTIMONIO, DE COMPARTIR EL EVANGELIO Y LLEVAR EL MENSAJE DE JESUCRISTO EL
SEÑOR.
“Porque
serás testigo suyo a todos los hombres, de lo que has visto y oído” (Hechos
22:15).
¿Qué es lo
más importante en su vida, hoy? ¿El mirar su diaria telenovela, o el invitar a
su casa a un vecino no salvo y tener la oportunidad de hablarle de Jesús? ¿Es
más importante para usted el reunir a sus amigos para jugar un partido de
básquetbol o fútbol, o ir a visitar a su padre inconverso? ¿Le interesa más ir
de compras, que sacar tiempo para leer la Biblia a una persona no salva, en un
asilo de ancianos? Amigo, su tiempo se está terminando. Y usted no podrá
testificar en el cielo. Esa es su responsabilidad y privilegio terrenal, ahora.
Ninguno de nosotros sabe cuántos días, horas, o minutos de vida le quedan.
Debemos aprovechar las doradas oportunidades que Dios nos da diariamente para
testificar.
Imagínese
que hoy es su último día sobre la faz de la tierra. ¡Pues vívalo como si en
realidad lo fuera!
LOS
CRISTIANOS TENEMOS EL PRIVILEGIO DE CONOCER EL FINAL DE TODA LA HISTORIA DEL
AMOR DE DIOS, CON NOSOTROS.
“Yo soy el
Alfa y la Omega, principio y fin, dice el Señor, el que es y que era y que ha
de venir, el Todopoderoso” (Apocalipsis 1:8).
Un muchacho
estaba leyendo un día una novela de crimen y misterio, y se puso ansioso por
saber si la heroína sobreviviría. Para calmar su ansiedad, leyó el último
capítulo y descubrió que ella sobrevivió. Después, cuando leyó que el villano
estaba planeando algo malvado, se sonrió y pensó: “Si tú supieras lo que yo sé,
no estarías tan seguro y confiado.”
Los
cristianos conocemos lo que dice “el último capítulo”, y eso nos ayuda a
enfrentar el presente. Por cierto, las glorias del futuro pueden ayudar a
diluir las penas del presente. El oscuro destino de Satanás se lo describe en
Génesis, y es ejecutado en Apocalipsis.
¿Conoce a
alguien que podría beneficiarse de las Buenas Nuevas de salvación hoy?
Entonces, envíele este devocional. O mejor aún, comparta con ella o él este
devocional en forma personal.
BIENAVENTURADOS
LOS QUE BUSCAN PRIMERO LO ETERNO.
“Bienaventurados
los que tienen hambre y sed de justicia, porque ellos serán saciados” (Mateo
5:6).
Cuando Jesús
dijo que “aquellos que tienen hambre y sed de justicia, serán saciados” (ver
Mateo 5:6), Él no estaba hablando de alguien que tenía un mero apetito. Hablaba
de alguien que se moría de hambre. Dios nos ha hecho de tal manera que no
podríamos existir por largo tiempo sin alimentos. ¿Cuál es el interés de un
hombre realmente hambriento? ¿Los últimos resultados en los deportes? ¿Los
arreglos florales en una sociedad rosada? ¿El número de estrellas en el
universo? ¡No! Él está interesado en una sola cosa: ¡comida! De hecho, el
pastor Rogers investigando, descubrió que un hombre puede existir cuarenta días
sin alimento, tres días sin agua, y sólo ocho minutos sin aire. En el plano
espiritual de la eternidad, un hombre no puede existir ni un sólo segundo sin
Jesucristo.
Pídale a
Dios que le ayude a afinar su enfoque de las cosas de valor eterno, para la
Gloria de Dios y la salvación de las almas.
UNA HISTORIA
QUE HACE ALUSIÓN A LO MÁS IMPORTANTE Y LO MEJOR.
