JESUCRISTO
ES EJEMPLO DE RECTITUD E INTEGRIDAD Y JUSTICIA.
Por el
Hermano Pablo.
El
espectáculo era apasionante, al extremo de ser morboso. Unas cincuenta personas
lo contemplaban ávidamente. Se trataba de una joven de dieciséis años de edad,
de la ciudad Ho Chi Min, en la antigua Saigón. Ella intentaba suicidarse,
arrojándose de un alto puente al río que corría abajo. Las cincuenta personas,
sin corazón, le gritaban: «¡Tírate! ¡Tírate!» Y en un momento dado, la
adolescente, en efecto, se lanzó al agua.
Nueve
personas corrieron al borde del puente para verla caer al agua. El peso acumulado
rompió el frágil puente, y las nueve cayeron al abismo. Pero, cosa curiosa, la
joven suicida se salvó, pues lograron rescatarla, mientras que los nueve
mórbidos curiosos perecieron en las aguas.
A la gente
como que le gustan los espectáculos morbosos, truculentos, dramáticos,
trágicos; especialmente el espectáculo que dan los presuntos suicidas. Los
espectadores no acuden necesariamente para mostrarles cariño y aconsejarles que
conserven la vida. Al contrario, ansiosos de sangre y de desgracia ajena, gritan:
«¡Tírate! ¡Tírate!»
Dicen que
cuando se junta una multitud, el nivel intelectual de la gente desciende al del
más bruto. Lo mismo pasa con el sentido moral. Éste también baja de grado
conforme aumenta el monto de gente congregada.
«Las
multitudes —concluyó Goethe— oyen mejor los gritos que las razones.» Cuanta más
gente se reúne en un lugar para vociferar y gritar, más baja el nivel de
humanidad, y más sube el nivel de inhumanidad.
¿Será por
eso que nuestros jóvenes caen tan fácilmente en la desgracia de la inmoralidad
y el materialismo? «Todos lo hacen», es la excusa que ofrecen, y siguiendo el
rumbo del montón, se reducen al nivel del menor común denominador.
¿Dónde está el joven recto? ¿Dónde
está el líder íntegro? ¿Por qué tiene que ser el perverso, el injurioso, el
malo, el que atrae la atención?
Dios ha
creado a todo joven como un individuo. Cada uno es un ser único. No hay nada en
el mundo entero que lo obligue a ser como los demás. Es un individuo en el
sentido más estricto de la palabra. Más vale que no deshonre su individualidad,
ni sacrifique su decencia, ni se rebaje al nivel del montón, sino que sea el
líder sano, recto y fuerte que este mundo tanto necesita.
Jesucristo
establece el dechado para nuestra vida. Él se atrevió a ser diferente de todos
los demás, dando ejemplo de rectitud, integridad y justicia. Sigamos su
ejemplo. Ser recto en toda causa es mil veces más grato que recibir el aplauso
del montón. Atrevámonos a ser personas dignas de confianza.
¿TODO LO QUE
SABE DE JESUCRISTO, LO CONVENCE A SEGUIRLO?
¿CONVENCIDO?
Hechos
26:27-28 ¿Crees, oh rey Agripa, a los profetas? Yo sé que crees. Entonces
Agripa dijo a Pablo: Por poco me persuades a ser cristiano.
Aquí está el
apóstol Pablo, presentando su defensa ante el rey Agripa. Pablo explica que ha
estado predicando debido a una visión celestial y su encuentro personal con
Jesús camino a Damasco, Pablo resume en pocas palabras el mensaje que ha estado
llevando; “... que se arrepintiesen y se convirtiesen a Dios, haciendo obras
dignas de arrepentimiento”.
Pablo sabe
que el rey Agripa ha sido testigo de muchos de los acontecimientos e inclusive
está convencido de que éste cree a los profetas. Sin embargo, las palabras del
rey Agripa son desalentadoras. “Por poco me convences a ser Cristiano”. Nada de
lo que el rey había visto, vivido o experimentado pareció ser suficiente para
convencerle a seguir a Jesús, ni siquiera su encuentro con el más grande
apóstol de toda la historia.
Muchas veces
las cosas que hemos visto no son suficientes para convencernos a seguir a
Jesús, quizá un familiar nos ha hablado, o vemos visto un milagro de Dios en
sus dificultades. Muchos hemos sido testigos del cambio de Dios en la vida de
alguna persona, pero en algunos casos ni siquiera eso es suficiente.
Quizá en tu
caso ya conoces a Jesús y vas a la iglesia cada domingo, pero ¿podrías
reconocer alguna área en donde aún no pareces convencido? Quizá en tu área
familiar, o prácticas que debes abandonar, probablemente el pastor ha predicado
acerca de tu participación en un ministerio pero aún no estás seguro, o en tu
matrimonio pero aún no te convences. No sé cuál sea el área pero tú la conoces.
No tomes la actitud del rey Agripa, no ignores a Dios hablando a tu vida por
medio de una persona o la misma biblia.
El rey
Agripa tenía una gran posición, poder y toda la estabilidad económica que un
hombre pudiese desear. Seguramente tenía amigos diciéndole que no era necesario
seguir a Jesús y que prestar oído a el loco de Pablo era perder el tiempo, pero
al despreciar las enseñanzas, automáticamente renunció a su salvación, a su
esperanza de vida, al perdón que sólo se obtiene a través de Jesús y por ende
el mismo firmó su condena.
¿Qué cosas
estás perdiendo tú? acaso ¿bendiciones, paz, descanso, promesas? No confíes en
tu estabilidad económica, amigos, familiares o costumbres, no pierdas más tu
tiempo, el mensaje es el mismo, “... que se arrepintiesen y se convirtiesen a
Dios, haciendo obras dignas de arrepentimiento”. Escucha la voz de Dios y
déjate convencer por su amor y propósitos para tu vida.
Dios desea
personas con convicción, ¿estás convencido?
Autor(a).
Dilean Canas.
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