jueves, 27 de julio de 2017

ES TIEMPO DE PERDONAR AL QUE NOS OFENDIÓ.

ES TIEMPO DE PERDONAR AL QUE NOS OFENDIÓ.
"Es tiempo de perdonar..."
“El resentimiento hace más daño a la persona que lo tiene, que al que lo merece”
Perdonar no significa excusar el comportamiento de quienes nos han herido. Perdonar es tomar la decisión de desprendernos del pasado para sanar el presente. El primer paso para Sanar nuestro corazón por completo, sólo puede ocurrir cuando aprendemos a perdonar y Dios quiere sanar tu corazón, pero es necesario que des primero este paso.
“Airaos, pero no pequéis; no se ponga el sol sobre vuestro enojo, ni deis lugar al diablo.” - Efesios 4:26.27.
Dios comprende que a veces podemos enojarnos, lo que nos manda es que no pequemos cuando estemos en ese estado, que no actuemos al calor de nuestras emociones. Además dice: “no se ponga el sol sobre su enojo”  parece que Dios te estuviera dando solamente un día para enojarte, porque todo lo que se deja en el corazón lastimosamente crece.
“Mirad bien, no sea que alguno deje de alcanzar la gracia de Dios; que brotando alguna raíz de amargura, os estorbe, y por ella muchos sean contaminados” - Hebreos 12:15.
Todo lo que se deja en el corazón no se queda del mismo tamaño, va creciendo como una semilla plantada, un simple enojo puede convertirse el día de mañana en un profundo odio, en una planta profundamente cimentada llamada “Amargura”, y esto sería un estorbo para nosotros, como cristianos y como hijos de Dios.
“Por tanto, si traes tu ofrenda al altar, y allí te acuerdas de que tu hermano tiene algo contra ti, deja allí tu ofrenda delante del altar, y anda, reconcíliate primero con tu hermano, y entonces ven y presenta tu ofrenda.” - Mateo 5:23-24.
Si estás enojado con alguien y aún no lo has podido perdonar, debes entender que esto es un obstáculo entre Dios y tú, la falta de perdón es un tipo de esclavitud, que no te dejará crecer espiritualmente y obviamente tampoco recibir la bendición de Dios. Recuerda que al ofrecer este regalo a la otra persona, nosotros también lo recibimos.
“...Amarás a tu prójimo como a ti mismo.” - Mateo 22:39.
Deja el pasado en el pasado...
Autor(a). Shirley Chambi.
PEDIR PERDÓN ES LA MEJOR DECISIÓN.
Santiago 4:10: “Humillaos delante del Señor y Él os exaltará.”
¿Alguna vez se ha preguntado qué es la humildad? La verdadera humildad no es pensar negativamente acerca de sí mismo. Es estar de acuerdo con lo que Dios dice acerca de usted. La gracia de Dios exalta a una persona sin envanecerla, y humilla a una persona sin rebajarla. Somos lo que somos por Cristo.
En esta vida, usted no estará sin pecado, mas cuando se encargue de éste, usted se acercará a poder liberarse del pecado. Sin pecado no vivirá, pero sí sin culpa. Si usted confiesa su pecado y ora a Dios pidiendo perdón, vivirá libre de culpa.
Salmo 51: 4. Contra ti, contra ti solo he pecado,
Y he hecho lo malo delante de tus ojos;
Para que seas reconocido justo en tu palabra,
Y tenido por puro en tu juicio.
¿Ha tenido algún desacuerdo con alguien últimamente? Es tiempo de retirarse, reflexionar y recibir lo que el Señor quiere decirle. Entre en su aposento hoy.
“Porque seré propicio a sus injusticias, y nunca más me acordaré de sus pecados y de sus iniquidades” - (Hebreos 8:12).