“COMO LA
TAZA DE CAFÉ”
Se cuenta
que en una convención de ingenieros se reencontraron siete antiguos compañeros
de una de las más prestigiosas universidades del país. Aunque cada uno se había
graduado en una especialidad diferente, les unían el haber sido excelentes
estudiantes y el hecho de haber desarrollado una prestigiosa carrera
profesional que les permitía gozar de beneficios y lujos superiores al común de
las personas. Durante la conversación recordaron repentinamente al profesor que
les había dado a todos la bienvenida a la universidad. Era un extraordinario
hombre que con sus enseñanzas marcaba la vida de cada uno de los alumnos que
pasaba por su aula. Uno de ellos informó que, aunque se había jubilado, seguía
dando clases. Como vivía cerca del lugar, decidieron llamarlo para ir a
visitarlo al final de la tarde. Todos pensaron que era una buena oportunidad
para mostrarle al profesor en qué se había convertido.
Unas horas después, los siete profesores
entraban por el pasillo que conducía a la amplia pero acogedora sala de estar.
El viejo profesor estaba radiante de verlos y empezó a preguntarles como eran
sus vidas. Rápidamente la conversación empezó a girar en torno a sus trabajos,
las rabietas, las horas extras y fines de semana perdidos en la oficina, los
continuos problemas, los jefes insufribles, los empleados ineptos, y toda la
variedad de dolencias que había sufrido debido al estrés excesivo. Aunque las
situaciones vividas no eran las mejores, todos coincidían en que tales
sacrificios eran necesarios para alcanzar y mantener su nivel de vida, así como
todas las comodidades que habían alcanzado. Entonces empezaron a hablar de
grandes casas y quintas, de carros lujosos, viajes, negocios, fincas, joyas,
fiestas, etc.
Haciendo una pausa, y con su acostumbrada
humildad, el viejo profesor se levantó para ofrecerles un café. Entró a la
cocina y salió con una jarra repleta del preciado líquido recién colado y ocho
tazas. Lo curioso fue que no trajo dos tazas iguales. Se diferenciaban por sus
colores, por sus formas y por sus acabados que abarcaban desde la más fina
pintada a mano y otra con reborde dorado, hasta las más sencillas, rústicas y
baratas. También variaban sus materiales: porcelana, cerámica, cristal, barro,
peltre, plástico, vidrio y hasta un vasito desechable.
Una vez que la bandeja estuvo en el centro de
la mesa, todos se apresuraron para servirse de café, mientras el profesor
observaba pacientemente. Como era de esperarse, los primeros tomaron
rápidamente las tazas más bellas y refinadas, mientras que los últimos tuvieron
que conformarse con las que quedaban. Entonces, el profesor tomó la palabra y
les dijo:
- Si
observaron bien, las primeras tazas en acabarse fueron las más lindas, las más
finas, y aquellos que se sirvieron al final tuvieron que conformarse, sin mucho
agrado, con las más humildes. A mí me dejaron el vasito desechable. Esto es
normal, cada quién quiere lo mejor para sí mismo. Pues bien, todos se
preocuparon por el envase, pero realmente no importa el color, lo lujoso o el
material del cual están hechas las tazas, el café que todos se sirvieron es
exactamente el mismo, y tendrá en sus bocas el mismo sabor sin importar el
recipiente. Todos querían café, pero se dejaron distraer por las
características de las tazas y pocos se ocuparon de disfrutar realmente lo que
estaba dentro de ellas.
Esto es lo que pasa muchas veces en nuestras
vidas. Imaginen ahora que el café es la
vida y que las tazas son las cosas que nos rodean. Casi siempre nos preocupamos
por las tazas, es decir por tener la mejor casa, el trabajo más lucrativo, el
carro más lujoso, el club de mayor estatus social, la ropa que está de moda, la
computadora y el celular último modelo, etc. Y como todo eso nos absorbe tanto
tiempo y esfuerzo, nos olvidamos de disfrutar del café, es decir de disfrutar
la vida misma. Así dejamos de pasar tiempo con nuestra familia, de divertirnos
con nuestros hijos, de compenetrarnos cada día más con nuestra pareja, de
crecer emocional y espiritualmente como persona, de deleitarnos con un amanecer
o un atardecer, de regocijarnos por todos los detalles que nos ofrece a diario
la naturaleza. Los días transcurren y nos preocupamos más por tener cosas que
mostrar y almacenar en lugar de dedicarnos a vivir cada instante a plenitud. En
definitiva, por concentrarnos sólo en la taza dejamos de disfrutar el café.
