¿CUÁNTO VALE
NUESTRA FAMILIA?
Por Carlos
Rey.
(15 de mayo:
Día Internacional de la Familia)
En su
comisaría en Catanduvas, Brasil, Tendrick da Lima tenía ante sí a dos
campesinos, Antonio da Luz y Antonio da Rosa, que discutían acaloradamente. El
comisario se rascaba la cabeza porque no podía hacerlos entrar en razón. Se
trataba de un negocio de compraventa, o de trueque, pero los tocayos no podían
ponerse de acuerdo en el precio.
Los dos
hombres querían hacer un intercambio de esposas e hijos. Al parecer, ambos
estaban cansados de sus respectivas familias y querían hacer un trueque como si
se tratara de ovejas o bueyes. Antonio da Luz exigía que Antonio da Rosa le
diera, además de su familia, un acordeón para balancear el precio.
El comisario
da Lima tuvo que explicarles a los dos interesados que en Brasil estaba
prohibida la compraventa de personas, como también el canje de esposas e hijos,
aunque no rindiera utilidad alguna. Los dos campesinos se fueron protestando y
diciendo que ya no había libertad en el mundo.
A este
relato lo pudiéramos calificar de tragicómico, cómico por lo risible del caso,
y trágico porque para muchos hombres su esposa y sus hijos son bienes
económicos nada más, cifras de pérdida o de ganancia, mercadería que se puede
comprar y vender, o hasta esclavos que trabajan por obligación.
Esto se debe
a que muchos individuos desconocen el valor de cada ser humano. Y no se trata
sólo de personas iletradas. Lamentablemente abundan hombres ricos y hasta con
títulos universitarios, capaces de vender a su esposa o alquilar a una hija si
con eso hacen un buen negocio u obtienen una buena ventaja social.
¿Y qué decir
de los que no van al extremo de tratar de comprar o vender, o siquiera de
cambiar a miembros de su familia, pero sí los maltratan como si no tuvieran
valor alguno? ¿Acaso cuando se le golpea física, verbal o emocionalmente a una
esposa o a un hijo, no se le está tratando también como un perro callejero o
una bestia de carga?
¿Qué pensará
acerca de esta actitud Dios nuestro Creador, que nos hizo a cada uno como una
creación excepcional? A los ojos de Él, todos los seres humanos tenemos un
valor inestimable. Como para que no nos quede duda alguna al respecto, el
apóstol Pablo nos asegura que el precio de nuestro rescate «no se pagó con
cosas perecederas, como el oro o la plata, sino con la preciosa sangre de
Cristo».1 Es decir, Dios nos considera tan valiosos que envió a su único Hijo
Jesucristo al mundo a dar su vida por nosotros. Tanto es así que se ha dicho
que si hubiera habido un solo habitante en el mundo de aquel entonces, Cristo
habría muerto por esa persona de todos modos.
Ya es hora
de que reconozcamos el valor que realmente tenemos. De hacerlo así, le
entregaremos a Cristo nuestra vida a fin de que nos cubra con su amor y su
protección, y nos recuerde todos los días lo mucho que nos valora.
1 1P 1:18-23. 1:18 sabiendo que fuisteis rescatados
de vuestra vana manera de vivir, la cual recibisteis de vuestros padres, no con
cosas corruptibles, como oro o plata,
1:19 sino
con la sangre preciosa de Cristo, como de un cordero sin mancha y sin
contaminación,
1:20 ya
destinado desde antes de la fundación del mundo, pero manifestado en los
postreros tiempos por amor de vosotros,
1:21 y
mediante el cual creéis en Dios, quien le resucitó de los muertos y le ha dado
gloria, para que vuestra fe y esperanza sean en Dios.
1:22
Habiendo purificado vuestras almas por la obediencia a la verdad, mediante el
Espíritu, para el amor fraternal no fingido, amaos unos a otros
entrañablemente, de corazón puro;
1:23 siendo
renacidos, no de simiente corruptible, sino de incorruptible, por la palabra de
Dios que vive y permanece para siempre.
MANTENIENDO
EL CURSO EN EL MATRIMONIO.