¿Alguna vez ha sentido como si ya hubiese usado todas las reservas del perdón de Dios? Tal vez ha pensado: “No tengo el derecho de venir y pedir que me perdone otra vez.” Amigo, no importa cuántas veces haya pecado. Suponga que viene a Dios por la milésima vez con el mismo pecado. ¿Le perdonará Él? ¡Sí, por supuesto que lo hará! En lo que a Dios concierne, es como si viniera a Él la primera vez. ¿Por qué? Porque Él ha enterrado en el olvido todas las otras veces. Dios castiga el pecado, pero no guarda resentimientos. El Dios de Jonás, David, Marcos, Pedro y Jacob es su Dios y nuestro Dios. Nos hemos acercado a Él tantas veces, pidiéndole una segunda oportunidad, ¿y sabe qué? ¡Él nos la ha dado! Y sé que si Él puede darnos una segunda oportunidad, de seguro que le dará a usted otra oportunidad. ¡El fracaso no es final!
¿Ha estado usted indeciso de ir a Dios y pedirle su perdón acerca de algo? Amigo, ¡corra hacia Él ahora mismo!
DIOS NOS HACE UNA CLARA ADVERTENCIA.
“¿No sabéis que los injustos no heredarán el reino de Dios? No erréis; ni los fornicarios, ni los idólatras, ni los adúlteros, ni los afeminados, ni los que se echan con varones, ni los ladrones, ni los avaros, ni los borrachos, ni los maldicientes, ni los estafadores, heredarán el reino de Dios” - (1 Corintios 6:9-10).
La gente posee la idea que está bien vivir inmoralmente y que Dios pasará por alto sus indiscreciones. “No os engañéis; Dios no puede ser burlado: pues todo lo que el hombre sembrare, eso también segará” (Gálatas6:7). A Dios no se le pasa por alto nada de nuestras vidas. Él es un Dios justo y juzgará (véase Hebreos 13:4). “Bueno Pastor, ¿significa esto que si he hecho alguna de estas cosas no podré ser salvo?” ¡No! Primera Corintios 6:11 promete: “Y esto erais algunos; mas ya habéis sido lavados, ya habéis sido santificados, ya habéis sido justificados en el nombre del Señor Jesús, y por el Espíritu de nuestro Dios.” ¡Aleluya! No existe pecado tan atroz que la sangre de Cristo no pueda lavar. Él limpia al pecador más vil.
¿Ha pensado alguna vez que Dios no puede perdonarle un pecado o pecados cometidos? Entonces, pídale perdón por elevar su pecado más allá de la sangre de Cristo. Satanás no quiere que usted sepa que el pecado más vil puede ser limpiado por la sangre de Jesucristo cuando acudimos a Él en arrepentimiento y fe.
PERDONADOS Y JUSTIFICADOS.
“Más al que no obra, sino cree en aquel que justifica al impío, su fe le es contada por justicia” (Romanos 4:5).
Justificación es el acto de Dios por medio del cual Él declara a los que han confiado en Cristo, que son justos, así como su Hijo es justo. La salvación no se basa en nuestras obras.
¿Sabe qué es lo que Dios ve cuando mira a uno de sus hijos (as)? Él ve a Jesucristo. Algunos dirán: “¡Eso es arrogancia!” No. No lo es. Está en la Biblia. Un hijo (a) está en Cristo y, por lo tanto, Dios no puede ver sus pecados (lea 1 Corintios 1:30). Él sólo ve la justicia de su Hijo.
Justificación es mucho más que sólo un perdón. ¡Es una promoción! Dios no sólo perdona nuestros pecados. Él nos hace justos. Sólo Dios puede tomar a alguien que es culpable y declarar a esa persona justa. Es el trabajo salvador de Dios. ¿Cuál es la base de nuestra justificación? ¡Su gracia!

La próxima vez que pase frente a un espejo y alguien está con usted, comience una conversación evangelizadora: “El otro día Dios me enseñó algo acerca de mi reflejo. Cuando miramos al espejo, nos vemos a nosotros mismos. Pero cuando Dios me mira, Él ve a su Hijo.” Vea cómo la otra persona reacciona y responde.

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