65. SOBRIOS,
VIGILANTES, ALERTAS Y VICTORIOSOS FRENTE AL ENEMIGO.
1 Pedro 5:8:
“Sed sobrios, y velad; porque vuestro adversario el diablo, como león rugiente,
anda alrededor buscando a quien devorar.”
SOMOS HIJOS
DE DIOS, NO LO OLVIDE.
¡Cuando
usted nació de nuevo, usted nació para ganar!
Su nuevo
nacimiento en Cristo le ha preparado para la victoria. Usted puede detectar las
artimañas de Satanás y vencer su sistema mundial. Usted puede “marchar al
compás de un son diferente”. Puede vivir con victoria sobre los deseos de su
carne. Los vicios, las malas actitudes, los deseos impuros, las preocupaciones
y el libertinaje deben desaparecer al usted ejercer autoridad sobre su mente,
emociones y voluntad.
Usted puede
mandar a volar a Satanás y sus demonios. No tiene por qué temerle, más bien ¡él
le temerá a usted!
¿Se siente
derrotado por algo? Diga esto en voz alta: “¡Yo nací para ganar!”
¿Acaso no se
siente bien afirmarlo?
Ahora,
mírese al espejo y dígase: “¡Yo nací para ganar!”
66. A PESAR
DE QUE EL MUNDO ESTÉ LOCO, NOSOTROS DEBEMOS DEL MAL.
Salmos 37:34: “Espera en Jehová, y guarda su
camino, y Él te exaltará para heredar la tierra.”
LA
PROVIDENCIA DE DIOS.
Hablamos de
la providencia, pero ¿qué es la providencia? Providencia significa ver más allá
y hacer provisión para ese tiempo. Eso es lo que Dios hace. Él ve los eventos
antes de que éstos sucedan y mueve todo hacia el objetivo que Él tiene en
mente. Ahora bien, existe mucha maldad en el mundo, así que no se haga la idea
de que todo lo que ocurre es por la voluntad de Dios. La violación, el
homicidio, la discriminación racial, el adulterio y la sodomía no son la
voluntad de Dios. El hombre tiene voluntad propia y además tiene un corazón
inicuo. En el magno diseño de Dios, le dio al hombre libre albedrío. Aun cuando
el hombre hace mal, donde Dios no reina, Dios domina.
Lea el Salmo
37. Encuentre a un hermano (a) en Cristo y dialogue acerca de la presencia del
mal en este mundo y la providencia de Dios en la vida de sus hijos.
SALMO 37.EL
CAMINO DE LOS MALOS.
No te impacientes
a causa de los malignos,
Ni tengas
envidia de los que hacen iniquidad.
Porque como
hierba serán pronto cortados,
Y como la
hierba verde se secarán.
Confía en
Jehová, y haz el bien;
Y habitarás
en la tierra, y te apacentarás de la verdad.
66! A Y NO
OLVIDES COMO CRISTIANO EL PODER DE LA ORACIÓN.
Pero tú,
cuando te pongas a orar, entra en tu cuarto, cierra la puerta y ora a tu Padre,
que está en lo secreto. Así tu Padre, que ve lo que se hace en secreto, te
recompensará. - San Mateo 6:6.
Cuando Jesús
estuvo físicamente en la tierra, su prioridad siempre fue pasar tiempo a solas
con su Padre. Aunque Jesucristo era completamente Dios, también era enteramente
humano. Se vio sometido a una vida de impresionante presión y de continuas
persecuciones. Al llevar a cabo su ministerio tuvo que enfrentarse con una
creciente oposición, continuamente acosado e incluso teniendo hambre y sed.
Pero para poder manejar todo esto: Jesús se apartaba a orar. Él se retiraba a
solas para buscar a su Padre y tener comunión con Él.
Cada vez que
tengas que tomar decisiones importantes en tu vida, sigue su ejemplo, porque
solo de esa manera lograrás la victoria. Si se te hace difícil separar un
tiempo para estar a solas con nuestro Padre Celestial, recuerda que Él está
deseando y esperando estar contigo ¡No lo dejes esperando! porque ¡Nuestro
corazón se embellece en las manos del Señor!
Para llegar
a Dios solamente necesitas tres cosas muy importantes: Doblar tus rodillas,
Cerrar tus ojos y Levantar tu clamor. En menos de "un minuto" puedes
llegar a alguien que está más allá del sol y más allá de todo. “Clama a mí y yo
te responderé, y te enseñaré cosas grandes y ocultas que tú no conoces”.
Jeremías 33:3.
Charles
Spurgeon dijo: “La oración tira de la soga desde abajo, y la gran campana suena
arriba en los oídos de Dios”. Algunos difícilmente hacen sonar la campana,
porque oran con desánimo; otros sólo dan un tirón ocasional a la soga. Pero el
que se comunica con el cielo es el hombre y la mujer que toma la soga
vigorosamente y tira continuamente de ella con todas sus fuerzas”.
