CUANDO EL
MAL NO PARA POR LAS CONSECUENCIAS DE NUESTROS PECADOS.
PECADOS
CONTRA DIOS, LA FAMILIA, NUESTROS HIJOS Y AUN SE EXTIENDE A OTROS.
«PROVOQUÉ
VARIOS DIVORCIOS»
Por Carlos
Rey.
«Estuve
casado casi veinte años. Me involucré varias veces con mujeres casadas, y éstas
disolvieron sus matrimonios. Como resultado, mi propio matrimonio llegó a su
fin. También tuve relaciones sexuales de alto riesgo para mi salud física y
emocional... que ahora afectan mi mente, mi alma y mi cuerpo. Hoy mi dolor es
inmenso, ya que provoqué varios divorcios además del mío propio, con hijos de
por medio.
MENTE, ALMA
Y CUERPO AFECTADOS POR EL PECADO.
»El perdón
de Dios es grande:
1. ¿Podrán restaurarse las mujeres y sus
respectivos hijos?
2.
¿Alcanzará para mí el amor y la misericordia de mis hijos?
3. ¿Podré
restaurar mi alma y mi vida física pese a haber hecho tanto daño?»
Este es el
consejo que le dio mi esposa:
«Estimado
amigo:
CONSECUENCIAS
DE NO OBEDECER LA LEY DIDINA.
»El caso
suyo es triste. Afronta muchas consecuencias negativas a causa de no haber obedecido
la ley de Dios. ¡Si tan sólo le hubiera sido fiel a su esposa! ... Pero ya es
demasiado tarde para eso. Usted tomó malas decisiones y ha sufrido, como
también han sufrido las mujeres involucradas. Y lo peor de todo es que han
sufrido igualmente esos niños indefensos, y ellos seguirán afrontando las
consecuencias por el resto de su vida.
1.»Usted nos
pregunta si podrán restaurarse las mujeres y los niños:
La única manera en que puede contribuir a que
eso suceda es cortar toda relación con ellos. Sin embargo, si ha tenido hijos
con ciertas mujeres, y si los esposos de ellas no aceptan a esos hijos como de
ellos, entonces usted tiene la obligación de ser un padre responsable, tanto
emocional como económicamente. No será fácil, pero no se rinda por más dura que
sea la tarea.
2. »También nos pregunta si alcanzará
para usted el amor y la misericordia de sus hijos:
La respuesta es que eso no le corresponde a
Dios resolverlo.
Depende por completo de usted. ¿Les mostrará
usted amor al pasar tiempo con ellos y contribuir a lo que necesitan en lo
físico? ¿Será usted un hombre al que puedan respetar? ¿Les dirá siempre la
verdad y cumplirá las promesas que les haga? Los hijos tienden a ser generosos
en perdonar, pero usted tiene que poner de su parte.
3. »Por último, usted nos pregunta si
podrá restaurar su vida física y su alma. Si bien Dios puede sanar cualquier
enfermedad, y lo hace, Él casi nunca quita las consecuencias naturales de
nuestra conducta.... Sin embargo, le tengo buenas noticias.
1. ¡Dios
está dispuesto a restaurar su alma! Él lo limpiará de todo pecado si de veras
está arrepentido por lo que ha hecho y si cree que Jesucristo, su Hijo, murió
en la cruz para pagar el castigo de ese pecado.
2. Pídale
que lo perdone y que le dé la fuerza y la sabiduría necesarias para tomar
decisiones sabias en el futuro.
3. Lea la
Biblia y ore para aprender a vivir conforme a sus leyes divinas. Y determine
que va a llevar una vida nueva basada en esos principios.»
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