LLEVAR EL
MENSAJE MÁS IMPORTANTE AL MUNDO EL EVANGELIO DE LAS BUENAS NOTICIAS.
EL COMIENZO
DE UNA GRAN MISIÓN.
Marcos
16:15: “Y les dijo: Id por todo el mundo y predicad el evangelio a toda
criatura.”
El pastor
Rogers en una ocasión afirmó: “Si yo tuviera que identificar la mayor
equivocación acerca de los creyentes de hoy, sería que pasan mucho tiempo
tratando que Dios les saque de sus problemas, en lugar de sumergirse en la
justicia.”
Estamos
viviendo a la defensiva en vez de la ofensiva. Necesitamos ir más allá de la
línea defensiva del cristianismo y ubicarnos a la ofensiva: Proclamando el
Reino de Dios, cumpliendo la Gran Comisión y compartiendo con otros al Señor
Jesucristo. Nuestro Pastor nunca nos llevará a donde su fortaleza no pueda
sostenernos. Nunca nos llevará por un camino que Él mismo no haya recorrido
primero.
¿Está usted
compartiendo el amor de Jesucristo y sus palabras de salvación con alguien que
esté perdido? Si no lo está haciendo, comience hoy a posicionarse a la ofensiva
y verá la mano de Dios moverse.
Romanos
1:17: “Porque en el evangelio la justicia de Dios se revela por fe y para fe,
como está escrito: Mas el justo por la fe vivirá.”
¿Es justo
Dios? Sí. ¿Y cómo se revela la justicia de Dios? De fe en fe. Dios le da una
verdad, usted cree en esa verdad y Dios le da más verdades. Mientras más
obedezca la luz, más luz recibirá. La razón por la cual algunos de nosotros no
entendemos más de la Biblia es porque aún no hemos obedecido a la luz que Dios
ya nos ha dado. Es tiempo que tomemos en serio y obedezcamos la Palabra de
Dios. Si comenzamos a obedecer las cosas pequeñas que entendemos, Dios
iluminará nuestro camino para ayudarnos a comprender lo que aún no entendemos.
Pídale a
Dios que le dé entendimiento acerca de las profundidades de su Palabra a fin de
compartir su verdad, de una mejor manera, con los no creyentes a su alrededor.
“Porque no
me avergüenzo del evangelio, porque es poder de Dios para salvación a todo
aquel que cree; al judío primeramente, y también al griego” (Romanos 1:16).
¿Está usted
listo para “gastar” y “gastarse” por el Señor hoy, o tiene muchas otras cosas
en su agenda? ¿Está disponible a ser usado por el Señor, aunque esto le cause
“sangre, sudor y lágrimas”, o está más
interesado en planificar dónde pasará sus próximas vacaciones? Muchos de
nosotros somos “gallinas” cuando de testificar del Señor Jesucristo se trata.
Nos esquivamos o nos desentendemos cuando se toca el asunto de religión o Dios.
Esperamos que nadie esté mirando cuando, estando en un lugar público, oramos
para que Dios bendiga nuestros alimentos. Necesitamos más del espíritu de los
santos que sufren tortura y abuso en prisiones, en este mismo momento por causa
del Evangelio, todo porque profesan amor por Jesucristo. Jesús dijo: “Porque el
que se avergonzare de Mí y de mis palabras en esta generación adúltera y
pecadora, el Hijo del Hombre se avergonzará también de él, cuando venga en la
gloria de su Padre, con los santos ángeles” (Marcos 8:38)
Dios le está
llamando para que deje atrás su “cómodo” cristianismo y que comparta con
alguien que Jesús le ama y quiere salvarle. ¿Lo hará o le dará vergüenza
hacerlo? Que este sea el año en que usted lleve la luz de Cristo a su
universidad, a su vecindario, a su trabajo. ¡Dondequiera que Dios le ponga,
deje que Él le use para su gloria!
“He peleado
la buena batalla, he acabado la carrera, he guardado la fe” (2 Timoteo 4:7).
Acabar la
carrera que Dios ha planeado para nosotros nunca es fácil. Toma disciplina y
arduo trabajo. Requiere que nos levantemos al caer, nos sacudamos el polvo y
volvamos a comenzar. Uno de estos días usted tendrá que mirar hacia atrás y
espero pueda ser capaz de decir que luchó como un guerrero y acabó como un
atleta.
¿Qué carrera
está usted corriendo? ¿La carrera para lograr el éxito mundano cuéstele lo que
le cueste o la carrera real? Tome uno tiempo para escribir algunas metas que le
ayudarán a mantenerse en curso para la gloria de Dios. Use Isaías 61:1-3 como
guía.