Cuando una
pareja se une en matrimonio establece un rumbo para su vida!
UN CURSO O
RUMBO O PUNTO DE LLAGADA.
Así como una
nave establece un rumbo cuando sale de un punto de origen hacia su destino,
igualmente los matrimonios establecen un curso o rumbo que les guiará a su
destino.
UNA UNIDAD
INDISOLUBLE.
Bíblicamente
el destino de un matrimonio es que se conviertan en una sola carne, formen una
familia y vivan en armonía hasta que la muerte los separe; y tener acceso a la
vida celestial. Mt 19:5-6.
SEGUIR LAS
INSTRUCCIONES DE DIOS.
Para
alcanzar ese destino, todo matrimonio debe seguir las instrucciones del que
diseñó la relación y el destino: Dios.
MANTENER UNA
SOLA DIRECCIÓN: LA QUE DIOS NOS TRAZÓ
Durante el
desarrollo de la vida, el matrimonio va construyendo el camino hacia su
destino, frecuentemente con dificultades y obstáculos. Eso es totalmente
normal. Así es la vida. Lo importante es que a pesar de todo, mantengamos el
curso de nuestra vida y del matrimonio.
UN ENEMIGO
EN EL CAMINO QUE QUIERE DESVIARNOS DEL RUMBO.
Nuestro
Padre Celestial nos advierte que tenemos también un enemigo que va a tratar de
sacarnos del curso hacia nuestro destino. Él le llama el enemigo de nuestras
almas. Usando estrategias, asechanzas y tentaciones sobre nuestras debilidades
humanas ese enemigo trata constantemente de sacarnos del curso.
Por esa
razón debemos mantenernos en el curso, puestos los ojos y el entendimiento sobre
las instrucciones de Dios en su palabra la Biblia, para que podamos librarnos
de las asechanzas del enemigo y mantener el curso de nuestra vida y nuestro
matrimonio.
ES TIEMPO DE
REVISAR NUESTRAS ACTITUDES.
Actitudes
que nos pueden sacar del curso de nuestras vidas:
ANALICE CADA
UNA Y ORE FRENTE AL RETO QUE ELLA TRAE.
1. La
debilidad espiritual. Cuando nos aflojamos de nuestra relación personal con
Dios, bajamos nuestras defensas y quedamos a expensas de los ataques del
enemigo.
2. La
desobediencia a los principios de vida del Reino. Si conociendo los principios
no los llevamos a la práctica, nos extraviamos y nos confundimos en el
propósito de Dios para nuestras vidas.
3. El
pasado. Vivir en las ofensas y las circunstancias del pasado frecuentemente
conduce a perder el rumbo.
4. La falta
de Perdón endurece los corazones y trae ceguera espiritual que nos hace perder
el rumbo.
5. La
Intolerancia. Es necesario practicar la tolerancia y la humildad para poder
mantenernos en el curso.
6. Las malas
amistades corrompen las buenas costumbres y nos desvían del rumbo a nuestro
destino.
7. El amor
al dinero, a los placeres y a las cosas materiales, muy frecuentemente nos desvía
hacia otro destino.
Medita con
tu cónyuge en estas actitudes que pueden estar afectando el curso de tu vida y
de tu matrimonio en detrimento de tu familia y tus generaciones. Tomen
decisiones hoy mismo que los libre de desviarse del curso de Dios para ustedes.
Si se han desviado, pidan perdón a Dios y pídanle fuerza para tomar las
decisiones que sean necesarias para ajustar el rumbo en función del propósito
de Dios para ustedes como matrimonio y familia.
MANTENTE EN
LOS PRINCIPIOS Y VALORES DEL REINO.
Esfuérzate
por mantener el curso de tu vida en obediencia a los principios de vida del
Reino y entonces todas las promesas de Dios se cumplirán en tu vida y
alcanzarás el propósito para el que fuiste creado.
LO MÁS
IMPORTANTE QUE DIOS TE DA: LA FAMILIA
Tú
matrimonio y tu familia es el tesoro más valioso que Dios te ha dado.
CUÍDALO!
Luis y
Hannia Fernández
www.libresparaamar.org
matrimonios@happy4ever.org
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