Hagamos un esfuerzo para que cada día de nuestras vidas esté dedicado a
buscar las cosas importantes, que no
desperdiciemos un solo instante en las cosas superficiales y pasajeras.
Que el
siguiente año, una de nuestras metas sea buscar aquellas cosas que
verdaderamente importan, que tienen valor.
Pidámosle a
Dios sabiduría para que nos ayude a distinguir aquellas cosas valiosas de las
que no nos darán más que una felicidad efímera.
“No os hagáis tesoros en la tierra, donde la
polilla y el orín corrompen, y donde ladrones minan y hurtan; sino haceos
tesoros en el cielo, donde ni la polilla ni el orín corrompen, y donde ladrones
no minan ni hurtan. Porque donde esté vuestro tesoro, allí estará también vuestro
corazón”. Mateo 6: 19-21
¿Qué
descuidaste este año? ¿Tu relación con Dios? ¿Tu familia? ¿Tus amigos? No
importa lo que haya sido, ahora puedes empezar a recuperar aquello que es
importante.
Ana María Frege Issa.
Coordinadora
Call Center.
¿CÓMO NOS
PREPARAMOS PARA SU ENCUENTRO?
“CON LA
INCOMPARABLE PALABRA DE DIOS”.
Leer: Salmos
19.
Mientras
David considera el impacto de la comunicación escrita de Dios en la segunda
sección del Salmo 19, él siente el impulso de elogiar el valor de la Escritura.
Él utiliza dos ilustraciones con el propósito de hacer una comparación:
1. Oro… oro
fino (v. 10). David, siendo el rey de Israel, conocía el valor que tiene el
oro. Él tenía mucho oro. Y al igual que
en la actualidad, se le consideraba una de las posesiones más preciadas. El
poder de un rey — su capacidad de gobernar y realizar sus actividades — se
medía parcialmente por la cantidad de oro en su tesoro. La frase, "oro
fino" se refiere al oro purificado en contraste con piezas de joyería,
monedas o polvo al azar. A través de la historia, este metal preciado sigue un
proceso riguroso con el cual se remueven las impurezas, incluyendo otros
metales. El resultado es la riqueza concentrada y no adulterada en la forma de
un lingote.
2. Miel…
panal (v.10) David dice que la Palabra de Dios es más dulce que la mayoría de
los alimentos. Note que no se está refiriendo solamente a la miel si no a la
miel que fluye del panal. Durante mucho tiempo de su juventud, David vivía en
el desierto y aprendió a sobrevivir en él. Pregúntele a cualquier experto en
supervivencia y él le dirá que encontrar un panal de miel es como encontrar un
tesoro. Son puras calorías en la forma más deliciosa. Además, existen varias
metáforas que podemos considerar:
- Es
provista por el trabajo de alguien más; la abeja prácticamente nos la sirve en
el plato.
- Es un
alimento natural que no necesita una gran cantidad de tiempo de digestión para
que comience a funcionar. La miel provee energía instantánea.
-Tiene un
sabor incomparable. No hay nada que tenga la dulzura y el rico sabor de la
miel.
En pocas
palabras, la miel es una analogía muy apropiada.
Lea
nuevamente esas tres cosas teniendo en mente la Palabra de Dios. Tenemos su
palabra por medio del esfuerzo de otra persona. Empieza a funcionar
inmediatamente que entra a nuestro sistema espiritual. Y no existe otra
literatura que pueda compararse con su singularidad. El creyente que realmente
conoce y aplica su Biblia evita una gran cantidad de pecados simplemente porque
cree en las señales de advertencia de Dios.