La oración,
es para el enfermo el toque de sanación, para el necesitado la chequera de
provisión y para el que está atemorizado una segura protección.
Un día sin
oración es un día sin bendición, y una vida sin oración es una vida sin poder!!
Autora:
Brisna Bustamante.
67. UN
VERDADERO CRISTIANO SABE QUE JESUCRISTO REGRESARÁ PRONTO Y LO ANHELA TODOS LOS
DÍAS.
Primera
Tesalonicenses 4:17: “Nosotros los que vivimos, los que hayamos quedado,
seremos arrebatados juntamente con ellos en las nubes para recibir al Señor en
el aire.”
¿Anhela su
corazón que Cristo regrese? ¿Está buscándolo? La segunda venida de Jesús es la
única esperanza de este mundo. ¿Y cuándo acontecerá? Nadie lo sabe. Puede ser
por la mañana, cuando la luz del sol penetra por entre las nubes alejando las
tinieblas de la noche. Puede ser al mediodía, cuando todo el mundo está ocupado
y apresurado. Puede ser al anochecer, cuando los pájaros cantan su melodía
nocturna. O a medianoche, cuando el brillo de las estrellas disminuya comparado
al destello de su gloria, al Cristo descender de las alturas. ¿Acaso se llena
su corazón de gozo al pensar en ese momento? ¿Está listo?
Mire hacia
el cielo el día de hoy y piense en el regreso de Cristo. ¿Puede imaginarse el
sonido de las trompetas y las voces de los ángeles anunciando su venida?
68.¿SABE
USTED QUÉ ES LO MÁS IMPORTANTE EN LA VIDA?
ESTA
REFLEXIÓN NOS TRAE LA ENSEÑANZA MÁS IMPORTANTE.
EL CAFÉ Y
LAS TAZAS.
Por Carlos
Rey.
Se cuenta
que un grupo de ex alumnos con carreras profesionales ya avanzadas se reunieron
para visitar a uno de sus antiguos profesores favoritos. Al rato, la
conversación se convirtió en quejas acerca de las presiones que sentían en el
trabajo y en la vida diaria.
Luego de
ofrecerles café a todos, el profesor fue a la cocina y volvió con una cafetera
grande y un buen surtido de tazas. Traía tazas de porcelana, tazas de plástico,
tazas de cristal —algunas ordinarias, otras costosas, e incluso otras muy
finas—, en las que les invitó a sus alumnos a que se sirvieran el café.
Cuando todos
terminaron de servirse, el profesor les dijo: «¿Se dieron cuenta de que
escogieron todas las tazas finas y costosas, y rechazaron las ordinarias y
baratas? Si bien es normal que cada uno quiera lo mejor para sí mismo, esa
actitud contribuye a que sus problemas y sus presiones aumenten.
»Tengan por
seguro que la taza misma no le añade calidad alguna al café. En la mayoría de
los casos, simplemente cuesta más, y en algunos casos la taza hasta oculta lo
que bebemos. En realidad, lo que ustedes querían era el café y no la taza, y
sin embargo cada uno seleccionó una de las mejores tazas y luego comenzó a
mirar las tazas de los demás.
»Pues bien,
consideren esto: La vida es el café, y las tazas son las profesiones, los
puestos y el dinero. Esos no son más que los envases de la vida. La clase de
envase que tengamos no define ni altera la calidad de vida que llevamos. Cuando
nos concentramos únicamente en la taza, dejamos de disfrutar del café que Dios
nos ha provisto.»
Lo cierto es
que aquel profesor les enseñó a sus ex alumnos esencialmente lo mismo que les
enseñó Jesucristo a sus discípulos en el Sermón del Monte. «No se preocupen por
su vida, qué comerán o beberán; ni por su cuerpo, cómo se vestirán —les dijo
Jesús—. ¿No tiene la vida más valor que la comida, y el cuerpo más que la ropa?
Fíjense en las aves del cielo: no siembran ni cosechan ni almacenan en
graneros; sin embargo, el Padre celestial las alimenta. ¿No valen ustedes mucho
más que ellas? ¿Quién de ustedes, por mucho que se preocupe, puede añadir una
sola hora al curso de su vida?
»¿Y por qué
se preocupan por la ropa? Observen cómo crecen los lirios del campo. No
trabajan ni hilan; sin embargo, les digo que ni siquiera Salomón, con todo su
esplendor, se vestía como uno de ellos. Si así viste Dios a la hierba que hoy
está en el campo y mañana es arrojada al horno, ¿no hará mucho más por ustedes,
gente de poca fe? Así que no se preocupen diciendo: “¿Qué comeremos?” o “¿Qué
beberemos?” o “¿Con qué nos vestiremos?”... Más bien, busquen primeramente el
reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas les serán añadidas. Por lo
tanto —concluyó Jesús—, no se angustien por el mañana....»1.
