HOMBRES DEL
CIELO U HOMBRES DE LA TIERRA.
Una
expectativa del cielo.
Buscad las
cosas de arriba, donde está Cristo sentado a la diestra de Dios.
Colosenses
3:1
El apóstol
Pablo estaba interesado en el cielo; tuvo pocas comodidades terrenales. Fue
golpeado, apedreado, dado por muerto, privado de lo más necesario y a menudo
decepcionado por las personas. Pero no tenía interés en las sensaciones
placenteras: él solo quería llevar una vida productiva en pos de su meta
celestial.
Nosotros
debemos tener ese mismo interés si anhelamos nuestra recompensa celestial.
Cristo es del cielo y está en el cielo. El cielo es su lugar, y como somos
suyos, el cielo también es nuestro lugar. Si estamos interesados en ser
semejantes a Él, estaremos lógicamente interesados en el cielo. Lo que ocurre
allí debe ser más importante para nosotros que lo que ocurre aquí.
EL CIELO ES
EL LUGAR DONDE LOS TESOROS SÍ DURAN.
¿Dónde está
su tesoro?.
Haceos
tesoros en el cielo.
Mateo 6:20
El dejar
esta tierra e ir al cielo no es un pensamiento popular en la iglesia
contemporánea. El énfasis cada vez mayor en el éxito, la prosperidad y la
solución de los problemas personales refleja nuestra perspectiva terrenal.
También es
difícil para nosotros concebir una futura recompensa celestial. En esta época
materialista, rara vez sentimos satisfacción en lo que se demora. Casi todo lo
que deseamos lo podemos tener de inmediato. Ni siquiera necesitamos dinero;
podemos usar una tarjeta de crédito. No tenemos que construir nada; podemos
comprarlo todo. Y no tenemos que ir muy lejos para obtenerlo.
La falta de
interés en el cielo es la otra cara del interés en este mundo. Los evangélicos
modernos prácticamente se olvidan del cielo. Se predica y se enseña poco sobre
el tema, pero hay una cantidad colosal de material disponible sobre la
prosperidad en esta vida. Para buscar a Cristo con la misma pasión que Pablo
debemos concentrar nuestra atención en el mundo venidero.
NECESITAMOS
UNA MENTE ESPIRITUAL PARA COMPRENDER LAS VERDADES DE DIOS.
“Pero el
hombre natural no percibe las cosas que son del Espíritu de Dios, porque para
él son locura, y no las puede entender, porque se han de discernir
espiritualmente” (1 Corintios 2:14).
Dios hizo la
mente del hombre. Todos los descubrimientos y el verdadero conocimiento en este
mundo provienen de Dios. Es la Verdad de Dios y no debemos tener temor. Pero
eso no significa que debemos pasearnos en forma casual por los senderos de
diabólicas filosofías. La Verdad de Dios no cambia como las filosofías. La
primera parte de Malaquías 3:6 dice: “Porque Yo Jehová no cambio.” No sabemos
si eso significa algo para usted pero significa mucho, querido amigo (a). El
mismo Dios que nos amó tanto como para poner a su propio Hijo en la cruz, hace
más de dos mil años, nos sigue amando de la misma manera. No tenemos que
preocuparnos, cuando nos acercamos a Dios en oración, de que a lo mejor Él esté
de mal humor. Ahora, si esto no enciende su motor espiritual, es que no tiene
ninguno.
Lea el Salmo
145: 1- 11.Deje que su motor comience a correr en alabanza a Dios.
145:1 Te
exaltaré, mi Dios, mi Rey,
Y bendeciré
tu nombre eternamente y para siempre.
145:2 Cada
día te bendeciré,
Y alabaré tu
nombre eternamente y para siempre.
145:3 Grande
es Jehová, y digno de suprema alabanza;
Y su
grandeza es inescrutable.
145:4
Generación a generación celebrará tus obras,
Y anunciará
tus poderosos hechos.
145:5 En la
hermosura de la gloria de tu magnificencia,
Y en tus
hechos maravillosos meditaré.
145:6 Del
poder de tus hechos estupendos hablarán los hombres,
Y yo
publicaré tu grandeza.
145:7
Proclamarán la memoria de tu inmensa bondad,
Y cantarán
tu justicia.
145:8
Clemente y misericordioso es Jehová,
Lento para
la ira, y grande en misericordia.
145:9 Bueno
es Jehová para con todos,
Y sus
misericordias sobre todas sus obras.
145:10 Te
alaben, oh Jehová, todas tus obras,
Y tus santos
te bendigan.
145:11 La
gloria de tu reino digan,
Y hablen de
tu poder,
NO EXISTE
SINO UNA PATRIA PARA EL CRISTIANO: ES EL
CIELO
Nuestra
patria celestial.