La palabra
de Dios también revela el error, el pecado, la presunción y la transgresión de
aquellos que meditan en las páginas de la Escritura.
AFIRMANDO EL
ALMA.
¿Cómo se ha
beneficiado de su conocimiento de la Biblia? Piense en términos prácticos,
tales como el matrimonio, la familia, el trabajo, la ética y la toma de
decisiones. Repase el Salmo 19 y considere los "errores", las
"faltas ocultas" (v. 12) así como los "pecados de
arrogancia" (v. 13). Pídale a Dios que se los revele esta semana.
El TESORO
ESCONDIDO.
Por el
Hermano Pablo.
Don Julio
Gómez Arbizú hacía un viaje a caballo por el campo. Al ocultarse el sol, pidió
posada en una casa que estaba a la vera del camino. La casa tenía aspecto de
pobreza. No había muebles, y la alimentación era escasa. Todo daba la impresión
de suma indigencia.
La señora de
la casa era joven, y sin embargo en su rostro se veían las huellas de una vida
llena de sinsabores. No era de extrañarse. Su esposo era un borracho
empedernido que la maltrataba una y otra vez.
Mientras el
visitante miraba el aspecto de aquel hogar, vio una vieja y olvidada Biblia que
estaba en un rincón. Al despedirse, le dijo a la familia: «Hay en esta casa un
tesoro que los puede hacer ricos.»
Después que
el forastero partió, los dueños de la casa comenzaron a buscar lo que a su
juicio tendría que ser una joya o una vasija llena de oro. Hasta hicieron hoyos
en el piso, pero todo sin resultado.
Un día la
señora levantó la Biblia olvidada, y encontró escrita en la guarda esta nota:
«Lea Salmo 119:72.» En ese pasaje de los Salmos encontró la siguiente
afirmación: «Para mí es más valiosa tu enseñanza que millares de monedas de oro
y plata.» La señora, recordando las palabras del visitante, se preguntó: « ¿Será
éste el tesoro del que habló el forastero?»
Así que le
comunicó al resto de la familia lo que pensaba, y empezaron a leer la Biblia.
Con eso, un gran milagro comenzó a efectuarse. El borracho se convirtió en un
hombre trabajador. El color volvió a las mejillas de la señora. La armonía
desplazó el resentimiento, y la felicidad retornó al hogar.
Cuando el
forastero visitó de nuevo la casa, había desaparecido de ella todo indicio de
tristeza. En su lugar reinaba la paz. Con el corazón rebosante de gratitud, la
familia le dijo: «Encontramos el tesoro, que se ha convertido en todo lo que
usted nos dijo.»
Lo cierto es
que la Biblia es el Libro por excelencia. Produce resultados positivos en la
vida de quienes lo estudian con fe y con devoción.
¿Con cuánta
frecuencia leemos nosotros la Biblia? ¿Hemos leído la historia de Abraham?
¿Hemos experimentado la satisfacción que produce la lectura de los Salmos?
¿Hemos seguido la vida de Cristo? Si no hemos leído la Biblia, hemos hecho caso
omiso del mensaje más importante para nuestra vida.
Leamos la
Biblia. En ella encontraremos tesoros que cambiarán nuestra vida. Leámosla con
sinceridad y fe. Dios, mediante su Santa Palabra, quiere hablarnos. Leamos ese
tesoro que hace rico a todo el que lo descubre.
Colosenses
2:3: “[Cristo] en quien están escondidos todos los tesoros de la sabiduría y
del conocimiento.”
¿Ha
sumergido su corazón en lo profundo del tesoro del Señor? ¿O está viviendo en
las aguas poco profundas preguntándose si el tesoro alguna vez vendrá a usted?
No hay comentarios:
Publicar un comentario