61:1 El
Espíritu de Jehová el Señor está sobre mí, porque me ungió Jehová; me ha
enviado a predicar buenas nuevas a los abatidos, a vendar a los quebrantados de
corazón, a publicar libertad a los cautivos, y a los presos apertura de la
cárcel;
61:2 a
proclamar el año de la buena voluntad de Jehová, y el día de venganza del Dios
nuestro; a consolar a todos los enlutados;
61:3 a
ordenar que a los afligidos de Sion se les dé gloria en lugar de ceniza, óleo
de gozo en lugar de luto, manto de alegría en lugar del espíritu angustiado; y
serán llamados árboles de justicia, plantío de Jehová, para gloria suya.
Salmos
126:6: “Irá andando y llorando el que lleva la preciosa semilla; más volverá a
venir con REGOCIJO, trayendo sus gavillas.”
¿Sabe lo que
hace en la mañana cuando tiene un tiempo a solas con el Señor? Está desyerbando
su jardín. Está limpiando de malezas el jardín de su mente para que la BUENA
SEMILLA de la Palabra de Dios pueda multiplicarse. Ahora, el próximo paso es
plantar la semilla y cultivar la cosecha de Dios. Y cuando vaya a ganar almas,
riegue los cultivos con sus lágrimas. Lea en Juan 17 cómo el corazón del Señor
se quebrantó por las personas que Él anhelaba abrazar y amar. Aprenda este tipo
de compasión en el jardín que Dios le ha dado a cultivar para su Reino.
Pídale a
Dios que le ponga en sus campos de servicio. Ruéguele que le haga firme, pero
compasivo y sabio para compartir sus Buenas Nuevas.
“Porque no
podemos dejar de decir lo que hemos visto y oído” (Hechos 4:20).
En algún
lugar de California durante la fiebre del oro de 1894, la historia relata que
un día dos mineros encontraron una veta de oro muy rica. Ellos decidieron no
compartir con nadie el descubrimiento para que la veta fuese sólo para ellos.
Entonces fueron al pueblo a comprar mejor equipo para minar el oro, pero cuando
salieron cantidades de personas les seguían. Su júbilo estaba escrito en sus
rostros. ¿Lo que está en su corazón está escrito en su rostro? Oh, cómo oro que
toda persona que lea esto hoy no esconda lo que ha encontrado en Jesucristo.
Deseo que la gente que le vea hoy diga: “No sé qué sucede con esa persona, pero
yo quiero lo que ella posee. Quiero lo que él (o ella) tiene.” El regalo de la salvación es para usted, pero
también es para que otros lo posean y deseen lo que usted tiene.
¿Cómo le va
a compartir de Jesús a alguien hoy? ¿A quién le va a compartir? ¿Qué le va a
compartir? Pídale a Dios que le dé la valentía y la oportunidad de compartir
las mejores buenas nuevas que alguien necesita escuchar.
EL SEÑOR NOS
LLAMA A CONSTRUIR PUENTES.
Cuenta una
historia que dos hermanos vivieron juntos y en armonía por muchos años pero un
día comenzó un pequeño malentendido que fue creciendo. Si bien los hermanos
vivían en granjas separadas, durante cuarenta años habían cultivado juntos,
compartido maquinaria e intercambiado productos, eran un gran equipo juntos.
Lamentablemente, esto se vio afectado cuando un buen día el conflicto terminó en una explosión de palabras seguidas de
semanas de silencio.
Una mañana
alguien llamó a la puerta del hermano mayor. Era un carpintero que estaba
buscando trabajo. - Tengo un trabajo para usted, afirmó el hermano mayor. Al
otro lado del arroyo, en aquella granja vive mi vecino, bueno, de hecho es mi
hermano menor. La semana pasada había una hermosa pradera entre nosotros pero
él desvió el cauce del arroyo para que quedara entre nuestras granjas. Él pudo
haber hecho eso para enfurecerme, pero le voy a hacer algo mejor. ¿Ve aquella
pila de desechos de madera junto al granero? Quiero que construya una cerca de
dos metros de alto, no quiero verlo nunca más. Acto seguido, el hermano mayor
ayudó al carpintero a reunir todos los materiales y se fue al pueblo a buscar
provisiones.
Al volver el
granjero quedó atónito.
No había
ninguna cerca de dos metros; en su lugar
había un puente que unía las dos granjas a través del arroyo. Era una
fina pieza de arte con todo y pasamanos. En ese momento, el hermano menor vino
desde su granja y abrazando a su hermano le dijo:
- Eres una
gran persona, construir este hermoso puente después de todo lo que he hecho y
dicho. Mientras se reconciliaban se
dieron cuenta de que el carpintero estaba tomando sus herramientas y se
marchaba.