Pongamos en
práctica esta enseñanza de Cristo parecida a la del profesor de la anécdota. No
dejemos de disfrutar del café que Dios nos ha preparado, cualquiera que sea la
taza en la que nos toque servírnoslo. Después de todo, la calidad de vida que
llevamos no depende del envase.
1. Mt 6:25‑31,33‑34.
69. EL AMOR ETERNO DE DIOS, NOS ENSEÑA A AMAR A LOS DEMÁS.
EL AMOR EN LAS BUENAS Y EN LAS MALAS.
En esto consiste el amor: no en que nosotros hayamos amado a
Dios, sino en que Él nos amó a nosotros, y envió a su hijo en propiciación por
nuestros pecados... Nosotros le amamos a Él, porque Él nos amó primero. 1 Juan
4:10,19.
Cuando una pareja se promete amor eterno, expresa que en los
momentos de alegría, salud y prosperidad estarán juntos pero también en las
situaciones de tristeza, enfermedad o pobreza. Declarando así que su amor es
más fuerte que cualquier adversidad y que sabrán sobrepasar cada una de ellas.
Al empezar un matrimonio, se es consciente que vendrán los problemas pero el
deseo es estar listos para enfrentarlos y superarlos. Sin embargo con el pasar
de los años vemos como muchos matrimonios se acaban al pasar por estas
dificultades y muchos argumentan que se acabó ese amor que lo podía todo.
Lamentablemente lo mismo ocurre con nuestro amor hacia Dios.
Cuando todas las cosas van bien, podemos amarle, seguirle y buscarle, sin
embargo cuando llegan los problemas, argumentamos que Dios no nos ama, pues si
lo hiciese no estaríamos pasando por eso. Reducimos el amor de Dios a las
bendiciones, prosperidad y felicidad pero cuando vienen los momentos difíciles,
sencillamente concluimos que el amor se acabó y culpamos a Dios por todo
aquello que no anda bien en nuestras vidas.
De acuerdo a la palabra de Dios, esa no es la forma en que
Dios manifiesta su eterno amor por nosotros, no podemos medir su amor porque
todo sea color de rosa, sino en que ha tenido misericordia de nosotros, a pesar
de nuestras muchas rebeliones. No olvidemos que aunque hemos sido infieles, Él
permaneces fiel y que aunque fallamos Él nunca nos dejará ni nos desamparará,
aun cuando dudamos que Él está allí, y lo herimos con nuestra indiferencia, su
amor nunca cambia.
Necesitamos entender el amor de Dios, para poder disfrutarlo
a su plenitud, no minimizarlo a prosperidad económica, felicidad sentimental o
nada por el estilo, sino el saber que Dios nos amó primero y no esperó nada a
cambio. Debes estar listo para las tormentas que atravesaras en tu caminar con
Dios, recordando que Él te llevara de la mano derecha y te mostrara el camino
que debes andar, sobre todo recordar siempre que su amor sobrepasa las cosas
materiales, ya que te regaló una salvación que nada en este mundo te puede
arrebatar, y con ella un pase a la eterna felicidad y sumo gozo. No permitas
que tu amor por Dios se apague, pues el suyo nunca menguara. Oremos para llegar
a amar a Dios como Él nos ama, con un amor incondicional, en las buenas y en
las malas.
Jehová se manifestó a mí hace ya mucho tiempo, diciendo: Con
amor eterno te he amado; por tanto, te prolongué mi misericordia. Jeremías 31:3
(RVR1960).
Autora: Dilean Canas.
70. ES TIEMPO DE RENOVAR NUESTRA MENTE Y NO CONFORMARNOS A
ESTE SIGLO MALO.
ES TIEMPO DE HACER LA VOLUNTAD DE DIOS.
Romanos 12:2: “No os conforméis a este siglo, sino
transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento, para que
comprobéis cuál sea la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta.”
El que muere con el mayor número de juguetes es el que gana.
¿Es eso tener éxito? ¿O que se cumplan sus sueños? ¿Tener todo lo que quiere?
¿Ganar suficiente dinero para no tener que trabajar más? ¿Podemos decirle lo
que es tener éxito? Y lo decimos sin titubeo alguno. Éxito es la realización
progresiva de la voluntad de Dios llevada a cabo en su vida. Eso es el éxito.
No es la cantidad de dinero que tenga, ni lo famoso que usted sea, ni qué tan
sano esté, ni el número de amigos que tenga, ni la cantidad de juguetes que
posea. El éxito es, nada menos y nada más, que la realización progresiva de la
voluntad de Dios en su vida.
¿Desea conocer la voluntad de Dios? ¿Quiere que el deseo de
su corazón se convierta en realidad? Lea Miqueas 6:8. ¿Qué es lo que requiere
Dios de usted? Lea Salmo 37:4. ¿Qué le está llamando Dios a hacer?
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