miércoles, 26 de julio de 2017

EVITEMOS EL ANALFABETISMO BÍBLICO.

EVITEMOS EL ANALFABETISMO BÍBLICO.
Salomón reconoció un factor trágico en la humanidad: queremos desesperadamente hacer las cosas a nuestra manera y odiamos que nos digan qué hacer. Dice el profeta Isaías: “Todos nosotros nos descarriamos como ovejas; cada cual se apartó por su camino” (Isaías 53:6).
Salomón entonces dice a sus hijos que no cometan los errores que él cometió y los anima a que pongan la Palabra de Dios como prioridad y que la obediencia se convierta en un hábito para toda la vida:
“Guarda mis mandamientos y vivirás; guarda mi enseñanza como la niña de tus ojos.
Átalos a tus dedos; escríbelos en la tabla de tu corazón” (Pr.7:2,3).
Aunque la lectura y el estudio de la Biblia de forma regular son importantes, debo enfatizar en el valor de la memorización de la Escritura. Cuando uno decide aprender versículos de memoria es como atar las verdades de Dios a nuestras almas. En este pasaje, la palabra “átalos” quiere decir “unir una cosa con la otra”. Nosotros utilizamos la palabra “correlacionar” para dar a entender esta idea. Las Escrituras se correlaciona mucho mejor cuando están unidas a nosotros. Podemos entender mejor la vida cuando tenemos la Biblia en nuestra cabeza.
Estos versículos de Proverbios 7 nos animan a memorizar la Escritura. Cuando escribimos algo, no lo hacemos con la intención de confundirnos más. Por el contrario, lo hacemos para aclarar ideas. El Señor dice que escribamos sus mandamientos y enseñanzas “en la tabla de nuestro corazón”. Cuando esté aprendiendo de memoria algunos versículos, no lo haga de una forma desordenada. Aprenda los versículos de manera correcta. Cuando no ponemos atención en este detalle, las probabilidades de utilizarlos son mínimas. Yo lo asemejo de la forma en que planeamos un vuelo. Debemos saber el nombre de la empresa, el número de vuelo y el horario de abordaje. Si no lo hacemos, probablemente sufriremos las consecuencias.
“Inclina tu oído y escucha las palabras de los sabios; dispón tu corazón a mi conocimiento. Porque es cosa placentera que las guardes en tu corazón, y que a la vez se afirmen en tus labios” (Pr. 22:17, 18).
Me encantan estos dos versículos. Constantemente me animan a mantener esa disciplina. La idea de tener la Palabra de Dios “afirmada en los labios” debe convencernos de la importancia de seguir este hábito. Lo digo una vez más: no hay nada mejor para evitar el analfabetismo bíblico que memorizar las Escrituras.
Reflexión
Piense en algo que haya memorizado antes y que todavía puede recitar. ¿Cuáles son otros recuerdos que asocia con esto? ¿De qué forma le han impactado a través de los años? ¿Qué efecto cree que tendrá en su mente memorizar versículos de la Escritura?
LA PALABRA DE DIOS SIGNIFICA SU PODER. Salmo 19.
19:1 Los cielos cuentan la gloria de Dios,
Y el firmamento anuncia la obra de sus manos.
19:2 Un día emite palabra a otro día,
Y una noche a otra noche declara sabiduría.
19:3 No hay lenguaje, ni palabras,
Ni es oída su voz.
19:4 Por toda la tierra salió su voz,
Y hasta el extremo del mundo sus palabras.

En ellos puso tabernáculo para el sol

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