- No,
espera, dijo el hermano mayor, no puedes irte, tengo muchos proyectos para ti.
- Me
gustaría quedarme, dijo el carpintero, pero tengo muchos puentes por construir.
Muchas veces permitimos que los malos entendidos nos separen de la gente que
amamos, permitimos que el orgullo sea quien domine nuestras acciones y algo que
podía arreglarse rápidamente se transforma en años de enfrentamientos, y separación.
Nosotros
estamos llamados a ser agentes de paz, a amar a nuestro prójimo, a perdonar las
ofensas, sin importar quién se equivocó.
Así como el
carpintero hizo del puente una obra de arte con los desechos de madera que
tenía, nosotros debemos hacer nuestro mejor esfuerzo por reconstruir los lazos
que nos acercan a las personas que amamos. No basta con un intento, hay que hacer
lo mejor que podamos con lo que tenemos a nuestro alcance.
Recuerda que
el rencor hace más daño a la persona que lo siente que a aquella que pudo
generar la situación que causó ese sentimiento. Perdona, no permitas que en tu
corazón eche raíces la amargura.
“Antes sed
benignos unos con otros, misericordiosos, perdonándoos unos a otros, como Dios
también os perdonó a vosotros en Cristo.” - Efesios 4:32.
HOY HAY
MUCHOS HUYENDO DE DIOS.
VOLVIENDO A
SU PERFECTA VOLUNTAD.
El esfuerzo
de Jonás para evitar la voluntad de Dios; la segunda comisión; Nínive se
arrepiente; el disgusto de Jonás.
El Señor
ordenó a Jonás, diciéndole: «Levántate y ve a Nínive, aquella gran ciudad, y
pregona contra ella; porque ha subido su maldad delante de Mí. Y Jonás se
levantó para huir de la presencia de Jehová a Tarsis . . . » (Jonás 1:2-3).
Jonás probablemente estaba encantado con las buenas noticias de que el juicio
de Dios pronto iba a caer sobre Nínive. Él no podía creer que la misericordia y
el amor de Dios se iba a extender aun a los enemigos de Israel. Pues, entonces
él decidió de no ser misionero a Nínive. Él probablemente se sintió muy
afortunado cuando en el día que él llegó a Jope descubrió una nave que salía
para Tarsis, uno de los lugares más lejanos de comercio en Fenicia.
Por un
tiempo, los acontecimientos eran favorables en «las vacaciones» de Jonás y
momentáneamente le dio tal paz en su mente que «había bajado al interior de la
nave, y se había echado a dormir» (1:5). Sin embargo, cuando vemos las
circunstancias favorables, aun cuando estamos evitando la voluntad de Dios,
ellas son sólo temporarias y nunca nos llevan a un buen fin. Los marineros
tuvieron miedo cuando una gran tempestad se levantó. Al oír que Jonás huía de
la presencia de Dios, lo echaron al mar, pero un gran pez se lo tragó. Después
de tres días de buscar razones dentro de sí mismo, Jonás se arrepintió y el
gran pez lo vomitó en tierra seca. Entonces Jonás se convirtió en el mejor
evangelista de sus días y llegó a ver la ciudad entera de Nínive arrepentirse
de sus maldades. Dios podía haber llamado a otro profeta y podía haber dejado a
Jonás en el fondo del mar, pero Dios tuvo misericordia, demostrando Su amor
hacia el profeta y hacia el pueblo de Nínive que se arrepintió. La buena
voluntad de Dios para perdonar a los mayores pecadores que se arrepienten fue
bien conocida cuando el rey de Nínive y su pueblo se arrepintieron y se
libraron de la destrucción profetizada por Jonás.
“Y Jonás se
levantó para huir de la presencia de Jehová a Tarsis, y descendió a Jope, y
halló una nave que partía para Tarsis; y pagando su pasaje, entró en ella para
irse con ellos a Tarsis, lejos de la presencia de Jehová” - Jonás 1:3.
Jonás huyó
de la voluntad de Dios, para encontrarse que era imposible hacer tal cosa. El
profeta estaba convencido que podía burlar los planes perfectos de Dios. Él pensó que ir en dirección opuesta le
evitaría cumplir con lo establecido por el Todo Poderoso.
Lamentablemente,
Jonás se encontró en el vientre de un pez gigante, y allí rodeado de algas y
sin esperanza, Jonás entiende que el ir en contra de los designios de Dios
traía terribles consecuencias.