Nuestra ciudadanía
está en los cielos.
Filipenses
3:20
Los
cristianos no somos ciudadanos de este mundo. La palabra griega para
"ciudadanía" en el versículo de hoy se refiere a una colonia de
extranjeros. En una fuente secular, se emplea para describir una ciudad capital
que mantenía en un registro el nombre de sus ciudadanos. En realidad, somos
ciudadanos inscritos de otro lugar: "El cielo". Nuestros nombres
están allí, nuestro Padre está allí, nuestros hermanos y hermanas están allí, y
nuestra herencia está allí; es nuestra patria.
Los
israelitas llevados al cautiverio babilónico nos dan un paralelo histórico con
la iglesia contemporánea. Su patria seguía siendo la Tierra Prometida aunque
vivieron durante tantos años en una sociedad extranjera. Pero cuando llegó el
momento de regresar, muchos se habían arraigado de tal modo en la cultura
babilónica que no quisieron irse. Cuando el Señor dice que es el momento de ir
al cielo, luchamos contra eso como si fuera lo peor que pudiera ocurrirnos
porque este mundo ha llegado a ser todo para nosotros. Por eso siempre se nos
debe recordar que nuestra ciudadanía está en el cielo.
DEL CIELO
SIEMPRE HAN LLEGADO BENDICIONES EXTRAORDINARIAS.
Motivados
por la venida de Cristo.
De donde
también esperamos al Salvador, al Señor Jesucristo.
Filipenses
3:20
Esperar la
venida de Cristo es el mayor recurso de motivación espiritual, responsabilidad
y seguridad. Eso da una gran motivación en la búsqueda de Cristo porque usted
deseará estar preparado cuando Él venga. Deseará haber sido fiel en su
servicio. Usted puede hallar motivación con la esperanza de que un día Cristo
lo recompense y usted oiga: "Bien, buen siervo y fiel... Entra en el gozo
de tu señor" (Mt. 25:23).
La venida de
Cristo da responsabilidad porque es cuando "cada uno de nosotros dará a
Dios cuenta de sí" (Ro. 14:12).
Y su venida
lo hará sentirse seguro, sabiendo que Jesús dijo "Esta es la voluntad del
Padre, el que me envió: Que de todo lo que me diere, no pierda yo nada, sino
que lo resucite en el día postrero" (Jn. 6:39).
DIOS YA NOS
BENDIJO EN EL CIELO COMO SI YA ESTUBIERAMOS CON ÉL.
Goce
anticipado de la gloria.
Bendito sea
el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, que nos bendijo con toda bendición
espiritual en los lugares celestiales en Cristo.
Efesios 1:3
En la
actualidad no vivimos físicamente en el cielo, pero en cierto sentido sí
vivimos en el reino celestial. Aunque no estamos en el cielo, estamos
experimentando la vida celestial. Tenemos la vida de Dios en nosotros. Estamos
bajo el gobierno de un Rey celestial, y obedecemos las leyes del cielo.
Como
resultado, recibimos "gracia divina, santo poder", como escribiera
Fanny Crosby en el himno "Dulce consuelo", es decir, un goce
anticipado de la gloria divina. Estamos viviendo en una nueva comunidad, disfrutando
de una nueva comunión que llegará a su cumplimiento en un lugar llamado cielo.
LA SEGUNDA
VENIDA DE JESUCRISTO SE ACERCA NO SE DISTRAIGA EL CIELO ESTÁ CERCA.
Una venida
poderosa.
[Cristo]
transformará el cuerpo de la humillación nuestra, para que sea semejante al
cuerpo de la gloria suya, por el poder con el cual puede también sujetar a sí
mismo todas las cosas.
Filipenses
3:21
El versículo
de hoy nos asegura que Jesucristo tiene el poder para hacer las cosas
asombrosas que nos ha prometido.Sin duda tiene el poder suficiente para resucitar nuestro
cuerpo y hacernos semejantes a Él. Dios tiene el poder de crear
providencialmente leyes naturales y milagrosamente anularlas. Tiene el poder de
dar vida y de quitarla. El apóstol Pablo dijo "Luego el fin, cuando
entregue el reino al Dios y Padre, cuando haya suprimido todo dominio, toda
autoridad y potencia. Porque preciso es que él reine hasta que haya puesto a
todos sus enemigos debajo de sus pies" (1 Co. 15:24-25).
El mismo
poder que retomará todo el universo caído y lo devolverá a Dios es el que hace
posible que seamos semejantes a Cristo. ¿En dónde se está concentrando? Espero
que sea en el cielo y que no se distraiga.
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