Al igual que
Jonás muchos de nosotros un día hemos ido en contra de la voluntad de Dios. En
incontables oportunidades pensamos que nuestras opciones son mejores y seguimos
nuestra propia agenda. Los mandamientos de Dios no son siempre llamativos y por
lo tanto imponemos nuestras reglas o seguimos lo que dicte nuestro
corazón. Ni hablar de quienes
sencillamente han conocido a Dios, pero han decidido pretender que no le
conocen.
Como en la
vida de Jonás, nosotros también nos encontraremos con lo no efectivo que
resulta alejarnos de Dios. Los
resultados siempre serán los mismos y las decepciones similares. Lo
impresionante de la historia de Jehová y de la nuestra es que no importa lo
mucho que nos hayamos alejado o la cantidad de errores que en nuestra huida hayamos
cometido, en el mismo momento en que reconozcamos nuestro error, Dios estará
dispuesto a cambiar nuestra historia y por ende nuestro futuro.
Nada impidió
que Dios cumpliera su propósito en la vida de Jonás, y nada va a impedir que
Dios cumpla el propósito en tu vida. Jehová es experto en obrar a pesar de
nosotros mismos y lo hará las veces que sea necesario.
En el libro de Jonás, aprendemos que
Jonás llegó a un punto físico de depresión (véase Jonás 4:3,8). Él quería que
Dios le matara.
4:3 Ahora
pues, oh Jehová, te ruego que me quites la vida; porque mejor me es la muerte
que la vida.
4:4 Y Jehová
le dijo: ¿Haces tú bien en enojarte tanto?
4:5 Y salió
Jonás de la ciudad, y acampó hacia el oriente de la ciudad, y se hizo allí una
enramada, y se sentó debajo de ella a la sombra, hasta ver qué acontecería en
la ciudad.
4:6 Y
preparó Jehová Dios una calabacera, la cual creció sobre Jonás para que hiciese
sombra sobre su cabeza, y le librase de su malestar; y Jonás se alegró
grandemente por la calabacera.
4:7 Pero al
venir el alba del día siguiente, Dios preparó un gusano, el cual hirió la
calabacera, y se secó.
4:8 Y
aconteció que al salir el sol, preparó Dios un recio viento solano, y el sol
hirió a Jonás en la cabeza, y se desmayaba, y deseaba la muerte, diciendo:
Mejor sería para mí la muerte que la vida.
4:9 Entonces
dijo Dios a Jonás: ¿Tanto te enojas por la calabacera? Y él respondió: Mucho me
enojo, hasta la muerte.
4:10 Y dijo
Jehová: Tuviste tú lástima de la calabacera, en la cual no trabajaste, ni tú la
hiciste crecer; que en espacio de una noche nació, y en espacio de otra noche
pereció.
4:11 ¿Y no
tendré yo piedad de Nínive, aquella gran ciudad donde hay más de ciento veinte
mil personas que no saben discernir entre su mano derecha y su mano izquierda,
y muchos animales?
Si te has alejado de Dios, sea un
poco o demasiado, sólo ten presente que no hay lugar al que puedas huir de Su
presencia y que Él hará todo lo necesario para que vuelvas tus ojos al cielo,
regreses al buen camino y experimentes el amor y el perdón inmerecido de Dios
hacia ti. Hoy es el día para volver a Dios.
Mañana puede ser muy tarde.
“¿A dónde me
iré de tu Espíritu? ¿Y a dónde huiré de tu presencia? Si subiere a los cielos,
allí estás tú; Y si en el Seol hiciere mi estrado, he aquí, allí tú estás. Si
tomare las alas del alba Y habitare en el extremo del mar, Aun allí me guiará
tu mano, Y me asirá tu diestra. Si dijere: Ciertamente las tinieblas me
encubrirán; Aun la noche resplandecerá alrededor de mí. Aun las tinieblas no
encubren de ti, Y la noche resplandece como el día; Lo mismo te son las
tinieblas que la luz. Porque tú formaste mis entrañas; Tú me hiciste en el
vientre de mi madre. Te alabaré; porque formidables, maravillosas son tus
obras; Estoy maravillado, Y mi alma lo sabe muy bien.
No fue
encubierto de ti mi cuerpo, Bien que en oculto fui formado, Y entretejido en lo
más profundo de la tierra. Mi embrión vieron tus ojos, Y en tu libro estaban
escritas todas aquellas cosas que fueron luego formadas, Sin faltar una de
ellas.” (Salmo 139:7-16).
Autor(a).
Dilean Canas.
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